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ni yerba de ayer


Fue gobernador de facto de Tucumán, genocida y también constituyente, gobernador y diputado electo en democracia.
[Mario Wainfeld] Murió condenado a cadena perpetua, cumpliendo prisión domiciliaria, despojado por indignidad de su condición militar. Su otrora poderoso partido, Fuerza Republicana (FR), se fragmentó en las recientes elecciones y va hacia la consunción.
Hace veinte años el entonces presidente Carlos Menem sacó de la galera la candidatura a gobernador de Ramón "Palito" Ortega, único modo de impedir que Antonio Domingo Bussi llegara al poder. El ex tirano lo logró en 1995, con el voto popular. Con su hijo Ricardo como candidato, FR estuvo a punto de revalidarse en 1999: perdió por un tris contra el peronista Julio Miranda.
El genocida ganó ocho elecciones en Tucumán. Hubo algunos partidos procesistas que accedieron a gobiernos provinciales (en Chaco, en Salta), pero él fue el jerarca de la dictadura que ranqueó más alto en ese terreno. Jorge Rafael Videla se infatuaba fantaseando que "la cría del Proceso" sería revalidada en elecciones libres. Emilio Eduardo Massera trató de construir su propia candidatura trasvestido de sucesor del peronismo: su delirio no llegó muy lejos. Bussi los aventajó en esa carrera.
Los dieciséis años que van desde el cenit de Bussi hasta su fallecimiento en el desdoro y en soledad parecen mucho, máxime por los retrocesos de los partidos democráticos en la lucha contra la impunidad. Acaso no sean tantos en la dimensión de la historia de un país que viene recobrando su dignidad. Vale como referencia la comparación con lo que viene pasando en países hermanos o vecinos, que dan sus primeros pasos en un recorrido que la Argentina ha ahondado más, tanto que les sirve de ejemplo, de aliciente y de bandera.

Una de sus últimas apariciones públicas, que lo pinta de cuerpo entero, ocurrió cuando habló en el juicio por el secuestro, tortura y asesinato del ex senador Guillermo Vargas Aignasse. El represor vituperó y calumnió a su víctima quien, como cuando cayó en 1976, no podía defenderse. Bussi aducía estar muy enfermo, pero le sobró firmeza para denigrar a quien había asesinado.
En esta misma edición de Página/12 se informa que avanza la causa que investiga el asesinato del obispo Enrique Angel Angelelli. Hay procesados por homicidio calificado y asociación ilícita. La investigación se había iniciado en 1984, se clausuró por imperio de las leyes de punto final y obediencia debida. Fue obstruida decenas de veces, mientras la jerarquía de la Iglesia Católica silbaba bajito y miraba para otro lado. La coincidencia de la fecha es un azar del calendario. Pero nada tiene de casual que el ignominioso final de Bussi y la apertura de una hendija en la investigación sobre el crimen de Angelelli ocurran en esta etapa, enmarcados en un contexto de avance en la lucha por la memoria, la verdad y la justicia.
Las banderas siempre fueron sostenidas por los organismos de derechos humanos, por los familiares de las víctimas, por los sobrevivientes, por creciente cantidad de integrantes de la sociedad civil. La llama, que nunca se apagó, se reavivó a partir de 2003. Desde entonces, los tres poderes del Estado han hecho su parte, con compromisos y convicciones desparejos. Los presidentes Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner sostuvieron, por primera vez, ocho años de continuidad en políticas de Estado vinculadas con los derechos humanos y fueron la avanzada de un cambio de época, ejemplar. El Congreso anuló las leyes de la impunidad que sancionara tiempo atrás. La Corte Suprema, renovada con magistrados idóneos y respetables, sumó lo suyo, aunque "por abajo" sobreabundan jueces y camaristas empecinados en encubrir criminales o cajonear los expedientes que los encausan.
Cada quien sabrá cuáles son sus emociones ante la muerte de un protagonista de una etapa oprobiosa, que supo saborear las mieles del aval democrático. La sociedad argentina, en su conjunto, puede felicitarse por la etapa histórica en que sucedió el hecho, sin bajar las banderas ni cejar en una lucha que todavía insumirá años.
25 de noviembre de 2011
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terror en el infierno


