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pin, popular e indeseable


Ahora, nadie quiere con el PIN. El presidente del PIN, Samuel Arrieta, sostuvo que "a (Juan Manuel) Santos nadie le ha dicho que lo vamos a apoyar".
Colombia. El PIN, que el pasado 14 de marzo obtuvo una votación cercana al millón de votos, dice que no quiere quedarse por fuera del debate presidencial. Su caudal electoral podría ser definitivo para cualquier candidato con proyección presidencial, pero hoy por hoy todos los sectores políticos envueltos en la carrera al Solio de Bolívar han decidido marcar distancia con ese grupo político. No sin razón: se le considera heredero de los intereses de los parapolíticos.
El primer en hacerlo fue Rodrigo Rivera, tras recibir una carta en la que directivos del partido lo invitaban a hacerlo, en calidad de defensor del referendo, a tomar las banderas del movimiento y aspirar a la presidencia con el aval del partido.
Rivera no tardó en responder. En una carta argumentó que no tiene intereses "personalistas" de buscar la Presidencia, y que su tarea sería la de mantener la unidad del uribismo.
Aunque las razones podrían ir más allá. Los señalamientos y denuncias sobre la financiación del partido, que acompañó a la bancada de gobierno, lo ha convertido en el ‘patito feo’ de la política colombiana. Los candidatos que han hecho de las políticas del Presidente su bandera, se han adelantado a excluir al PIN de cualquier mecánica electoral y descartar una posible alianza.
Juan Manuel Santos, candidato de ‘la U’, ha sido el dirigente a quien más le han pedido fijar su posición sobre el PIN. En recientes pronunciamientos ha dejado claro que no buscará alianzas con ellos, e incluso dijo que prefería perder las elecciones antes que buscar su respaldo electoral.
Los voceros del PIN respondieron. Este miércoles, en la reunión de la actual bancada y la bancada de electos, no ocultaron su malestar por las declaraciones de Santos. Minutos antes, Noemí Sanín, la candidata del Partido Conservador, también aclaraba que no aceptaría ningún respaldo del partido más cuestionado del momento.
"A Santos nadie le ha dicho que lo vamos a apoyar", dijo en la reunión uno de los senadores más influyentes de la bancada.
Samuel Arrieta, el presidente del partido, dijo que al PIN lo quieren dejar fuera del debate electoral, pero resaltó que no se van a dejar, que tienen personería jurídica y que sobre sus electos candidatos no hay investigaciones judiciales. "Hasta el voto en blanco es una opción", dijo como respuesta a aquellos que, a juicio de los dirigentes del partido, los quieren excluir del espectro político.
Arrieta, sin referirse a las cautelosas miradas que se han fijado sobre su partido, prefirió decir que la opción de votar en blanco es porque, en el abanico de candidatos, "no hay quién defienda de manera genuina las banderas de la Seguridad Democrática".
La Registraduría Nacional describe el voto en blanco como la opción que tiene el ciudadano cuando ninguno de los candidatos cumple con sus expectativas. Su importancia tiene tanta repercusión que, incluso, si esta opción suma más del 51 por ciento de los votos válidos, obligaría a una nueva elección, con nuevos candidatos.
Este pronunciamiento estuvo acompañado de la primera posición colectiva frente a los señalamientos y denuncias en su contra. El PIN le dijo a los demás partidos que revisen en sus filas quién está "libre de pecado" antes de seguir lanzando piedras.
Recientemente el PIN fue el único partido que obtuvo curules en el Senado que resultó excluido del acuerdo democrático fundamental que, a instancias del G-24, suscribieron siete de los partidos políticos que tienen candidato a la Presidencia.
Entre los puntos de ese acuerdo, estaba el compromiso de rechazar "de manera vehemente a quienes desde la política cohonestan con actores violentos, terroristas, mafiosos o corruptos", precisamente uno de los cuestionamientos que desde varios sectores se le ha hecho al PIN.
Pero los cuestionamientos no sólo provienen de los demás partidos. Las autoridades electorales, que continúan escrutando los votos del 14 de marzo, también tienen cierta desconfianza, sobre todo en las regiones donde el PIN fue un ‘fenómeno electoral’.
Una de ellas es el departamento de Valle del Cauca. Allí, el fenómeno PIN, se vio reflejado en la sorprendente votación que obtuvo Juan Carlos Rizzetto, un hombre que, en su primera aventura en las urnas, obtuvo la nada despreciable cifra de 76 mil sufragios.
Este miércoles el Consejo Nacional Electoral decidió escrutar los votos del Valle del Cauca en Bogotá. El magistrado Marco Emilio Hincapié explicó esa decisión tras las advertencias de posibles irregularidades en el conteo, que abrirían las puertas a un posible fraude. Rafael Pardo, jefe del Partido Liberal, fue el primero en denunciar esta circunstancia.
El PIN es la cuarta fuerza política en el Senado, a la par de partidos jóvenes pero de mayor tradición como Cambio Radical y el Polo Democrático. Sus ocho curules lo hacen determinante a la hora de inclinar balanzas en el legislativo y el casi millón de votos podría definir una elección presidencial. De momento, nadie quiere con el PIN, y el PIN dice que no hay con quién.

28 de marzo de 2010
©semana
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