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murió albert bachmann


Extravagante espía suizo.
[William Grimes] Murió el 12 de abril en Cork, Irlanda, el más pintoresco pero menos efectivo jefe del espionaje suizo, Albert Bachmann, cuyo temor de una invasión soviética lo llevó a crear en los años setenta un servicio de inteligencia secreto y una fuerza paramilitar desconocida para el gobierno suizo. Tenía 81 años.
Albert Bachmann era un guerrero de la Guerra Fría que temía lo peor.
Su familia, en un anuncio publicado en el diario de Zurich,  Tages-Anzeiger, informó que murió después de una breve enfermedad.
Bachmann, que era coronel, llevó arrojo y valor al espionaje suizo en su relativamente breve pero memorable dirección de la inteligencia militar suiza. Comunista en su juventud, se convirtió en un duro guerrero de la Guerra Fría después de la ocupación soviética de Checoslovaquia en 1968, la que consideró como una repetición para una invasión a gran escala de Europa Occidental.
Después de su nombramiento para dirigir la inteligencia suiza en 1976, creó el Proyecto 26, un ejército secreto de dos mil combatientes adiestrados en la guerra de guerrillas contra las tropas soviéticas para hacer frente a una eventual invasión.
Para garantizar la supervivencia del estado suizo, compró Liss Ard, una hacienda de ochenta hectáreas cerca de Cork, para que sirviera como refugio y cuartel general de un gobierno en el exilio y, en el sótano de una de sus casas georgianas, una bóveda de seguridad para las reservas de oro suizas.
Los lealistas consideraban al coronel Bachman como un intrépido visionario. Otros apoyaban al agente de inteligencia que consideraba a su antiguo jefe como "un boy scout pretencioso que veía maldad en todas partes y creía que era el único que poseía la verdad absoluta sobre la defensa nacional".
El coronel Bachmann fue descubierto después de enviar a uno de sus operativos, un consultor de gerencia llamado Kurt Schilling, a espiar las tropas austriacas que realizaban maniobras cerca de la ciudad de St. Pölten, en noviembre de 1979.
La necesidad de este intrigante secreto no estaba clara, ya que el gobierno austriaco había invitado a observadores de todo el bloque de Europa del Este a presenciar las operaciones. Sin embargo, Schilling, equipado con mapas, binoculares y una libreta de notas, pasó varios días fisgoneando las barracas militares y puestos de comando antes de que fuera sorprendido por la policía austriaca.
Bautizado como "el espía que venía de Emmentaler", una referencia al famoso queso suizo, Schilling fue llevado a juicio por espionaje. Su misión, explicó a la corte, era evaluar la capacidad de resistencia del ejército austriaco ante un eventual ataque soviético.
El asunto fue profundamente embarazoso para Suiza, y el coronel Bachmann fue suspendido. Posteriores investigaciones sobre sus actividades dejaron al descubierto el Proyecto 26 y otras iniciativas relacionadas.
Todo fue una completa sorpresa para el ministro de Defensa suizo, Georges-André Chevallaz, que las encontró tan escandalosas que se sospechó, aunque brevemente, que su arquitecto era un agente doble.
Pronto el coronel Bachmann fue obligado a renunciar, bajando la cortina de uno de los capítulos más intrigantes de la historia de la Guerra Fría.
El Proyecto 26 persistió, bajo varios nombres, hasta que fue disuelto en 1990 después de que el gobierno suizo declarara que era una organización clandestina que operaba sin control del gobierno ni del Parlamento suizo.

Albert Bachmann, conocido como Bert, nació el 26 de noviembre de 1929 en Albisrieden, ahora parte de Suiza, donde su padre trabajaba como pintor de brocha gorda. Se inició en el oficio de imprentero y se unió a la Freie Jugend, la organización juvenil del Partido Laborista Suizo, que era de orientación comunista.
Después de un pronunciado giro político a la derecha, realizó su servicio militar obligatorio y descubrió que le gustaba el ejército. Pese a su falta de educación formal y lustre, pudo avanzar en los rangos del servicio de inteligencia. Le agradaba decir que era el único oficial del estado mayor que lucía mostacho y un tatuaje en su antebrazo.
En 1969 causó conmoción como el autor principal de ‘Civil Defense’, un manual de resistencia popular en caso de invasión: se imprimieron 2.6 millones de ejemplares, que fueron distribuidos en toda Suiza. Su cubierta roja, y su definición de izquierdistas e intelectuales como enemigos internos, le reportó despreciativas comparaciones con el Pequeño Libro Rojo de Mao.
Imperturbable, se marchó con una misión secreta propia a Biafra, que entonces luchaba para separarse de Nigeria. Allá, por motivos todavía oscuros, se presentó como un inglés de clase alta llamado Henry Peel, uno de los varios y pintorescos nombres que utilizó para su trabajo encubierto. Los servicios de inteligencia alemanes, que compartían información con los suizos, lo bautizaron como la Mano Negra.
Después de ser ascendido a coronel y nombrado jefe de la inteligencia militar, el coronel Bachmann asumió la dirección del Bureau Ha, un servicio de inteligencia oficioso creado durante la Segunda Guerra Mundial, y el Servicio Especial D, una fuerza de resistencia de retaguardia, similar a las unidades secretas creadas en muchos países de la OTAN, que fueron preparadas para hostigar a un ejército de ocupación. Fueron la inspiración del Proyecto 26.
Con energía e imaginación -quizás demasiado de la última-, el coronel Bachmann preparó a sus agentes especiales para hacer bombas, para actuar francotiradores, codificadores, asesinos y, en un guiño a su antigua profesión, en la impresión de panfletos. Guías de montaña fueron encargados de la tarea de guiar a importantes oficiales a través de los Alpes.
Después de ser obligado a retirarse en 1980, el coronel Bachmann se mudó a Cork, donde trabajó exitosamente como agente inmobiliario.
"Era un personaje asombroso, con un gran sentido del humor, pero mucha gente pensaba que era un banquero retirado, no un agente de inteligencia", dijo al diario The Irish Independent un vecino de la localidad.
22 de mayo de 2011
7 de mayo de 2011
©new york times
cc traducción mQh

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