corte duda de confesiones
9 de abril de 2009
El juez David H. Souter destacó el impresionante número de personas que han resultado ser inocentes tras análisis de ADN que sin embargo se habían confesado culpables.
Los interrogatorios policiales "aíslan y presionan al individuo", dijo, "y existen cada vez más evidencias de que esas presiones pueden inducir un porcentaje asombrosamente alto de personas que confiesan crímenes que no cometieron".
La resolución aprobada por cinco votos contra cuatro sostiene una resolución federal de los años cuarenta, que dice que los sospechosos deben ser llevados a un juez tan pronto como posible.
La Constitución exige que los sospechosos comparezcan ante el juez dentro de 48 horas después de su detención, declaró la corte en 1991.
La resolución del lunes desecha la confesión de un hombre condenado por robo en la zona bancaria de Filadelfia, que fue detenido e interrogado por el FBI dos días antes de ser llevado a tribunales. Johnnie Carley había firmado una declaración escrita.
Al devolver el caso a Filadelfia, Souter dijo que la confesión no podría ser utilizada a menos que los agentes pudieran demostrar que Corley accedió a hablar dentro de un período de seis horas después de su detención.
La decisión es una reafirmación de una ley de 1968 en la que según el congreso las confesiones sólo pueden ser usadas en tribunales federales si han sido "emitidas voluntariamente". Otra disposición de esa ley dice que la declaración del acusado puede ser usada "si esa confesión fue hecha o dada por la persona dentro de un lapso de seis horas inmediatamente después de su detención".
Souter dijo que esta ley exige que las confesiones sean ignoradas si el acusado no fue llevado a una corte de justicia para ser interrogado por periodos prolongados.
Sin esa resolución, "los agentes federales podrían interrogar a los sospechosos durante periodos prolongados antes de llevarlos a tribunales, y ya sabemos a lo que conduce el secreto en la detención", escribió Souter. "Nadie que sepa algo sobre la historia de las dictaduras del siglo veinte necesita una lección sobre el asunto, y entendemos la necesidad, incluso en nuestro sistema, de no llegar demasiado lejos".
La regla de seis horas se aplica solamente en procesos federales. En casos locales y del estado, la policía debe acatar la resolución de Miranda 1966 que exige que la policía informe a los sospechosos de que tienen derecho a consultar con un abogado y el derecho a no responder.
Se unieron a la opinión de Souter en el caso de Corley contra Estados Unidos los jueces John Paul Stevens, Anthony M. Kennedy, Ruth Bader Ginsburg y Stephen G. Breyer.
David McColgin, abogado defensor en Filadelfia que representa a Corley, dijo que la resolución era importante. "Los agentes pueden usar sutiles presiones para hacer que los detenidos confiesen", dijo. "Un modo de hacerlo es mantener al acusado aislado durante un periodo prolongado de tiempo".
Los cuatro jueces que votaron contra la resolución dijeron que la mayoría había interpretado mal la ley, alegando que el congreso quería proteger las confesiones voluntarias, y no arrojar dudas sobre las declaraciones que se emiten después de interrogatorios prolongados.
La resolución del lunes no quiere decir que Corley será dejado en libertad. Los tres acusados asaltaron un banco en Norristown, Pensilvania, en 2003, y Corley fue el único acusado y condenado por ese delito.
Fue sentenciado a catorce años de cárcel. Su confesión fue la única evidencia de su delito, observó el tribunal.
©los angeles times
cc traducción mQh
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