Blogia
mQh

de revolucionario a liberal


[Carolina Parada Gavilán] Mauricio Rojas, el ex mirista que viró a la derecha. Un ‘cabeza negra' en el parlamento sueco.
Tras enarbolar con pasión la bandera de la ultraizquierda en los agitados años 70 hoy representa a la derecha liberal sueca. "Sé que mi evolución es compleja", indica este economista que usa escolta policial para protegerse de sus compatriotas, con quienes compartió los duros años del exilio y que ahora lo tildan de traidor.
Ha sido un largo periplo ideológico.
Tras abrazar con fuerza el ideal de la revolución con vino tinto y empanadas del ‘compañero' Allende, Mauricio Rojas se quitó definitivamente su camiseta de la ultra izquierda y la guardó para siempre en el baúl de los recuerdos.
Ese giro y su actual visión de la economía y la sociedad es la que llegó a contar a Concepción, invitado por la carrera de Ciencias Políticas de la Universidad del Desarrollo.
El proceso, claro, no fue fácil. No es que este chileno "hijo de la revolución cubana", como él mismo señala, y de una ferviente militante socialista, se haya dormido como mirista y haya despertado aliado con la derecha. No, no, no. Mucha agua pasó bajo el puente: un golpe de Estado, el exilio, un nuevo país, dos hijas y mucha reflexión.
"Tuvimos una responsabilidad tremenda en el hundimiento de la democracia chilena y la asumo plenamente. Yo fui de esos que le hizo la vida imposible a Salvador Allende y puse un granito de arena para destruir lo que era un país que con todos sus defectos tenía una democracia".
-¿Por qué a la izquierda le cuesta tanto reconocer esa responsabilidad de la que usted habla? -Porque es más fácil ponerse en el papel de víctima. Claro, ganaron los otros. Hubo una dureza espantosa. Mi madre estuvo en Villa Grimaldi. Pero la verdad es que nosotros éramos extremadamente violentos y nuestro objetivo era la dictadura del proletariado. No teníamos nada que ver con la democracia. La detestábamos y había que destruirla porque era la democracia burguesa. Y bueno, viene el golpe y viene el desbande. Fue un periodo muy caótico.
-Entonces partió al exilio...
-Yo decidí muy rápido dejar Chile porque tenía miedo. Salí a Argentina primero y luego llegué a Suecia.
-¿Y cómo es que un exiliado del MIR se convierte en un político de centro derecha? -Nuestro izquierdismo era tan profundo que los primeros tres o cuatro años los pasé dentro de una burbuja de opresión donde nos controlábamos unos a otros para no aburguesarse y mantenernos en la espera revolucionaria. Vivíamos en una alineación absoluta para mantener algo que era cada vez más ficticio: que la revolución ya viene, que Pinochet ya cae, cuando en realidad en Chile el MIR estaba destrozado.
Y de pronto la vida empieza a correr por otro camino, nace mi primera hija en Suecia y me doy cuenta que fuera de nuestra burbuja tengo que vivir.

De Académico a Diputado
Su incursión en la vida política sueca, afirma Mauricio, tiene un origen bastante casual, cuyo trampolín inicial fue la academia.
Lo primero fue darse cuenta que su paso por Suecia se alargaba así es que decidió volver a la universidad. El año 77 ingresó a estudiar Historia Económica en la Universidad de Lund, donde terminó doctorándose y formando parte del plantel académico por casi veinte años.
-Entonces vino el cambio ideológico.
-De pronto, en el mismo salón donde yo estudiaba había un refugiado de Rusia, un homosexual cubano arrancando de Fidel Castro, un judío polaco arrancando del comunismo. Entonces, cuando ves el lado humano de las consecuencias de los totalitarismo te das cuenta de los peligros de la falta de libertad.
-Pero una cosa es desencantarse de la ultra izquierda y otra pasar a formar parte de la derecha.
-Por eso digo que fue casual. Yo escribí un libro sobre la inmigración y la identidad sueca que despertó interés en el primer ministro de entonces, Carl Bildt. El me envió una carta para felicitarme y a las dos semanas en un discurso público me cita largamente. De un día para otro me convertí en noticia política, los diarios comienzan a nombrarme más seguido y empecé una relación laboral con el primer ministro que me llevó después a dirigir una comisión sobre el tema de la inmigración.
De esta forma, la derecha se comenzó a acercar a temas que por entonces le eran absolutamente ajenos.
La primera conferencia que dimos juntos fue un espectáculo.
El muy rubio y yo de cabeza negra; llamaba mucho la atención.
Pero Mauricio Rojas se sentía más cercano a los liberales que a los conservadores, así es que el 2001 los primeros lo contactaron para ofrecerle ser candidato. Aceptó la oferta y al año siguiente, tras el triunfo de la alianza de centro derecha, dejó las aulas para trasladarse al parlamento.

