la marihuana es una droga buena
columna de lísperguer
Columnista Juan Costeau denuncia carácter punitivo y atrasado de legislación chilena sobre drogas.
La clase política chilena, en lo que se refiere a este capítulo de las costumbres, se ha demostrado incapaz de representar a la población que dice que representa y no hace nada por reformar una legislación que es cada vez más represiva e injusta. Empeora la situación la autoritaria y burda concepción de delito que es común en el país: es delito aquí lo que la autoridad define como tal. En interpretaciones más modernas -como la argentina, por ejemplo- se empieza a considerar un acto como delictivo cuando se causa daño o perjudica a terceros. Si no un existe una tercera parte afectada, simplemente no se puede hablar de delito. Es lo que ocurre con las drogas, y especialmente con la marihuana, cuyo uso en Chile es tradicional y extendido.
Lo segundo es que la clase política y otros estamentos, como el médico, se niegan aún a reconocer que drogas como la marihuana y la cocaína son escandalosamente menos nocivas que el alcohol y el tabaco, substancias que hasta hace poco eran fomentadas por las mismas autoridades que perseguían a los usuarios de las primeras -como el ministerio de Salud, por ejemplo. No sólo eso: también se destacan por su aberrante negación de las propiedades medicinales de la marihuana, que se utiliza en el tratamiento de muchos males -como el cáncer, el mal de Parkinson, el alzheimer y muchos otros.
Y en tercer lugar, la prohibición del consumo de drogas que no afectan a terceros viola al menos dos principios constitucionales: el derecho a la integridad moral o psíquica, que es el derecho a vivir tu vida del modo que quieras si no dañas a otros, y el derecho al acceso a la salud, que es evidente en el rechazo a reconocer las propiedades medicinales de algunas drogas.
lísperguer
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