A los 85 años y condenado por crímenes de lesa humanidad, murió en Tucumán Antonio Domingo Bussi. Fue el único jerarca de la última dictadura que logró ser electo en democracia. Responsable de más de treinta centros clandestinos, su vida política comenzó a declinar cuando se supo que tenía una cuenta en Suiza. Fue condenado a prisión perpetua en 2008.
[Victoria Ginzberg] Argentina. "Bussi ha agarrado con una manguera a garrotear hasta que los ha muerto. Los ha muerto a esos dos personalmente", relató un ex conscripto.
Cada quince días, llegaba por la noche al Arsenal Miguel de Azcuénaga. Los detenidos estaban atados con cables, los ojos vendados y de rodillas frente a un pozo recién excavado. Se hacía presente con su uniforme de campaña y con el casco debajo del brazo. Daba la orden de disparar al mismo tiempo que apretaba él mismo el gatillo a pocos centímetros de la nuca de la primera víctima. Así murió Ana Cristina Corral, de 16 años, que había sido secuestrada en su casa de San Miguel de Tucumán. Antonio Domingo Bussi, su asesino, murió ayer, 35 años después, a los 85 años, en el Instituto de Cardiología de Tucumán, debido a "un cuadro de insuficiencia cardíaca descompensada con alteraciones a la función pulmonar y renal". Agonizaba desde el martes. "Mi papá es un hueso duro de roer", dijo en la puerta de la Clínica Ricardo Bussi, mientras la muerte le llegaba lentamente al único jerarca de la dictadura que logró ser electo en democracia. Fue velado en una ceremonia íntima. Será enterrado en Pilar, condenado y degradado.
Antonio Domingo Bussi nació en Entre Ríos el 17 de enero de 1926 y en 1975 reemplazó a Acdel Vilas como jefe del Operativo Independencia, que fue la antesala y globo de ensayo del terrorismo de Estado en Tucumán. Se había preparado para eso: había viajado como observador a la guerra de Vietnam, donde fue recomendado como un interesante cuadro para una guerra antisubversiva e hizo el curso regular del Command and General Staff en Fort Leavenworth, Kansas. Sus jefes en el Ejército consideraban que se desempeñaba en "las misiones con gran escrupulosidad, celo y empeño, haciendo mucho más de lo preciso en el cumplimiento del deber".
Con la dictadura, el mismo 24 de marzo de 1976 asumió como interventor y jefe militar de Tucumán. Fue responsable de las más de mil desapariciones en los más de treinta centros clandestinos que funcionaron en la provincia, entre ellos, la Jefatura Central de Policía, el Comando Radioeléctrico, el Cuartel de Bomberos, la Escuela de Educación Física, el Reformatorio y El Motel, Nueva Baviera, Lules, Fronterita y, el más importante, el Arsenal Miguel de Azcuénaga. Además, como explica el Nunca Más, "a la provincia de Tucumán le cupo el siniestro privilegio de haber inaugurado la ‘institución’ Centro Clandestino de Detención como una de las herramientas fundamentales del sistema de represión montado en la Argentina". "La Escuelita" de Famaillá fue el primer sitio documentado por la Conadep montado especialmente para torturar y asesinar a personas secuestradas.
Como dictador de Tucumán no se privó de nada. Ordenó ejecuciones y ejecutó con sus manos. Planificó torturas y torturó con sus manos. Y también corrió a los mendigos y tullidos de las calles de la provincia y los exilió en un desierto de Catamarca. Al relatar ese episodio en 2004 en una nota en el diario La Nación, el escritor Tomás Eloy Martínez calificó a Bussi como un "pequeño tirano", "feroz exterminador de disidentes" y "tiranuelo de Tucumán". El tiranuelo le inició un juicio y le reclamó cien mil pesos por "daño moral". Pero perdió. El juez Daniel Alioto recordó que "se llama tirano al jefe de una facción que obtiene el poder de manera irregular y gobierna una ciudad sin la distribución de competencias propias de un régimen republicano", algo que incluso sin contar las muertes y torturas cuadraba con el rol que ejerció Bussi durante la última dictadura. El magistrado también descartó que la palabra "exterminador" perjudicara la reputación del represor "a la luz de sus antecedentes y de los registros de algunas circunstancias de su actuación pública".
En 1999, Página/12 publicó el testimonio de un ex conscripto llamado Domingo Antonio Jerez que revelaba al mismo tiempo la existencia de un hasta el momento desconocido centro clandestino tucumano, Caspichango, y detallaba la participación directa del dictador en asesinatos a finales de 1976: "Bussi siempre andaba. Una vez lo han hecho llamar del Timbó Viejo, lo han hecho llamar exclusivamente para esa noche. Porque han agarrado a dos personas y este hombre ha ido. Estábamos parando en una escuela que había ahí. Nosotros estábamos acampando en una carpa. Yo he visto a dos, pero había más. Por esos dos exclusivamente ha ido Bussi. Siempre los tenían en slip, bien atados con sogas, boca abajo. A él lo hacen pasar para adentro, entonces yo miro por una rendija que había, no por la puerta, había que cuidarse de todo y ahí empezó a garrotearlos como dos horas, preguntándoles cosas, haciéndolos sufrir. Raro era al que no lo hacían sufrir. Bussi ha agarrado con una manguera a garrotear hasta que los ha muerto. Esa noche los ha muerto a esos dos personalmente. Al otro día nos han empezado a regalar cajas de cigarrillos, me acuerdo que a mí me han regalado tres cajas. Yo no fumaba pero lo mismo he agarrado porque eran cigarrillos finos". La declaración de Jerez se sumaba a la más conocida del gendarme Omar Eduardo Torres, quien contó ante la Conadep cómo Bussi les daba el tiro de gracia a los secuestrados en el Arsenal Miguel de Azcuénaga. Los fusilamientos se hacían a 300 metros del centro clandestino, en el monte. Bussi usaba el arma reglamentaria, una 11.25, y una pistola 9 milímetros. El pozo lo rociaban con querosén o nafta y siempre había leña a mano para quemar los cuerpos.

