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el magnicidio de frei montalva


Benedicto Castillo: "Nadie es propietario de las figuras, sea Frei o Allende". El autor del libro ‘Magnicidio’ relata las oscuras maniobras médicas y militares que rodearon la muerte de Eduardo Frei Montalva.
[Carmen Sepúlveda] Chile. Fueron 150 las fuentes consultadas, 3 años de investigación en solitario. ¿Alguna presión? Ninguna, salvo que le robaron su computador que contenía documentos inéditos del caso, más el archivo de un libro con 150 páginas donde contaba la historia de una mujer de clase alta asesinada en la década del ’80.
Después de este asalto, el periodista Benedicto Castillo aprendió la lección: guarda sus archivos importantes en una caja de seguridad de un banco.
Castillo, autor de ‘Magnicidio’, libro que cuenta el horrible plan que asesinó al ex presidente Eduardo Frei Montalva, lanzó este lunes 30 de mayo su publicación bajo el sello editorial Mare Nostrum.
¿Escalofriante el relato? Obvio que sí, una historia que por más veces que se lea o se escuche nunca es suficiente para entender el nivel de crueldad e impunidad de los culpables.
De acuerdo con la investigación periodística, el atentado ocurrió en el quirófano N°1 de la Clínica Santa María, durante la segunda cirugía que practicaron a Frei Montalva 4 médicos militares, 2 de ellos agentes de Inteligencia.
El ex presidente había ingresado a la clínica el 18 de noviembre de 1981 a realizarse una operación casi rutinaria de "esofagitis de reflujo". Nunca se recuperó y falleció el 22 de enero de 1982.
El texto incluye la ficha médica -documento inédito de enorme valor histórico- que revela desgarradores episodios del vía crucis de Frei Montalva y la infructuosa lucha de numerosos médicos chilenos y extranjeros que se unieron para combatir infructuosamente los terribles y demoledores efectos de las sustancias venenosas que inocularon al principal líder opositor a la dictadura.
El plan, urdido y ejecutado por altos oficiales de la Central Nacional de Informaciones (CNI) y a la Dirección de Inteligencia del Ejército (DINE), fue ejecutado en el marco del accionar de las "brigadas del infierno" -denominadas "Lautaro", "Purén", "Mulchén, "Avispa", "Brigada Político-Sindical", y otras- formadas por la dictadura para eliminar experimentalmente a disidentes políticos.
Benedicto Castillo asegura que la muerte de Frei Montalva fue gestada al más alto nivel del gobierno militar para eliminar opositores (contrarios al régimen militar), disidentes (que lo apoyaron, pero en algún momento dejaron de hacerlo) y traidores (que revelaban secretos de las operaciones y comprometían la seguridad del Ejército y el gobierno).
En la época, Frei Montalva representaba el mayor riesgo, pues "era la figura que suponía mayor amenaza de convertirse en el líder de Chile. Todo el mundo quería el regreso a la democracia, pero con un líder creíble, como era Frei en ese minuto", dice el autor del libro.

¿Qué sensación le dejó la presentación que hizo de su libro Eduardo Frei Ruiz Tagle?
Fue notable, por cierto que yo previamente le envié el texto a su abogado don Álvaro Varela, para mí fue muy grato escucharlos a ambos con un conocimiento acabado del trabajo que presentamos. Frei ha tenido la pega dura, conjuntamente, con su hermana Carmen Victoria de esclarecer la muerte de su padre, llevan 11 años batallando para que el Ejército y otras agencias de inteligencia desclasifiquen sus archivos y cumplan con un deber que es entregar la información verdadera sobre los autores intelectuales y los agentes que actuaron directamente en este magnicidio. Frei Ruiz Tagle se quejó de que tanto el Ejército como la Universidad Católica han hecho obstruccionismo.

¿Se ha dicho que el papel de la Universidad Católica en este caso ha sido lamentable?
Ha sido dramático porque el último allanamiento que se hizo a la Universidad Católica fue el año 2009, se les forzó a entregar documentación que ellos tenían guardada en la Facultad de Medicina. Se le allanó el 2003 para que entregaran la autopsia y se les volvió a allanar para que entregaran las cajitas plásticas donde guardan los miligramos de los órganos donde se obtuvieron muestras del cadáver del presidente Frei, pero todo ha sido a la fuerza. La Facultad de Medicina de la Católica ha jugado un triste papel en esta historia considerando que el Frei antes de ser Jefe de Estado egresó de ahí con calificaciones notables, fue el primer abogado de esa casa de estudios que llega a la primera magistratura.

¿Cómo fue la génesis de esta investigación?
La primera vez que me relacioné con este tema fue cuando investigaba el caso de cómo el general Augusto Pinochet se apoderó de enormes sumas de dinero en un libro que titulamos el 2007 ‘Pinochet, el gran comisionista’, dentro de la multiplicidad de documentos y cartolas me encontré con una operación bancaria de dos millones de dólares que se hizo entre el 2003 y el 2005 que estaban relacionados con la preparación que hizo la Dirección de Inteligencia del Ejército con los agentes de la brigada que se denominaba "Control de baja" que sacaba del país a agentes del ejército involucrados en crímenes graves entre ellos el de Tucapel Jiménez y por cierto el caso Frei Montalva.

