clonan ternera en chillán
5 de agosto de 2008
Y es que en los animales superiores, la única forma de reproducción es la sexual, por la que dos células germinales o gametos (óvulo y espermatozoide) se unen, formando un zigoto (o huevo), que se desarrollará hasta dar el individuo adulto.
Así nacen las vacas, lo mismo que los seres humanos, pero en el caso de Victoria no fue así.
Esencialmente el método consistió en obtener un óvulo de una vaca cualquiera en un matadero, eliminaron su núcleo, lo sustituyeron por un núcleo de célula de una vaca Wagyu (raza de alto valor genético) y lo implantaron en una tercera vaca que sirvió como ‘madre de alquiler’ para llevar el embarazo. Así pues, Victoria carece de padre y es el producto de tres ‘madres’: la donadora del núcleo (que es la que aporta el ADN), la donadora del óvulo y la que parió.
Estas dos últimas genéticamente no aportan nada.
Científicamente se trata de un logro muy importante, ya que demuestra que es posible ‘reprogramar’ el material genético nuclear de una célula diferenciada y condenada a morir como es el caso de las células somáticas (algo así como volver a poner a cero su reloj evolutivo), de modo que este núcleo comienza a ‘dialogar’ adecuadamente con el citoplasma del óvulo y desencadena todo el complejo proceso del desarrollo intrauterino.
Investigadores Top
La científica cubana Lleretny Rodríguez, no pudo contener la emoción cuando nació Victoria. Lágrimas brotaron de sus ojos. Fidel Ovidio Castro, su pareja y también cubano, logró contenerse un poco, aunque sus ojos también se humedecieron, lo mismo que los del investigador chillanejo José Cox.
Un día antes Lola, otro clon de ternera había logrado sobrevivir apenas unos minutos y si bien ya el hecho de tener lo que se llama gestaciones a término era un tremendo logro, inédito en Chile y de resonancia mundial -como lo acreditan publicaciones en las más importantes revistas científicas del orbe-, faltaba lo que ellos califican como la ‘expresión pública’ de la clonación y el corolario de un arduo trabajo que les tomó dos años: Victoria.
Estos tres investigadores, además del tesista de doctorado Felipe de la Hoz, se embarcaron en 2006 en una empresa mayor, como es lograr establecer metodologías que permitan, a través de la clonación, rescatar especies que se encuentran en peligro de extinción en nuestro país, como el huemul, la güiña o el picaflor de Juan Fernández, sólo por nombrar algunas.
La iniciativa, que es financiada por la Fundación para la Innovación Agraria, contempla, además de tener un banco de células de las especies amenazadas, poner a punto una metodología de clonación somática y es obvio, explica el doctor Fidel Ovidio Castro, que no podían hacerlo en las especies que están a punto de extinguirse, por lo que optaron por una especie doméstica, que además les permite otras aplicaciones, en el campo de la ganadería de alto valor y la medicina.
Copiar, Copiar, Copiar
Así, en el contexto de un proyecto para salvar especies autóctonas amenazadas, no sólo nace Victoria, sino que se abre la puerta para una serie de avances que pueden revolucionar la ganadería chilena e incluso inaugurar el campo de las modificaciones genéticas biomédicas, un área en la que Chile aún está en pañales.
Al respecto el doctor José Cox precisa que ésta es la línea basal y sus proyecciones son inmensas, porque la clonación es el esquema con mayor potencial en términos de multiplicación de individuos de razas sobresalientes, capaz de producir genética ganadera de alto valor como Holstein y Wagyu e incluso rescatar otras perdidas como la Pirenaica.
"Los métodos convencionales de producción de embriones no constituyen una tecnología que vaya a generar un impacto significativo que no sea producir toros para la inseminación artificial. Pero a partir de este avance, de una simple biopsia de oreja, puedes producir miles de embriones y por extensión miles de ejemplares y todo con un máximo de protección del bienestar animal. Eso, sin duda puede producir una revolución desde el punto de vista de la producción animal en Chile. Aquí no hay manipulación genética, no se trata de transgénicos, lo que significa cero barreras, tanto en nuestro país como en todo el mundo, para la comercialización de estos animales y los productos derivados de ellos", explica.
"En todo caso aún falta -aclara Cox- y pese a que desde una perspectiva internacional tenemos los mejores resultados, quedan cosas por mejorar".
"Hay que gatear antes de correr. Nosotros estamos caminando", complementa el doctor Castro, quien ejemplifica de la siguiente forma el potencial de la clonación en la ganadería: "Si se enamora del mejor toro de Nueva Zelanda y quisiera copiarlo, qué hace, traerlo, imposible, porque seguramente no se lo van a vender y luego por limitaciones sanitarias y de peso, tendrá un lío mayúsculo. Otra posibilidad es traer el semen, pero es complejo de manejar y además tiene que unirlo con el óvulo de una vaca y ahí el potencial genético se diluye. ¿Pero si le digo vamos a Nueva Zelanda, traigamos un pedacito de oreja en un tubito y copiemos el toro mil veces, usted que me respondería? Copiar, copiar, copiar.
En la Medicina
Pero no sólo en la ganadería existe un enorme potencial, ya que la clonación también abre la posibilidad del uso de animales mayores como biofábricas de medicinas para los seres humanos. Ahí sí hay que hacer transgénesis, precisa Lleretny Rodríguez, y ese es precisamente el tema, ya que hoy en día la gran disyuntiva es que prácticamente no hay método de tener animales transgénicos de granja mediante otra técnica que no sea la clonación. Son inviables todos, económica y técnicamente. Entonces el hecho de haber desarrollado esta tecnología, permite en un futuro no muy lejano producir en un clon fármacos de alto valor agregado, como vacunas, insulina, u hormonas de crecimiento. "Esto abre el campo de las modificaciones genéticas biomédicas, que en Chile está en pañales", puntualiza.
Pero estos investigadores aún van más allá y creen que la cantidad de procesos biológicos que han ocurrido en la clonación y la transferencia de los embriones y particularmente lo que ellos llaman ‘apagado de genes’, abre un escenario que hasta este momento nunca se había estudiado y que se inserta en el ámbito más puro de la ciencia básica.
"Nos ayuda a entender otros proceso biológicos como el envejecimiento celular o la pérdida de neuronas. Los mecanismos involucrados son similares. Lo que aprendes aquí lo puedes proyectar a otros tipos de células y cambiar de manera significativa la forma en que se aborda la medicina", concluyen.
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