También Ladrón
Con la democracia se salvó de rendir cuentas a la Justicia gracias a las leyes de impunidad. Esto le permitió ser uno de los personajes de la última dictadura, junto con el subcomisario Luis Abelardo Patti, que mejor se "recicló" en democracia. Logró cumplir con el sueño masserista de ser ungido por el voto luego de fundar su propio partido, Fuerza Republicana.
Fue electo diputado nacional en 1993 y dos años después, gobernador. La "voluntad popular" lo acompañó a pesar de sus crímenes, pero su carrera política declinó cuando se supo que además de asesino, también había sido ladrón. El escándalo que no se había producido porque un represor fuera diputado y gobernador, estalló cuando los diarios contaron que Bussi tenía una cuenta en Suiza. La información se conoció en el marco de la investigación del juez español Baltasar Garzón sobre el genocidio argentino. "No lo niego ni lo afirmo", dijo el entonces gobernador tucumano. Ese día, ante las cámaras de televisión, dejó de lado sus gestos feroces y lloró. Al día siguiente, la Legislatura aprobó la formación de una Comisión investigadora y poco después la cámara de diputados de la Nación abrió la declaración jurada que había hecho en 1993, en la que no figuraba el depósito en el extranjero. Así que volvió a llorar ante la prensa, reconoció la cuenta Suiza y que había evitado mencionarla al asumir su banca de diputados. "Se trató de una omisión sin intencionalidad", aseguró. Dijo que el dinero era producto de "becas otorgadas por el Ejército y el gobierno de los Estados Unidos" y que lo había mandado al exterior en los años de la hiperinflación. La Legislatura tucumana le inició un juicio político y lo suspendió durante sesenta días, pero la oposición sólo juntó 16 de los 19 votos necesarios para destituirlo, aunque en el ínterin se conoció que también tenía casi 250 mil dólares en la Hollandsche Bank-Unie NV que estaban a nombre de su mujer, Josefina Bigolio, y su hija Fernanda Bussi, y que poseía una cantidad de bienes que no podía justificar en base a sus años de "servicio". (Garzón ordenó el embargo de 17 departamentos en Palermo y Recoleta, sus cuentas bancarias –que ascendieron a ocho–, acciones y vehículos varios.)
La cuenta en Suiza también provocó un tribunal de Honor del Ejército, que lo sancionó con una amonestación grave. Se tuvo en cuenta su "actitud de quebrantamiento personal y el aflojamiento espiritual". En 1999 volvió a ser electo diputado, pero esta vez, la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos lo impugnó por sus crímenes y por haber ocultado sus cuentas en 1993 y la Cámara de Diputados le impidió asumir. La Corte, tiempo después, dijo que debía hacerlo, pero como el mandato había terminado, el caso quedó abstracto. El dictador insistió en las urnas en 2003. Y todavía tenía resto. 17 votos a su favor le alcanzaron para consagrarse como intendente de San Miguel de Tucumán. Pero no llegó a asumir. Finalmente, fue detenido.
En agosto de 2008 fue condenado a prisión perpetua por la desaparición del senador peronista Guillermo Vargas Aignasse. Un crimen entre los más de mil que debían habérsele achacado. Pero uno que bastó para que no muriera impune. Durante el juicio se presentaba con una sonda y la barba canosa crecida y en sus últimas palabras volvió a llorar. Pero también reivindicó sus crímenes ("los delincuentes buscaban convertir el país en un satélite del comunismo internacional") y se consideró un "perseguido". Su estado de salud le permitió evitar otros banquillos, pero no lo salvó de ver cómo se hacía justicia ni cómo su partido se desintegraba (sacó 3,2 por ciento en la última elección y sus dos hijos, Ricardo y Luis José, fueron en listas separadas) ni de enterarse que el Ejército lo había dado de baja.
No es raro equiparar a los represores con monstruos. Pero los estudiosos explican que al deshumanizarlos se pierde la capacidad de analizar y comprender los crímenes y cómo éstos fueron posibles. Sin embargo, a veces, evitar esas comparaciones se hace difícil.
25 de noviembre de 2011
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el traslado de maría claudia


