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submarino con coca


México frente a un nuevo reto: mini-submarinos. Proveedores colombianos han aumentado su uso de pequeños semisumergibles para llevar drogas prohibidas a sus mercados en Estados Unidos.
[Ken Ellingwood] Ciudad de México. La captura fue como una película de acción: tropas de elite mexicanas dejándose caer sobre la cubierta de un misterioso submarino.
La embarcación de diez metros de largo resultó estar atiborrada de paquetes con cocaína, posiblemente toneladas. La desaliñada tripulación salió a superficie en calcetas y pantalones cortos, diciendo que habían zarpado en Colombia hacía una semana, bajo amenaza de muerte.
Las fuerzas armadas mexicanas confirmaron el jueves que los hombres eran colombianos, pero no dieron mayores informaciones sobre la captura del mini-submarino en las costas del sur un día antes.
El capitán José Luis Vergara, portavoz de la Armada mexicana, dijo que las autoridades estaban llevando el "bien construido" navío a tierra y todavía tenían que pesar la carga, aunque dijo que se trataba probablemente de toneladas.
El inusual incidente sugiere que el gobierno, que ya persigue a los narcotraficantes por tierra y aire, hace frente a un nueva e inquietante amenaza submarina.
Proveedores de droga colombianos recurren cada vez más a pequeñas embarcaciones semisumergibles para tratar de llevar los estupefacientes hacia el norte a sus mercados finales. En los últimos dos años y medio, fuerzas colombianas y americanas y la Guardia Costera de Estados Unidos han requisado más de una docena de ese tipo de navío.
Funcionarios norteamericanos dicen que el navío está siendo usado más a menudo debido a que son más difíciles de detectar por radar. Según las autoridades estadounidenses, las requisiciones representan una pequeña parte de los cerca de cuarenta navíos que han sido divisados en 2007.
"Cuando creen que pueden ser capturados, la tripulación arroja la carga al mar", dijo José Ruiz, portavoz del Comando Sur de Estados Unidos en Miami, que monitorea las actividades relacionadas con droga. "Las sacan, las arrojan al mar, y las drogas se van al fondo del océano, donde no se pueden recuperar para utilizarlas como evidencia".
La captura del miércoles del navío submarino de color oliva en el Pacífico a unos doscientos kilómetros frente a las costas de Oaxaca, es la primera de su tipo frente a las costas de México, dijeron las autoridades.
La captura incluyó imágenes de lanchas patrulleras de la armada pasando a toda velocidad y comandos cargados de adrenalina colgados arriba de la máquina: una vistosa victoria para el presidente Felipe Calderón y su campaña de dieciocho meses contra las organizaciones dedicadas al tráfico de drogas.
La campaña ha incluido el envío a las calles a lo largo de la frontera norteamericana y otros corredores claves en el transporte de drogas de 45 mil soldados federales y agentes de policía. Bandas de narcotraficantes han reforzado sus arsenales con granadas y bazucas y, dicen las autoridades, montado coches con bombas para utilizarlos posiblemente contra fuerzas gubernamentales.
Ahora las autoridades hacen frente a un arma marítima a medida que los traficantes buscan modos de llevar su mercadería a los consumidores estadounidenses.
"México no está preparado para esto", dice Guillermo Garduño, especialista en seguridad nacional de la Universidad Autónoma Metropolitana en Ciudad de México. "Si hay un frente naval de los traficantes, México tendrá que reestructurar o modificar sus fuerzas navales".
A diferencia de la mayoría de países latinoamericanos, México no tiene una fuerza naval, que fue considerada cara e innecesaria.
Pero el creciente uso de navíos submarinos pequeños y difíciles de detectar podría alterar esa idea, ya que esas naves también podrían ser utilizadas por terroristas contra las instalaciones petroleras mexicanas en el Golfo de México, dijo Garduño.
En una declaración, la armada dijo que sus fuerzas atacaron el navío después de recibir informes de inteligencia de "agencias nacionales y extranjeras".
Vergara se negó a dar detalles sobre la fuente de los datos o cómo detectaron el submarino. En una entrevista en la televisión, dijo que aunque esos navíos pueden evadir el radar permaneciendo debajo de la superficie, son fáciles de ver desde el aire porque no terminan de hundirse.
Funcionarios norteamericanos en Ciudad de México celebraron la operación pero dicen que ellos sólo cooperan rutinariamente con las autoridades mexicanas en la lucha contra el narcotráfico.
Los miembros de la tripulación, entrevistados por los medios mexicanos en tierra cuando eran llevados al tribunal el miércoles, dijeron que habían zarpado de la ciudad portuaria de Buenaventura, en la costa Pacífico de Colombia, hacía siete días.
Los hombres, de entre veinte y cincuenta, sesenta años, dijeron ser pescadores y que habían sido secuestrados y obligados a hacer el viaje por hombres que amenazaron a sus familias. Los marinos dijeron que no sabían qué estaban transportando ni el destino del navío, que dijeron que era controlado por un sistema de navegación satelital. No quedó claro cuánto control tienen sobre el navío.
"Nos dijeron que teníamos que ir con el submarino hacia dónde ellos nos enviaban", dijo Rafael Jiménez, sospechoso, 27, según el diario Reforma.
Los hombres dijeron que les habían ofrecido quinientos dólares por el trabajo.
Buenaventura es uno de los lugares donde las autoridades colombianas han requisado minisubmarinos de fibra de vidrio, algunos cuando estaban siendo construidos. Los funcionarios creen que al menos algunos de los navíos han sido construidos por encargo de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, FARC, una organización rebelde considerada ampliamente en el país como la organización de traficantes más grandes del país.
Los navíos caseros son cada vez más sofisticados, con modelos autopropulsados por motores diesel de 350 caballos de fuerza y equipados con lastre y sistemas de comunicación que dificulta que sean detectados.
Los navíos pueden sumergirse casi completamente, pero carecen de la potencia para volver a salir a superficie que tienen los verdaderos submarinos.
Funcionarios policiales estadounidenses han expresado su preocupación de que los navíos pudieran eventualmente ser utilizados por terroristas contra blancos norteamericanos.

ken.ellingwood@latimes.com

Cecilia Sánchez en Ciudad de México y Vimal Patel en Washington contribuyeron a este reportaje.

24 de julio de 2008
18 de julio de 2008
©los angeles times
cc traducción mQh
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