batida contra el maltrato animal
15 de febrero de 2009
"Cada vez que... no cojas el teléfono, le pegaré al perro", dijo Butcher furioso en un mensaje que dejó en el contestador de su ex novia. En otro mensaje posterior, mientras en el fondo se oía aullar y llorar al perro, le dijo: "Sólo has logrado que le pegue más al perro".
Cuando los agentes de policía llegaron a la casa de Butcher en Reseda, encontraron a Nelia, el cachorro de pit bull, temblando en un fregadero debajo del caño de agua fría. Tenía la mandíbula rajada, las cuencas de los ojos fracturadas y varias costillas rotas.
Butcher, 23, fue imputado y condenado el año pasado por crueldad animal: uno de los crecientes casos graves de maltrato animal en Los Angeles, donde la policía y la fiscalía dicen que están tomando los delitos contra animales más seriamente que nunca.
El Departamento de Policía de Los Angeles (LAPD) destina cinco agentes y detectives a la brigada dedicada a la investigación del maltrato y abandono animal. El despacho del fiscal de distrito empezó hace poco a formar un selecto grupo de prosecutores para tratar casos relacionados con animales y está pidiendo sentencias más severas para los reincidentes.
Los Angeles se ha convertido en un modelo nacional por su redoblada implementación de las leyes contra la crueldad animal, dijeron expertos en bienestar animal.
Los esfuerzos de las autoridades de Los Angeles y otros en el país han sido impulsados por la creciente indignación de la opinión pública con los maltratos y las evidencias cada vez mayores de que existe un vínculo entre el maltrato animal y otros delitos.
"Como sociedad, somos menos tolerantes con la crueldad innecesaria e injustificada hacia los animales", dijo Dale Bartlett, subdirector de la sección de maltrato y peleas animales de la Sociedad Protectora de Animales de Estados Unidos.
En el condado de Los Angeles, los archivos muestran que durante los doce meses que terminaron en agosto, la oficina del fiscal de distrito presentó cargos de maltrato animal en 116 casos, casi un cincuenta por ciento más que el año anterior.
El año pasado, los fiscales ganaron un raro juicio por peleas de perros contra un enfermero de 42 años que fue sentenciado a tres años de prisión. Y en un caso separado, se condenó a la primera persona que fue acusada alguna vez por el delito de peleas de gallos.
Randall Lockwood, experto en maltrato animal y vicepresidente de la Sociedad Americana para la Prevención de la Crueldad hacia los Animales, dijo que Los Angeles había adoptado una de las estrategias más progresistas" del país para hacer frente a los delitos contra los animales.
"Es algo que se necesita en las grandes ciudades", dijo.
El ayuntamiento de Los Angeles creó la Brigada Crueldad Animal en 2005, tras adoptar una propuesta del concejal Tony Cárdenas. Al respaldar la medida, los oficiales del LAPD mencionaron estudios que mostraban que los maltratadores de animales están a menudo implicados en otros delitos, como tráfico de drogas, abuso infantil y violencia doméstica.
Detectives de la brigada dijeron que han visto la conexión ellos mismos.
En el caso de Nelia, la perrita golpeada, la policía dijo que en algunas de sus llamadas telefónicas su dueño también amenazó con matar a su novia. Fue sentenciado el año pasado a 270 días de cárcel por crueldad animal, cinco años de libertad condicional y obligado a seguir una terapia. El cachorro sobrevivió y fue dado en adopción cuando las autoridades sospecharon que la ex novia de Butcher podría reconciliarse con él, dijo la policía.
La brigada investiga cerca de trescientos denuncias de maltrato y abandono animal al año. Sus éxitos incluyen 57 detenciones por peleas de perros y varias detenciones por agresión con resultado de muerte contra animales.
En 2006, agentes del LAPD detuvieron a Gene Speer cuando lo vieron pasar por una calle lateral con su camisa manchada de sangre. Speer llevaba una mochila. Cuando los agentes revisaron en la mochila, encontraron a un rat terrier muerto que pertenecía a su compañero de piso.
