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mamíferos en peligro de extinción


Más de una cuarta parte de estos animales sufre alguna amenaza, según el informe realizado por los más de 1.700 expertos de la UICN. La pérdida y la degradación del hábitat afecta ya al 40% de las especies estudiadas, y la deforestación, al 17%.
[María García de la Fuente] Madrid, España. "El panorama es sombrío". El análisis de la situación mundial de los mamíferos, elaborado por más de 1.700 expertos, no trae buenas noticias: uno de cada cuatro se encuentra en riesgo de extinción y uno de cada dos sufre un declive de sus poblaciones. El informe, presentado ayer en el Congreso de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) de Barcelona y publicado en Science, es la evaluación más exhaustiva de los mamíferos realizada hasta hoy, ya que analiza la situación de las 5.487 especies que habitan el planeta. El último informe se publicó en 1996 y, desde entonces, la situación de numerosas especies ha empeorado gravemente.
La causa principal del declive es el hombre y sus diversas actuaciones: deforestación, sobrepesca, contaminación y caza. Estas amenazas indican que el estado de conservación de los mamíferos podría deteriorarse aún más en los próximos años, si no se actúa ya. Concretamente, la pérdida de hábitat y la degradación afecta al 40% de las especies estudiadas, y la deforestación para obtener alimentos, medicinas, materias primas y combustibles, al 17% de los mamíferos, según la UICN.
"Durante nuestras vidas, centenares de especies pueden desaparecer a causa de nuestras propias acciones, lo que es una señal alarmante", apuntó la directora general de la UICN, Julia Marton-Lefèvre.
De los más de 5.400 mamíferos, 1.141 están amenazados de extinción, 188 se encuentran en un estado crítico y para 29 de ellos podría ya ser demasiado tarde, como, por ejemplo, para el baiji o delfín del río chino (Lipotes vexillifer) que podría estar ya extinguido. Además, 76 mamíferos ya han sido clasificados como desaparecidos desde el año 1500, aunque dos de ellos se crían en cautividad: el orix cimitarra (Oryx dammah) y el ciervo del padre David (Elaphurus davidianus).

Asia y los Primates
Uno de los puntos más negros de la Tierra por el estatus de sus mamíferos es el sur de Asia, y entre los más perjudicados destacan los primates: el 79% presenta alguna amenaza de extinción. Este área, junto con África y Suramérica, sufre un grave impacto en su medio ambiente por la tala, la pérdida de hábitat y, en el caso de los animales marinos, la sobreexplotación de los océanos.
Los expertos de la UICN apuntan que los grandes mamíferos tienen mayores riesgos que los de pequeño tamaño, ya que los primeros presentan poblaciones menos densas y son más susceptibles de ser cazados. Entre los grupos con mayor tasa de peligro se encuentran los tapires, hipopótamos, osos, marsupiales portoroos, cerdos y musarañas.
Esta lista roja de especies amenazadas recoge por primera vez el estado concreto de los mamíferos marinos, y los resultados muestran los impactos de la actividad del hombre en las pesquerías: una de cada tres especies está amenazada. Los peligros de los mamíferos que habitan en los mares son mayores incluso que los terrestres, advierten los expertos, debido a la mortalidad accidental por colisión con grandes buques y a la contaminación, así como al uso de sonar y al cambio climático, que ya afecta al oso polar (Ursus maritimus) y a la foca de Groenlandia (Pagophilus groenlandicus). Las zonas con más riesgo, por la huella del hombre, son el Atlántico norte, el Pacífico norte y el sureste de Asia.

Los Seis Casos Más Graves
El ciervo del padre David es endémico de China, pero se encuentra extinto en estado silvestre por la pérdida de hábitat y la caza, según la última evaluación de la UICN. A mediados de los 80 comenzó la cría en cautividad con dos grupos de 20 y 18 ejemplares, y la tasa anual de crecimiento de las poblaciones en cautividad es del 22%. Actualmente, existen 53 manadas en Pekín, Dafeng, Tianezhou y Yuanyang, bajo el control de criadores. Uno de los problemas que presenta es la consanguinidad, ya que hay grupos de menos de 10 individuos.