El Odio Chileno
-¿Qué pasó con sus antiguos amigos del exilio? -Uffff. Eso fue complicado. Hay una parte de la comunidad chilena que si pudieran encontrarme solo en la calle, me pegan. He sido agredido físicamente. He tenido que suspender actos políticos y también he tenido que usar escolta policial. Es gente que está congelada en el pasado. Cuando Ricardo Lagos fue a Suecia como presidente fueron a protestar acusándolo de traidor y vendido al imperialismo, o sea una alineación absoluta y mezclada con sectores medio criminalizados.
-¿Cómo se ve Chile desde Suecia? -Bastante bien. Chile ya está jugando en otra división, lejos, muy lejos, de lo que lamentablemente vive América Latina. La visión exterior, más objetiva, es de un progreso increíble. Chile es el único país de América Latina que está reduciendo la pobreza y la indigencia a un nivel tal que se puede plantear el desafío de eliminarla históricamente.
Bastaría eso para que Chile se pudiera coronar el rey de la región.
-¿Y por qué entonces la percepción interna es tan negativa? -Porque si nos miramos todos los días no vemos los cambios. Pero si nos miramos en fotos veo cuánto hemos cambiado. Claro, sigue habiendo pobreza y desigualdad.
¡Pero nuestras instituciones son de oro! Estuve en Argentina unos días y ellos se asombran diciendo ‘¡oye, en Chile tú no le puedes pasar plata a los carabineros!' La movilidad social es espectacular. Las clases populares se han movido hacia las clases medias. ¡En masas! Pero el desarrollo rápido genera un desarrollo más rápido de las expectativas. Entonces de pronto, especialmente las clases medias bajas, apretadas todavía, están muy insatisfechas.
Quisieran llegar rápidamente mucho más arriba y esta tensión es lo que va definir la política chilena de los próximos años.
-A raíz de esta expectativas no satisfechas es que algunos sociólogos hablan de que podría venir una fuerte explosión social.
-Es la paradoja del éxito. Porque esto pasa porque nos va bien y no porque nos va mal. Ahora cuando existe esta presión hay que tener cuidado cómo se canaliza.
Pueden brotar pingüinos, elefantes, los animales que quieras, pero en política tendría que venir una clara división izquierda y derecha. La izquierda tratará de intentar que el Estado resuelva todo, con una estrategia propagandística porque al final lo pagan los ciudadanos a través de los impuestos. Y la otra alternativa es la creación de trabajo y riqueza que podría plantear la centro derecha. Pero primero debe ser capaz de construir un liderato.
-En este mes supongo que ha tenido oportunidad de vincularse con los político de la Alianza por Chile. ¿Por qué cree usted que la derecha chilena no logra llegar al poder por medio de las urnas desde 1958, con Jorge Alessandri? -Históricamente es fácil de entender.
Después del régimen militar viene una especie de compensación hacia el otro lado.
Además que hemos tenido excelentes gobiernos de centro derecha de la Concertación. Entonces, con tan buena centro derecha llamada izquierda quizás no se requiere un cambio...
Por otro lado, la Alianza no ha sido capaz de producir un liderazgo real que responda a un deseo de crecimiento y solidaridad.
Además, con rencillas internas muy perjudiciales.
El éxito de Sebastián Piñera va a depender de si logra juntar a su equipo interno. Es tan simple como que antes de ser líder nacional, tiene que ser líder de los suyos.

12 de septiembre de 2007
19 de agosto de 2007
©el sur
rss


0 comentarios