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descaminado plan francés


Descaminado plan francés para prohibir el velo completo o burka. Los legisladores debieran guardarse de socavar la libertad religiosa.
Francia es un estado militantemente laico que está decidido a permanecer culturalmente homogéneo. Mientras defiende los valores de la igualdad y los derechos humanos, el país también adopta ampliamente la asimilación: la creencia de que para ser franceses, inmigrantes y nativos por igual deben adherir al idioma, costumbres, valores y modo de vida franceses. Es por eso que Francia prohibió en 2004 los pañuelos de cabeza usados por motivos religiosos en las escuelas públicas y es por eso que ahora los legisladores quieren prohibir que las mujeres lleven burkas o velos que cubren completamente el rostro en lugares públicos como ayuntamientos y oficinas de correos, y posiblemente incluso en parques y en el metro.
Aunque entendemos que Francia quiera proteger su identidad nacional secular, semejante prohibición socavaría la libertad religiosa protegida por su propia Constitución. Además, creemos que el último esfuerzo por restringir el vestido de las mujeres musulmanas es improbable que logre su objetivo, y podría en realidad ser contraproducente.
La semana pasada, tras seis meses de deliberaciones, una comisión parlamentaria de 32 miembros instó a la Asamblea Nacional a aprobar una resolución para condenar el velo completo y redactar una ley para prohibirlo. "Llevar el velo es un reto a nuestra república. Es inaceptable", dijo la comisión. Sugirió además que las mujeres musulmanas con velo no sean admitidas en servicios públicos, como autobuses. El presidente francés Nicolás Sarkozy y el primer ministro François Fillon apoyan la prohibición, que se presume se transformará en ley este año. Eso sería una vergüenza.
Otras justificaciones de la prohibición -como proteger a las mujeres de la opresión, hacer retroceder el extremismo religioso o facilitar la identificación por razones de seguridad- no nos convencen de que sea necesaria. Como el voto en Suiza en noviembre pasado para prohibir la construcción de minaretes, prohibir el velo demostraría una vez más la discriminación religiosa que sufrirían aquellos que creen que el Occidente es un enemigo del islam. De hecho, el ministro de Relaciones Exteriores francés, Bernard Kouchner, definió la votación suiza como "intolerancia".
No se hace retroceder al extremismo religioso y la opresión con más represión sino fomentando la moderación y la tolerancia. Esta semana, la Iglesia Católica francesa condenó correctamente la prohibición propuesta, advirtiendo que sería percibida como un ataque directo contra los musulmanes franceses y haría más difícil exigir que los países islámicos respeten los derechos de sus minorías religiosas. Cerca del seis por ciento de los 64 millones de franceses son musulmanes, y sólo algunos miles de mujeres usan el burka o el velo completo.
Aunque creemos que el cubrimiento total de la cara es degradante para las mujeres -especialmente cuando el velo no es usado voluntariamente-, no es una violación de los derechos de otros ni una amenaza contra el estado laico. Creemos en la igualdad de género y en la protección de los derechos de las mujeres. Pero tememos que el modo más seguro de aumentar el número de mujeres con velo integral es decirles que no pueden llevarlo.

20 de febrero de 2010
3 de febrero de 2010
©los angeles times 
©traducción mQh
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