dónde está lópez 22
[Adriana Meyer] Actos en todo el país para pedir la aparición con vida de Jorge Julio López. Pasos y voces en contra del olvido
Buenos Aires, Argentina. La principal movilización se realizó en Plaza de Mayo, donde hubo reclamos al gobierno por la falta de resultados en la investigación. Hubo actos en La Plata, Rosario, Mendoza y Córdoba, entre otras ciudades. Habló el ministro del Interior y el hijo del testigo desaparecido dijo que todavía confía en la Justicia.
Hace un año fue visto por última vez caminando por su barrio, y no pudo estar presente cuando la Justicia condenó a su victimario. Ayer, en todo el país hubo movilizaciones por la aparición con vida del testigo Jorge Julio López y su hijo tuvo que improvisar una conferencia de prensa en la puerta de la casa de Los Hornos. Adentro, Irene de López no paró de llorar en todo el día. El 18 de septiembre de 2006 "secuestraban a López, hoy en esta Plaza y en decenas de plazas del país le exigimos al gobierno su aparición con vida ya, basta de impunidad y castigo a los culpables", fue la consigna que cerró el documento leído en Plaza de Mayo al término de la enorme marcha convocada por el Encuentro Memoria, Verdad y Justicia (EMVyJ). Las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo e HIJOS acompañaron la movilización y difundieron su propio comunicado. "Doce meses sin ninguna verdad es demasiado para la angustia familiar y social y no lo debemos tolerar. Queremos y exigimos la verdad. Queremos y exigimos justicia", dijeron.
El 18 de septiembre del año pasado López pegó el involuntario faltazo a la audiencia de los alegatos en el juicio contra el ex director de Investigaciones de la Policía Bonaerense Miguel Etchecolatz, donde había señalado a ese represor como quien condujo la patota que lo secuestró y asesinó a Patricia Dell'Orto y Ambrosio de Marco. El ex comisario fue sentenciado a prisión perpetua por delitos cometidos en el marco de un genocidio, pero López no llegó a presenciar ese momento.
La principal marcha comenzó a media tarde, cuando las columnas de manifestantes empezaron a juntarse en los alrededores de la Plaza Congreso. En Avenida de Mayo y Santiago del Estero se ubicó la cabecera con la bandera usada en cada marcha anterior, sostenida por la ex detenida Adriana Calvo, la abogada Myriam Bregman, Diana Kordon, de Liberpueblo, y Laura Ginsberg, de Agrupación por el esclarecimiento de la masacre impune de la AMIA, junto a Madres de Plaza de Mayo de La Plata, varios dirigentes gremiales, sociales, universitarios, estudiantiles, de trabajadores ocupados y desocupados y de partidos de izquierda, además de los organismos de derechos humanos. "Ahora, ahora, resulta indispensable, aparición con vida y castigo a los culpables", cantaban las columnas al ingresar a Plaza de Mayo, igual que hace tres décadas.
"Con la lucha conseguimos la nulidad de las leyes de impunidad, que casi 300 represores estén procesados, que Miguel Etchecolatz fuera condenado a cadena perpetua con cárcel común y que un tribunal reconociera por primera vez que en nuestro país hubo un genocidio", se escuchó en la potente voz de Liliana Daunes cuando comenzó la lectura del documento del EMVyJ. "El precio que los genocidas pretenden hacernos pagar por esos triunfos es el secuestro y la desaparición de uno de los testigos de ese juicio, nuestro compañero Jorge Julio López", completó la militante locutora. Minutos antes, habían sido colocados cuatro cerámicos especialmente creados por los obreros y obreras de la recuperada fábrica Zanón, con la misma exigencia a la actual administración de que el testigo aparezca vivo. Fueron pegados al pie de la Pirámide de Mayo y al lado de la placa bajo la cual están las cenizas de la madre de Plaza de Mayo Azucena Villaflor.
