maltrato animal en españa
julio de 2007
"El sufrimiento de estos animales es indecible por las condiciones en que son criados y sacrificados. Después de pasar hambre, frío y sed, el sacrificio es extremadamente cruel, llegando a arrancarles la piel en vivo, con el animal consciente del dolor hasta el momento antes de morir. Después su carne es servida en restaurantes y sus pieles vendidas por todo el mundo. El destino final muchas veces son países europeos, ente ellos España, y Estados Unidos, donde se venden bajo nombres que ocultan su verdadero origen", según la Asociación Nacional Amigos de los Animales (ANAA).
Situación en España
Nos escandalizamos por ello, y no es para menos, pero no podemos sentirnos orgullosos de la situación en España, donde actos de crueldad equiparables ocurren a diario. Cifras como unos 200.000 perros y gatos abandonados anualmente o 60.000 animales utilizados y maltratados en fiestas populares cada año, son sólo una muestra del panorama español en lo que a bienestar y protección animal se refiere.
Los animales de compañía son cruelmente maltratados y abandonados con demasiada frecuencia en nuestro país, principalmente en esta época estival con motivo de las vacaciones, muriendo gran parte de ellos después de una larga agonía por atropellos, enfermedad, inanición, frío o calor excesivos.
¿Qué solución se está dando a este grave problema?
ANAA afirma que desde la administración en general tan sólo se mira el aspecto sanitario y la imagen, por lo que su única preocupación es mantener las calles ‘limpias’ de animales. El número es tan elevado que la solución más cómoda, rápida y barata es exterminarlos en las perreras municipales, donde la mayoría de las veces las instalaciones y el trato son muy deficientes. Sólo unos pocos terminan en un centro de adopción de una asociación benéfica, donde generalmente se trata de encontrar familias para los animales, reduciendo los casos de sacrificio a los casos insalvables.
La inmensa mayoría de estos abandonos quedan impunes a pesar de las leyes de protección animal promulgadas ya en todas las Comunidades Autónomas. Pero una falta de preocupación, dotación presupuestaria y de personal hacen que muchas veces las denuncias queden archivadas y no se efectúen inspecciones ni se trabaje en prevención.
Está claro que el abandono tiene graves consecuencias para los animales y es un grave maltrato en sí mismo, cuyo final muchas veces es la muerte, pero también los animales son objeto de ellos en manos de sus dueños: A los centros de acogida llegan animales mutilados, con fracturas, desnutridos, con parásitos y enfermedades consecuencia de la falta de higiene y cuidados; además de padecer afecciones psicológicas por los malos tratos recibidos.
Perros de Caza. El Galgo
Un caso especialmente recurrente es el de los perros de caza en general y el de los galgos en particular. Cómo llega una persona a abandonar a su animal es algo que muchos no entienden, menos aún si se trata de un perro que ha prestado un servicio y que, en todo caso, lo que merecería es alguna compensación positiva por ello. Pero si ya cuesta entender la frialdad y la falta de afecto hacia su animal de estas personas, lo que si que escapa de toda comprensión es que haya quien recurra a prácticas como el ahorcamiento para terminar con la vida del hasta ese momento su compañero de caza.
Muchos galgos son ahorcados por el sistema del ‘pianista’, es decir, tocando el suelo con las puntas de las patas traseras, para alargar su agonía y sufrimiento, arrojados a pozos con un palo atravesado en la boca de arriba abajo, inyectados con lejía, destrozados a golpes o quemados vivos, lo cual está siendo muy frecuente para no poder identificarlos y evitar denuncias.
En nuestro país hay unos 180.000 galgueros que poseen unos 500.000 galgos, los cuales desechan y reponen después de tan sólo 2 a 4 años de ‘vida útil’. Las consecuencias de esta modalidad cinegética han hecho que desde varias asociaciones se haya solicitado su prohibición ante el Ministerio de Medio Ambiente, entregando más de 50.000 firmas de apoyo a la misma. Puede parecer una medida drástica pero es la única salida efectiva que daría fin a la dramática situación y a los continuos malos tratos que lleva padeciendo durante años esta raza autóctona española, ya que se les da una vida y muerte cruel y miserable.
Al finalizar la temporada de caza las asociaciones recogen centenares de galgos abandonados, presentando muchos de ellos heridas en el cuello por intentos de ahorcamiento. Eso cuando no se ven directamente sus cuerpos sin vida colgados de ramas o tirados en pozos o vertederos.
Estas escenas se repiten en numerosos puntos de España, pero no es sólo el ahorcamiento lo que padecen los galgos, sino unas condiciones de tenencia la mayoría de las veces inhumanas, viviendo en zulos con poca luz, falta de higiene y salubridad, escaso alimento, y entrenamientos que muchas veces son considerados malos tratos, como es hacerlos correr atados a vehículos.
