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murió w.c. heinz


[Mary Rourke] El periodista deportivo y novelista, autor de ‘The Professional' y co-autor de ‘MASH', fue un precursor del ‘nuevo periodismo'.
Este miércoles murió W.C. Heniz, periodista deportivo y novelista que describía a campeones y contendientes con cruda precisión, en una residencia con atención médica en Bennington, Vermont. Tenía 93 años. La causa de su muerte fueron complicaciones derivadas de la vejez, informó su hija Gayl Heinz.
"Heinz era el mejor", dijo el miércoles el Times el columnista Jimmy Breslin. Sus artículos deportivos eran "supremos, intocables", dijo Breslin.
En una carrera de más de cincuenta años, Heinz escribió novelas y cuentos, columnas de periódicos y artículos para revistas, pero incluso su ficción creció de sus habilidades como periodista. Le atraían todos los tipos de combate profesional, desde los campos de batalla de la guerra hasta los deportes más populares. El boxeo fue la metáfora de la brutal contienda por la vida que cautivó su imaginación.
Desarrolló una técnica que lo llevaba al corazón de las historias, donde podía observar de cerca a sus entrevistados y captar su modo de hablar espontáneo. Fue un método que se haría más tarde popular entre los escritores del ‘nuevo periodismo' de los años sesenta, especialmente Tom Wolfe y Gay Talese.
Sin embargo, Heinz insistió en mantenerse él mismo fuera de los reportajes, que distingue su trabajo del nuevo periodismo.
"El escritor debe ser invisible", dijo. "Debe prestar atención al modo en que hablan las personas", dijo. "Y debe ponerlo en el papel".
Wilfred Charles Heinz firmaba solamente con sus iniciales, pero era conocido como Bill. Empezó su carrera periodística a fines de los años treinta en el ahora desaparecido periódico New York Sun de Manhattan.
La mayoría de sus fans consideran sus crónicas y su primera novela ‘El profesional' [The Professional] (1958) como lectura obligatoria. En la novela, narra la vida de un boxeador profesional de peso mediano durante su entrenamiento. La historia surgió de los años que pasó junto al ring en el Stillman's Gym en la Octava Avenida en Manhattan. Ernest Hemingway y Elmore Leonard le escribieron ambos cartas de admiración después de leer el libro. Hemingway dijo que "la única buena novela que he leído sobre un boxeador y una excelente primera novela".
Para Leonard se convirtió en un modelo. "Yo estaba aprendiendo a escribir en los años cincuenta y aprendí un montón de Heinz", dijo Leonard hace poco al Times. Leía los artículos de Heinz. "Heinz incluía un montón de diálogo en sus escritos. Podía poner a hablar a los deportistas".
El diálogo no interrumpido es una característica del estilo de Heinz. En ‘El profesional', un periodista pregunta al contendor por qué se sube al ring.
"¿Cómo es que te gusta tanto el boxeo?"
"Porque tiene mucho".
"¿Qué quieres decir?"
"La ley básica del hombre. La verdad de la vida. Es una pelea de hombre a hombre, y si vas a derrotar a otro hombre, tienes que derrotarlo completamente. No matarlo de hambre, como hacen en el pulcro y competitivo mundo del comercio, sino dejarlo tirado, inconsciente, en la lona".
Otro de los libros más populares de Heinz es ‘Run to Daylight!' -escrito en 1963 con el entrenador de los Green Bay Packers, Vince Lombardi. Heinz vivió en la casa del entrenador durante dos semanas como parte de su investigación, y el libro salió a la venta justo cuando Lombardi se estaba haciendo famoso. Al final de la década llevó a los Packers a victorias en el Super Tazón. El libro se lee como si fuera un diario de vida -tenso e inmediato, porque está escrito en el presente con la voz de Lombardi.
"Cuando vuelven a salir, el rugido de las graderías se nos viene encima como olas y yo estoy en el medio, agachándome, con el equipo apretándome alrededor.
"‘Todos sabemos lo que esto significa', digo. ‘Todos sabemos lo que significa. Sabemos que tenemos que atacar y golpear. Hagámoslo. Vamos a darles duro. Vamos'.
"Se separan entonces, gritando, y nuestro equipo corre hacia mi derecha para contener el saque. Desde el otro lado, el otro equipo está rompiendo filas. Y ahora el nerviosismo que he anticipado, que he aprendido a controlar hasta cierto punto, empieza a dominarme.
"Y no nos perdamos el saque, estoy pensando. Esto es ahora, y por favor no lo echemos a perder. Por favor no les demos nada que no merezcan".
Mientras fue periodista deportivo del Sun desde mediados de los años cuarenta hasta 1950, cuando el diario cerró, Heinz escribió una columna, ‘The Sport Scene' cinco días a la semana durante dos años. Era considerado ampliamente como el equivalente de su colega más famoso y amigo Red Smith, del Herald Tribune, que más tarde se marchó al New York Times.
Sin embargo fue la novela médica ‘MASH' la que introdujo la vívida prosa de Heinz a un público mayor. Escribió el libro en 1968 con H. Richard Hornberger, que usó el seudónimo de Richard Hooker. Refiriéndose a uno de los numerosos personajes de la novela, Heinz dijo: "Si escribía ‘Labios Calientes' en el texto, pedía perdón a la máquina de escribir. ‘Lo lamento, pero tengo que ganarme la vida'".

