granjeros dispuestos a una tregua
Que granjeros del estado aceptaran restringir fuertemente el encierro de gallinas, cerdos y terneras es la señal más reciente de que la llamada crianza intensiva -un elemento básico de la ganadería moderna que es considerada inhumana por los críticos, y como una amenaza para el medio ambiente y la salud- está al borde de un importante cambio.
[Eric Eckholm] West Mansfield, Ohio, Estados Unidos. Un reciente acuerdo entre granjeros y defensores de los derechos animales aquí es un raro compromiso en el enconado y creciente debate sobre los métodos intensivos, de gran escala, utilizados en la producción de huevos y carne, y podría llevar a los granjeros de otros estados a reconocerlo, dicen expertos. La creciente preferencia del consumidor por productos más ‘naturales’ y locales, y temores sobre la polución y el uso de antibióticos en las gigantescas operaciones ganaderas también están empujando hacia un cambio.
La sorpresiva tregua en Ohio se produce después de las restricciones más severas impuestas por los votantes californianos en 2008; allá, las jaulas extremadamente pequeñas serán prohibidas completamente para 2015. En otro indicio de la creciente influencia del movimiento de bienestar animal, se aprobó este año una ley en California que prohíbe las importaciones, desde otros estados, de huevos producidos en jaulas atestadas. El año pasado se aprobaron límites similares en Michigan y restricciones menos amplias se han adoptado en Florida, Arizona y otros estados.
Con la esperanza de evitar un divisivo referendo en noviembre, que algunos granjeros temen que podrían perder, el gobernador Ted Strickland, de Ohio, instó a los líderes agrarios a negociar con los opositores, dirigidos por la Sociedad Protectora de Animales de Estados Unidos. Después de negociaciones secretas, las dos partes accedieron a prohibir nuevas construcciones de granjas productoras de huevos que apretujan a las aves en jaulas demasiado pequeñas, y de poner fin paulatinamente, en un plazo de quince años, al encierro de cerdas preñadas, y al de las terneras para 2017.
Granjeros en Ohio aceptaron disgustados el acuerdo, diciendo que pensaban que tenían que inclinarse ante los vientos políticos y culturales reinantes. Tim Weaver, cuyos abuelos empezaron a vender huevos a principios del siglo veinte, está orgulloso de sus instalaciones modernas, donde cuatro millones de aves producen más de tres millones de huevos al día. En un establo típico de aquí, la Heartland Quality Egg Farm, 268 mil pequeñas gallinas blancas viven en jaulas del tamaño de un diario abierto, de a seis o siete por jaula.
Weaver dijo que después de su asombro inicial con el acuerdo, lo aceptó como necesario. Él no será afectado inmediatamente, porque el acuerdo permite que las granjas productoras de huevos continúen existiendo, y sólo prohíbe nuevas instalaciones con jaulas similares. Defiende sus métodos, diciendo: "Mi propia convicción es que estoy haciendo lo correcto".
La producción de huevos está en el centro del debate porque más del noventa por ciento de los huevos del país son producidos ahora en esas hileras de jaulas que los críticos consideran inhumanas.
Después de Iowa, Ohio es el segundo productor de huevos del país. En la versión moderna de un gallinero, grupos de gallinas viven en instalaciones con la circulación del aire, la luz y la alimentación controladas por ordenador, sus deposiciones retiradas por una cinta transportadora para ser recicladas como fertilizante. Mientras las gallinas se empujan unas a otras, sus huevos se deslizan hacia una cinta para ser lavados, clasificados y empacados sin ser tocados nunca por manos humanas.
Weaver insiste en que sus gallinas viven contentas y son menos vulnerables a enfermedades que las que viven sueltas en un corral, diciendo: "Si nuestras gallinas no fueran sanas y felices, no serían productivas".
