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justicia tribal aplica mano dura


Nadie los elige, pero gobiernan con mano de hierro.
[Jim Yardley] Sisana, India. En este polvoriento pueblo a menos de ochenta kilómetros de la capital de India hay dos sistemas jurídicos: el del país y el del pueblo. Y para los vecinos de la localidad como Takdir Dahiya, la ley de los consejos locales, conocidos como khap panchayats, es la única que importa.
Surender Dahiya, miembro del grupo Sisana, rechazó las acusaciones de que los consejos son órganos ilegales o que ordenan cometer asesinatos por honor para resolver litigios.
El consejo de Sisana ayuda a las familias pobres y se ofrece como intermediario para resolver problemas.
"No sabemos en qué consiste la ley", dijo hace poco en una agobiante tarde. "Sólo sabemos lo que decide el khap panchayat. No es la Corte Suprema la que decide: es el khap panchayat."
Durante generaciones, estos consejos no elegidos de viejos del pueblo han dominado la vida en muchas aldeas, una gran parte de ellas en el norte de India, controlando la vida social de los aldeanos mediante edictos que rigen todo, desde los matrimonios hasta los litigios por la propiedad de la tierra. Pero los consejos están siendo crecientemente cuestionados en momentos en que sus fallos extrajudiciales -especialmente los que son considerados responsables de la propagación de los llamados asesinatos por honor- ponen en cuestión el concepto del imperio de la ley a nivel nacional.
En los últimos meses, una asertiva Corte Suprema ha emitido recomendaciones condenando los consejos como órganos ilegales, y se espera que la polémica se prolongue hasta antes del receso veraniego del Parlamento, durante la temporada del monzón. Los abogados están exigiendo una ley más comprehensiva que fije penas para desalentar a los consejos en cuanto a la emisión de edictos.
Entretanto, los líderes de los khap no se arrepienten de nada y continúan implementado su propia agenda en el Parlamento, exigiendo modificaciones para que las leyes sobre el matrimonio en India reflejen sus tradiciones conservadoras.
"Están organizando protestas", dijo Ranjana Kumari, activista por los derechos de la mujer. "Y son capaces de organizar una enorme protesta."
La guerra legal es otro ejemplo de los crecientes problemas en la sociedad india en momentos en que las crecientes influencias de la modernidad chocan con antiguas creencias y prácticas. Los khap panchayats parecen a menudo estar tratando de detener el avance del mundo moderno: algunos consejos han prohibido que las mujeres lleven ropas muy apretadas al cuerpo y han tratado de prohibir el uso de celulares entre estudiantes universitarios o más jóvenes, debido a que los artefactos son herramientas que pueden utilizar las parejas para establecer contactos furtivos.
Los líderes de los consejos dicen que estos crean cohesión social y orden, mientras que proporcionan una justicia más expedita en lugares donde no hay gobiernos locales efectivos. Justifican sus estrictos edictos sobre el matrimonio argumentando que se derivan de antiguas creencias religiosas y que sus prácticas han impedido las uniones endogámicas y otros problemas de salud -afirmaciones que sus críticos califican de desatinadas y anticuadas debido a que hoy la población de las aldeas es mucho más alta.
Aquí en el estado de Haryana, los khap panchayats controlan muchas aldeas y ejercen una fuerte influencia en el sistema político. Gran parte de Haryana está poblado por Jats, una casta del norte de India dividida en subgrupos conocidos como gotras.
Tradicionalmente, las aldeas son regidas por un gotra en particular con su propio khap panchayat, el que resuelve disputas locales y mantiene vivas las costumbres matrimoniales, incluyendo la creencia de que hombres y mujeres del mismo gotra, y de la misma aldea, son hermanos y hermanas y por tanto tabú para las uniones matrimoniales.
Es la intransigente posición de los consejos sobre el matrimonio, que dicen que se deriva de textos hindúes antiguos, que los ha arrojado al centro de una polémica nacional. Los críticos denuncian los edictos por provocar directa o indirectamente asesinatos por honor de parejas que se han casado dentro del mismo gotra o aldea. En otros casos, la presión social ha empujado a jóvenes mujeres a cometer suicidio.
Los khap panchayats a menudo ordenan a los vecinos de un pueblo aislar social o económicamente a familias cuyos hijos ignoran las costumbres matrimoniales. En algunos casos, los consejos han incluso ordenado el asesinato de parejas, aunque es más habitual que sea la presión social la que crea el problema; muchas veces, el asesinato es cometido por miembros de la familia que tratan de eludir la vergüenza social y el ostracismo al interior de sus pueblos.