¿Usted llega a la conclusión que Frei fue envenenado?
El contexto en que se produce el magnicidio es en la operación impune de brigadas de exterminio que creó el gobierno militar, estas brigadas usaron métodos convencionales de eliminación de personas como proyectiles de balas, cuchillos, etc, pero posteriormente usaron sustancias químicas que fueron fabricadas en laboratorios secretos, el primero de ellos creado por Michael Townley y Eugenio Berrios a pedido de Manuel Contreras y posteriormente el segundo laboratorio fue el de guerra bacteriológica instalado en la vicaría castrense de calle Carmen que lo dirigía un general del área salud del ejército que fue el general Arriagada que hoy goza de buena salud. Ahí se crean todos estos productos químicos parte de los cuales fueron usados para eliminar en la Clínica Santa María al opositor que no se podía ametrallar, y tampoco podían lanzar de un helicóptero al mar. El gas mostaza es muy parecido a contagiar a una persona con sida, el sufrimiento de 53 días que tuvo el pobre presidente Frei Montalva fue espantoso, y la ficha médica que descubrí que es inédita y los textos de la autopsia dan cuenta que fue un montaje burdo para disfrazar una operación de limpieza de cadáver de sustancias médicas que le habían metido al cuerpo.

¿Cuántas fuentes fueron las consultadas en la investigación?
En este libro no he usado fuentes cerradas sólo fuentes abiertas, hay alrededor de 150 personas que sostienen todo el relato del libro. Fueron tres años de trabajo, en esto hay mucho de escarbar en solitario, mis ganas fueron contribuir a la memoria histórica del país.

¿Algún tipo de presión recibida durante la investigación?
Lo único que me ocurrió cuando partí con este libro fue que se metieron a robar a mi casa y me robaron un computador y disfrazaron el robo con el robo de una bicicleta y 400 mil pesos que era la plata del arriendo. Yo no tenía la cultura de respaldar los documentos, ahora tengo tres respaldos, una incluso en una caja de seguridad en un banco. En ese computador se me fue un libro que tenía 150 páginas escritas de un hecho que ocurrió en 1985, que trata del asesinato de una joven de la clase alta donde queda demostrado la corrupción judicial que opera hasta estos días en el poder judicial. Lo perdí, imagínate lo que significa volver a rescribir todo de nuevo.

Estos libros reportajes están de moda, salió el del caso Karadima también...
Llevo 15 años en esto y cuando he ofrecido reportajes de investigación a los medios de comunicación no me han pescado o me han ofrecido dos chauchas y eso afecta a la dignidad profesional, uno decide hacer libros de largo aliento y en vez de golpear las puertas de los diarios se golpean las puertas de las editoriales que se toman su tiempo. Ojalá estos trabajos estimulen a los colegas a volver a las raíces del periodismo, estamos llenos de conferencias de prensa y no hay investigación, hay que volver a la materia prima que es la información, yo parto este trabajo ocupando una cita de Michel Foucault: "la verdad sin maquillaje, sin ornamentos, la verdad pura" y yo creo que eso hay que hacer.

Esta semana se armó una trifulca por una investigación sobre la muerte de Salvador Allende realizada por ‘Informe Especial’. A la senadora Isabel Allende no le gustó. ¿Usted cree que hacer temas que se están investigando en tribunales es obstrucción a la justicia?
Yo creo que levantar prejuicios respecto al trabajo de un equipo periodístico me parece mal sano, nadie es propietario de las figuras por mucho que sea Salvador Allende o Frei, nos costó mucho recuperar los derechos fundamentales, entre ellos la libertad de expresión, uno puede tener un matiz respecto a la técnica ocupada por los periodistas, pero no podría por una mirada fundamentalista de decir que todo es malo o amarillista. La intención que tenemos los periodistas siempre va a ser para contribuir no obstaculizar. De ahí a colgarlos en la plaza pública porque no te gustó el enfoque me parece impertinente.

¿Qué espera del caso de Frei Montalva?
Que caigan luego los autores intelectuales que gozan de impunidad. Es el único asesinato de un presidente de la República acaecido en Chile, único eliminado por un sistema que ocupó una brigada de exterminio, los culpables intelectuales tienen que pagar.

¿Quién Es Benedicto Castillo?
Castillo Irribarra, es periodista formado en las Universidades Católica (PUC) y de Santiago (USACH). autor de dos libros reportajes: ‘Emblemático Crimen de Tucapel Jiménez: El Cóndor Quiere Carne’ (editorial Mare Nostrum 2005) y ‘Pinochet: El Gran Comisionista’ (Mare Nostrum 2007).
4 de junio de 2011
3 de junio de 2011
©la nación

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