Blogia
mQh

matrimonios subvencionados


[Henry Chu] Un regalo para las parejas de castas diferentes de India. En un esfuerzo por disolver el antiguo sistema social, el gobierno está pagando a cualquiera que se case con un miembro de una casta inferior.
Bairaghar, India. Un montón de mujeres pueden creer que merecen una recompensa por casarse con sus maridos, pero Madhavi Arwar va a recibir una en realidad -y nada menos que del gobierno indio.
No es que su marido Chandrashekhar no le convenga. De hecho, es un tipo apuesto, tiene un trabajo estable en una compañía de seguros y adora a su hijo de mejillas sonrosadas.
Pero él es un dalit, un ‘intocable', la casta más baja del antiguo sistema de castas de India. Madhavi no es una dalit, y por casarse con alguien de más abajo de la escala social, tiene derecho a 250 dólares, más un certificado de agradecimiento.
"Me sorprendió un poco que estén dando dinero incluso para una cosa como el matrimonio", dijo Madhavi, 33, en su salita aquí en India central.
Esta inesperada golpe de fortuna es parte de una campaña del gobierno para socavar las barreras entre las castas, la compleja jerarquía en la que se determina el lugar de una persona en la sociedad sobre la base de su nacimiento.
Mientras India lucha por modernizarse y transformarse a sí misma en un importante actor en la economía mundial, los políticos saben que necesitan erradicar esas milenarias divisiones y ampliar las oportunidades de movilidad social de los mil cien millones de habitantes, incluyendo a la mayoría que han sido considerados históricamente oprimidos y de castas inferiores.
Desde hace años que se vienen implementando cuotas obligatorias en la educación y en el empleo en el sector público. Ahora las compañías privadas -la máquina del rápido crecimiento económico de India- también están tratando de adiestrar y emplear a más empleados de castas inferiores.
Las campañas de integración han tenido algún éxito, especialmente en ciudades prósperas como Nueva Delhi y Bombay, donde las distinciones de casta son algo borrosas. Brahmanes de casta superior se sientan junto a dalits en los atiborrados autobuses del transporte público. Los indios de casta superior -que en el campo podrían incluso, por temor a la ‘contaminación espiritual', rechazar usar el mismo pozo de agua que gente de castas inferiores e intocables- son atendidos por camareros de castas inferiores en los nuevos y exclusivos restaurantes. Dalits ocupan algunas de las posiciones más altas en el gobierno indio.

Último Obstáculo
Pero una institución se ha mostrado testarudamente resistente al cambio: el matrimonio.
Revisad los anuncios de matrimonio en cualquier diario de domingo, y la importancia de la casta se hace pronto evidente. En un país donde la inmensa mayoría de los matrimonios son convenidos, los padres que buscan pareja para sus hijos ensalzan a sus hijos e hijas elegibles presentándolos como ‘agarwal', ‘khatri', ‘gupta' o ‘jat', todos nombres de casta o de comunidades cuyas afiliaciones de casta se entienden inmediatamente.
En un sondeo del año pasado por el Centro para el Estudio de las Sociedades en Desarrollo de Nueva Delhi, el 74 por ciento de los indios dijo que los matrimonios entre castas eran inaceptables, pese a una ley aprobada hace 52 años que afirmaba expresamente el derecho del individuo a casarse con quien quisiera.
"Es muy difícil", reconoció en una entrevista Meira Kumar, la ministro india de justicia social y capacitación. "No se puede legislar sobre una manera de pensar. No se puede decretar una actitud".
El sistema de castas se remonta a miles de años en India, aunque su origen exacto y su evolución hasta su forma actual es materia de polémica.
En general la gente se dividía en cuatro grupos: los brahmanes, o casta sacerdotal; una casta de guerreros y caballeros; una casta de comerciantes; y una casta de trabajadores manuales, de servicio y agrícolas. Aquellos llamados ‘intocables' eran considerados tan sucios que ni siquiera pertenecían técnicamente a una casta y estaban fuera del sistema, recibiendo los trabajos más degradantes, algunos de los cuales persisten todavía, como el aseo de los retretes públicos, con poco más que sus manos.
La India moderna empezó con una visión de una sociedad basada en la dignidad para todos, y la discriminación por casta fue declarada ilegal después de la independencia de 1947. Pero las ideas de casta, que se heredan por línea paterna, siguen ejerciendo una fuerte influencia en la vida política y en la sociedad y, pese a que se identifica con el hinduismo, cruza todas las líneas religiosas y afecta igualmente a musulmanes y cristianos.
En ninguna parte es esto más verdadero con respecto al matrimonio, un bastión del sistema de castas y los medios por los cuales se ha mantenido y reforzado la segregación por grupos en el curso de los siglos.
Aunque no existen cifras oficiales sobre el número de parejas de castas diferentes, los expertos dudan de que esas alianzas constituyan más que una pequeña fracción del total. Probablemente la mayoría son fugas o ‘matrimonios por amor', antes que uniones convenidas.

