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mártir en el olvido


En el olvido tumba del primer mártir del periodismo.
Iquique, Chile. Llena de polvo, con un borde de su jardinera rota y sin ninguna flor está la tumba de Manuel Castro Ramos, el primer mártir del periodismo chileno. Sus restos descansan en la esquina del pasaje Patillos con Rosario de Huara, en el Cementerio Nº 1 de Iquique.
Castro nació el 3 de enero de 1843 y fue asesinado el 24 de mayo de 1875 después de escribir en su diario "La Voz del Pueblo" la crónica "El presupuesto de un comisario", donde desnudaba los gastos y cobros que hacía el jefe de la policía peruana en Iquique, Ricardo Chocano.
Sobre su muerte hay dos versiones. La primera indica que dos sicarios de Chocano obligaron al periodista a comerse un ejemplar del diario y murió por asfixia, mientras que la otra indica que pereció después de recibir un balazo por parte de dos agentes civiles de la policía peruana. Su muerte provocó una revuelta en la ciudad e incluso el cónsul chileno de esa época, David Mac-Iver, envió una carta de reclamo y exigió castigo a los culpables.
El 1 de noviembre de 1956 el Círculo de Periodistas de Tarapacá y el personal del desaparecido Diario Tarapacá le rindieron un homenaje y dispusieron de una lápida de mármol en su sepultura.
El historiador iquiqueño, Mario Zolezzi Velásquez, destaca la valentía de Castro Ramos y el rol que tuvo su diario ‘La Voz del Pueblo’, dado que defendía los intereses de la comunidad chilena que era explotada y abusada por las autoridades peruanas que controlaban la provincia de Tarapacá.
Según un parte peruano que Zolezzi encontró en Lima y la versión del diario ‘La Opinión Nacional de Lima’, del 3 de junio de 1875, en la fecha del asesinato el prefecto de Tarapacá era el capitán de navío Amaro G. Tizón y se indica que el periodista chileno murió en "una reyerta entre el inspector de policía (guardia civil) teniente José Mariano Valdivia". La versión peruana sostiene que el oficial fue hasta la imprenta del chileno junto a dos vigilantes a cobrar un vale de 20 soles, pero el periodista los amenazó con un revólver y hubo un forcejeo donde recibió un balazo. Luego de ello lo llevaron al cuartel, desde donde después lo devolvieron a la imprenta. "No lo llevaron al Hospital y detuvieron al teniente y a los dos celadores, a quienes los dejaron en cuarteles distintos por temor a que la población chilena asaltara la cárcel".

16 de febrero de 2009
©estrella de iquique
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