Ayuntamientos como el de Quintana de la Serena, en Badajoz, defienden el valor del galgo una vez terminada esa ‘vida útil’, abogan por alternativas útiles como es cruzarlos con podencos, consiguiendo así perros con mayor fortaleza y resistencia, muy útiles para la caza. Además los galgos sin una velocidad extraordinaria para la competición son rescatados para monterías. Por otra parte, desde hace tres años se celebra en nuestro país el Campeonato Nacional de Galgos, categoría de Veteranos, cuya última edición acogió Quintana de la Serena y que tiene como fin prolongar el periodo álgido de estos animales.
"Por su carácter dócil también son muy demandados como animal de compañía", indica Juan Manzano, alcalde de esta localidad pacense.
Asismismo, SOS Galgos lucha por la defensa de los galgos autóctonos, usados indiscriminadamente por caprichosos cazadores para perseguir liebres, y que son criados en exceso, abandonados, ahorcados, degollados y arrojados a pozos y cunetas cada año por toda España.
Llevan a cabo un programa de adopción, pero sobretodo trabajan en los campos legislativo y educativo para atacar el problema de raíz: la falta de control sobre la cría y la falta de legislación. "Trabajamos para que la gente se dé cuenta de que tanto los galgos retirados de las carreras como aquellos otros que ya no se necesitan parar cazar pueden ser unos animales de compañía ideales para el hogar".
Malos Tratos Habituales: Perro Atado
Hay casos muy comunes de malos tratos que o bien están "aceptados" como normales porque "siempre se ha hecho así" o simplemente no hemos caído en que lo son.
¿Quién no ha visto un animal encadenado? Es el caso de los numerosos perros que se ven por doquier atados a cortas cadenas, supuestamente para que guarden el solar, jardín, nave o terreno de su insensible dueño. Está claro que ese desesperado animal no va a vigilar nada. El peor castigo que le podemos infligir a un perro es confinarlo a estar solo.
Se trata de un animal social que necesita de la compañía de otros congéneres o de nosotros mismos para sentirse bien. Ladrará durante horas para reclamar atención; desgastará el pelo y la piel del cuello en su forcejeo por llegar un poco más allá; recorrerá una y otra vez el corto espacio que le permita la cadena, erosionando el terreno, hasta realizar esos movimientos obsesivamente, como único escape a su aislamiento, soledad e inactividad. Si deja de ladrar, no es porque ya esté contento, sino porque ha perdido la esperanza de que alguien atienda a su llamada.
Después, con el tiempo, con el paso de horas, días, semanas e incluso años, en esa misma situación, llegará la enfermedad: la física, por la falta de ejercicio y por estar sometidos a los extremos del clima, y la psicológica, porque para ellos es una verdadera tortura. Un animal siempre atado sólo puede mirar como pasa la vida delante de él.
Un caso con aspectos comunes al anterior es el de los perros que se mantienen solos en parcelas, sin vigilancia durante largos días en los que el animal ansía compañía y está expuesto a diversos riesgos por la falta de atención continuada del propietario.
Podríamos seguir enumerando casos indefinidamente, pero la conclusión es que si conseguimos identificarnos mental y afectivamente con nuestro animal, con su estado de ánimo, podremos percibir el dolor, desamparo e impotencia que a veces puede estar sintiendo por nuestro trato.
En lo referente al comercio y cría de animales como el perro o el gato, en España se practica con demasiada frecuencia la cría abusiva, explotando hasta el límite a las hembras, sin un mínimo descanso entre partos y proliferan numerosos criaderos ilegales. Es también preocupante la cada vez más generalizada importación irregular de cachorros procedentes de países donde no se sabe en que condiciones sanitarias y de bienestar se encuentran y desde donde han de sufrir largos transportes a edades muy tempranas. A esto se suma las deplorables condiciones higiénico-sanitarias y de bienestar animal en que se los mantiene una vez llegan a su destino.
Burro
Aunque normalmente el abandono y el maltrato se suele asociar con perros y gatos, son muchos los animales que lo padecen a lo largo del año. Tanto caballos o burros, como tortugas, conejos enanos, hamsters, todo tipo de roedores, iguanas y otros animales exóticos, e incluso ovejas o cabras son objeto de maltrato y abandono cuando ya no son ‘divertidos’ o no son productivos para su dueño. Muchos de ellos mueren al ser soltados en el campo y no saber sobrevivir, en medio de una larga agonía o atropellados por vehículos en carreteras. Desgraciadamente la lista de ejemplos y casos es inmensa y no ha terminado de crecer.
Este es el caso de la cada vez más extendida moda de comprar animales exóticos para tenerlos encerrados en condiciones antinaturales, favoreciendo además muchas veces su importación ilegal y el deterioro de sus poblaciones naturales. Se trata de animales silvestres, no domésticos, al igual que los utilizados en granjas peleteras, circos y zoos. Debemos cuestionar que se siga consintiendo el sufrimiento que supone para estos animales esas condiciones de vida, que se pretende camuflar con falsas afirmaciones sobre su adaptación a ellas.
En ocasiones denominamos animal doméstico, por extensión o confusión, a determinadas especies que en realidad no lo son, pero que en los últimos años, o como mucho en los últimos dos siglos, han ocupado un lugar en nuestros hogares, por capricho, moda o snobismo.
