los angeles restringe marihuana médica
14 de febrero de 2010
El ayuntamiento de Los Angeles aprueba finalmente la ordenanza sobre la marihuana médica. Después de años de debates, el ayuntamiento limitará drásticamente el número de dispensarios y restringirá las zonas donde pueden operar.
[John Hoeffel] Los Angeles, Estados Unidos. El martes el ayuntamiento de Los Angeles finalmente aprobó, sin deliberación, la ordenanza sobre la marihuana médica que impondrá algunas de las reglas más severas del estado, aunque fue rechazada por sus defensores que dijeron que la ley restringirá drásticamente el acceso a la droga.
La ordenanza, que fue finalmente aprobada después de más de cuatro años y medio desde que el concejo municipal empezara a discutir el tema, no logrará mitigar el polémico debate sobre la decisión de poner fin al auge de los dispensarios -auge que ha presenciado el surgimiento cientos de tiendas de marihuana, concentradas en los principales bulevares de la ciudad.
Al menos dos organizaciones que representan a los dispensarios están sopesando demandar al ayuntamiento; una de ellas está también considerando reunir firmas para convocar a un referéndum. El abogado del ayuntamiento, que dice que la ley del estado no permite que colectivos se dediquen a la venta de marihuana, insiste en llevar a tribunales al dispensario Eagle Rock en un intento de forzar un fallo judicial. Y el fiscal del condado de Los Angeles está persiguiendo a los operadores de dispensarios.
La ordenanza, que busca erradicar la imagen carnavalesca de Los Angeles como la capital del resurgimiento de la marihuana, permitirá que funcionarios municipales clausuren cientos de dispensarios. Pero también impondrá restricciones sobre la ubicación de los dispensarios, lo que según los operadores eliminará a la mayor parte de los sitios fuera de los remotos parques industriales.
"Es un desastre para los pacientes", dijo James Shaw, director del Sindicato de Pacientes de Marihuana Médica.
El alcalde Antonio Villaraigosa piensa promulgar la ordenanza porque reduce el número de dispensarios y los obliga a operar a trescientos metros de distancia de escuelas y templos.
"Esta ley no es perfecta, pero el alcalde cree que es un paso en la dirección correcta, y es hora de que nos concentremos en otros problemas urgentes", dijo la portavoz Sarah Hamilton.
La votación -de nueve votos contra tres- fue la segunda sobre la ordenanza, que la semana pasada estuvo a punto de ser aprobada unánimemente en la primera votación. Bernard C. Parks, Jan Perry y Bill Rosendahl votaron contra en las dos ocasiones.
Después de la votación, los miembros del concejo expresaron alivio de que la ordenanza pueda ser implementada dentro de poco, incluso si es recurrida legalmente.
"Sabía que llegaríamos a esta situación, pero no pensé que tomaría tanto tiempo", dijo el concejal Dennis Zine, que dio la alarma en mayo de 2005, cuando no había más que cuatro dispensarios. "Estamos aprobando una ordenanza que creemos que es legal y que puede resistir las demandas. Nos han amenazado con juicios durante muchos, muchos años, así que hagamos lo que hagamos de todos modos nos van a demandar".
El concejal Ed Reyes, que dirigió la redacción de la ordenanza, reconoció que puede haber cambios. "Tratamos de interpretar la ley del estado según su espíritu", dijo.
La ley no entrará en vigor sino hasta después de que el Congreso apruebe las tarifas que tendrán que pagar los dispensarios para cubrir los costes de inscripción, un proceso que, de acuerdo con funcionarios municipales, tomará al menos treinta días.
La ordenanza reduce el número de dispensarios a setenta, pero hace una excepción para los que se inscribieron en la secretaría del ayuntamiento en 2007 y siguen en sus ubicaciones originales o se mudaron justo después de que sus caseros fueran amenazados con un proceso judicial. Funcionarios municipales creen que hay cerca de 150 dispensarios en esa situación.
Entre otras limitaciones dirigidas a poner fin a la venta de marihuana tarde por la noche en Los Angeles, los dispensarios serán obligados a cerrar a las ocho de la tarde, se prohibirá el consumo de marihuana en sus locales y los pacientes serán limitados a un colectivo. La ordenanza de diecisiete páginas también impone controles dirigidos a prevenir que los colectivos obtengan ganancias, lo que es ilegal de acuerdo a la ley del estado.
