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todos somos viejas locas


columna de lísperguer
Autoridades niegan o desconocen trabajo de madrinas y padrinos o viejas locas, que se ocupan de los perros de la calle.

Una de las falsedades en que se justifica el nuevo dictamen de Contraloría, y la opinión de algunos, es que los animales en situación de calle (la mayoría extraviados, abandonados los menos) representan un peligro para la salud pública porque se trataría de animales no sujetos a cuidado ni controles fitosanitarios y que carecen de vacunas antirrábicas. La verdad es que es muy raro encontrar perros totalmente abandonados en la vía pública. De vez en vez se ve algún perro famélico o sarnoso, pero esta situación termina cuando acude algún animalista a su rescate. La mayoría de los perros vagos son alimentados y vacunados y cuidados por vecinos. Este trabajo inmenso, sacrificado, silencioso, anónimo y diario de miles de ciudadanos en todo el país no solo no es reconocido, sino además derechamente negado por las autoridades. Las madrinas desmienten las enfermizas alucinaciones del clan antiperro. Y necesitamos muchas más.
lísperguer

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