El periodista uruguayo Roger Rodríguez presentó ante la Justicia un documento del Ministerio de Defensa de Uruguay donde consta que María Claudia García Iruretagoyena y otros secuestrados fueron llevados el 17 de octubre de 1976 en un avión de Pluna.
[Alejandra Dandan] Argentina / Uruguay. La investigación por la apropiación de Macarena Gelman todavía tiene puntos oscuros. ¿Por qué los represores se llevaron del país a María Claudia García Iruretagoyena, la nuera del poeta Juan Gelman? ¿Por qué a Uruguay? Y un punto más específico: nunca hubo certezas sobre el momento y el modo en que salió embarazada y secuestrada hacia Montevideo. Ayer, en la audiencia del juicio por el plan sistemático de apropiación de bebés, declaró el periodista uruguayo Roger Rodríguez, investigador de los derroteros y efectos de las dictaduras del Cono Sur. Reveló un documento hasta ahora inédito, con siglas del Ministerio de Defensa de Uruguay, que indica que el viaje se hizo el 17 de octubre de 1976 a bordo de un avión de Pluna, desde Ezeiza hasta el aeropuerto de Carrasco. Claudia viajaba en calidad de detenida con otras tres personas secuestradas: los hermanos Anatole y Victoria Julien y María del Carmen, otra secuestrada con indicios de un embarazo, de quien se omitió dar públicamente el nombre. El documento lleva las firmas del general José Gavazzo y de Jorge Silveira, jerarcas uruguayos de la dictadura y operadores del Plan Cóndor en Buenos Aires. Según el documento, ambos dejan constancia de que enviaban a los "detenidos" para ser "interrogados" por orden del canciller uruguayo. Rodríguez terminó de chequear la validez de esa prueba este último fin de semana en Buenos Aires, a partir de un contacto con la pasajera número cuatro. Los papeles están ahora en poder del Tribunal Oral Federal 6 y empezarán a ser evaluados.
Durante la declaración, el fiscal Martín Niklison le preguntó a Rodríguez por ese traslado. ¿Logró reconstruir algo de cómo fue? ¿Cuándo?, preguntó. Los datos que hasta ahora se tenían eran escasos. Se sabía que María Claudia no había viajado como parte del llamado "primer vuelo" de los uruguayos, porque los sobrevivientes empezaron a registrar la presencia de una argentina, el embarazo, el operativo para trasladarla para parir y el llanto de la niña, tiempo después.
"Ese es uno de los temas que no queda claro hasta ahora", dijo. "Hasta hora, porque 48 horas atrás, desde el viernes, traté de chequear con un trabajo de campo en Buenos Aires algunos datos en relación con la confirmación de un documento que también voy a entregar al Tribunal, donde constaría el dato que yo no podía confirmar hasta ahora."
El documento, dijo, "es del Ministerio de Defensa uruguayo. Silveira y Gavazzo dejan constancia por orden del canciller uruguayo del movimiento de traslado de cuatro personas el 17 de octubre del ’76: esas personas son María Claudia Gelman, Anatole y Victoria Julien y María del Carmen". El vuelo es el vuelo 123 de Pluna, que tiene salida a la 0.07 de Ezeiza en Buenos Aires e ingreso a la 1.45 en Uruguay. "La fecha era de un domingo, una fecha particular en el calendario argentino y nombraba a esas personas", explicó.
El fin de semana pasado, Rodríguez se fue a buscar a esa cuarta pasajera del avión. "Encontré a esta María del Carmen –dijo–, y esta persona en su negativa parecía estar confirmando que efectivamente lo hizo. Me dijo: ‘Yo no quiero saber más nada de esto, no me metan en líos, ya bastante mal la pasé’. Otro tanto dijo su marido." Por esa respuesta, el nombre de la cuarta pasajera quedó en reserva. Se sabe, sin embargo, que su apellido pertenece a una familia de alcurnia, un dato que en su investigación alimenta la hipótesis de que pudo haber sido un secuestro enmarcado en las operaciones extorsivas que se habilitaron desde el centro clandestino Automotores Orletti, donde estuvieron María Claudia y los Julien.
Orletti era la base del Cóndor en Buenos Aires, pertenecía a la estructura de la SIDE. Adentro operaban Aníbal Gordon y la patota integrada entre otros por Eduardo Ruffo, desde donde no sólo se hacían secuestros políticos, sino también negocios. "Orletti era además un lugar de extracción económica", dijo Rodríguez. "Hubo dos períodos respecto de los uruguayos: uno primero en junio que genera un traslado a Uruguay con 23 uruguayos que quedan en la SID (Secretaría de Informaciones de Defensa uruguaya) y luego hasta septiembre no hay más uruguayos en Orletti. En septiembre comienza un segundo operativo en el que, a diferencia de los primeros, están todos desaparecidos."
Cuando Orletti se cerró, los argentinos devolvieron a Uruguay a los detenidos-desaparecidos de ese país. Respecto de los niños, como los casos de Mariana Zaffaroni Islas, los Julien o María Claudia, que fueron trasladados a Uruguay, o Simón Riquelo que quedó en Buenos Aires, Rodríguez cree que pensó: "Los niños de unos quedaban en el país del otro para que no vuelvan a ser encontrados".

