presos salían a matar
8 de agosto de 2010
Increíbles niveles de corrupción funcionaria en México. Presos salían a matar.
[Elisabeth Malkin] Ciudad de México, México. En una cárcel del norte de México se permitía a un grupo de presos que salieran de noche para cometer asesinatos por encargo utilizando armas y vehículos de la gendarmería, dijeron funcionarios el domingo, revelando un nivel de corrupción que es asombroso incluso en países donde las fugas de la cárcel son habituales mientras los gendarmes hacen la vista gorda.
Los presos cometieron tres masacres este año en la ciudad de Torreón, en las que murieron 35 personas, dijo en una rueda de prensa Ricardo Nájera, portavoz de la fiscalía. Entre ellas, dijeron las autoridades, el atentado contra una fiesta de cumpleaños en un salón de baile. La banda disparó al azar contra los parranderos, matando a diecisiete personas.
Los análisis balísticos confirmaron que las cuatro armas que se usaron en el tiroteo eran las mismas que las asignadas a los gendarmes, dijo Nájera.
"Los criminales cometieron esas ejecuciones como parte de un ajuste de cuentas entre miembros de bandas rivales relacionadas con el crimen organizado", dijo. "Desgraciadamente en estas ejecuciones los criminales también asesinaban cobardemente a civiles inocentes -y entonces volvían a sus celdas en la cárcel".
Los asesinos eran reclutados en una cárcel de Gómez Palacio, una ciudad adyacente a Torreón. Nájera dijo que la alcaide de la cárcel, Margarita Rojas Rodríguez, les dejaba salir en vehículos oficiales y usar las armas de los guardias en los asesinatos.
Rojas y otros tres funcionarios llevan veinte días en detención mientras los funcionarios definen los cargos en su contra, dijo.
El ministro del Interior de México, Francisco Blake Mora, dijo en la rueda de prensa que el gobierno revisaría "la supuesta complicidad de las autoridades de modo que los criminales, en lugar de estar tras las rejas, salían con total impunidad, armados y equipados para cometer actos tan deplorables como el de la semana pasada".
Las cárceles mexicanas son conocidas como refugios de muchas organizaciones criminales que funcionan desde el otro lado de las rejas. Los presos dirigen organizaciones dedicadas al chantaje, y reinan los barones de la droga.
En respuesta, el gobierno del presidente Felipe Calderón ha extraditado un número sin precedentes de sospechosos a Estados Unidos, pero las fugas en las que de algún modo los funcionarios de prisiones parecen cómplices, siguen siendo corrientes.
25 de julio de 2010
©new york times
cc traducción mQh
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