olla común de siervas de jesús
23 de junio de 2009
"Cada vez están llegando más familias a pedir comida. Este año se ha notado mucho más. Ojalá nosotros tuviéramos para darles a todos, pero hay un tope", señaló la hermana Mariela.
Suena la sirena del mediodía y la gente se acerca con sus ollas y pocillos a buscar alimento. Las voluntarias que van a cocinar ya estaban en la sede desde las 8.30 horas, preparando todo.
Adultos mayores, madres y niños hacen fila... Una persona del núcleo familiar es la encargada de ir a buscar alimento al comedor. Unos llevan años yendo a la olla común y otros algunos meses. Pero todos agradecen la voluntad y cariño de las Siervas de Jesús.
"Vengo hace varios años. Soy solo y pensionado. Es de mucha ayuda lo que hacen las hermanitas. La situación económica de la gente no anda bien", dijo Erwin Barrera.
En tanto, es el segundo mes que Blanca Zúñiga asiste a la olla común. Con un bebé en brazos abre su termo a la espera de su turno.
"Estoy sola con mis dos hijas y como todavía están chicas no las puedo dejar. Aquí tenemos con qué alimentarnos y las hermanitas nos han ayudado con ropa", contó Zúñiga.
Una vez que se termina la olla, las voluntarias deben dejar todo limpio para entregar la sede.
Ayuda
A pesar de que no ha sido como otros años, la ayuda siempre llega. Así lo indicó la hermana Mariela.
"Estamos agradecidos de toda la gente que nos ha apoyado. Y no sólo con alimento, sino que con voluntariado. También al Comité de Desarrollo que nos facilita este espacio".
Además, la religiosa comentó que la Municipalidad les donó un terreno -al lado de la sede-, para construir un comedor. Y que ya están en conversaciones con el Obispado y la parroquia del sector.
©austral de osorno
0 comentarios