obediencia debida y órdenes ilegales
columna de lísperguer
Para implementar las leyes contra el maltrato animal, se debe primero proteger a los funcionarios que deben obedecer órdenes ilegales.
Ninguna ley de protección de las mascotas contra el maltrato impedirá que estas sigan siendo víctimas de abusos y violencias de parte de las autoridades, sobre todo a nivel municipal, donde, pese a la legislación vigente, insisten en realizar campañas de exterminio, o que matan indiscriminada, arbitraria e ilegalmente, si no se protege al mismo tiempo a los funcionarios subalternos, que deben obedecer órdenes ilegales so pena de ser despedidos. De hecho, muchas de las denuncias de matanzas y maltratos provienen de funcionarios que prefieren quedar en el anonimato por temor a las represalias. La ley debe garantizar a los funcionarios denunciantes que no serán despedidos ni sufrirán merma alguna en sus condiciones laborales y que, al contrario, se perseguirá judicialmente a los superiores (jefes administrativos, jefes de servicios) que den órdenes ilegales. Al mismo tiempo, debe también sancionarse la obediencia de órdenes claramente ilegales.
El Libro Segundo del Código Penal, al contrario, castiga con inhabilitación perpetua al "empleado público que se negare abiertamente a obedecer las órdenes de sus superiores", sin considerar que esas órdenes pueden implicar la comisión de un delito. De hecho, este artículo 252 da carta blanca a esos superiores parias. Es por eso urgente aprobar una ley que proteja a los funcionarios contra órdenes ilegales e indebidas e incluso recompense a los que denuncien las intenciones o actos ilegales de sus jefes.
lísperguer
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