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retorno del cinturón de castidad


Cinturón de castidad abre debate sobre creciente conservadurismo en Indonesia. Dueños de salones de masaje dicen que tienen que proteger a sus trabajadoras. Críticos dicen que ofende a las mujeres.
[Paul Watson] Yakarta, Indonesia. Los cinturones de castidad, que dejaron de estar de moda en la época de los caballeros de brillantes armaduras y damiselas en desgracia, están volviendo a los salones de masaje de Java del Este.
En un intento de prevenir las relaciones sospechosas entre las masajistas y sus clientes, varios salones de masaje en la ciudad balneario en las montañas de Batu están exigiendo que las mujeres lleven candados sobre las cremalleras de sus pantalones de trabajo.
Franky Setiawan, propietario de Doghado Massage Parlor, dice que se le ocurrió la idea cuando los hombres empezaron a ‘bombardear’ a su personal con peticiones de sexo después de que las autoridades cerraran los burdeles de la ciudad. En los últimos años, valores islámicos conservadores han ganado influencia en una sociedad que ha disfrutado durante largo tiempo de libertades liberales, tales como el fácil acceso al alcohol, a los juegos de azar y al comercio sexual.
"Tuvimos momentos difíciles rechazando a este tipo de clientes porque tratan una y otra vez, y convencen con nuestras empleadas con sus peligrosas zalamerías", dijo Setiawan por teléfono desde Batu, explicando que quería que sus catorce masajistas se sintieran seguras y respetadas, al mismo tiempo que se protege a la industria del masaje.
Pero Meutia Fardia Hatta Swasono, ministro de capacitación femenina en el país musulmán más populoso del mundo, califica el retorno del cinturón de castidad como una ofensa para las mujeres.
"No es el modo correcto de impedir la promiscuidad. Insulta a las mujeres como si fueran ellas las que hacen mal", dijo este mes a periodistas. "No se trata de que nos opongamos a los intentos de la administración de mantener la moral, pero el problema es su manera de tratar a las masajistas como si todas ellas fueran prostitutas".
Una masajista de 27 años, que se identificó solamente como Sani, dijo que sabía que en el salón de Setiawan se usaban pantalones con candado cuando empezó a trabajar ahí hace dieciocho meses, así que no "es nada especial".
"Es cómodo", dijo Sani, madre de dos hijos.
Setiawan, que era modista antes de entrar al negocio de los masajes en 2000, utilizó sus talentos profesionales para crear su uniforme con condado.
Los cinturones de castidad de la Europa renacentista eran a menudo voluminosos adminículos hechos de láminas de acero, cuyos bordes eran suavizados por recubrimientos de cuero o terciopelo. Setiawan quería algo mucho más minimalista.
"Cuando diseñaba el uniforme, tomé en cuenta las tendencias de la moda", dijo.
Se conformó con unos pantalones negros con la cremallera a un lado; el candado se introduce entre dos presillas, que se cierran de un golpe cada vez que una masajista recibe a un cliente.
El uniforme incluye una blusa roja para el día a día, excepto lunes y viernes, el día festivo musulmán, cuando las empleadas llevan una falda de batik. Todas llevan las cremalleras en la parte de atrás, que está siempre cerrada, dice Setiawan.
Setiawan guarda los candados y llaves en una caja especial en el mostrador de la cajera. Cuando llega al salón un cliente para hacerse un masaje, que se da en una cabina privada detrás de una cortina, la "cajera llama a una masajista, le pide que prepare las cosas y cierra sus pantalones", dice Setiawan. "Como la masajista conoce la rutina, a menudo mea antes de eso. Y cuando el cliente está terminado, la masajista vuelve a la cajera y esta abre el candado".
De vez en vez, dice Setiawan, él mismo hace una ronda de control para asegurarse de que nadie retire las llaves para hacer copias.
Cerrar con candado los pantalones de las mujeres le pareció una solución tan elegante, que Setiawan la sugirió a otros dueños de salones de masaje para que la probaran durante un congreso de su gremio hace unos dos meses, cuando el principal punto en la agenda era "cómo tratar a los clientes pesados".
Al menos cuatro dueños accedieron a empezar a vestir a sus masajistas con uniformes similares, con candados, dijo, y otros piensan introducirlos en el futuro.
Pero informes locales han dicho que la medida es una orden de gobierno. El funcionario municipal Imam Suryono dijo que "esta nueva política está todavía en su fase de sugerencia. Pero en el futuro esperamos que se convierta en ordenanza municipal".
Colocar a las mujeres y sus pantalones bajo candado ha inflamado un acalorado debate nacional sobre el rol del gobierno a la hora de implementar la moral y a muchos les parece aquí como una burocracia que se volvió loca.
El mes pasado el parlamento indonesio aprobó una ley que convierte en delito mirar materiales violentos o pornográficos en la red. La pena máxima es de tres años de prisión.
Pronto circularon noticias de que los salones de masaje estaban restringiendo la prostitución y con toda esa publicidad repentinamente Setiawan empezó a perder clientes. Muchos de ellos no supieron nunca que eran masajeados y confortados por mujeres con cerrojo porque los condados quedaban ocultos debajo de sus largas blusas, dijo.
"No se debe a los candados, sino a que no se sienten cómodas con los periodistas" que lo escudriñan todo, dijo.
Las objeciones de Swasono, la ministro de capacitación femenina, fueron repetidas en las páginas editoriales del Jakarta Post, donde la mayoría de los veintiséis comentarios de lectores publicados un día ridiculizaron poner cerrojo a los pantalones de las mujeres.
Algunos dijeron que era un retroceso a la Edad Media, e incluso a la Edad de Piedra. Exigiendo un trato igualitario, dijo uno, "las manos de los clientes también deben ser encadenadas para impedir que acosen sexualmente a la masajista".
Otro dijo que la tecnología moderna ofrecía una mejor solución: controlar a las mujeres y sus clientes por medio en un circuito de televisión privado.
En medio de noticias de que funcionarios en la capital, Yakarta, estaban estudiando el candado como una opción para sus salones de masaje, un lector del Post escribió: "Yakarta debería considerar amarrar las manos de los políticos para impedir que los funcionarios corruptos reciban sobornos".