Los Efectos
Visto hacia atrás, el documento echa luz sobre testimonios y elementos hasta ahora sin explicación. El periodista se detuvo en algunos ejemplos, entre ellos uno de los relatos que viene haciendo hace años Sara Méndez. Ella, que pasó por Orletti, estuvo secuestrada también en la SID y fue una de las que escuchó el llanto de la hija de María Claudia, siempre habló de la presencia de una segunda mujer embarazada. La cuarta pasajera sería según Rodríguez, "la segunda persona que está viviendo en una provincia argentina".
También cobra sentido un dato sobre el que le hablaron sus fuentes militares uruguayas cuando todavía buscaba a María Claudia Iruretagoyena. "Nosotros la devolvimos en Argentina", decían. O el dato de los sobrevivientes de Orletti que sitúan a María Claudia presente en ese centro clandestino aún el 9 de octubre.
"Creo que es el momento de entregarlo", dijo después sobre el documento. "Traté de confirmarlo, están las direcciones de esa mujer. Está esa reacción que, en mi carácter de periodista, tiene el carácter confirmatorio de que algo sabe."
La lista de traslados se la dio un militar uruguayo del que se reservó el nombre. Poco después, la presidenta del Tribunal, María del Carmen Roqueta, leyó en voz alta el documento.
"Por orden del señor canciller doctor Juan Carlos Blanco se nos encomienda (el traslado de) María del Carmen...; Claudia García Gelman; Anatole Casares Grisone; Victoria Cáseres Grisone, estos últimos menores, a efectos de interrogaciones en Montevideo. Las dos primeras personas presentan síntomas de embarazo." Se lee en un caso, la mención a 38 semanas de embarazo. Y luego el número de vuelo, el horario, la indicación de los dos aeropuertos. Y luego: "A la llegada hago entrega de documentos de los detenidos en Buenos Aires para evaluación del mayor Martínez". Las firmas son de Jorge Silveira y Gavazzo.
Para Rodríguez, el vuelo de María Claudia se dio en lo que llama el "contexto del segundo vuelo". Hubo un vuelo clave el 5 de octubre, un dato que fue confirmado años después, a partir de su investigación, por la fuerza aérea uruguaya. Y hubo otros vuelos después. Mencionó otro del 27 de noviembre, del que también participó Gavazzo. Blanco está detenido desde 2006.
25 de noviembre de 2011
24 de noviembre de 2011
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preso patrón de sicarios


