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tenían protección política


Las denuncias del policía Avelino Canteli contra dos funcionarios de Obeid. José Berhnardt y Nicolás Correa ocuparon puestos claves en el área de seguridad del ex gobernador justicialista. El policía los denunció, como también lo hizo en 1997 la periodista Ana Fiol, pero durante años la Justicia no lo investigó.
Santa Fe, Argentina. Avelino Canteli denunció al teniente coronel José Berhnardt y al suboficial del Ejército Nicolás Correa hace once años, en 1998, cuando eran funcionarios del gobernador Jorge Obeid: Bernhardt, subsecretario de Seguridad Pública de la provincia y Correa, su número dos. Ambos fueron designados en el arranque del gobierno: Bernhardt el mismo día que asumió Obeid, 11 de diciembre de 1995 y Correa un mes y medio después, el 31 de enero de 1996. "Siempre tuvieron protección política", recordó Canteli.
Correa ya había sido señalado por primera vez en público por la periodista Ana Fiol, en una investigación sobre los grupos de tareas de la dictadura en Santa Fe, que se vio por Cablevideo, el 6 de marzo de 1997, en su programa "Mujeres de Fin de Siglo". "En el segundo piso de la Casa de Gobierno está el señor Correa que era la voz de la patota y hoy es funcionario de Seguridad Pública. Esto fue dicho por un montón de gente mientras armábamos el programa, pero siempre hay que hablar de este asunto en voz baja ¿no?", se preguntó Fiol, quien declaró como testigo en la segunda audiencia del juicio al ex juez Víctor Brusa y compañía -el 15 de setiembre último y su programa presentado como prueba de la querella. Fiol comenzó a recibir amenazas aún antes de publicar su investigación. "Me llamaban todo el tiempo, donde estuviera: en mi casa, en la radio, en los lugares donde íbamos a filmar", dijo. Por seguridad, su hija fue a vivir con los abuelos y ella estuvo meses con custodia policial, hasta que se radicó unos años en Gran Bretaña.

Cantelli habló sobre Bernhardt y Correa en una entrevista con El Litoral, el 21 de diciembre de 1998. "¿Qué opina de Obeid?", le preguntó el periodista Rogelio Alaniz.
No lo entiendo.

¿Por qué?
Lo tiene a Bernhardt de ladero y a Correa. Los dos fueron represores. Y Correa fue jefe de Inteligencia en el tiempo de los militares -contestó Canteli. Tuvieron que pasar cinco años para que la justicia lo llame por esa denuncia. "Ratifico todo lo que dije", expresó ante el juez federal Reinaldo Rodríguez, el 24 de abril de 2003. Y seis años más -once en total para que pueda ampliar su testimonio en un juicio oral y público a los represores, como ocurrió el martes pasado. Correa murió en 2007.

¿Pero cuál fue la reacción del gobierno de Obeid ante la denuncia de Canteli, en diciembre del ’98? Dos pusieron la cara: el ministro de Gobierno, Roberto Rosúa y la directora de Asuntos Internos, Leyla Perazzo. "A mí no me consta que (Bernhardt y Correa) hayan sido represores", dijo Rosúa. "No sé de dónde Canteli saca esos datos, no son las referencias que yo tengo", sentenció Perazzo.

Según Perazzo, "hay que dejarle a Bernhardt y a Correa que den las respuestas porque son acusaciones que en su momento le preguntaremos a Canteli en que las sustenta".

Canteli dijo que son represores -le planteó Rosario/12.
No sé de dónde saca esos datos, no son las referencias que yo tengo. Y por otra parte hay que dejarlos a ellos que hagan su propia defensa -insistió la funcionaria.

Rosúa también hizo su descargo. Estaba molesto por otras denuncias de Canteli y amenazó con querellarlo. "A mí no me consta que Bernhardt y Correa hayan sido represores. Y no creo que esa imputación afecte al Ministerio de Gobierno, en todo caso en el plano personal el propio subsecretario ya me ha pedido que haga una investigación".

¿Cómo sería esa investigación? -insistió Rosario/12.
Todas las imputaciones que ha hecho Canteli deberán ser materia de investigación y después se verá.

¿Puede investigar si Correa fue jefe de Inteligencia?
Si fue jefe de Inteligencia no quiere decir que haya cometidos delitos. Si Correa fue jefe de Inteligencia ha ocupado un cargo en una determinada etapa política del país que merece a lo mejor determinados calificativos políticos o no. No sé. Todo se investigará -contestó Rosúa.

Cuatro meses después, el 1º de abril de 1999, otro colega le preguntó a Perazzo que había pasado con la denuncia de Canteli sobre Bernhardt y Correa. "No sé porque eso no lo manejo yo".

Pero usted había abierto una investigación...
Sí, pero sobre el personal policial. Yo no soy quien para investigarlo a Bernhardt.

Me refiero a Correa.
A Correa tampoco porque ellos están fuera de mi área.

En el segundo gobierno de Obeid (2003 07), Rosúa repitió el cargo y Perazzo ascendió a jefa de Policía de la provincia. Correa ya no era asesor de la Casa Gris. Pero Bernhardt siguió como subsecretario de Emergencias. El 27 de octubre de 2006, cuatro querellantes y denunciantes de delitos de lesa humanidad: Daniel García, Alba Sánchez, Amalia Ricotti y Jorge Pedraza, presentaron a Rosúa más pruebas sobre el paso de Bernhardt por el Batallón de Inteligencia 601 y la Escuela de Inteligencia, donde se graduó "con calificaciones cercanas a los 100 puntos en Actividades sicológicas (84 puntos), Información político social (87) e Información sobre ideologías totalitarias (91 puntos)". Uno de sus maestros era el teniente coronel Benjamín Ernesto Cristoforetti. Un nombre que saltó en el juicio a los represores cuando Luis Eduardo Baffico entregó al Tribunal Oral la prueba de su secuestro: la copia de una declaración que le arrancaron bajo torturas, el 13 de abril de 1977. Dijo que se la entregó Correa en el centro clandestino: "Tocá este papel y fírmalo porque es tu pasaporte a la vida". Y él firmó. Dos años después, el 16 de noviembre de 1979, el Ejército envió esa declaración de Baffico al Juzgado Federal para incriminar a otro detenido. La remitió el Destacamento de Inteligencia Militar 122 de Santa Fe y a la nota la firmó su segundo jefe, Benjamín Ernesto Cristoforetti.

30 de noviembre de 2009
©rosario 12 
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