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ejecutan a criminales en japón


Uno de ellos es un asesino en serie que mutilaba a niñas.
[Mari Yamaguchi] Tokio, Japón. Uno de los más infames asesinos en serie de Japón, que mató y mutiló a cuatro niñas y bebió la sangre de una de ellas, fue ejecutado el martes junto a otros dos homicidas condenados.
Las ejecuciones por horca marcan una aceleración de las ejecuciones en Japón, donde el ministro de Justicia, que es partidario de la pena de muerte, y crecientes temores de crímenes violentos, han aumentado la aceptación de la pena capital.
Las tres ejecuciones elevan a trece el número de reclusos en el corredor de la muerte que han sido colgados en los últimos seis meses desde que asumiera el ministro de Justicia Kunio Hatoyama. En contraste, en 2005 sólo fue ejecutado un recluso.
Tsutomu Miyazaki, 45, cuyos espeluznantes asesinatos de las niñas, de edades entre los cuatro y siete años, a fines de los años ochenta, disparó los llamados a restricciones más estrictas de los videos con pornografía violenta, fue colgado en una cárcel de Tokio.
El homicida quemó el cuerpo de la niña de cuatro años y dejó sus huesos a la puerta de la casa de sus padres. También escribió cartas a la prensa y a las familias de las víctimas, burlándose de la policía. Los informes en la prensa japonesa dijeron que el homicida comió una parte de la mano de una de las víctimas y bebió su sangre. Miyazaki fue también condenado por el secuestro y agresión sexual contra una quinta niña.
Los otros dos ejecutados el martes eran Shinji Mutsuda, 45, que había estado en el corredor de la muerte por el asesinato y robo de dos personas, y Yoshio Yamasaki, 73, que fue condenado por asesinar a dos personas para hacerse con sus seguros de vida, dijo el ministerio de Justicia en una declaración.
La pena capital no encuentra oposición en Japón, donde un poder judicial inclinado al secreto permite que los condenados languidezcan durante décadas en el corredor de la muerte antes de ser colgados repentinamente sin aviso previo.
"Hay gente que la quiere abolir, pero es una minoría. La mayoría está por mantenerla", dijo el martes el primer ministro Yasuo Fukuda. "Creo que no hay necesidad de abolirla, aunque debemos tomar en cuenta la opinión del mundo".
Amnistía Internacional deploró el creciente número de ejecuciones, que, dijo, eran "prueba de que Japón está ejecutando a un gran número de condenados". La organización exigió que Japón derogue la pena capital.
Hatoyama, que asumió su cargo en agosto pasado, ha negado haber acelerado a postas las ejecuciones, diciendo que el ministerio estaba simplemente administrando justicia más rápidamente. Otros tres condenados fueron ejecutados en diciembre, tres más en febrero y otros cuatro en abril.
La detención de Miyazaki dominó los titulares japoneses, junto con el hallazgo en su casa de una colección de miles de videos pornográfico violentos, películas animadas e historietas cómicas apiladas hasta el techo.
El caso provocó temores de que los jóvenes se estaban insensibilizando ante el sufrimiento humano debido a su frecuente aparición en imágenes gráficas en videos e historietas.
Después del martes, Japón tiene 102 reclusos en el corredor de muerte, anunció el ministerio.
El gobierno empezó a liberar los nombres de los ejecutados y sus delitos en diciembre, mitigando su política de mantener en la oscuridad estos casos en lo que parece ser un intento de conseguir comprensión y apoyo hacia la pena capital.

19 de junio de 2008
©fwdailynews
cc traducción mQh
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