Esto enmascara la realidad que supone el cautiverio para estos animales, ya que al presentarlos bajo la denominación de domésticos o de compañía, los adquirimos y mantenemos pensando que es lo mejor para ellos, ya que supuestamente no pueden vivir sin el hombre.
Para entender que la realidad es otra pensemos que la domesticación es un proceso evolutivo gradual de adaptación al ser humano y a condiciones ambientales nuevas (encierro), que han sufrido algunas especies, requiriendo miles de años y el paso de numerosas generaciones para que esos cambios se produzcan y para que las modificaciones adaptativas se fijen genéticamente.
Animales Exóticos como Animales de Compañía: Iguana Atada
Pensemos ahora en una iguana, una boa, o cualquier ave exótica. En muchos casos vienen directamente de su medio natural, por lo que se encuentran en estado salvaje, sin ninguna adaptación a la vida en cautividad y a la presencia del hombre. En el mejor de los casos provendrán de la cría en cautividad, pero ¿cuántas generaciones han pasado? ¿Cuánto tiempo ha transcurrido. Después de lo expuesto entendemos que, en cualquier caso, será insuficiente para pensar en un proceso de domesticación. Es decir, que se están manteniendo en cautividad, privado de libertad y de su hábitat natural, a un animal que languidecerá en una casa por ¿un capricho? ¿un amor a esa especie mal entendido?
"El interés por tener como animales de compañía especies exóticas está teniendo consecuencias catastróficas para ellas, estando ya algunas al borde de la extinción o causando grandes presiones en sus poblaciones naturales, además del sufrimiento que supone para ellas el cautiverio", afirma ANAA.
Circos y Zoos. Miradas Tristes, Vidas Vacías
¿Qué hace un tigre viviendo en una jaula con ruedas y saltando por un aro con fuego? Forma parte del espectáculo de un circo. Como el animal obedece las órdenes de su cuidador ¿se trata de un animal doméstico? Aquí se da una corriente confusión. No es lo mismo doméstico que domado. Por ejemplo, un león, un tigre, un elefante pueden ser domados, pero no podemos decir que sean especies domésticas.
Los problemas de protección animal que se detectan en relación con los circos comprenden entre otros: Tráfico de animales silvestres y especies protegidas difícil de controlar; deficiente mantenimiento de los animales, ya que en un circo es directamente imposible ofrecer unas condiciones de vida mínimas dado que no existen instalaciones fijas ni reproducción de su hábitat natural; métodos de adiestramiento que implican sufrimiento; inexistencia de legislación específica que regule la actividad.
elefante actuando en circo
ANAA denuncia que "los circos no cumplen ninguna función de conservación de especies, sino todo lo contrario, ni tampoco cumplen una función educativa. La única que cubren es pues la del entretenimiento. Pero es inmoral que el entretenimiento esté basado en el sufrimiento de los animales y, en este caso, está totalmente injustificado someterlos a esa vida, cuando además muchos de ellos son pertenecientes a especies en peligro de extinción, de las que se da una imagen patética.
"Además en el caso de los circos se ha demostrado que son viables sin animales, ya que sin ellos siguen siendo rentables y cumplen esa función de entretenimiento.
"Son otros valores de respeto, conocimiento y admiración los que debemos transmitir a los niños, frente a denigrar al animal a hacer piruetas, saltos y giros al son de un látigo. Además, privar de la libertad e independencia a un ser vivo, ya sea por gusto, diversión, comodidad o curiosidad no tiene justificación alguna".
Por su parte, los zoológicos son supuestamente centros de conservación para especies en peligro, así como centros educativos para la población. Pero la realidad es que la mayoría no cumplen unas condiciones mínimas de bienestar para los animales y no son más que atracciones turísticas, donde viven aprisionados en condiciones antinaturales.
Por desgracia, proliferan centros que no son más que naturaleza "embotellada", donde los animales viven privados de libertad, y la mayoría de las veces en entornos inapropiados para sus necesidades etológicas.
¿Qué educación puede ofrecer un zoológico, donde los animales no pueden desplegar su comportamiento debido a las condiciones en las que son mantenidos? Actualmente existen tecnologías variadas y suficientes para cubrir esa labor educativa, mostrando a los animales en su propio hábitat, sin interferir en sus vidas.
Ecologistas en Acción recomendó hace ya tres años a los ciudad anos que no visitaran el zoo de Almendralejo –cerrado recientemente- debido a las condiciones de insalubridad del mismo y el maltrato al que se somete a los animales, y exigen a las autoridades que se haga cumplir la legislación vigente.
Ecologistas en Acción de Extremadura consideró una auténtica vergüenza que desde la Junta de Extremadura se haya amparado a su propietario pese a las múltiples denuncias públicas que se han realizado y piden menos palabras y más hechos en la defensa de los animales y el Medio Ambiente.
Es además triste ver como muchos de estos animales de circo y zoológico presentan comportamientos obsesivos y repetitivos, llegando incluso a automutilarse, como resultado de la frustración y el aburrimiento del cautiverio.
5 de septiembre de 2008
©ambientum
1 comentario
antonio -
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