Quedó preso el patrón del hombre acusado de matar a un militante campesino. El empresario santafesino Jorge Ciccioli quedó detenido luego de haber sido acusado de instigar el crimen de Cristian Ferreyra, miembro del Mocase. Quedó imputado como "partícipe secundario" del homicidio. Declaraciones del gobernador Gerardo Zamora.
[Carlos Rodríguez] Argentina. Por orden judicial quedó detenido ayer en Santiago del Estero el empresario santafesino Jorge Ciccioli, dueño de tierras en Monte Quemado y patrón de Javier Juárez, el hombre acusado por el crimen de Cristian Ferreyra (23), miembro del Movimiento Campesino de la provincia (Mocase-Vía Campesina). Ciccioli, quien se presentó en un juzgado de la capital provincial, está imputado como "partícipe secundario" del homicidio. Por otra parte, en su primera declaración pública sobre el episodio que terminó con la muerte de Ferreyra, el gobernador de la provincia, Gerardo Zamora, sostuvo que el motivo del crimen fue "un conflicto por tierras entre gente humilde". Al mismo tiempo, aseguró que en seis años de gobierno "no se han vendido tierras fiscales y, por el contrario, se recuperaron 190 mil hectáreas", argumento con el cual negó el carácter de "gobernador sojero" que le atribuyen los campesinos. El mandatario salió a relativizar, además, la existencia de "grupos armados" que responden a las órdenes de los empresarios sojeros asentados en el norte de la provincia.
En Monte Quemado siguen detenidos, luego de prestar declaración indagatoria, los hermanos Javier Juárez –acusado de ser autor del crimen– y Walter Juárez. El juez a cargo debe interrogar a partir de hoy a los otros detenidos, Mario René y Carlos Gregorio Abregú, mientras sigue prófugo Hugo Juárez, hermano de los otros dos detenidos. En cuanto al empresario Jorge Ciccioli, "por razones que nadie explica, finalmente no se presentó en Monte Quemado, en el despacho del juez actuante, sino que lo hizo en el juzgado de turno de la ciudad de Santiago del Estero, donde ha quedado detenido", informó a Página/12 Antenor Ferreira, abogado de la APDH y representante legal de Darío Godoy (26), quien fue herido de bala durante el mismo episodio.
El abogado Leonardo Albelda, defensor de Ciccioli, anticipó que el empresario va a declarar ante el juez que cuando ocurrió el episodio "no se encontraba en Monte Quemado ni en la provincia de Santiago del Estero, de manera que es ajeno al hecho". Por su parte, Darío Godoy, herido en su pierna derecha, evoluciona bien, pero seguirá internado y todavía no se sabe cuándo le darán el alta. El viernes se harán dos marchas, una por la mañana en Monte Quemado, ante el juzgado del doctor Sarría Fringes, y otra en Buenos Aires, con participación de diputados nacionales y representantes de organismos de derechos humanos.
En un reportaje con una radio de Buenos Aires, el gobernador Zamora aclaró que no habló antes respecto de lo ocurrido porque se encontraba "de licencia" y que recién retomó ayer sus funciones. Consideró que fue "un lamentable hecho, un homicidio" producto de un problema "entre gente humilde lugareña, vecinos del lugar", aunque admitió que se trata de "un problema de tierras, es cierto". En ese sentido, reiteró que su gobierno tiene "una mesa de diálogo de la que participan los sectores campesinos con el objetivo de trazar políticas de Estado que lleven a una solución".
El mandatario eludió opinar sobre la causa judicial, pero sostuvo que la zona donde ocurrió el conflicto "no es sojera", a la vez que salió al cruce de quienes lo vienen señalando desde antes del hecho como "gobernador sojero" responsable de la venta "a bajo precio" de tierras fiscales, como le recordaron los periodistas que lo entrevistaron. "En seis años de gestión, no sólo no hemos vendido tierras sino que, por el contrario, hemos recuperado 90 mil hectáreas de un fideicomiso del ex Banco Provincia y otras 100 mil hectáreas de tierras fiscales".
Admitió luego, ante otra consulta, que los campesinos "igual se siguen quejando" y en ese sentido reconoció que "a lo mejor se quejan porque tal vez no fue suficiente lo que hemos hecho", pero se comprometió a "seguir fomentando el diálogo porque es necesario que nadie tenga que pelearse por la tierra" en su provincia.
25 de noviembre de 2011
23 de noviembre de 2011
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homenaje a 108 desaparecidos


La memoria dijo presente en el Colegio Nacional Buenos Aires.
Argentina. La comunidad educativa del histórico colegio porteño honró a alumnos y docentes desaparecidos y asesinados antes y durante la última dictadura con la colocación de seis baldosas que recuerdan su paso por ese establecimiento. El rector del CNBA, Gustavo Zorzoli, citó a las Madres de Plaza de Mayo al afirmar que se trata "de un dolor que con el tiempo se transformó en lucha, y la lucha en resistencia activa. Donde lejos de paralizarnos, nos movilizó y nos dio valor".

Durante su intervención, Zorzoli evocó la memoria de una ex alumna, desaparecida en 1976 durante la última dictadura militar a los 15 años, la "más joven de una larga lista de alumnos que tiene más de cien nombres y apellidos, y ex docentes". Y luego, destacó el trabajo de "las Madres, las Abuelas, Hijos y Familiares y otros organismos, junto algunos políticos y jueces, por pelear para lograr este momento".
Por su parte, la presidenta del Centro de Estudiantes, Irene Avila, señaló que "este colegio de elite, es también el colegio por el cual pasaron tantas personalidades históricas, y que durante años vio pasar a tantos chicos con conciencia nacional, responsabilidad por su país".
"Este colegio además de Miguel Cané y otras figuras tan importantes, es el de estos 108 desaparecidos a quienes estamos conmemorando con estas placas, y a quienes recordamos día a día militando, estudiando, marchando y preocupándonos por la realidad social", agregó.
El micrófono lo fueron tomando otros familiares y amigos de las víctimas homenajeadas, acompañados por integrantes de Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora, encabezadas por su titular, Nora Cortiñas; el ex canciller Jorge Taiana; y autoridades de esa escuela universitaria, entre otros.
Con las baldosas, realizadas semanas atrás por egresados y alumnos en el taller de la organización Memoria y Justicia que funciona en el barrio porteño de Almagro, firmes en el ingreso al colegio, se pasó a la habitual lectura de los nombres de las víctimas del terrorismo de Estado. Las pancartas con sus rostros se alzaban entre el centenar de personas presentes que recordaron a sus seres queridos con un grito contundente: "Ahora y siempre".
[Foto viene del blog de Claudio A. Slemenson].
25 de noviembre de 2011
24 de noviembre de 2011
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alegatos para un juez prófugo