Las Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, las Abuelas de Plaza de Mayo y la agrupación HIJOS se ubicaron al final de las columnas y difundieron su propio documento. "Acá estamos los organismos en el aniversario de la desaparición de Julio López, y me corre frío cuando digo que en democracia tengamos que gritar aparición con vida. No digo que el gobierno nos oculte absolutamente nada, pero al menos que nos digan qué están haciendo. No puede ser que en democracia tengamos un desaparecido y que no tengamos noticias. A Julio López no se lo tragó la tierra, y sí, el Estado es responsable", expresó a Página/12 Tati Almeida, con su pañuelo blanco y sosteniendo una bandera argentina. Por su parte, Nora Cortiñas, en la misma actitud, manifestó: "No se hizo lo que se tenía que hacer, se lo abandonó a Julio desde el propio Estado, cuando hubo datos y pistas hubo indiferencia, debilidad o ineficiencia. Un desaparecido es del pueblo y del gobierno, y tenían que buscarlo con todas las fuerzas, y eso no se hizo. Ahora ofrecer una recompensa es como del far west. Una desaparición la puede realizar sólo bolsones de represores que quedaron en la impunidad, y el Gobierno tiene que terminar con esto". Página/12 le preguntó sobre el efecto social de la desaparición de López. "La intención es meter miedo y era parar los juicios. No los vamos a parar, todo el trabajo de este año lo hicieron los detenidos desaparecidos y los testigos de los juicios, por eso vamos a seguir apoyándolos. El ‘nunca más' sólo va a darse si realmente hay voluntad política, por eso el Presidente debió ponerse al frente de la búsqueda y no dejar que los ministros contesten las barbaridades que escuchamos", respondió.
El documento del Encuentro dejaba menos lugar para los matices: "El gobierno nacional y provincial y el Poder Judicial se encargaron de garantizar la impunidad de los culpables, obstruyendo en forma sistemática toda pista que pudiera dar con los responsables. Le entregaron la investigación a aquellos que deben ser investigados: la SIDE, el Servicio Penitenciario Federal, la Policía Bonaerense y la Federal, todos organismos que se encargaron de ocultar información, frustrar pruebas, abandonar líneas de investigación, sin que ninguno de los responsables de estas graves irregularidades hayan recibido sanción alguna", denunciaron las más de 500 organizaciones que lo firmaron. En un tono de esperanza destacaron que "ninguno de los más de 50 testigos propuestos por la querella unificada del juicio oral al ex capellán de la bonaerense Christian Von Wernich se negó a declarar contra el genocida".
Los párrafos siguientes fueron dedicados a "las luchas populares que tampoco fueron frenadas por la desaparición de Julio". Pidieron castigo a los asesinos del maestro neuquino Carlos Fuentealba, la lucha del cuerpo de delegados del Subte, del Indec, del Bauen, del Hospital Francés y del Clínicas; exigieron el retiro de la Gendarmería de Santa Cruz, así como el "desprocesamiento de luchadores populares, la libertad de todos los presos políticos y la anulación de la ley antiterrorista". "Estamos en la calle como hace treinta años lo estaban los secuestrados en la Noche de los Lápices", recordaron.
Optimismo de Ministros
El ministro del Interior, Aníbal Fernández, y el ministro de Seguridad de Buenos Aires, León Arslanian, destacaron ayer lo actuado por la Justicia luego de la desaparición de Jorge Julio López. Fernández incluyó a las fuerzas de seguridad en su reconocimiento. Aseguró que tanto ellas como la Justicia "no se han quedado quietas un solo segundo". El ministro puso el centro en la actuación de la Justicia y dijo que las fuerzas federales a su cargo, como las de inteligencia, como el Estado tanto nacional y provincial, "han hecho todas las diligencias que la Justicia ha ordenado".
Arslanian se manifestó "optimista" y dijo que "se está trabajando sobre pistas muy firmes". Puntualizó que "hay gente sospechada, vinculada a fuerzas policiales y militares, que están en el foco de la investigación". El ministro de Seguridad bonaerense opinó que López "no fue elegido al azar sino por lo que significa ser testigo de cargo en uno de los casos más simbólicos de la represión de la dictadura militar en la provincia de Buenos Aires". Destacó que el esclarecimiento del caso implica "romper con una estructura mafiosa subsistente".