paul.watson@latimes.com

7 de mayo de 2008
27 de abril de 2008
©los angeles times
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1 comentario

arteaga76 -

ES ANTINATURAL QUE A LOS HOMBRES LOS OBLIGUEN A ORINAR DE PIE.

ES TANTO IGUAL QUE DECIR QUE LOS HOMBRES NO DEBEN LLORAR
DESEO FELICITARLOS POR SU PREOCUPACION POR MEJORAR LA SALUD Y LA CALIDAD DE VIDA DE LAS PERSONAS.
ES ANTINATURAL QUE EL HOMBRE ORINE DE PIE.
ES TANTO COMO DECIR QUE LOS HOMBRES NO DEBEN LLORAR.
FALDAS DE HOMBRE SALUD COMODIDAD Y MUCHO MAAAAS.
Mucho gusto, revisando la informacion sobre el uso de las FALDAS, TUNICAS O VESTIDOS (no bifurcados) ; me he podido dar cuenta que con la utilizacion del pantalon tambien hemos sido inducidos a trastornar nuestra salud.
Cuando un hombre se ve obligado a orinar de pie esta afectando la prostata y muchos otras partes de su anatomia; pues el diseño NATURAL de nuestros esfinteres es que funcionen en forma sincronica; todavia no hay una persona que haga deposicion (evacue sus eses fecales); y luego SE LEVANTE A ORINAR DE PIE. Estas son costumbres creadas por el uso de prendas NADA SALUDABLES como es el uso del incomodo pantalon. y tiene tambien el riezgo de que mientras un hombre intenta orinar de pie se le salgan accidentalmente algo de secrecion fecal, por la misma postura inadecuada.
LO MAS NATURAL, SALUDABLE Y COMODO PARA CUALQUIER PERSONA ES HACER SUS NECESIDADES FISIOLOGICAS SENTADO O EN CUCLILLAS. De otro modo, podriamos decir que en este caso LA TECNOLOGIA NOS ATROPELLA, (teniendo un comodo retreter (o sanitario), preferimos incomodarnos y salpicarlo por toda parte, sin que esto sea un desproposito.