Paso Peligroso
Las consecuencias por romper con la tradición, especialmente por casarse con un ‘intocable', pueden ser severas.
Las parejas de castas desiguales que desafían los anhelos de sus padres son a menudo expulsadas de sus familias. En las aldeas rurales, ancianos hostiles encuentran modos de invalidar esas uniones, a veces alegando que uno de los miembros de la pareja fue obligado, y metiendo al otro en la cárcel. O la pareja es acosada hasta que se marcha de la comunidad, o les despojan de sus propiedades y casas.
"La gente está moral y éticamente, a sabiendas o no, comprometida con este sistema", dijo Pawan Kumar Shrivastava, que trabaja para el gobierno del estado de Madhya Pradesh, en un departamento dedicado a ayudar a los dalits y otros grupos oprimidos. "Está tan enraizado en nuestro sistema social que cuando alguien trata de eludirlo, de desviarse de las normas, debe hacer frente a la ira social".
En algunos casos, los familiares han recurrido al ‘asesinato por honor'. El año pasado, un brahmán y dos amigos de una ciudad cercana a Bombay, fueron sentenciados a la horca por asesinar al cuñado del brahmán y otros tres hombres, para vengar el ‘insulto' sufrido por el matrimonio de su hermana con alguien de una casta inferior.
Hace unos años, una chica de casta superior y un chico dalit fueron públicamente ejecutados por sus familiares en Nueva Delhi debido a su romance, contó Prem Chodhry, que ha escrito un libro sobre matrimonios no tradicionales.
"Fueron aprehendidos y asesinados frente a toda la aldea para a) recuperar el honor de la familia, y b) sentar un ejemplo", dijo Chowdhry. "Fue claramente un espectáculo. Fue hecho para asustar a la gente para que no les imiten".
La Corte Suprema de India ha condenado esos asesinatos como bárbaros, declarando que los matrimonios entre castas sirven "los intereses nacionales, pues destruirán el sistema de castas".
Pero los intentos del gobierno de hacer de Cupido, con un puñado de plata en lugar de un carcaj de flechas, ha tenido magros resultados.
Aquí en Madhya Pradesh, un estado de sesenta millones de personas, el año fiscal pasado sólo 97 parejas reclamaron el subsidio de 250 dólares para matrimonios entre dalits y no dalits. Sólo catorce parejas se acogieron al programa de incentivos en el estado de Bihar, al este del país, donde el antagonismo entre algunas comunidades es tan fuerte que algunas terratenientes mantienen milicias personales, lo que a veces resulta en enfrentamientos armados.
Kumar, ministro de justicia social y capacitación, dijo que el número de parejas de castas desiguales es probablemente más alto, porque no todos están enterados del subsidio o no les interesa. Pero ha ordenado subir el bono a 1.250 dólares, una suma considerable en un país donde el ingreso per cápita anual es menos de la mitad de este dinero.
Para Daduram Balai y Jyoti Prajapati, casarse no tiene nada que ver con las dádivas del gobierno y todo con seguir el dictado de sus corazones.
Se conocieron en la escuela cuando eran adolescentes. Pero entonces, Balai, un dalit, ya había sido tocado por la discriminación. Cuando una vez tocó las pertenencias de un niño de casta alta en la escuela, la familia del niño las quemó. A veces aldeanos de castas altas asperjan el camino detrás de sí con agua del Río Ganges sagrado, para limpiar la ‘mancha' de su ‘intocabilidad'.
Así que después de que Balai y Prajapati se casaron hace doce años, no les sorprendió cuando los padres de novia trataron de disuadir a la hija de casta superior de que se deshicieran de su marido. Ella se negó.
"Nunca hemos permitido que las castas nos separe", dijo Balai, 33.
Ambos lados de la familia aceptaron finalmente la relación de la pareja. Balai y Prajapati tiene ahora dos hijos y viven en Bhopal, la capital de Madhya Pradesh.
No les preocupa a quién elegirán sus hijos cuando deban escoger esposa.
"Es cosa de ellos, totalmente", dijo Balai.

henry.chu@latimes.com

6 de noviembre de 2007
4 de noviembre de 2007
©los angeles times
©traducción mQh
rss


0 comentarios