vivía encerrado en gallinero
12 de abril de 2008
Rodeado de gallinas y con lo mínimo para subsistir, Lorenzo Ñanco Millapi, fue encontrado por Carabineros, los que fueron alertados por vecinos que denunciaron el notable abandono de este hombre de 60 años de edad.
Salud
El anciano fue trasladado hasta el hospital local, para constatar su real estado de salud.
De acuerdo a los antecedentes recopilados por Carabineros se pudo establecer que este hombre estaba bajo el cuidado de sus hermanos y una sobrina, y del mismo modo, se pudo conocer que el anciano padece esquizofrenia de carácter leve. La aparente agresividad habría obligado mantenerlo alejado del resto del grupo familiar.
Investigación
El fiscal jefe de Cañete, Luis Morales, dijo que "estamos recién iniciando la investigación, por lo tanto, deberemos establecer si hay responsabilidad de la familia. Lo primero es determinar es quien era el responsable de cuidarlo. En caso de proceder se deberá formalizar a los responsables por el delito de abandono de personas desvalidas", sentenció el fiscal.
Los Hechos
El profesional del Ministerio Público señaló que esta persona de 60 años de edad vivía desde hace algún tiempo en un inmueble destinado a la crianza de gallinas. "Se trata de una pequeña vivienda destinada como gallinero. Allí dormía y se alimentaba. Sin duda que no es el mejor lugar para hacerlo", precisó Morales.
El anciano presentaba una salud deteriorada, gatillada aparentemente por el notable abandono. "No se reunían las mejores condiciones para mantener a un ser humano, lo que supuestamente habría jugado en contra de su estado de salud", agregó el profesional del Ministerio Público.
El gallinero se ubica en la parte trasera del predio de la familia de Ñanco Millapi. En la parte posterior se ubica la casa principal de esta familia del sector de Huichicura, localidad situada a unos 7 kilómetros al sur oeste de Cañete. En efecto, los funcionarios policiales que concurrieron al lugar constataron que el anciano vivía sólo y en deplorable situación.
Ni una cama digna para dormir había en la pequeña pieza (gallinero), pese a que el anciano recibe una pensión asistencial. De hecho tenía que dormir en el suelo, y a su alrededor lo acompañaban sus amigas, durante los últimos diez años: las gallinas.
©renacer de arauco
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