otro capellán venido del infierno
Las confesiones de Eugenio Zitelli, ex capellán de la policía de Rosario en la dictadura. El actual cura párroco de Casilda, habló hace años en un programa de televisión sobre su papel en la dictadura. Ahora, ese y otros testimonios forman parte de los argumentos con que lo denunciaron en la justicia federal.
[José Maggi] Argentina. "Yo siempre a Feced le decía con la Ley, con la ley por favor. Yo acompañé más de treinta muertos, asesinados de la Policía, compañeros muertos, policías muertos, digamos de atentados terroristas y subversivos. Usted cree que esa situación dentro de la policía no incidía para la reacción de la gente, para la reacción de la represión. Usted cree que eso ayudaba. ¡Era una guerra tremenda!...Yo no justifico en absoluto las reacciones, pero me las explico". La confesión pertenece a Eugenio Zitelli, párroco de Casilda y ex capellán de la policía rosarina durante la dictadura. La hizo en el año 1995 en un programa televisivo, cuya desgabración acompaña ahora la presentación realizada por un grupo de militantes de Casilda junto a organizaciones defensoras de derechos humanos y dirigentes políticos.
La denuncia fue presentada por Claudia Alejandra Nigro, Juan José Noste, Silvio Rosa, Sandra Michelón de la agrupación UMANO (Unidos por la Memoria Ante el Olvido) con el patrocinio de Luciana Censi, Gabriela Durruty, Jesica Pellegrini, Leticia Faccendini y Daniela Asinari. En este sentido la abogada Leticia Faccendini patrocinante de la causa remarco que "el caso del cura Zitelli, resultaría de similares características al caso del capellán Von Wernich, dado que el mismo habría concurrido asiduamente al centro clandestino de detención, habría accedido a las zonas en las que se encontraban ilegalmente privadas de su libertad las víctimas, manteniendo contacto directo con ellas. Y habría justificado los tormentos y torturas de los que eran objeto".
En los fundamentos de la sentencia del Tribunal Oral Federal Nº 1 para el juicio a Cristian Von Wernich se manifiesta que: "Es tan torturador el que enchufa el cable en la pared como el que enciende la radio para que no se escuchen los gritos, el que pasa la picana por los genitales de la víctima, o el que llega después a `aconsejarle’ que hable para no ser torturado nuevamente. Por ello creemos que llegó el momento de investigar las complicidades eclesiásticas con el genocidio en nuestra zona".
Zitelli, actual cura párroco con cargo de "Monseñor" de la Iglesia San Pedro Apóstol de Casilda, se desempeñó como capellán hasta el inicio de la democracia, donde funcionó el Centro Clandestino de Detención en dependencias del Servicio de Informaciones de la Jefatura de Policía de Rosario (Unidad Regional II). En esa función, habría participado de las "misas, confesiones y entrevistas" con los detenidos y detenidas en la mencionada dependencia, en su carácter de capellán de la Policía, de lo cual resultaría una pieza más para el funcionamiento y sostén del mecanismo represivo existente en ese sitio. Ello surge, de la propia declaración de Zitelli en un medio televisivo de la ciudad de Casilda en el programa ‘Contraluces’, conducido por Francisco Campabadal el 26 de setiembre de 1995.
En esa entrevista al ser preguntado sobre su labor como capellán, Zitelli manifestó "la Policía de Rosario es una institución muy grande, tiene muchas áreas, varios cuerpos: infantería, Caballería, en aquel entonces, Bomberos, Escuela de Policía, Policía de Menores, yo trabajé mucho allí con Sacomano, con la Policía de Menores".
De igual modo preguntado sobre su función de capellán cuando hablaba con los presos, el sacerdote manifestó: "Le estoy hablando de los presos comunes, no cierto, después vamos a hablar de los presos"de los presos especiales, primero en forma personal después tenemos las charlas en formas grupales, los que quieren venir y teníamos misas mensuales, esto con los presos comunes, así que había una regla".
En la presentación hay además otros testimonios:
- El del ex sacerdote tercermundista Santiago Maguire quien decía "en 1978, mientras esperaba, contra la pared, que apenas me podía tener y con las esposas, a tres metros estaba Zitelli con Cuccidonchi que fue el director de la cárcel de Coronda más cruel de la historia, pero con cara de bueno cual nipón en las películas de la Segunda Guerra Mundial, que cuando salía el visitante tocaba un timbre y lo liquidaba, así era. Fumando, tomando café los dos, Zitelli y el director este, por fin me hacen pasar, me hace pasar Zitelli, eran dos pares, "que tal cómo está" más que eso no pude hacer, mirarlo seriamente y decirle "y qué te parece". Dice "yo estaba de paso por acá, yo estaba de paso" ¿y cómo anda"", "¿y cómo puedo andar"" insisto, "muy mal, el Señor me asiste". Lo desprecié con la mirada, todo lo que pude. Es lo menos que podía hacer."
- El testimonio de Darío Castagnani: "Mi suegra con militancia católica en Casilda, se había movido y había llegado a la influencia de Zitelli, que era el que podía saber cuál era mi paradero. A los 15 días de detenido me llevaron para arriba vendado, pienso que era el primer piso, me sacaron la venda. Entré y me encontré a este personaje llamado padre Zitelli que yo ni lo conocía. Me dijo "siéntese hijo". Me explicó que las circunstancias eran muy duras, pero que aguantara que esto era una cosa circunstancial en la vida de no sé si era la república o la patria o de la nación, no me acuerdo bien, que tratara de aguantar que esto era circunstancial, que no me iba a pasar nada y que tratara de leer la Biblia, yo le dije "mire leer la Biblia allá" lo único que hay es tortura, palo y nada más no hay nada que leer".
- El testimonio de Olga Cabrera Hansen, incluido en la causa Díaz Bessone: "Por presión de nuestros familiares se logra que el capellán de Alcaidía preste asistencia espiritual, se presentó el cura Zitelli quien solo se indignó frente a las denuncias de violaciones, manifestando que le habían prometido que eso había terminado, respecto a las demás torturas manifiesta que son un medio para obtener información.
- María de las Mercedes Sanfilippo, declara en la misma causa y menciona que: "viene un sacerdote de apellido Zitelli quien, luego de escuchar mi exposición poniéndole en conocimiento de la gente desaparecida y de las torturas recibidas, no dio importancia a mis relatos interesándole solo el hecho de si me habían violado".
- El periodista Carlos Del Frade, en su libro ‘El Rosario de Galtieri y de Feced’ publica declaraciones, de un suboficial retirado de la policía provincial quien "a principios del 76, cuando me tocó hacer guardia en ese entrepiso que daba a la ochava de San Lorenzo y Dorrego, donde una escalera comunicaba a las piezas donde estaban, por separado, las mujeres y los hombres detenidos, asistí a una sesión de tortura donde él (Zitelli) estaba presente".
12 de septiembre de 2010
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