El representante del gobierno ante el Consejo de la Magistratura, Hernán Ordiales, pidió al Jurado de Enjuiciamiento de magistrados la "destitución" del camarista federal mendocino Otilio Romano por sus vinculaciones con los delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura.
Argentina. El camarista mendocino no estuvo en la sala de audiencias ya que goza de una visa temporaria en Chile, adonde pidió asilo político. Su defensora, Fabiana León, pidió que los cargos en su contra fueran rechazados porque "no se puede juzgar con los parámetros de hoy lo que ocurrió hace más de 30 años".

Durante su alegato, Ordiales calificó al camarista mendocino como "funcional al aparato represivo del terrorismo de Estado" y aseguró que "deshonró el cargo con el que fue investido por las instituciones de la democracia" ya que "en todo momento mostró su absoluto desprecio por los Derechos Humanos y la ley". Con esos argumentos, Ordiales –quien junto al diputado Carlos "Cuto" Moreno representan al Consejo de la Magistratura en la acusación- pidió la remoción por "mal desempeño en el ejercicio de sus funciones".
Ordiales agregó que Romano evidenció una "omisión deliberada, sistemática y prolongada en el tiempo de investigar las denuncias" por gravísimas violaciones a los derechos humanos que recibió, entre 1975 y 1983 cuando aún era fiscal federal y puso énfasis en la "indignidad" demostrada por el suspendido camarista al "fugarse" del país el 24 de agosto.
Por su parte, la defensora oficial negó que su asistido hubiese tomado declaraciones en centros clandestinos de detención, tal como afirmaron varios testigo, al considerar que "los miembros de la justicia federal no tenían la posibilidad de controlar" el accionar de las fuerzas represivas.
Tras los alegatos de las partes, los integrantes del jury se retiraron a deliberar para el dictado del veredicto que, se estima, podría conocerse a mediados del mes de diciembre, pese a que el plazo de 180 días que tiene el jurado para expedirse recién vence en febrero de 2012.
En este juicio político el jurado está presidido por la jueza María Alicia Noli e integrado su colega María Susana Najurieta, los senadores Rolando Bermejo y Emilio Alberto Rached, los diputados Oscar Albrieu y Ricardo Buryaile y el abogado Fabián Antonio Sahade, en representación de los letrados matriculados.
25 de noviembre de 2011
24 de noviembre de 2011
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kimel absuelto después de su muerte


Para el CELS "aún es necesaria una reforma del Código Civil". Dos años después de su muerte, Kimel fue absuelto por la justicia argentina.
Argentina. La Sala III de la Cámara Nacional de Casación Penal anuló la condena a un año de prisión en suspenso y a pagar una indemnización de 20 mil pesos al juez Guillermo Rivarola impuesta contra el fallecido periodista Eduardo Kimel en 1999 por la publicación de su libro 'La masacre de San Patricio', en donde se detallaba el asesinato de los sacerdotes palotinos Alfredo Kelly, Alfredo Leaden y Pedro Duffau, y los seminaristas Salvador Barbeito y Emilio Barletti, muertos el 4 de julio de 1976, en plena dictadura militar.

