entrevista con el general romeo vásquez
4 de octubre de 2009
¿Por qué fue dolorosa la decisión de detener al presidente Zelaya, el 28 de junio?
Por el grado de cariño al presidente, a pesar de que en los últimos días me había ofendido tanto. La lealtad es en diferentes direcciones: arriba, hacia abajo y desde los lados. El presidente como comandante general, nos estaba metiendo en una situación muy compleja, delicada e ilegal.
Recuerdo que unas 72 horas antes la gente que rodeaba al presidente, le habían dicho gorila y deslenguado…
El problema es que cuando nosotros no podemos cumplir con alguna tarea, la obligación del subalterno es irle a comentar a su jefe que tiene un problema y que le ayude a solucionarlo.
¿Y ustedes fueron a Casa Presidencial a comunicárselo?
A eso íbamos. Habíamos hecho todo lo humanamente posible, discutido con todas las autoridades del país, tratando de buscar una asesoría legal para apoyar al comandante general. Él fue muy noble con las fuerzas armadas, logramos hacer una excelente amistad. Pero… el problema de una institución como la nuestra, es que podemos hacer grandes amistades, pero para el cumplimiento de una tarea, hay un conflicto: la amistad o el deber.
¿Y se lo comunicaron personalmente el miércoles 24 de junio?
Fuimos muy respetuosos de decirle: Señor presidente hemos tratado de encontrar un asidero legal para poder cumplir la misión. Pero ya cuando faltaban unas 48 horas llegamos con la Junta de Comandantes (García Padgett, Prince y Rodríguez) y le informamos que no podíamos ir en contra de la ley, aún cuando estábamos preparados porque somos garantes del proceso electoral.
¿Qué pasó en ese instante trascendental?
De ahí se derivaron ciertas situaciones que a veces es difícil narrarlas porque siempre hay sentimientos encontrados de cariño.
¿Estaba confiado el ex mandatario en relación a la institución castrense?
Sus asesores le hicieron creer que las fuerzas armadas le debía una obediencia ciega. Y la institución tiene un parámetro establecido dentro de la ley.
El mismo Presidente como comandante general había firmado el ‘Libro Blanco de la Defensa’: velemos por el imperio de la ley.
Es que él repetía –como lo dicen en las barracas– "las órdenes se cumplen no se discuten", pero esa situación sólo es entre ustedes. ¿O no? Independiente que sea de un civil a un militar, pero dentro del marco de la ley.
¿O sea que no son borregos?
Exacto. Entonces trato en lo posible de enmendar o cambiar la orden o ver cómo la legalizamos para que él pueda cumplir. Es norma dentro de las fuerzas armadas que los subalternos le hablan a uno y le dicen señor no puedo cumplir o estoy listo para hacerlo, pero tengo este problema, sean logísticos, financieros, legales, etcétera.
¿Y qué pasaba si llegaba el domingo y ustedes no custodiaban las urnas y el material electoral?
Estaba esperando que se llegara el lunes, después de la encuesta y mi intención era renunciar, para que él pudiese nombrar a otra persona de la misma Junta de Comandantes.
¿Usted dio la orden para que pasara con su gente a la fuerza aérea?
Fue una situación única en la historia de Honduras. Se puso en riesgo la seguridad de la base aérea. Y me informaron que llegaron algunas personas en estado de ebriedad, otras andaban fumando y hay que recordar que había muchos tanques de combustible. Un accidente y se puede perder parte de Tegucigalpa y Comayagüela. En vez de causar un mal mayor, porque corrimos ese riesgo y hubiera muerto gente inocente, mejor se permitió que se llevaran el material, a pesar de que ya estaba requisada de parte de la fiscalía. Pero era más importante salvar vidas, en ese momento.
A Manuel Zelaya –todavía en el poder– el viernes 26 de julio, le molestó que usted saliera del Estado Mayor, cuando llegó la marcha de las ‘camisetas blancas’ de Paz y Democracia…
Lo que pasa es que llegaron los reservistas frente al parque de El Soldado y consideré una descortesía no saludarlos. A ellos los acompañaba otro grupo de la sociedad civil, que no lo esperábamos, iba a otra entrevista y los saludé.