Speer, 34, dijo a la policía que el perro, Nehi, lo había mordido y él le había pegado en defensa propia. Pero la detective Susan Brumagin del LAPD, miembro de la brigada, dijo que los agentes encontraron fecas animales en la alfombra y creían que Speer golpeó al perro hasta matarlo con un zapato después de que el animal defecara. Fue sentenciado a dieciséis meses de cárcel.
"Ninguna de las personas que arrestamos piensan que podrían terminar en la cárcel por golpear a un perro o un gato", dijo Brumagin. "No muestran arrepentimiento... Se muestran escandalizados y sorprendidos".
Desde una pequeña oficina en el piso dieciocho en el juzgado criminal en el centro, la fiscal Deborah Knaan supervisa todos los procesos del fiscal de distrito por maltrato animal.
Ex directora del Departamento de Servicios Animales de la ciudad, Knaan ofrece a la fiscalía asesoría sobre casos animales y organiza programas de formación para prosecutores y agentes de policía para reconocer signos de crueldad y abandono. También escribió un proyecto de ley que el fiscal de distrito de Los Angeles, Steve Cooley, está auspiciando para prohibir de por vida que las personas condenadas por maltrato animal puedan volver a poseer mascotas.
Durante una entrevista hace poco, Knaan estaba en un escritorio adornado con una foto de ella misma acurrucando a sus tres perros -Ziggy y Spice, sus dos terriers Jack Russell, y Elmo, un mix de Dachshund-Chihuahua- y habló sobre la necesidad de proteger a los animales.
"No pueden hablar. No pueden retirarse... Son totalmente vulnerables", dijo. "Cuidarlos es nuestra obligación".
El año pasado, Knaan presentó cargos por peleas de gallos contra Israel Ramírez, la primera vez que la fiscalía trató las peleas de gallos como un delito desde que los legisladores del estado modificaran la ley en 2006 para permitir que los fiscales lo hagan así en el caso de reincidentes.
Ramírez, que tenía tres condenas previas por delitos relacionados con peleas de gallos, fue arrestado en su casa en Los Angeles en medio de lo que la policía dijo que era una competencia, o ‘Día del Derby’. Los agentes requisaron cerca de cincuenta gallos y numerosas cuchillas amarradas a las espuelas de las aves.
Knaan dijo que Ramírez cobraba veinte dólares por entrada para mirar las peleas y vendía bocadillos y bebidas. "En realidad era un evento deportivo para hacer dinero", dijo.
El mes pasado Ramírez fue sentenciado a 360 días de cárcel y obligado a seguir una terapia de maltrato animal de un año.
El año pasado, la fiscalía acusó a Jerome Woods, 55, por peleas de perros por tercera vez en diez años.
En 1998, el colocador de alfombras pasó un día en la cárcel por peleas de perros. En 2000, fue nuevamente condenado y encarcelado por veintitrés días.
El último problema de Woods fue cuando la brigada allanó su casa en Los Angeles Sur y encontraron once pit bulls, todos excepto uno encerrados en jaulas de tela metálica. Varios de los perros lucían cicatrices en sus cabezas y patas delanteras -lesiones que son consistentes con las peleas. La policía también encontró tres trotadoras, usadas normalmente para adiestrar a perros de pelea, y un corral de contrachapado salpicado con la sangre de las peleas.
En junio Woods se declaró culpable y fue sentenciado a cinco años de cárcel -la sentencia más larga en un caso de peleas de perros en Los Angeles desde que los fiscales empezaran a llevar archivos comprehensivos en 1996.
"Que los otros apostadores sepan que... no van a recibir tirón de orejas, como le pasaba a Woods en el pasado", dijo Knaan.
"Nosotros reflejamos a la sociedad, y la sociedad piensa que el maltrato animal debe ser tomado en serio".
8 de febrero de 2009
©los angeles times
cc traducción mQh
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