Los magistrados hicieron lugar al pedido de revisión presentado por el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) en representación de la hija del periodista fallecido en febrero de 2010. Cabe recordar que la Corte Interamericana de Derechos Humanos reconoció en el 2008 la violación del derecho a la libertad de expresión de Kimel y ordenó al Estado argentino que anulara la sentencia penal contra el periodista y modificara el Código Penal por su incompatibilidad con la Convención Americana.
'La masacre...' había sido publicada en 1989, y en el libro el periodista aludía a la actuación del camarista Guillermo Rivarola, quien como juez tuvo a su cargo la investigación del caso en los años 1976 y 1997, y se preguntaba si "realmente quería llegar a una pista que condujera a los victimarios".
En octubre de 1995, la jueza Angela Braidot, condenó a Kimel. A pesar de que en noviembre de 1996, la Cámara Nacional de Apelaciones anuló por unanimidad el fallo y absolvió al periodista, en diciembre de 1998 la Corte Suprema aceptó un recurso de Rivarola, revocó el fallo anterior y lo devolvió a la Cámara para que dictara una nueva sentencia, que finalmente confirmó la pena original. El caso motivó la intervención de la Corte Interamericana de Derechos Humanos y el fallo dictado ahora por la Cámara de Casación.
El Centro de Estudios Legales y Sociales sostuvo que "esta resolución confirma que las expresiones relacionadas con asuntos de interés público no configuran delitos penales y establece un precedente para que los tribunales argentinos no den curso a demandas de este tipo". "Si bien la despenalización de las calumnias e injurias en casos de interés público ha sido un gran avance en la Argentina, continúa vigente el desafío de generar un cambio cultural que garantice una postura homogénea del Poder Judicial y de los funcionarios y personajes públicos que impulsan querellas por delitos de difamación", agregó el CELS, que recordó que en 2009 el Congreso Nacional sancionó la ley 26.551 que despenalizó los delitos de calumnias e injurias para expresiones de interés público. "Sin embargo -agregó la entidad-, la inexistencia de mecanismos legales internos para implementar las decisiones de los órganos de derechos humanos mantenía vigente la condena penal a Eduardo Kimel. Por ese motivo el CELS presentó un recurso de revisión ante la Cámara Nacional de Casación Penal con el objetivo de lograr el cumplimiento total de la sentencia de la Corte Interamericana y que se reparen las violaciones a los derechos del periodista y evitar futuras querellas".
El CELS hizo hincapié en que "desde el pronunciamiento de la Corte transcurrieron más de tres años", lo cual "pone de manifiesto las deficiencias del Estado para dar cumplimiento al fallo en su totalidad y la falta de articulación entre sus distintos poderes para evitar que su ejecución dependa del accionar de las víctimas".
En ese marco, la entidad advirtió sobre "el desafío vigente de generar un cambio cultural que garantice una postura homogénea del Poder Judicial y de los funcionarios y personajes públicos que impulsan querellas por delitos de difamación". Y concluyó que "aún es necesaria una reforma del Código Civil para impedir la proliferación de demandas contra periodistas, quienes deben pagar indemnizaciones en concepto de daños al honor y la intimidad en casos de interés público. La amenaza que implica este tipo de sanciones económicas también trae aparejado un efecto de silenciamiento, como ocurre con los procesos penales".
25 de noviembre de 2011
24 de noviembre de 2011
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videla y otros procesados por asesinato


Videla, Menéndez y Harguindeguy, procesados por el asesinato de Angelelli.
Argentina. El juez Federal de La Rioja, Daniel Herrera Piedrabuena, dispuso el procesamiento con prisión preventiva de los represores Jorge Rafael Videla, Luciano Benjamín Menendez y Albano Harguindeguy por "homicidio calificado y asociación ilícita", por el crimen del obispo Enrique Angelelli ocurrido en 1976. El magistrado entendió que el supuesto accidente de tránsito donde murió el monseñor fue "provocado" y atribuyó la responsabilidad a las máximas jerarquías de la ultima dictadura militar. También fueron imputados el excomodoro Luis Fernando Estrella y el expolicía Juan Carlos "La Bruja" Romero.

La causa, investigada como un accidente automovilístico ocurrido en proximidades de la localidad de Punta de los Llanos, en la provincia de La Rioja, el 4 de agosto de 1976, fue archivada ese mismo año por la justicia provincial. En 1984 la investigación fue reabierta, y calificada como homicidio. No obstante, con las leyes de punto final y obediencia debida en vigencia, la Cámara Federal de Apelaciones de Córdoba dispuso su archivo.
Reabierta la investigación, y luego de que el actual Juez Federal de La Rioja reasumiera la dirección de la investigación en 2010, se se estableció que la muerte de Monseñor Enrique Angel Angelelli fue producto de un "accidente automovilístico provocado", que ocasionó la muerta de Angeleli y lesiones de consideración a su acompañante, el exsacerdote Arturo Aído Pinto.
En la resolución se señala, entre otros aspectos, la existencia de irregularidades en la investigación policial del hecho, la presencia de personal de "inteligencia" de ejército y la policía en el lugar del supuesto accidente, la existencia de un sumario paralelo, y fundamentalmente la declaración de los diversos testigos, así como las circunstancias previas, signadas por los homicidios de los sacerdotes Gabriel Longueville, Carlos de Dios Murias y Wenceslao Pedernera en la localidad de Chamical.
25 de noviembre de 2011
24 de noviembre de 2011
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