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actos sin comprensión humana


Carlos Aldana, juez de casos de derechos humanos. "Hay actos que no tienen comprensión humana".
Concepción, Chile. De trabajo silencioso es el ministro en visita a cargo de 17 causas de secuestros y homicidios calificados cometidos en los primeros años del gobierno militar, entre 1973 y 1978.
Esta semana encabezó la exhumación del mirista Hugo Candia Nuñez, sepultado en el cementerio de Hualqui y muerto en la Base Naval de Talcahuano, en septiembre de 1973.
Seis mil fojas, contenidas en 18 tomos, posee el expediente más voluminoso que mantiene a la vista el ministro Carlos Aldana Fuentes, juez especial de la Corte de Apelaciones de Concepción, designado por turno en 2005 para investigar las violaciones a los Derechos Humanos ocurridos en la región, entre septiembre de 1973 y 1978, periodo en que rigió la Ley de Amnistía.
El sumario por la muerte de 18 personas en Santa Bárbara es el más voluminoso, pero no el único que le quita el sueño a este juez nacido en Quirihue, pues en cada uno de los 17 expedientes que tiene en su poder ha trabajado con "empeño, dedicación y acuciosidad".
Si bien no tiene dedicación exclusiva, asegura que sus superiores le han dado todas las facilidades para su labor y que si no ha habido mayores resultados, es por la naturaleza de las pesquisas. Es el único ministro en visita que tiene asignada una oficina especial, donde en un estante el actuario con dedicación exclusiva, David Bravo Villaroel, guarda celosamente los expedientes.

¿A más de 30 años de ocurrido los hechos, hay mayor colaboración de las FF.AA. para investigar estos casos?
La colaboración fundamentalmente de las Fuerzas Armadas ha sido cada vez más amigables. Esto, pese a que desde el comienzo no tuve una dificultad mayor. Siempre existe el temor en ellos de que por investigarse los hechos, se crea que es un enjuiciamiento a la institución, que las medidas que se pudieran decretar afecten su prestigio.

¿El hecho de que los investigados sean ex uniformados, dificulta más el trabajo?
Esta gente se preparó para interrogar y tienen cursos al respecto, como también, mucha reticencia. Es muy difícil obtener los antecedentes reales de cómo ocurrieron los hechos. Ellos saben manejar los antecedentes, ocultarlos y, por último, se asilan en que no declararán respecto de los hechos, porque los ignoran.

¿No hay colaboración?
En general no ha habido una colaboración abierta, salvo algunos casos. Pero esas confesiones llegaron después de haber hecho un cruzamiento de interrogaciones e investigaciones, así que ellos no tenían otra alternativa. Nadie ha llegado por remordimiento de conciencia a decir "he hecho tal cosa".

El ministro afirma que si hubiera habido más colaboración de los interrogados, "la mayoría de los casos los habríamos terminado en estos dos años, pero se ha privilegiado aclarar los hechos, volver a interrogar e inspeccionar lugares".
Bajo esa perspectiva, dice, estar "satisfecho con el rendimiento que se lleva".

¿Cómo es su relación con los familiares de las víctimas?
Tienen una muy buena disposición y confianza. Esto último, a veces me preocupa, porque yo no puedo sembrarles ilusiones de que se esclarecerán todos los hechos y que habrá sanción en todos los casos.

Aldana detalla que la mayoría de las causas que lleva son por secuestro calificado, ya que no hay cuerpos. En el caso en que sí existen, se investiga homicidio calificado y secuestro. Lo que más complica es el tiempo transcurrido, por la eliminación o inexistencia de antecedentes.

¿Le sorprende la violencia de las muertes?
Indudablemente. Hay actos que no tienen comprensión humana. Conozco casos dramáticos, como el de un niño que lo asesinaron, sus familiares recuperaron el cuerpo del río, lo estaban velando, cuando llegaron carabineros, lo tomaron, se lo llevaron y desapareció.

En sus interrogados, ¿ha visto arrepentimiento?
Sí, pero en pocos. Ellos dan como justificación que le estaban haciendo un favor a la patria. Otros, derechamente no reconocen participación.

Hay quienes plantean que jamás habrá reconciliación, si sigue el desfile de uniformados por tribunales.
La reconciliación llega conociendo la verdad y aplicando la justicia como corresponde: con prudencia. Si no, hay intranquilidad. La violencia de Día del Joven Combatiente se debe porque todavía no hay justicia. Sin embargo, el caso de los degollados no se recuerda con tanta efervescencia, porque allí se hizo justicia.

El Hijo del Panadero
Carlos Aldana es uno de los 11 hijos -todos profesionales- de un panadero, Francisco Aldana Aldana (fallecido hace cuatro años), y una dueña de casa, María Catalina Fuentes Domínguez.
Nació en Quirihue, pero "soy de Trehuaco de corazón", afirma.
Cursado su sexto año de Humanidades en el secano costero se vino a Concepción para ser inspector ad honorem en el Liceo Enrique Molina Garmendia. A cambio de su trabajo le daban comida y alojamiento, lo que le permitió estar en la ciudad para estudiar Derecho en la Universidad de Concepción (UdeC).
Su carrera profesional la comenzó como secretario del Juzgado de Letras de Cauquenes, en febrero de 1983. A fines de ese año ascendió a juez del mismo tribunal. Fue relator interino en las cortes de Apelaciones de Chillán y Talca, y en 1991 secretario de este último tribunal de alzada. En 1992 llegó al Segundo Juzgado del Crimen de Talcahuano y el 8 de septiembre de 2004 ascendió a ministro de la Corte penquista. Fue presidente regional de la Asociación Nacional de Magistrados entre 2002 y 2005.
Es padre de dos hijas: Ana María, abogada como él y fiscal de Talcahuano; y Carla, médico y quien cursa su especialidad en Medicina Legal en la Universidad de Chile.
Es profesor de Derecho Penal de la Universidad San Sebastián y cursa un magíster en Derecho en la UdeC. Su sueño: ser docente de este último plantel.
"Me estoy preparando (por el magíster). ¡Puede que se den cuenta que tengo ganas!", dice.

Los Avances del Ministro
Diecisiete son las causas de violaciones a los DD.HH que sustancia el ministro Aldana.
De ellas, 11 están en sumario, en una se cerró la etapa investigativa, dos están en plenario y tres ya tienen sentencia. De estas últimas, una está en apelación y las dos restantes en etapa de notificación. Por ello, no hay nadie que cumpla pena efectiva de cárcel. Los procesados, en tanto, gozan de libertad provisional. La última causa que se investiga ingresó el 20 de junio pasado. El ministro afirma que en más del 50% de las casos en curso debiera cerrase el sumario en dos meses más.

29 de julio de 2007
©el sur
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