Hace un año fue visto por última vez caminando por su barrio, y no pudo estar presente cuando la Justicia condenó a su victimario. Ayer, en todo el país hubo movilizaciones por la aparición con vida del testigo Jorge Julio López y su hijo tuvo que improvisar una conferencia de prensa en la puerta de la casa de Los Hornos. Adentro, Irene de López no paró de llorar en todo el día. El 18 de septiembre de 2006 "secuestraban a López, hoy en esta Plaza y en decenas de plazas del país le exigimos al gobierno su aparición con vida ya, basta de impunidad y castigo a los culpables", fue la consigna que cerró el documento leído en Plaza de Mayo al término de la enorme marcha convocada por el Encuentro Memoria, Verdad y Justicia (EMVyJ). Las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo e HIJOS acompañaron la movilización y difundieron su propio comunicado. "Doce meses sin ninguna verdad es demasiado para la angustia familiar y social y no lo debemos tolerar. Queremos y exigimos la verdad. Queremos y exigimos justicia", dijeron.
El 18 de septiembre del año pasado López pegó el involuntario faltazo a la audiencia de los alegatos en el juicio contra el ex director de Investigaciones de la Policía Bonaerense Miguel Etchecolatz, donde había señalado a ese represor como quien condujo la patota que lo secuestró y asesinó a Patricia Dell'Orto y Ambrosio de Marco. El ex comisario fue sentenciado a prisión perpetua por delitos cometidos en el marco de un genocidio, pero López no llegó a presenciar ese momento.
La principal marcha comenzó a media tarde, cuando las columnas de manifestantes empezaron a juntarse en los alrededores de la Plaza Congreso. En Avenida de Mayo y Santiago del Estero se ubicó la cabecera con la bandera usada en cada marcha anterior, sostenida por la ex detenida Adriana Calvo, la abogada Myriam Bregman, Diana Kordon, de Liberpueblo, y Laura Ginsberg, de Agrupación por el esclarecimiento de la masacre impune de la AMIA, junto a Madres de Plaza de Mayo de La Plata, varios dirigentes gremiales, sociales, universitarios, estudiantiles, de trabajadores ocupados y desocupados y de partidos de izquierda, además de los organismos de derechos humanos. "Ahora, ahora, resulta indispensable, aparición con vida y castigo a los culpables", cantaban las columnas al ingresar a Plaza de Mayo, igual que hace tres décadas.
"Con la lucha conseguimos la nulidad de las leyes de impunidad, que casi 300 represores estén procesados, que Miguel Etchecolatz fuera condenado a cadena perpetua con cárcel común y que un tribunal reconociera por primera vez que en nuestro país hubo un genocidio", se escuchó en la potente voz de Liliana Daunes cuando comenzó la lectura del documento del EMVyJ. "El precio que los genocidas pretenden hacernos pagar por esos triunfos es el secuestro y la desaparición de uno de los testigos de ese juicio, nuestro compañero Jorge Julio López", completó la militante locutora. Minutos antes, habían sido colocados cuatro cerámicos especialmente creados por los obreros y obreras de la recuperada fábrica Zanón, con la misma exigencia a la actual administración de que el testigo aparezca vivo. Fueron pegados al pie de la Pirámide de Mayo y al lado de la placa bajo la cual están las cenizas de la madre de Plaza de Mayo Azucena Villaflor.
