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terrorismo

la nueva cárcel de obama


El presidente Obama firmó el lunes una orden presidencial que creará un sistema formal para la detención indefinida de las personas detenidas en la cárcel militar estadounidense en Bahía Guantánamo, Cuba, que continúan representando una amenaza importante para la seguridad nacional.
]Peter Finn y Anne E. Kornblut] Los anuncios, dos años después de que Obama prometiera en otra orden presidencial cerrar el centro de detención, consolidan la prolongada función de Bahía Guantánamo en la estrategia antiterrorista de Estados Unidos.
Funcionarios de gobierno dijeron que el presidente sigue comprometido con el cierre de la cárcel, pero no mencionó ese objetivo en la breve declaración del lunes. Los planes originales del gobierno de crear un centro de detención en Estados Unidos y procesar a algunos detenidos en la corte federal fracasaron completamente frente a la oposición bipartidista en el Congreso.
La orden presidencial reconoce que algunos detenidos en Bahía Guantánamo permanecerán bajo custodia norteamericana durante muchos años, cuando no de por vida. El nuevo sistema les permite la perspectiva de argumentar en el futuro por qué deberían ser liberados, y que no representan ninguna amenaza.
"Hoy estoy anunciando varios pasos que refuerzan nuestra capacidad de llevar a los terroristas a justicia, responder por nuestras acciones y garantizar el trato humano de los detenidos", dijo Obama en una declaración. "Creo firmemente que el sistema de justicia estadounidense es un elemento clave de nuestro arsenal contra al Qaeda y sus asociados, y continuaremos utilizando todos los recursos de nuestro sistema judicial, incluyendo las cortes federales por el artículo III, para asegurarnos de que nuestra seguridad y nuestros valores salgan fortalecidos".
Pero activistas a los dos lados del debate sobre el cierre de la prisión vieron el anuncio como un revés.
"Es prácticamente imposible imaginar el cierre de Guantánamo a la luz de esta orden presidencial", dijo Anthony Romero, director ejecutivo de la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles. "En poco más de dos años, el gobierno de Obama ha cambiado radicalmente de opinión".
El representante Peter T. King (republicano de Nueva York), presidente de la Comisión de Seguridad Interior de la Cámara, dijo que la orden reivindicaba al predecesor de Obama. "Elogio al gobierno de Obama por esta orden presidencial", dijo en una declaración. "Lo esencial es que reafirma la política del gobierno de Bush de que nuestro gobierno tiene el derecho a detener a terroristas peligrosos hasta el cese de hostilidades".
La orden presidencial se aplica al menos a 48 de los 172 detenidos que permanecen en Bahía Guantánamo. Una comisión de varias agencias dirigida por abogados del ministerio de Justicia determinó que este grupo no podía ser juzgado por comisiones militares ni en tribunales federales porque problemas con las evidencias podrían dificultar el juicio. Pero los informes de inteligencia también concluyeron que algunos detenidos representan un peligro real y que no pueden ser repatriados ni reasentados en un tercer país. El gobierno dijo que revisará la situación de los detenidos a los que quiere procesar, pero que no han sido formalmente imputados.
El gobierno alega que tiene la autoridad legal para seguir reteniendo a todos los detenidos en Bahía Guantánamo bajo las leyes de guerra. Los tribunales federales han confirmado esa afirmación, aunque han recomendado que algunos detenidos deberían ser liberados por falta de evidencias contra ellos. Los detenidos conservarán el derecho a presentar un recurso de amparo en tribunales federales.
"La nueva orden presidencial no modifica la condición jurídica de la detención", dijo Kate Martin, directora del Centro de Estudios de Seguridad Nacional. "Sólo agrega revisiones adicionales de los individuos que los tribunales que revisan sus hábeas corpus hayan resuelto que están detenidos legalmente, según las leyes de guerra".
Según la orden, cada detenido recibirá dentro de un año una revisión escrita, no confidencial, de los factores que justifican la prolongación de su encarcelamiento.  Se nombrará a un representante del gobierno para defender a los detenidos, que tendrán el derecho de contratar a abogados libremente, pero no a expensas del gobierno, dice la orden presidencial.
Una Junta Periódica de Revisiones, compuesta por funcionarios de las fuerzas armadas, inteligencia, Seguridad Interior y de los ministerios de Exteriores y Justicia, considerarán cada caso. Los detenidos tendrán el derecho a comparecer ante la junta, presentar sus propias evidencias y llamar a testigos "que estén razonablemente asequibles", dice la orden.
Los detenidos recibirán una revisión completa cada tres años, y una revisión escrita cada seis meses.
Pero David Remes, un abogado que representa a veinte detenidos, incluyendo a dieciséis detenidos, dijo que no observa una diferencia substancial entre el nuevo sistema y el proceso de revisión durante el gobierno de George W. Bush, apenas "un nuevo reparto" en las juntas de revisión. A la luz de la decisión del actual gobierno de no liberar a ningún yemení, ni siquiera a los que ya habían confirmado su repatriación, Remes cuestionó la validez del nuevo sistema.
"¿De qué le servirá esto a un yemení?", se preguntó. El gobierno ha declarado que Yemen no tiene la capacidad de reintegrar y supervisar a los detenidos retornados.
Además, leyes recientes hacen extremadamente difícil trasladar a cualquier detenido fuera de Guantánamo, aunque se crea que no representa ninguna amenaza, y no está claro qué hará el gobierno para superar esa barrera parlamentaria.
El gobierno dijo que el ministro de Defensa, Robert M. Gates, firmará una orden para rescindir la suspensión de nuevos casos en las comisiones militares.
Se espera que el gobierno acuse a tres detenidos: Abd al-Rahim al-Nashiri, un yemení acusado de planificar el atentado de al Qaeda de octubre del 2000 contra el USS Cole que se cobró la vida de diecisiete marinos estadounidenses; Obaidullah, un afgano acusado de guardar minas antitanques; y Ahmed Darbi, un saudí acusado de planear un ataque contra un buque en el Estrecho de Hormuz que nunca ocurrió.
Pero el caso contra el más prominente de los detenidos en Bahía Guantánamo, Khalid Sheik Mohammed, sigue en el limbo. El gobierno había planeado juzgar en Nueva York a Mohammed, el auto-proclamado cerebro de los atentados del 11 de septiembre de 2001, y otros cuatro imputados. Pero la intensa oposición pública y política hizo naufragar a la fiscalía y no está dónde, si acaso, se juzgará a Mohammed.
"Desgraciadamente, algunos en el Congreso han tratado inopinadamente de socavar este proceso imponiendo restricciones que limitan la capacidad del Ejecutivo de llevar a justicia a terroristas que atacan a estadounidenses", dijo el lunes en una declaración el fiscal general Eric H. Holder Jr. "Nos oponemos a esas restricciones, y continuaremos tratando de revocarlas".
[Julie Tate contribuyó a este informe.]
7 de mayo de 2011
7 de marzo de 2011
©washington post
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aumenta amenaza neo-nazi en hungría


