quieren nueva relación con eeuu
Prior Beharry contribuyó a este reportaje desde Puerto de España, Trinidad. 18 de abril de 2009
La cumbre fue calificada como un fiasco para Bush y un retroceso para las relaciones entre Estados Unidos y América Latina.
Hoy el presidente Obama está planeando visitar Trinidad y Tobago este fin de semana para asistir a la quinta Cumbre de las Américas, con la posibilidad de atenuar el recuerdo de esa cumbre y volver a relacionarse con América Latina, una región que se vio opacada durante la guerra contra Iraq del gobierno de Bush.
Pero los presidentes latinoamericanos están buscando algo más. Quieren redefinir la relación con Estados Unidos.
"Voy a pedir a Estados Unidos que adopte otra visión de América Latina", dijo el mes pasado el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula de Silva, antes de la reunión con Obama en Washington. "Somos un continente pacífico y democrático y Estados Unidos tiene que mirar la región de un modo productivo y positivo y no pensar solamente en el tráfico de drogas o en el crimen organizado".
Se espera que los presidentes de 34 países con gobiernos elegidos democráticamente que forman parte de la Organización de Estados Americanos presionen a Obama sobre temas que incluyen la economía global y las políticas estadounidenses con respecto a Cuba y las drogas.
Según muestran las encuestas Bush fue el presidente menos popular de la historia incluso en América Latina, mientras que Obama tiene tanta fama como una estrella de rock en todo el hemisferio, al menos de momento.
"Sí, hay otros presidentes, pero la gente no entiende eso, sólo les preocupa Obama", dijo Kenneth Job, vendedor ambulante en Puerto de España, la capital de Trinidad, donde se realizará la cumbre.
"Es el hombre al que todos quieren y todos quieren ver", dijo Job, que vende fotos enmarcadas de Obama, Nelson Mandela, el Reverendo Martin Luther King Jr., y Rosa Parks.
A fin de cuentas es el prestigio de Obama en la región lo que mantiene a raya los sentimientos antinorteamericanos en la cumbre, dicen analistas. Chávez, un declarado populista, no tratará de utilizar el evento para fijar una posición contra Estados Unidos. En Argentina su ira se dirigió contra un fracasado acuerdo de libre comercio, que finalmente murió y debe ser revivido.
Pero el firme descenso del precio del petróleo y la influencia de Brasil en la región podrían hacer trastabillar a Chávez. "No va a tener el mismo apoyo para retar o hacer declaraciones provocadoras contra Estados Unidos", dijo Michael Shifter, vicepresidente de Diálogo Interamericano, un centro de investigación en Washington.
Altos funcionarios estadounidenses dijeron que no esperan que Obama trate de reconciliarse formalmente ni con Chávez ni con Evo Morales, el presidente de Bolivia. Estos presidentes expulsaron en los últimos meses a los embajadores norteamericanos, acusándolos de implicancia en conspiraciones políticas.
La cumbre se concentrará en la "prosperidad humana", la seguridad en el suministro de energías y la sustentabilidad medioambiental, aunque la economía global será central para los presidentes de América Latina, incluyendo a da Silva, que todavía está meditando sobre el hecho de que la crisis amenaza con descarrilar uno de los períodos de prosperidad más grandes de Brasil en toda una generación.
Funcionarios de la Casa Blanca también temen que el contagio económico pueda revertir el crecimiento de la región y la reducción de la pobreza de los últimos cinco años.
"El año pasado esos logros empezaron a menguar", dijo Jeffrey S. Davidow, asesor de la Casa Blanca para la cumbre. "Hay una preocupación real de que América Latina o el hemisferio puede estar entrando en otra década perdida".
Los presidentes latinoamericanos esperan que Obama no eluda temas que han sido históricamente tabúes en estas cumbres. En el pasado, Estados Unidos ha vetado discusiones sobre Cuba y ha desdeñado críticas a su política con respecto a las drogas.
Pero el gobierno de Obama ha dado señales de que está de acuerdo con algunos presidentes de la región que quieren repensar su estrategia para frenar la violencia asociada a las drogas. Varios presidentes del continente también han dicho en los últimos meses que levantar el embargo contra Cuba podría mejorar enormemente las relaciones entre América Latina y Estados Unidos.
Funcionarios estadounidenses dijeron esta semana que el presidente aceptaba la discusión, pero no se espera que vaya más allá de las medidas anunciadas el lunes: derogar las restricciones de viaje y remesas de dinero a Cuba por cubanos-americanos.
"Pueden no levantar el embargo ni legalizar las drogas, pero habrá más espacio para hablar sobre esos temas", dijo Shifter. "Algo podría ocurrir en cuanto a esos temas que no ha ocurrido antes, que es iniciar un debate abierto. Ese es el estilo de Obama".
©new york times
cc traducción mQh
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