debate sobre pena de muerte
Informe: Mariana Seghezzo. 9 de abril de 2009
Sentados en una pequeña mesa frente al auditorio, Zaffaroni y Goldman vistieron informales: camisa, jeans y zapatillas deportivas. El moderador inició el encuentro con una introducción. "En Argentina se condenó a muerte en tres ocasiones. La última vez fue en 1915. Sin embargo, siendo la pena de muerte un recurso tan horrible y aberrante, sigue estando vigente en muchas discusiones", dijo Magram y continuó argumentando a partir de un dato fáctico: "La metáfora ‘ojo por ojo, diente por diente’ está tan arraigada socialmente que, en nuestro país, recién el año pasado se abolió definitivamente la pena capital con la derogación del Código de Justicia Militar". Después de la breve presentación del tema, el moderador dio paso a los disertantes para que explicaran el porqué de la constante recurrencia "a dar muerte" como parte de algunas de las políticas modernas contra la "inseguridad".
Goldman abrió el diálogo. Pese a que en su exposición el rabino recuperó la argumentación teórica del filósofo alemán Zigmunt Bauman, la explicación sobre la actualidad del debate de la pena de muerte fue clarísima: "Condenar a un preso a la muerte es popular. Por eso, la mayoría de los candidatos a presidente en el mundo no se oponen a la pena de muerte". Según Goldman, incluso en la Biblia se sostiene que "aquel que mate tiene que morir", pero es sólo "un deseo primero ante el sufrimiento por la muerte de un ser querido. Después, con la reflexión teológica se lleva ese sentimiento al absurdo", explicó el rabino.
El religioso pensó por unos segundos y continuó su explicación con "un ejemplo revelador": "Cuando Caín mató a Abel, Dios no aplicó la venganza de la muerte". Además, para Goldman, en la sociedad actual "muchos discursos se movilizan a partir de intereses económicos muy fuertes que prefieren la sofisticación y espectacularidad de la muerte ante la simpleza de la vida", concluyó el rabino.
Con el auditorio en completo silencio, Zaffaroni comenzó a disertar. "El sistema penal punitivo ha matado más gente que una guerra y no hay crueldad que no haya cometido. El nazismo fue el ejemplo más nefasto", dijo el ministro de la Corte. Para Zaffaroni, es un problema netamente político y económico: "La pena capital se reduce sólo a los Estados Unidos, donde los fiscales, como son elegidos por el pueblo, apelan a la identificación con las víctimas. Luego, ese modelo de venganza se expande por las imágenes de los medios de comunicación y la publicidad al resto del mundo y se cree como real", aseguró el magistrado. Modelo punitivo, según Zaffaroni, "económicamente fructífero para el rating: cada tres minutos uno ve series sobre asesinos y violentos. Esto da plata y, como consecuencia, se reproduce en los noticieros haciendo del delito una banalidad: muere Alfonsín, hay epidemia de dengue o vuelve el conflicto con el campo y la inseguridad desaparece".
Como cierre de la disertación, Zaffaroni concluyó con un diagnóstico un tanto desolador: "Estoy seguro de que no se va a reimplantar la pena de muerte en Argentina, pero si no cambia el sistema van a morir muchas personas en seudoenfrentamientos con la policía".
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