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violación en la cárcel


Tras la denuncia del desarmadero, en el penal de San Martín violaron a un preso. Después de publicada la información en Página/12 sobre las actividades ilegales en el penal, fue desplazado un oficial de poca relevancia. Los presos denunciantes están siendo derivados a otras cárceles. En el penal, no elevaron la denuncia del preso violado.
[Horacio Cecchi] Argentina. Una semana después de la denuncia de que en la Unidad Penal 48 los presos salían a robar autos, que había un desarmadero y venta de drogas, el Servicio Penitenciario Bonaerense desplazó a un oficial que aparece escrachado en fotos y denuncias de los presos. La medida fue tomada un día después de publicada la información en la tapa de Página/12. A su vez, a los denunciantes, presos universitarios a quienes el director del penal los conoce como "los retobados", comenzaron a apartarlos del pabellón de estudiantes, para derivarlos luego a otras unidades, donde serán recibidos no precisamente con las palmas. Pero en tanto, el lunes 7, a las 2 de la madrugada, dos internos violaron a otro después de que la guardia liberara el pabellón. El delito no fue denunciado ni por el médico que lo atendió ni por la guardia. Al día siguiente, otro preso fue internado en un hospital externo después de que le atravesaran un pulmón de un facazo.
El oficial se llama Eloy Guerra. Es el mismo que, según consta en el expediente judicial, aparece en fotos junto a un grupo de presos, todos vestidos con partes del uniforme del SPB y que fuera denunciado como proveedor de armas, marihuana, pasta base, cocaína y Rivotril, según informó en su nota el periodista Horacio Verbitsky.
Ocho días después de presentada la primera denuncia sobre el desarmadero penal y la banda de presos y carceleros, y horas después de que fuera pública la información, comenzó el castigo sobre los denunciantes, los internos estudiantes universitarios a quienes comenzaron a alojar en otros pabellones, para luego enviarlos a otros penales. A juzgar por los antecedentes, el castigo era previsible: según confió a este cronista un investigador del fuero judicial de San Martín, el director de la unidad, Raúl Galeano, suele decir que "el problema en el penal son los estudiantes, que siempre se me retoban".
Mientras tanto, pocas horas después de publicada la nota en este diario, dos internos violaron a un preso que fue arrojado a la celda luego de liberar el pabellón, es decir, abandono de la guardia. La víctima, de 28 años, de conducta ejemplar 10 en los últimos tres años, estaba alojado en el penal contiguo, la U46. Sin motivo valedero informado, el domingo a última hora fue trasladado a la U48. Lo enviaron al peor pabellón, según consignan presos, abogados y funcionarios judiciales: el Pabellón 12, de Tránsito. Hacinado al doble de su capacidad, al recién llegado lo entregaron en la celda 2, donde fue atacado por dos de los tres internos, le asestaron varios facazos –uno le provocó una herida importante en un brazo– y le robaron las zapatillas. Después de controlado, lo violaron.
Ayer, el Comité Contra la Tortura, de la Comisión Por la Memoria, presentó un hábeas corpus protectivo a favor de la víctima. En el texto cita la denuncia de uno de los testigos quien aseguró que "al momento del hecho se encontraba un oficial de apellido Lavallén, quien dejó actuar a los detenidos y según nos comenta le dijo: ‘Denunciame, total tu jueza ya me cagó la vida’, y se retiró del pabellón". El inspector de vigilancia adjutor Ezequiel Lavayén es quien recorría el 12 en ese momento. La jueza a la que se refiere en la denuncia es María del Carmen Rodríguez Melluso, del Juzgado de Ejecución 1.
Luego de la violación, la víctima fue trasladada a sanidad, donde lo primero que dijo al médico fue: "Fui violado y quiero denunciarlo". El médico le suturó el brazo, lo revisó y sacó la conclusión de que tenía algún rasponcito en el ano. Tampoco hizo la denuncia como corresponde por tratarse de un delito gravísimo. La reacción de la guardia fue de tarde de siesta de pueblo: levantaron el teléfono y llamaron a la fiscalía 3. "Si fue violado comuníquese a la 14", respondieron desde la fiscalía. La 14, donde se encuentra el fiscal Miguel Angel Vieira Miño, es la unidad de investigación de Delitos Sexuales. Los guardias cortaron pero no volvieron a llamar. El secretario de Ejecución Penal de la Defensoría, Juan Manuel Casolati, se enteró el martes 8 a las 22.30 por un llamado telefónico del familiar de un preso, poniéndolo en aviso de que en "la celda 2 del pabellón 12 hay un preso violado".
Casolati se presentó el miércoles por la mañana y recibió el testimonio de la víctima, hizo un acta, y constató que las actuaciones realizadas por la guardia no habían superado la prueba del primer llamado. Ayer, se presentó en la fiscalía 14 para realizar la denuncia por violación, dio testimonio y entregó el acta correspondiente. En su testimonio citó que "los internos denuncian que el Servicio entrega muchachos a los presos pesados".
Ayer se agregó el hábeas corpus presentado por los internos universitarios a la jueza Rodríguez Melluso. En él solicitan dejar de ser desplazados del pabellón universitario y trasladados a otros penales, pidieron mantener la posibilidad de continuar con sus estudios, reclamaron por la comida y el cese de los hostigamientos.
11 de marzo de 2011
©horacio cecchi
©página 12

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