los gansos no lo salvaron
[Jorge Escalante] El ex agente los cuidaba y mantenía para que lo alertaran de la presencia de cualquier extraño. Ni ‘gansos alarma' evitaron captura del ‘Fifo' Palma.
Décima Región, Temuco, Chile. Equipo de la Policía de Investigaciones que lo capturó permaneció varios días, a veces bajo la lluvia, oculto entre el follaje de un bosque para seguir sus movimientos antes de arrestarlo el martes pasado en una casa rodante en la X Región.
El grupo de policías pasó por encima de los gansos y rodeó la casa rodante del ‘Fifo' Palma.
Eran las nueve de la mañana del martes pasado. Las aves que el ex agente del Comando Conjunto (CC) César Palma Ramírez alimentaba a diario para que lo alertaran de cualquier movimiento extraño, "no alcanzaron a decir ni pío" según una fuente policial.
Los funcionarios de la Brigada de Derechos Humanos de Investigaciones entraron como un ciclón a la casa rodante y lo detuvieron. Junto a ellos, entró también el subprefecto Juan Astorga de la Brigada contra el Crimen Organizado. La operación fue reforzada por funcionarios de Temuco.
-¿Cómo me encontraron?-, fue lo único que alcanzó a decir Palma Ramírez a sus captores, los siete policías que observaban sus movimientos desde hacía una semana. El ‘Fifo' estaba convencido de que su escondite era perfecto.
El equipo policial pasó los últimos dos días con sus noches bajo la lluvia y mimetizado entre follaje de un bosque, espiando con prismáticos a distancia cada movimiento de Palma.
También observaban el comportamiento de los ‘gansos alarma', cuidándose de que éstos no advirtieron su presencia porque podían echar por tierra la tarea y advertir al prófugo.
Entre el voladero de plumas de las apetitosas aves, Palma fue sacado esposado de la casa rodante en la que desde noviembre pasado se había instalado al interior de una parcela de unas tres hectáreas, a ocho kilómetros de Freire en la X Región.
El principal contacto que el ex agente tuvo en todo este tiempo fue su mujer, quien le llevaba lo necesario y a veces lo acompañaba. Lo apacible y aislado de la zona favorecía el escondrijo, pues las sospechas que el personaje despertaba en la comunidad eran muy reducidas.
Orden Judicial
Cuando los detectives estuvieron convencidos de que era Palma Ramírez, quien no había cambiado su aspecto, el domingo pasado se comunicaron con el encargado de la Jefatura Nacional de Derechos Humanos, prefecto José Cabión.
Por muy rodante que fuera, requerían una orden judicial para ingresar a la casa. El lunes a primera hora Cabión fue al despacho del ministro Juan Eduardo Fuentes y solicitó la orden que llegó a manos del escuadrón policial.
Fuentes es el instructor de la causa por la desaparición en 1976 del militante comunista Carlos Contreras Maluje, en la que el "Fifo" fue condenado a tres años de presidio que hasta ahora eludía cumplir.
Palma Ramírez, ex agente civil adscrito a la FACH, era el último represor prófugo de la justicia, y no tenía intención de entregarse.
El trabajo policial se encontró con la dificultad de no poder intervenir el teléfono móvil del ‘Fifo'. Porque Investigaciones no tiene la tecnología para hacerlo y porque el juez Fuentes Belmar -ministro que, según los abogados querellantes poco ha hecho en materia de derechos humanos- no es partidario de las intervenciones telefónicas.
Salvo contadas excepciones (maletines de corto alcance), la intervención de celulares sólo se puede hacer a través de las compañías prestadoras del servicio.
Décima Región, Temuco, Chile. Equipo de la Policía de Investigaciones que lo capturó permaneció varios días, a veces bajo la lluvia, oculto entre el follaje de un bosque para seguir sus movimientos antes de arrestarlo el martes pasado en una casa rodante en la X Región.
El grupo de policías pasó por encima de los gansos y rodeó la casa rodante del ‘Fifo' Palma.
Eran las nueve de la mañana del martes pasado. Las aves que el ex agente del Comando Conjunto (CC) César Palma Ramírez alimentaba a diario para que lo alertaran de cualquier movimiento extraño, "no alcanzaron a decir ni pío" según una fuente policial.
Los funcionarios de la Brigada de Derechos Humanos de Investigaciones entraron como un ciclón a la casa rodante y lo detuvieron. Junto a ellos, entró también el subprefecto Juan Astorga de la Brigada contra el Crimen Organizado. La operación fue reforzada por funcionarios de Temuco.
-¿Cómo me encontraron?-, fue lo único que alcanzó a decir Palma Ramírez a sus captores, los siete policías que observaban sus movimientos desde hacía una semana. El ‘Fifo' estaba convencido de que su escondite era perfecto.
El equipo policial pasó los últimos dos días con sus noches bajo la lluvia y mimetizado entre follaje de un bosque, espiando con prismáticos a distancia cada movimiento de Palma.
También observaban el comportamiento de los ‘gansos alarma', cuidándose de que éstos no advirtieron su presencia porque podían echar por tierra la tarea y advertir al prófugo.
Entre el voladero de plumas de las apetitosas aves, Palma fue sacado esposado de la casa rodante en la que desde noviembre pasado se había instalado al interior de una parcela de unas tres hectáreas, a ocho kilómetros de Freire en la X Región.
El principal contacto que el ex agente tuvo en todo este tiempo fue su mujer, quien le llevaba lo necesario y a veces lo acompañaba. Lo apacible y aislado de la zona favorecía el escondrijo, pues las sospechas que el personaje despertaba en la comunidad eran muy reducidas.
Orden Judicial
Cuando los detectives estuvieron convencidos de que era Palma Ramírez, quien no había cambiado su aspecto, el domingo pasado se comunicaron con el encargado de la Jefatura Nacional de Derechos Humanos, prefecto José Cabión.
Por muy rodante que fuera, requerían una orden judicial para ingresar a la casa. El lunes a primera hora Cabión fue al despacho del ministro Juan Eduardo Fuentes y solicitó la orden que llegó a manos del escuadrón policial.
Fuentes es el instructor de la causa por la desaparición en 1976 del militante comunista Carlos Contreras Maluje, en la que el "Fifo" fue condenado a tres años de presidio que hasta ahora eludía cumplir.
Palma Ramírez, ex agente civil adscrito a la FACH, era el último represor prófugo de la justicia, y no tenía intención de entregarse.
El trabajo policial se encontró con la dificultad de no poder intervenir el teléfono móvil del ‘Fifo'. Porque Investigaciones no tiene la tecnología para hacerlo y porque el juez Fuentes Belmar -ministro que, según los abogados querellantes poco ha hecho en materia de derechos humanos- no es partidario de las intervenciones telefónicas.
Salvo contadas excepciones (maletines de corto alcance), la intervención de celulares sólo se puede hacer a través de las compañías prestadoras del servicio.
13 de marzo de 2008
©la nación
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