hallaron su cuerpo en un barril
31 de enero de 2009
Los padres de Daniel LaPorte, que viven en Rhode Island, dijeron que tratarán de que los restos en poder de las autoridades mexicanas para someterlos a análisis de ADN sean incinerados y enviados a su casa. Esperan poder realizar un servicio fúnebre este próximo mes.
"Será algo que tendremos aquí, de modo que podamos encontrar algún tipo de paz", dijo su madre, Linda LaPorte.
Los LaPorte gastaron más de cien mil dólares en detectives privados en un intento de encontrar a su hijo después de que este desapareciera. Dijeron que fue entonces que se enteraron de que su hijo se dedicaba al transporte de toneladas de marihuana.
LaPorte es uno de las varias decenas de ciudadanos estadounidenses asesinados en México en los últimos dos años, una época en que los asesinatos de mexicanos relacionados con las drogas superaron los ocho mil. Funcionarios del Departamento de Estado dicen que la muerte de ciudadanos estadounidenses son probablemente subestimadas, debido a que los funcionarios policiales extranjeros no están obligados a informar a Estados Unidos.
Decenas más de ciudadanos y residentes estadounidenses han sido secuestrados durante esos años, incluyendo algunos que fueron abducidos en Estados Unidos y retenidos en México.
Las autoridades dicen que algunas de las víctimas estadounidenses eran turistas. Algunas, como LaPorte, estaban involucrados, aparentemente, en el tráfico de drogas. Otros vivían en México y pueden haber conocido a sus atacantes, o eran hombres de negocios que cruzaban la frontera periódicamente y fueron vistos como una fuente de dinero fácil.
El Departamento de Estado ha emitido avisos sobre el peligro que corren los que viajan a Tijuana y otras ciudades fronterizas, que han venido presenciado una oleada de asesinatos, robos, secuestros y robos de automóviles.
"Ciudad Juárez, Tijuana y Nogales son las ciudades que han presenciado hace poco balaceras durante el día, en centros comerciales y en otros espacios públicos", se leía en una recomendación de viaje en octubre.
México se encuentra en medio de una violenta guerra entre carteles de narcotraficantes rivales, la policía, las autoridades federales y el ejército. Los asesinatos son cada vez más descarados, espeluznantes y públicos.
El caso de LaPorte parecía tan difícil que se pensaba que no sería resuelto, hasta que se encontró su Cadillac en Rosarito, en mayo, salpicado de impactos de bala, con los cuerpos de otros cuatro narcotraficantes dejados en el coche y alrededores. Meses después de la pesquisa familiar, las autoridades mexicanas mencionaron al detective privado de LaPorte que habían encontrado restos en gran parte disueltos en un barril industrial dos días después de la desaparición de Daniel LaPorte.
Funcionarios mexicanos compararon el ADN de fragmentos óseos, que se habían derramado de un barril industrial después de que este fuera impactado por un coche, con muestras tomadas de Linda y Joseph LaPorte. Los resultados confirmaron que la víctima estaba relacionada con ellos.
Después de que su hijo se mudara a San Diego en 2005, Linda LaPorte dijo que había coqueteado con la idea de trasladarse ahí para su jubilación. Ya no tiene esos planes.
"Está demasiado cerca de la frontera", dijo. "Prefiero quedarme en la nieve. Quédense ustedes con las palmas".
17de enero de 2009
©los angeles times
cc traducción mQh
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