Activistas vecinales, que han sido ampliamente superados en número en las reuniones del concejo, instaron a los legisladores a actuar con rapidez para implementar la ordenanza. Lisa Sarkin, del concejo municipal de Studio City, observó que había trece dispensarios en la zona. "No puedo imaginar que sea necesario", dijo.
Los vecinos se han quejado por la extrema concentración [de dispensarios] y se preocupan sobre la delincuencia. Como si para subrayar esa preocupación el Departamento de Policía de Los Angeles buscó el martes la ayuda del público para aprehender a un sospechoso que, el 8 de enero, robó y disparó contra un empleado de un dispensario en Reseda Boulevard, en Northridge.
Cientos de dispensarios abrieron sus puertas en Los Angeles mientras el concejo municipal debatía lentamente la ordenanza propuesta, sin lograr imponer una moratoria sobre los dispensarios. Funcionarios municipales creen que se clausurarán cerca de quinientos dispensarios.
Una vez que la ordenanza entre en vigor, la oficina del fiscal de la ciudad enviará una serie de cartas a propietarios y operadores, un proceso que la fiscal asistente especial de la ciudad, Jane Usher, estimó que tomará unos 45 días. Basándose en experiencias pasadas, la fiscalía espera que al menos un tercio de los dispensarios sean cerrados. El ayuntamiento llevará a los otros a tribunales.
"El ambiente se despejará seis meses después de la fecha efectiva en que se apruebe la ordenanza", dijo.
La mayoría de los dispensarios autorizados tendrá que mudarse dentro de seis meses para cumplir con las restricciones sobre la ordenación territorial. Pero los operadores se muestran aterrados porque la ordenanza les otorga apenas unas semanas para informar al ayuntamiento sobre la nueva ubicación.
La ordenanza estipula que los dispensarios deben situarse al menos a trescientos metros de otros dispensarios y de sitios llamados de usos sensibles, tales como escuelas, parques y bibliotecas. En una adición de último minuto, el Concejo Municipal también estableció que no podrán operar en calles o pasajes adyacentes a zonas residenciales. Esta exigencia, dijeron los operadores, elimina a la mayoría de las calles comerciales, tales como Melrouse Avenue y los bulevares de Pico y Ventura, donde las tiendas se encuentran separadas de las casas por callejones.
Operadores que han empezado a buscar por todos lados en el mercado inmobiliario dicen que hay pocas ubicaciones apropiadas y que los caseros, conscientes de que esas propiedades escasean, están pidiendo precios exorbitantes.
Barry Kramer, que dirige la California Patients Alliance, un dispensario autorizado en Melrose Avenue en el barrio de Beverly Grove, dijo que ha visitado seis ubicaciones.
"Ahora pasamos por momentos difíciles", dijo. "No hemos encontrado nada".
Kramer dijo que había esperado la restricción de los trescientos metros y que tuvo el cuidado de buscar espacios no destinados a usos sensibles antes de abrir su dispensario hace dos años y medio. Le tomó ocho meses encontrar uno. Pero la restricción de los callejones lo obligó a mudarse a una ubicación donde dice que ha funcionado discretamente sin quejas de los vecinos.
"Lo frustrante es que hemos trabajado muy duro durante dos años y medio de trabajo para cumplir con todo lo que han determinado", dijo. "Ahora, todos esos buenos operadores serán dejados de lado".
Kramer pertenece a una organización que representa a colectivos de marihuana médica que están inscritos en el ayuntamiento. La organización, que ha tratado durante años de trabajar con el concejo municipal ahora busca a un cabildero con buenas conexiones para exigir cambios y un abogado para investigar si presentar una demanda.
Los cientos de operadores de dispensarios que no están inscritos o que abrieron en los últimos años también están explorando si demandar o no al ayuntamiento o reunir las 27.425 firmas válidas que se necesitan para forzar un referéndum.
"Estamos preparados para actuar y detener esta ordenanza", dice Dan Lutz, que administra el dispensario Green Oasis en el Westside y ha organizado un grupo de operadores. "Lamento que tengamos que optar por esta ruta".
27 de enero de 2010
©los angeles times
©traducción mQh
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