La situación de alerta…
Teníamos que cumplir la misión asignada desde un principio, pero sucede que la Corte Suprema de Justicia nos hizo ver cómo se estaba violando la Constitución de la República. No soy muy entendido de la materia legal, pero todos los abogados de las fuerzas armadas determinaron que esa encuesta era vinculante.
¿Y es cierto que ustedes requisaron La Gaceta en la que se hablaba de la Constituyente?
La Gaceta la publicaron el último sábado de junio. Recibir esa orden de la Corte era algo duro, teníamos un reto con la historia. Tuvimos el deber de suspender todo lo que se refería a esa actividad, porque era completamente violatoria de la Constitución de la República.
Fue una decisión de seguridad nacional…
Cuando hablamos nosotros de las consecuencias de la seguridad nacional, hablamos de decisiones de Estado. Se hace un análisis. Y era completamente riesgoso que lo llevaran a la cárcel o a una unidad militar. Ya habíamos tenido un ejemplo de un alcalde de Tegucigalpa, sus correligionarios fueron con volquetas a romper la cárcel y se produjo un muerto. Se busca en toda misión, no causar males mayores.
¿El presidente sospechaba que saldría del poder, tan abruptamente?
No sé, porque la orden que recibimos fue a las doce y un minuto de la madrugada del domingo.
¿O sea que si la corte no le ordena la acción, otra fuera la historia?
Nosotros nos habíamos retirado completamente. La situación cambió radicalmente el sábado en la noche por el mencionado decreto.
Tanto doña Xiomara como Mel dicen que es una traición…
No es así. No podemos ser traidores, si tenemos una misión constitucional.
¿Qué acciones concretas hicieron para no llegar a la ‘hora sin retorno’?
Durante esos 30 días, desde que nos dio la misión, aprovechamos hablar con todos los sectores de la sociedad, buscando una solución. Como fuerzas armadas pensamos que como sólo era una encuesta, tal vez había una injusticia, pero nos dimos cuenta de que la gente no estaba clara en lo que pasaba. Yo mismo creía que era una simple encuesta.
¿Han ayudado las marchas a favor de la paz y la democracia, que han sido multitudinarias?
Lo bueno fue que la población se levantó en defensa de su sistema de democracia. Si bien es cierto que hay algunos sectores que quieren algunos cambios, estos deben ser dentro del marco legal.
Para muchos Romeo es un héroe, otros lo ven como villano… ¿Usted cómo se considera?
Me considero un soldado que cumplí con mi deber a la patria. No me siento un héroe ni tampoco un villano simplemente y además de esto quiero dejar claro que esto no es personal es institucional. Estoy a la cabeza de las fuerzas armadas y cualquiera en mi lugar, hubiera hecho lo mismo, porque de lo contrario estaría fuera de la ley.
¿Quién ha sido su asesor o asesora en estos días tan intensos?
Me hinco a pedirle sabiduría a Dios y le pedí salir de esta situación en que se vio involucradas las fuerzas armadas, sin causar heridas. Siempre tratamos de ayudar al presidente, pero a nosotros nos tenían acorralados, porque en los juzgados nos decían que no podíamos violar la ley y por otro lado que teníamos que cumplir una misión.
¿Cuál es el futuro de Romeo Vásquez Velásquez?
Estaba por retirarme y vivir tranquilo con mi familia. Pero a veces Dios sabe por qué lo deja en ciertas posiciones, hay siempre un propósito. Creo mucho en Dios, soy una persona muy temerosa y respetuosa de Dios.
Se habla del retorno de Manuel Zelaya como parte de los arreglos políticos… ¿Cuál sería su situación?
Nosotros somos apolíticos y no deliberantes. Respetamos las negociaciones y mediaciones que se den en el ámbito político. Nosotros estamos para garantizar la paz y la tranquilidad de los hondureños, devolverle la confianza al pueblo que tanto lo necesita para que sigamos adelante. Las crisis presentan grandes oportunidades de desarrollo.
El mandatario depuesto ha solicitado que le retiren la visa americana, tanto a usted como a Micheletti…[Eso ya ha ocurrido]
Sin comentarios.
©la tribuna
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