Encerrar a las gallinas en jaulas es cruel e innecesario, argumentan activistas como Wayne Pacelle, director ejecutivo de la Sociedad Protectora de Animales de Estados Unidos, que ha jugado un papel central en las campañas de estado en estado. "Los animales que están hechos para moverse, deben poder moverse", dijo en una entrevista, y para las gallinas eso significa espacio para baños de polvo, para poder posarse y para anidar.
La afirmación de que los animales deben ser "felices" para ser productivos no es correcta, agregó Pacelle, comentando conductas anormales como sacudir la cabeza o picotear los barrotes y la pérdida de densidad ósea en los animales encerrados.
A mediados del siglo veinte, desarrollos en la nutrición animal y en tecnologías agrícolas, así como la competencia económica, provocaron la emergencia de granjas de gran escala, a menudo eliminando a los pequeños productores que no pueden permitirse grandes inversiones de capital ni sobrevivir con precios rebajados.
Ahora, United Egg Producers, una organización gremial nacional, dice que si todos los huevos fueran producidos por gallinas sueltas, el precio del huevo se elevaría en un veinticinco por ciento, ejerciendo presión sobre los consumidores y los programas de almuerzo escolar. Los defensores de los animales dicen que se podrían elaborar métodos mejores sin usar jaulas y que de todos modos el precio no es el tema más importante.
La American Veal Association, bajo presión de los consumidores, accedió en 2007 a poner fin, para 2007, al confinamiento extremo de las terneras. La exigencia en la ley californiana y en el acuerdo de Ohio para poner fin al uso de ‘cajas de gestación’ en granjas porcinas tendrá efectos mucho más amplios.
La familia de Irv Bell, 64, ha estado criando cerdos en Zanesvilla, Ohio, desde el siglo diecinueve. Antes machos y hembras eran encerrados en un corral para que se aparearan, ahora las puercas son inseminadas artificialmente y la mayoría son encerradas durante su preñez en una caja de 60 centímetros por 2 metros 13 centímetros, en la que pueden echarse, pero no voltearse.
"Trabajo con cerdos todos los días y no veo nada malo en las cajas de gestación", dijo. "Pero tengo que estar consciente de las cosas que se ven en el horizonte".
Formalmente, el nuevo acuerdo de Ohio sólo hace recomendaciones a una comisión del estado sobre normas de la ganadería, y lograr que los opositores reconocieran la autoridad de la comisión fue un importante logro, dijo Keith Stimpert, vicepresidente de la Ohio Farm Bureau Federation. "Todos sabemos que vienen cambios", dijo Stimpert, agregando que los granjeros también deben responder a la demanda de productos de granja de consumidores y restaurantes.
"¿Pero es así como vamos a tratar estos problemas, estado por estado?", preguntó. Que los horarios y reglas difieran entre estados va a causar perjuicios económicos, dijo.
La Sociedad Protectora de Animales de Estados Unidos, por su parte, ya está definiendo nuevos objetivos. Los activistas tienen más influencia, dijo Pacelle, en estados que permiten el referendo. Dijo que esos temas serían trabajados en Washington y Oregon. Ganar concesiones podría ser más difícil, reconoció, en estados sin referendo, incluyendo Iowa y el Sur.
Entretanto, una nueva disputa sobre las jaulas de gallinas se está cocinando en California. La revolucionaria ley 2008 dice que los animales sólo pueden ser encerrados de manera tal que puedan "yacer, estar de pie, extender completamente sus extremidades y girar sobre sí mismos libremente". Los productores de huevos, e incluso algunos activistas, dicen que esto podría permitir alojar a las gallinas en "jaulas enriquecidas" más grandes, con perchas y sitios para anidar.
Pacella dice que ninguna forma de jaula [ni método de encierro] puede satisfacer las necesidades de "correr, volar y aletear" de las aves, y que negar esos impulsos podría causar un aumento en hormonas del estrés.
"Esto se va a resolver en tribunales", predijo Pacelle.
13 de septiembre de 2010
12 de agosto de 2010
©new york times
cc traducción mQh
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