Las Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, las Abuelas de Plaza de Mayo y la agrupación HIJOS se ubicaron al final de las columnas y difundieron su propio documento. "Acá estamos los organismos en el aniversario de la desaparición de Julio López, y me corre frío cuando digo que en democracia tengamos que gritar aparición con vida. No digo que el gobierno nos oculte absolutamente nada, pero al menos que nos digan qué están haciendo. No puede ser que en democracia tengamos un desaparecido y que no tengamos noticias. A Julio López no se lo tragó la tierra, y sí, el Estado es responsable", expresó a Página/12 Tati Almeida, con su pañuelo blanco y sosteniendo una bandera argentina. Por su parte, Nora Cortiñas, en la misma actitud, manifestó: "No se hizo lo que se tenía que hacer, se lo abandonó a Julio desde el propio Estado, cuando hubo datos y pistas hubo indiferencia, debilidad o ineficiencia. Un desaparecido es del pueblo y del gobierno, y tenían que buscarlo con todas las fuerzas, y eso no se hizo. Ahora ofrecer una recompensa es como del far west. Una desaparición la puede realizar sólo bolsones de represores que quedaron en la impunidad, y el Gobierno tiene que terminar con esto". Página/12 le preguntó sobre el efecto social de la desaparición de López. "La intención es meter miedo y era parar los juicios. No los vamos a parar, todo el trabajo de este año lo hicieron los detenidos desaparecidos y los testigos de los juicios, por eso vamos a seguir apoyándolos. El ‘nunca más' sólo va a darse si realmente hay voluntad política, por eso el Presidente debió ponerse al frente de la búsqueda y no dejar que los ministros contesten las barbaridades que escuchamos", respondió.
El documento del Encuentro dejaba menos lugar para los matices: "El gobierno nacional y provincial y el Poder Judicial se encargaron de garantizar la impunidad de los culpables, obstruyendo en forma sistemática toda pista que pudiera dar con los responsables. Le entregaron la investigación a aquellos que deben ser investigados: la SIDE, el Servicio Penitenciario Federal, la Policía Bonaerense y la Federal, todos organismos que se encargaron de ocultar información, frustrar pruebas, abandonar líneas de investigación, sin que ninguno de los responsables de estas graves irregularidades hayan recibido sanción alguna", denunciaron las más de 500 organizaciones que lo firmaron. En un tono de esperanza destacaron que "ninguno de los más de 50 testigos propuestos por la querella unificada del juicio oral al ex capellán de la bonaerense Christian Von Wernich se negó a declarar contra el genocida".
Los párrafos siguientes fueron dedicados a "las luchas populares que tampoco fueron frenadas por la desaparición de Julio". Pidieron castigo a los asesinos del maestro neuquino Carlos Fuentealba, la lucha del cuerpo de delegados del Subte, del Indec, del Bauen, del Hospital Francés y del Clínicas; exigieron el retiro de la Gendarmería de Santa Cruz, así como el "desprocesamiento de luchadores populares, la libertad de todos los presos políticos y la anulación de la ley antiterrorista". "Estamos en la calle como hace treinta años lo estaban los secuestrados en la Noche de los Lápices", recordaron.
Optimismo de Ministros
El ministro del Interior, Aníbal Fernández, y el ministro de Seguridad de Buenos Aires, León Arslanian, destacaron ayer lo actuado por la Justicia luego de la desaparición de Jorge Julio López. Fernández incluyó a las fuerzas de seguridad en su reconocimiento. Aseguró que tanto ellas como la Justicia "no se han quedado quietas un solo segundo". El ministro puso el centro en la actuación de la Justicia y dijo que las fuerzas federales a su cargo, como las de inteligencia, como el Estado tanto nacional y provincial, "han hecho todas las diligencias que la Justicia ha ordenado".
Arslanian se manifestó "optimista" y dijo que "se está trabajando sobre pistas muy firmes". Puntualizó que "hay gente sospechada, vinculada a fuerzas policiales y militares, que están en el foco de la investigación". El ministro de Seguridad bonaerense opinó que López "no fue elegido al azar sino por lo que significa ser testigo de cargo en uno de los casos más simbólicos de la represión de la dictadura militar en la provincia de Buenos Aires". Destacó que el esclarecimiento del caso implica "romper con una estructura mafiosa subsistente".
19 de septiembre de 2007
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