guatones pinochetistas deben marcharse
columna de lísperguer
Parlamentarios piden destitución de general de Carabineros, Villalobos, director del servicio de inteligencia de la policía.
Las acusaciones de espionaje a parlamentarios y dirigentes sociales, de montajes policiales y de infiltración de las marchas estudiantiles son de extrema gravedad y muy probablemente verídicas. Los montajes, denunciados hace mucho tiempo entre otros por el juez Juan Guzmán en relación con la aplicación de la ley antiterrorista contra activistas mapuches, quedaron ampliamente demostrados (sin ser exactamente investigados) cuando los tribunales desestimaron las extravagantes e injustificadas acusaciones contra los comuneros, absolviendo a la mayoría de los reos. Las infiltraciones, investigadas por un equipo periodístico, no requerirían mayor investigación: los testimonios y pruebas las hemos visto todos en el telediario de Chilevisión. El espionaje deberá ser probado, pero es un punto meramente académico. En la entrevista en La Segunda el general Villalobos no sólo no logra desmentir las acusaciones sino que refuerza aun más las sospechas cuando amenaza a los denunciantes y parlamentarios incluso con la cárcel. Sus palabras son de una insolencia y un absurdo subidos.
De sus propias palabras se podría concluir que las acusaciones son reales. El general anunció demandas por calumnias, sino también "por la Ley de Inteligencia, porque esta gente me tendrá que explicar de dónde saca información de la Dirección de Inteligencia." Si todo es mentira y parte de un montaje, como afirma, ¿a qué se refiere con esta frase?
Su destitución debiese haber ocurrido ya, pero dudo que exista la voluntad política que la lleve a cabo: el general Gordon es la autoridad máxima en Carabineros y si estas cosas ocurren, ciertamente es porque Gordon las ha ordenado. Este episodio debería empezar lo que la ciudadanía viene exigiendo desde hace décadas: las fuerzas armadas y de orden deben ser purgadas de sus elementos pinochetistas, muchos de ellos criminales. Esta gente no puede continuar secuestrando la voluntad ciudadana. No son buenos para Chile y obstaculizan el retorno de la democracia. Deben marcharse.
lísperguer
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