Heinz nació el 11 de enero de 1915 en Mount Vernon, Nueva York, como hijo único de un vendedor. La lectura le gustaba tanto como el deporte. Podía conversar sobre las piezas de Shakespeare o la poesía de Tennyson tan fácilmente como hablaba sobre hockey, el deporte que jugó cuando estuvo en la secundaria.
En el Middlebury College de Vermont redactó las páginas deportivas del diario de la escuela y conoció a su futura esposa, Elizabeth Bailey. Egresó en 1937 con un diploma de licenciado en ciencias políticas y trabajó varios años como reportero general en el Sun. En 1943 fue nombrado corresponsal de guerra. Durante la Segunda Guerra Mundial siguió a las tropas aliadas en Europa desde Normandía hasta Berlín.
"Aprendí a escribir durante la guerra", dijo Heinz más tarde. "Los materiales eran muy ricos y me brindaron una gran oportunidad. El truco era sobrevivir".
Su recuerdo favorito de esos años fue un encuentro con Hemingway, su ídolo literario, que estaba escribiendo sobre la guerra para una revista y alojaba en una casa en el Rin. Heinz lo fue a visitar y le llevó una botella de buen whisky, lo que selló su amistad. Cuando se publicó ‘El profesional', los críticos observaron una clara influencia de Hemingway.
Tras volver a casa desde Europa en 1945, Heinz fue asignado a la sección de deportes y llamó rápidamente la atención. Le pidieron a Damon Runyan, el popular periodista y escritor, que recomendara a alguien para el trabajo. Runyan, que había sido silenciado por su cáncer a la garganta, escribió su respuesta en una servilleta de cóctel. "W.C. Heinz es muy bueno". Subrayó "muy bueno" tres veces.
Cuando el Sun cerró sus puertas, Heinz desechó otras ofertas para convertirse en un escritor independiente. En 1951, su primer año como autónomo, escribió ‘Brownsville Bum'.
Breslin lo consideraba "el mejor artículo de una revista deportiva de la historia". Sigue siendo uno de los artículos más admirados de Heinz y ha sido reimpreso en varias antologías, incluyendo ‘What a Time It Was: The Best of W.C. Heinz on Sports' (2001).
En él describe a Al ‘Bummy' Davis, un talentoso boxeador que no podía vivir sin meterse en problemas.
Los periodistas todavía se refieren a los primeros renglones como un brillante ejemplo de lo que puede ser un artículo de fondo. El segundo párrafo cuenta la historia:
"La noche que Bummy peleó contra Fritzie Zivic en el Garden y Zivic empezó a golpearlo y Bummy le pegó quizás treinta veces a Zivic por debajo del cinturón y le dio una patada al árbitro, querían colgarlo por ello. La noche que cuatro tipos se aparecieron por el Dudy's Bar y trataron de hacer lo mismo, pero con varillas, Bummy volvió a enloquecer. Aplanó al primer tipo, y entonces le dispararon, y cuando todos lean sobre esto, y sobre cómo Bummy se defendió de los disparos sólo con su gancho izquierdo y murió tendido debajo de la lluvia frente al bar, todos dijeron que eso realmente era tremendo y seguro que había que reconocerlo".
Heinz mantenía a su mujer y dos hijas con sus ingresos como autónomo después de que la familia se mudara de Manhattan a Connecticut.
Su vida cambió en 1964 cuando su hija mayor Barbara, 16, murió de una virulenta enfermedad. Heinz y su mujer vivieron separados durante un tiempo. Él volvió a Nueva York y alquiló un apartamento en la Octava Avenida en el viejo barrio cerca del Stillman's Gym.
Poco a poco se reconcilió con su mujer y se instalaron en Dorset, Vermont, cerca de donde dispersaron las cenizas de su hija -esta había pasado un verano feliz en un campamento juvenil allá.
Escribió ‘MASH' y una segunda novela médica, ‘Emergency'. Publicó varias antologías de sus artículos, incluyendo ‘Once They Heard the Cheers', en 1979.
Cuando a su esposa le diagnosticaron la enfermedad de Alzheimer, Heinz la cuidó hasta su muerte en 2002. Estuvieron casados durante 61 años.
Los periodistas continuaron haciendo peregrinajes para conocerlo después de que se mudara a una residencia. A los 87, escribir era el deporte que más le gustaba.
"Un buen escritor es como un buen boxeador", dijo Heinz. "Mantienes al lector frente a ti, y te mueves a su alrededor. Quieres que el lector se mantenga de puntillas, preguntándose qué será lo que le espera".
Además de su hija Gayl, a Heinz le sobreviven su nieta Kristina Pantalone; ambas viven en Amesbury, Massachusetts.

mary.rourke@latimes.com
15 de marzo de 2008
28 de febrero de 2008
©los angeles times
cc traducción mQh
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