En una época en que una generación más joven de mujeres se hace más independiente, muchos críticos creen que los khaps están tratando desesperadamente de mantener en pie el control social de las mujeres y la propiedad, que están entrelazados por el matrimonio.
"Se trata del control social y del control de las chicas", dice Kirti Singh, abogado que defiende casos ante la Corte Suprema.
En Sisana, un pueblo agrícola al noroeste de Nueva Delhi, el khap panchayat local se reúne periódicamente en una plataforma de concreto en el pueblo a considerar públicamente los varios litigios. "Es un lugar muy venerado", dice Surender Dahiya, 47, miembro del kahp. "Se supone que ahí nadie puede mentir."
Dahiya y otros en Sisana niegan que el consejo sea una entidad ilegal, o que haya ordenado asesinatos por honor. Dijo que los khap financiaban escuelas y daban dinero a las familias pobres. En cuanto a sus edictos, los khaps, dijo, imponen multas o llaman al aislamiento social y también actúan como mediadores en delitos locales.
"Si ocurre un incidente delictivo, en un tribunal el caso puede demorar años", dijo. "En cambio, el khap se reunirá y emitirá rápidamente un veredicto."
Cuando ocurrió un violento enfrentamiento entre dos familias en Sisana, que tras el fuego cruzado dejó siete muertos, el consejo determinó cuál de las familias era culpable y prohibió que sus miembros pudieran casarse o trabajar en la zona. "Una vez que el khap llega a una conclusión, las dos partes deben aceptarla", dijo Dahiya.
Los críticos de los consejos dicen que los agentes de policía y los políticos locales trabajan a veces en colaboración con los khaps. En algunos casos, la policía ha perseguido y localizado a parejas que se han fugado, arrestando a los hombres por cargos de secuestro, y devolviendo a las mujeres a sus familias.
"Los políticos a nivel local y estatal se han mostrado ostensiblemente reluctantes a condenar los khap panchayats, debido a que representan un poderoso y amplio mercado de votos", dijo Rani D. Mullen, docente del College of William & Mary y autor de un libro de próxima aparición sobre la democracia a nivel de aldeas en India. "Esto ha creado un entorno político que en lo esencial aprueba a los khap panchayats, mientras que los políticos y la policía hacen la vista gorda. Los tribunales son a menudo los únicos defensores públicos del derecho."
Desde abril, la Corte Suprema ha emitido dos lacerantes fallos sobre los asesinatos por honor y ha definido a los khap panchayats como productos de una "mentalidad feudal". "Estos actos toman la ley en sus propias manos y se convierten en tribunales irregulares, que son totalmente ilegales", resolvió la corte el 19 de abril.
Los líderes de los kahp responsabilizaron por los asesinatos por honor no a sus métodos de ejercer presión social, sino a la Ley de Matrimonio Hindú de 1955, la ley nacional que no prohíbe el matrimonio al interior de los gotras. Cuando se reúna el Parlamento en julio, los líderes de los khap exigirán que la ley sea modificada para prohibir esos matrimonios, una lucha políticamente muy difícil.
"El tribunal les dice que están en lo correcto", dijo Ishwar Singh, 64, que vive en un pueblo cerca de Sisana, sobre los matrimonios al interior de los gotra. "El tribunal los protege. Estamos enfadados por eso. Si son hermano y hermana, ¿cómo pueden casarse?"
Singh, el abogado de la Corte Suprema, ha presentado un proyecto de ley que definiría los edictos extrajudiciales de los khaps, incluyendo los que exigen el aislamiento social, como delitos de acoso, con penas de hasta diez años de prisión. Se espera que el proyecto de ley sea visto por el Parlamento en julio. "Queremos reiterar que la gente en India tiene derecho a casarse libremente", dijo.
Mucha gente aquí en Sisana dice que los consejos locales, que han funcionado durante siglos, sobrevivirán los retos jurídicos y parlamentarios a los que deben enfrentarse.
"Examinamos cuidadosamente lo que pasa en nuestra sociedad", dijo Surender Dahiya, miembro del khap. "La presión social no existe legalmente. Pero es un arma muy poderosa."
[Hari Kumar contribuyó a este reportaje.]
27 de junio de 2011
4 de junio de 2011
©new york times
cc traducción mQh

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