obreros con olla común
23 de junio de 2009
El movimiento sindical que contó con la presencia de una veintena de hambrientos trabajadores y fue seguido paso a paso por Carabineros, se mantendrá hasta el próximo viernes. De no existir una respuesta satisfactoria a las demandas presentadas a las autoridades locales, se tomarán acciones mayores: como emprender una movilización, informó el presidente del sindicato obrero, Segundo Ampuero.
En la provincia existen más de cuatro mil quinientos trabajadores de la construcción y un tercio pertenece a la comuna de San Antonio, según los antecedentes del dirigente sindical, y la cesantía en este rubro superaría el ochenta por ciento, contradiciendo los informes públicos.
"Tuvimos que empezar esta olla común, porque entregamos a la municipalidad una lista de 60 personas para una canasta familiar y no ha dado resultado", dijo Segundo Ampuero sobre el inicio de la movilización, que contó con la ayuda de los socios del sindicato.
La misma fuente agregó también que "estamos pidiendo hace dos años capacitación para los trabajadores y obreros de la construcción y no han dado resultado por ninguna forma".
Además, Ampuero renegó comentarios de las autoridades locales que en su momento destacaron el aumento de puestos de trabajo, en especial por la construcción del mall Arauco San Antonio, casino y hotel. "El gerente del casino dijo que salvo en la obra gruesa no ha utilizado a trabajadores de San Antonio. Oportunidades reales no tenemos y tampoco ayuda de algún lado, salvo de los socios. Otros sectores han tenido respuestas, pero nosotros no. Esta movilización es una forma de resistencia que busca una mejoría en las oportunidades".
Historias Muy Dolorosas
Dentro del grupo de obreros que participa de la olla común, hay historias muy similares y lamentables. Todos están desempleados, tienen una familia a la cual alimentar y educar, y que han tenido que vender algunos implementos caseros (herramientas, electrodomésticos e incluso medios de transporte) para poder llevar el pan diariamente a las bocas de los suyos.
Luis Álvarez es uno de los casos conmovedores. Hace un mes y medio que no tiene un lugar donde trabajar y debió meter mano a sus ahorros de toda la vida para alimentar a su familia. También, vendió la camioneta que tenía precisamente para desplazarse al trabajo por necesidad. "La situación es insostenible y no queda más que hacer malabares para comer y vivir. Es doloroso tener que pedir ayuda y que las autoridades no se la jueguen por su gente", expresó.
©líder de san antonio
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