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culebrón sobre la dictadura


‘El último general’ postula a fondos del CNTV y se emitiría por TVN el 2010. Alejandro Trejo encarna a un milico arrepentido en serie sobre derechos humanos.
[Gabriela García] Santiago, Chile. Un periodista de derechos humanos accede a escribir las memorias del último general vivo de la dictadura. La condición del reportero es que éste le entregue los paraderos de los detenidos desaparecidos. A pesar de que se trata de una ficción, la serie narrará once casos reales .
Marco Antonio Quezada es el último general vivo de la dictadura. Carcomido por la culpa y por un cáncer terminal, decide confesarse con el periodista Pablo Larrondo. Autor de espantosas torturas y desapariciones, contará su verdad bajo dos condiciones: que el reportero escriba íntegramente su testimonio y que éste sea volcado en un libro que sólo podrá ser publicado después de su deceso.
"Lo que no sabe Larrondo (el papel lo interpreta Álvaro Espinoza) es que el militar es el asesino de su padre y que de alguna forma lo está preparando para el perdón", advierte Carlos Espinoza (30), dueño de la idea original y productor ejecutivo de un proyecto que actualmente postula a los fondos del Consejo Nacional de Televisión para ser emitido por TVN durante el bicentenario.
Aunque se trata de una ficción, el realizador audiovisual confía en que "éste será un programa histórico para el país" ya que será la primera vez que se hable tan descarnadamente de las violaciones de los derechos humanos en la pantalla chica. Con la venia de la Agrupación de Detenidos Desaparecidos, "El último general" narra y recrea, además, once casos reales de ejecutados políticos, entre los que figuran el campeón nacional de ciclismo Sergio Torment y el del militante Luis Guajardo.
"Hoy los detenidos desaparecidos no son más que un concepto. No están en los medios de comunicación ni en las campañas políticas. No están en ninguna parte. Nos hemos hecho los ciegos, sordos y mudos con una deuda que es histórica", reconoce Espinoza sobre una serie que constará de doce capítulos de cincuenta minutos y que se le ocurrió luego de una debacle personal. "Tengo dos amigos radicalmente opuestos y un día se me ocurrió juntarlos. Al hablar de política quedó la crema. Se apasionaron, se perdió la objetividad y jamás se volvieron a dirigir la palabra. Me pregunté qué es lo que tiene que pasar para que las dos mitades de Chile se puedan sentar en la misma mesa y esto es lo que se me ocurrió", confiesa el realizador de Marfil Studios.

Dónde Están
"Lo que hace notable al programa es que nos permite hacernos cargo de un tema que el sistema judicial sólo ha abordado a medias tintas", complementa Alejandro Trejo, actor que encarna al milico arrepentido y que por estos días vuelve a la dirección de ‘El desvarío’, obra de Jorge Díaz que ya presentó en el 2001 y que volverá a los escenarios de la Universidad Finis Terrae.
"Las violaciones a los derechos humanos sigue siendo un tema empantanado y parece no ser agradable para ningún político actual. Mi personaje representa esa impunidad. Vive en una jaula de oro, con alarma y guardia de seguridad, pero con la paranoia de que lo vayan asesinar. Enfermo y con sólo tres meses de vida, lo que busca es redimirse. Sabe que es la única posibilidad de verdad que le queda al país y a este periodista", adelanta sobre el general de bigote y bastón que ya se puede ver en un trailer de Youtube.
"El diálogo entre el periodista y el general pone de manifiesto un contexto y un cúmulo de desconfianzas que subyacen entre dos marcadísimos polos del país", agrega Trejo. Un debate necesario donde el espectador se enfrentará a las motivaciones de ambos personajes y sacará sus propias conclusiones. "La idea es influenciar lo menos posible al público", advierte Carlos Espinoza, quien para llevar a cabo el proyecto se rodeó de personas de distintos colores políticos. "Fue un parto conciliar visiones, pero un parto necesario, porque lo que queremos es mostrar cómo era la cotidianidad de los detenidos desaparecidos, cómo les decían sus vecinos, qué les gustaba comer, convertirlos en carne", admite.
Su sueño además es que la serie sea discutida en todas las sobremesas de Chile. "Para construir un país mejor, la dictadura tiene que dejar de ser un tabú. Investigando encuestamos a jóvenes de entre 15 y 18 años que no tenían idea de lo que había pasado. Eso es impresentable y sólo se cambia creando instancias de conversación", expresa convencido.
Por otra parte, ‘El último general’ contempla la edición de un libro y de un DVD. Y así como lo hizo el exitoso programa ‘Los 80’, quiere mostrar el pasado y el presente de un país que aún se lame las heridas de la dictadura. "La serie está llena de simbolismos. No sólo Larrondo y el general representan generaciones e ideologías distintas, sino que también vemos los contrastes de un país que es muy distinto al de ayer. Los supermercados, las rejas y las alarmas nos robaron el almacén de la esquina o la pichanga de barrio", dice Espinoza sobre el programa con el que quiere remover conciencias. "Mi fantasía es que uno de los tantos militares que conviven con nosotros la vea y diga, ‘yo sé donde están’", remata.

11 de mayo de 2009
©la nación
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