sexo con muñecos eléctricos
[R. Ahumada] Sexo con robots: placer sin contagio.
Santiago, Chile. David Laevy, autor del libro ‘Sexo con robots' cree que antes de 40 años los seres humanos y las máquinas tendrán relaciones sexuales. Actualmente las real dolls -muñecas a escala real, con pelo humano y sensores en sus senos y boca- son lo más parecido a un robot sexual. Se venden en todo el mundo y chilenos ya las han comprado.
Gigoló Joe, el robot sexual de la película ‘Inteligencia artificial', encarnado por el actor británico Jude Law, cuya programación le permitía dar placer ilimitado y ofrecer conversaciones y ayuda emocional a sus clientas, podría dejar de ser una fantasía de la ciencia ficción. Según algunos expertos en tecnología robótica, de aquí a unos cuarenta años más podríamos tener relaciones sexuales con humanoides, los que además de no sufrir jaquecas imprevistas o disfunciones, podrían establecer una conversación postcoital.
Al menos así lo cree David Levy, autor de ‘Sexo con los robots: la evolución de las relaciones Humanos-Robots', que declaró que una femme fatal electrónica o un macho mecánico superdotado podrían ser realidad en un futuro no muy lejano. "¡Imagínenselo: sexo a voluntad, las 24 horas, los siete días!" de la semana, exclama. Todo esto a raíz de que en noviembre pasado, unos investigadores de la Universidad de Waseda, Japón, presentaron un robot que sabe cocinar y puede utilizar sus manos de silicona para interactuar con los humanos.
Sin embargo, otros expertos como Frédéric Kaplan, programador del cerebro del perro Aibo, de Sony, es más escéptico. "No creo que vayamos a tener robots parecidos a los humanos en ese lapso de tiempo", dice el investigador en la Escuela Politécnica Federal de Lausana, en Suiza.
Muñecas Electrónicas
En Japón, las realdolls son lo más parecido a un robot sexual: muñecas hechas a pedido, a escala real, con pelo humano y que cuentan con censores en puntos estratégicos que las hacen reproducir gemidos. En su página de internet (www.realdoll.com) se pueden leer los comentarios de sus clientes alabando el producto estrella de Abyss Creations. También se pueden ver las dieciséis opciones entre rubias, morenas, asiáticas e incluso una de fantasía. Para las mujeres sólo está Charlie, el único macho a escala que no arruga ni pregunta qué tal estuvo.
También en Chile
A Chile, por ejemplo, llegó hace un tiempo una musa hecha de silicona, de un metro sesenta de estatura, ojos verdes, tez blanca y pelo negro. No habla, no sobregira tarjetas de créditos, pero costó alrededor de siete millones de pesos al chileno que la encargó desde el extranjero. "Un tipo joven, excéntrico y con suficiente plata para comprarla", dice Danissa González, dueña del sex shop criollo Fruto Prohibido.
Sin embargo, en nuestro país el placer de sexo ilimitado con un cuerpo lo más parecido a un humano ha sido desplazado por otros artefactos que ocupan menos espacio. Las antiguas muñecas inflables pasaron de moda. Ahora la llevan los masturbadores a pilas o eléctricos con forma de una lata de bebida o un tarro de pelotas de tenis. "Ahora están de moda las vaginas que no parecen vaginas, que pasan re piola y los puedes tener en la pieza", dice Danissa González.
Si bien las muñecas electrónicas posiblemente no estarán en unos cuantos años en vitrina nacionales, la dueña de la tienda de artículos eróticos dice que podrían llegar a Chile, pero a un grupo que pueda pagar una de ellas. "Los clientes me comentan que prefieren tener relaciones con una muñeca antes que meterse con una mujer de verdad que los pueda contagiar de algo".
Los compradores de fetiches eróticos ya están esperando ordenar su propia 'chica eléctrica', que a pesar de tener un elevado costo, viene con un beneficio adicional único: la suegra viene por separado.
Gigoló Joe, el robot sexual de la película ‘Inteligencia artificial', encarnado por el actor británico Jude Law, cuya programación le permitía dar placer ilimitado y ofrecer conversaciones y ayuda emocional a sus clientas, podría dejar de ser una fantasía de la ciencia ficción. Según algunos expertos en tecnología robótica, de aquí a unos cuarenta años más podríamos tener relaciones sexuales con humanoides, los que además de no sufrir jaquecas imprevistas o disfunciones, podrían establecer una conversación postcoital.
Al menos así lo cree David Levy, autor de ‘Sexo con los robots: la evolución de las relaciones Humanos-Robots', que declaró que una femme fatal electrónica o un macho mecánico superdotado podrían ser realidad en un futuro no muy lejano. "¡Imagínenselo: sexo a voluntad, las 24 horas, los siete días!" de la semana, exclama. Todo esto a raíz de que en noviembre pasado, unos investigadores de la Universidad de Waseda, Japón, presentaron un robot que sabe cocinar y puede utilizar sus manos de silicona para interactuar con los humanos.
Sin embargo, otros expertos como Frédéric Kaplan, programador del cerebro del perro Aibo, de Sony, es más escéptico. "No creo que vayamos a tener robots parecidos a los humanos en ese lapso de tiempo", dice el investigador en la Escuela Politécnica Federal de Lausana, en Suiza.
Muñecas Electrónicas
En Japón, las realdolls son lo más parecido a un robot sexual: muñecas hechas a pedido, a escala real, con pelo humano y que cuentan con censores en puntos estratégicos que las hacen reproducir gemidos. En su página de internet (www.realdoll.com) se pueden leer los comentarios de sus clientes alabando el producto estrella de Abyss Creations. También se pueden ver las dieciséis opciones entre rubias, morenas, asiáticas e incluso una de fantasía. Para las mujeres sólo está Charlie, el único macho a escala que no arruga ni pregunta qué tal estuvo.
También en Chile
A Chile, por ejemplo, llegó hace un tiempo una musa hecha de silicona, de un metro sesenta de estatura, ojos verdes, tez blanca y pelo negro. No habla, no sobregira tarjetas de créditos, pero costó alrededor de siete millones de pesos al chileno que la encargó desde el extranjero. "Un tipo joven, excéntrico y con suficiente plata para comprarla", dice Danissa González, dueña del sex shop criollo Fruto Prohibido.
Sin embargo, en nuestro país el placer de sexo ilimitado con un cuerpo lo más parecido a un humano ha sido desplazado por otros artefactos que ocupan menos espacio. Las antiguas muñecas inflables pasaron de moda. Ahora la llevan los masturbadores a pilas o eléctricos con forma de una lata de bebida o un tarro de pelotas de tenis. "Ahora están de moda las vaginas que no parecen vaginas, que pasan re piola y los puedes tener en la pieza", dice Danissa González.
Si bien las muñecas electrónicas posiblemente no estarán en unos cuantos años en vitrina nacionales, la dueña de la tienda de artículos eróticos dice que podrían llegar a Chile, pero a un grupo que pueda pagar una de ellas. "Los clientes me comentan que prefieren tener relaciones con una muñeca antes que meterse con una mujer de verdad que los pueda contagiar de algo".
Los compradores de fetiches eróticos ya están esperando ordenar su propia 'chica eléctrica', que a pesar de tener un elevado costo, viene con un beneficio adicional único: la suegra viene por separado.
13 de febrero de 2008
©la nación
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