Endémico del Asia suroriental, el gato pescador se encuentra en peligro por la pérdida de humedales, ya que el 94% de estos ecosistemas presenta alguna agresión. La desecación para cultivos, la contaminación y la caza han mermado sus poblaciones. Son muy buenos nadadores y de ahí que el 76% de su dieta está compuesta por pescado. Se estima que la mitad de su población ha desaparecido en los últimos 18 años, y su presencia podría estar reducida a China y a Malasia, ya que en Tailandia, India y Paquistán podría haberse extinguido.

El lince ibérico presenta sólo dos poblaciones viables en libertad: Doñana y Sierra Morena, con entre 84 y 143 adultos en total, según la UICN. Podría haber otros núcleos en Extremadura, Castilla y León y Madrid. Su declive se debe a dos factores: la disminución de su alimento básico (el conejo) y la pérdida de hábitat por agricultura e infraestructuras. Se encuentra en ‘peligro crítico’ y desde 2002 se cría en cautividad en un centro en Doñana, con el fin de contar con ejemplares para su liberación.

Autóctona de Azerbaiján, Irán, Kazajstán, Rusia y Turkmenistán, la foca del mar Caspio ha sufrido un declive de su población del 90% en el siglo XX debido a la caza y al deterioro del hábitat. En los años 30 se llegaron a matar 164.000 focas anuales y en algún periodo se autorizaron hasta 227.600. Estas cacerías, junto con un virus en 1997, han hecho casi desaparecer esta especie. En 1966 se prohibió la caza de hembras y comenzaron las cuotas de caza, aunque Rusia ha seguido estableciendo cifras insostenibles, como los 18.000 ejemplares de 2007.

La musaraña elefante habita en sólo dos bosques de los montes Udzungwa (Tanzania) y se encuentra en una situación ‘vulnerable’ por la pérdida de hábitat, especialmente debido a los incendios, causados por el aumento de la presión demográfica. Sobreviven entre 15.000 y 24.000 individuos en apenas 300 kilómetros cuadrados, según el censo finalizado este año. Se han observado algunas cacerías de tribus locales para alimentación.

Es una de las 29 especies que la UICN considera que ya podría ser demasiado tarde para evitar su extinción. La jutiíta, endémica de Cuba, no ha sido vista en los últimos 40 años. Su ecosistema ideal son los bosques. Detrás de su posible desaparición está la caza, la competencia con la rata (‘Rattus rattus’) introducida y la pérdida de hábitat por los incendios. Este roedor es herbívoro y ha servido como alimento en algunas zonas de la isla. Su familia está formada por veinte especies, la mitad de las cuales se encuentra en peligro de extinción.

Los Dos Casos Que Mejoran
El hurón patinegro ha pasado de estar en la categoría de ‘extinto en estado silvestre’ a ‘en peligro’, gracias a un programa de reintroducción en ocho Estados del oeste de EEUU y en México, entre 1991 y 2008. Comparte hábitat con el perrito de las praderas. Ambos fueron perseguidos por estar considerados dañinos para la agricultura, y se les inoculó un virus que casi les hizo desaparecer. Además, su ecosistema ideal cambió por la transformación de las praderas en cultivos. Se estima que ya han nacido en libertad unos 250 ejemplares en los 18 lugares donde se ha reintroducido.

En 1996 se extinguió en estado salvaje, pero en 1992 comenzó un programa de cría y posterior reintroducción del caballo salvaje (o Przewalski) en Mongolia, que ha tenido éxito, ya que en la actualidad hay 325 ejemplares en estado silvestre, que proceden de sólo 14 individuos. Estos caballos viven en las estepas y zonas semi-desérticas y, por tanto, resisten muy bien la escasez de agua. La caza, las actividades militares, el cambio climático y los cambios de uso del suelo son sus amenazas.

6 de octubre de 2008
©público
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