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el secuestro frustrado de avelino canteli


Cantelli habla después del intento de secuestro, después de declarar en la causa Brusa. El ex comisario aún está shockeado. Considera "gravísimo" lo que pasó al describir cómo se llevaron a su vecino creyendo que era él. "Hay un comentario firme que uno de los que integraban el grupo sería un tal González, un ex policía", asegura.
[Juan Carlos Tizziani] Santa Fe, Argentina. "¿Quién es?", pregunta detrás de la puerta. La identificación del cronista lo tranquiliza. Abre y deja el revólver arriba de la mesa: Un Magnun 357. "Un arma poderosa", bromea. Y explica por qué tantas precauciones. "Lo que pasó es gravísimo", dice Avelino Canteli, el comisario de la Policía santafesina que el martes pasado declaró en el juicio a los represores de la dictadura, entre ellos el ex juez Víctor Brusa. Y al día siguiente, cuatro desconocidos intentaron secuestrarlo, pero se confundieron y tomaron como rehén a un vecino suyo, de su misma edad, muy parecido él, que vive en el mismo edificio, en la planta baja y en el departamento de enfrente.
La tardecita se hizo noche en Las Flores I, un complejo del Fonavi donde viven cinco mil personas. El barrio es inquietante a esa hora para los foráneos, pero a Canteli no le preocupan los apretadores que puedan merodear por la calle, sino los otros: los secuestradores de su vecino, Raúl Bianchi, un jubilado ferroviario de 74 años, canoso, igual que él. De entrada no descartó ninguna hipótesis. "Esto puede venir de cualquier lado", dijo. Pero ayer, fue más preciso y hasta mencionó el nombre de un represor que anda suelto. "Le digo la última información que recibí. Me dijeron que uno de los que podría integrar esta banda de delincuentes sería un tal González, un ex policía que fue exonerado de la fuerza y estaría implicado en esto", dijo Canteli en un diálogo con Rosario/12.

¿Cree que hay un ex policía detrás de esto?
Ese es el dato que me dieron. Sí, efectivamente. Es una persona muy peligrosa, capaz de hacer este secuestro. Porque no fue una tentativa. A mí me quisieron secuestrar, pero por error se llevaron a un vecino. Hay un comentario firme que uno de los que integraban el grupo sería un tal González, un ex policía insistió.

¿Y qué más le dijeron?
Que no sería el único, que podría haber más secuestros en Santa Fe.

Parece un mensaje para meter miedo.
Una cosa mafiosa. Estos tipos son profesionales, los que secuestraron a mi vecino estaban organizados. Porque cuando se dan cuenta del error, que se habían llevado a otra persona, dicen: "Este no es Canteli. Seguí con el procedimiento". Y después lo dejan en el Puente Negro.

Todo ocurrió en un minuto. "No sé si eran rubios o morochos", dijo Bianchi. Sólo recuerda que fue un recorrido de media hora, sin escalas y lo bajaron en una casa, en la que apenas pudo ver una puerta marrón. Cuando le sacaron la manta de la cabeza, se dieron cuenta que era la persona equivocada. "¡Ese no es Canteli! ¿Qué hicieron pelotudos"", escuchó que decían. Y confirmó que lo habían confundido con su vecino.
Ya no hubo más comentarios ni diálogos. Lo volvieron a subir a la camioneta, otro recorrido de media hora y lo dejaron en la zona del puente Negro, bastante lejos de su barrio. "Cuando me llevaban me moví un poquito para ver si veía algo, pero uno de ellos me dijo: "Quédate quieto viejo, no te hagas problemas que si te portás bien no te pasa nada". No sufrió ningún rasguño. "Gracias a Dios no lo maltrataron", lo tranquilizó su vecino.
Cantelli declaró el martes como testigo en el juicio a Brusa y compañía. Ya no tiene dudas que el intento de secuestro está vinculado con su testimonio. En su declaración ante el Tribunal Oral, ratificó el rol que cumplía en el aparato represivo de la dictadura uno de los imputados en la causa que falleció en 2007: el ex encargado del Destacamento de Inteligencia Militar 122, Nicolás Correa. "Era un asesino", dijo. Y lo acusó por una bomba que le pusieron en la puerta de su casa después del golpe de 1976, que "gracias a Dios no explotó". "Los militares eran una banda de delincuentes comunes", agregó.
Pero también le pidió explicaciones al ex gobernador Jorge Obeid por haber reciclado a Correa en la democracia, como asesor de seguridad de su primer gobierno (1995/99). "Yo lo denuncio al ingeniero Obeid porque lo tuvo cuatro años a Correa al lado suyo", como el segundo de la Subsecretaría de Seguridad Pública.

¿Usted acusó a Correa y a otro militar, Eleodoro Jorge Hauque?
Correa le ordenó a Hauque que me pusiera la bomba. Ese día explotaron trece bombas en Santa Fe. Yo vivía en Francia 4229. La que pusieron en la puerta de mi casa lograron desactivarla antes que explote. Hubo un revuelo bárbaro en el barrio. Mi señora y mi hija sufrieron un ataque de pánico, un trauma por el que estuvieron bajo tratamiento médico y que les dejó secuelas hasta el día de hoy. Quedaron mal. La nena tenía nueve años.

El juicio dejó a la luz el rol de Correa en el circuito represivo, pero usted ya lo había denunciado hace once años, cuando era funcionario de Obeid.
Sí, lo denuncié y nadie hizo nada. Obeid lo apañaba. Cuentan que Obeid y (el ex subsecretario de Seguridad Pública, teniente coronel José) Bernhardt son del mismo pueblo de Entre Ríos. Y Correa trabajaba con Bernhardt.

Y también mencionó a otros dos imputados: Héctor Colombini y Eduardo Ramos.
Me preguntaron si integraban la patota militar. Yo dije que Colombini y Ramos eran oficiales del D 2 (Departamento Informaciones) que dependía directamente del jefe de Policía de la provincia (coronel Carlos Alberto Ramírez). El D 2 era una brigada antisubversiva a las órdenes del Ejército, era el nexo con la Policía. Y los operativos eran conjuntos respondió.

29 de noviembre de 2009
©rosario 12
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