Gitanos residentes en un pueblo húngaro describen al grupo de vigilantes de extrema derecha que ha estado patrullando sus calles.
Hungría. La extrema derecha húngara se prepara para iniciar una campaña de intimidación contra los gitanos después de encontrar apenas resistencia a su misión de ‘ley y orden’ en Gyongyospata, un pueblo húngaro de 2.800 habitantes a ochenta kilómetros al nordeste de Budapest.
Por un Futuro Mejor , una organización paramilitar que deriva su nombre de un eslogan del movimiento juvenil nazi, entró al pueblo a principios de mes. Realizó patrullas a pie y en patrulleros, siguió a los gitanos en el pueblo y les impidió que entraran a comprar a las tiendas.
El 10 de marzo, las intimidaciones alcanzaron su punto más álgido cuando mil neo-nazis uniformados marcharon por el pueblo, algunos, según se dijo, armados con perros, látigos y cadenas.
Por temor, muchos gitanos no salieron de sus casas ni llevaron a sus hijos a la escuela. El alcalde del pueblo, Laszlo Tabi, que es oficialmente independiente, los admitió, se dice, porque la policía se desentendía.
"Lloré cuando los vi marchar por la calle", dice Janos Farkas, portavoz de la comunidad de cerca de 450 gitanos asentada junto a un camino de tierra en un estrecho valle al borde del pueblo. Muchas de las destartaladas casas no tienen agua del grifo y pocos de sus habitantes tienen un empleo.
"No sé cómo puede pasar esto en un país democrático. La policía hace acto de presencia ahora, pero ¿por qué los dejaron hacer lo que quisieron durante tres semanas?", pregunta Farkas.
No se ha hecho nada para impedir que los vigilantes reinicien sus actividades aquí ni para impedir que surjan en otro lugar.

Un Ejemplo Nacional
"Parece un conflicto local, pero en realidad es nacional", dice Kristof Szombati, de La Política Puede Ser Diferente, un partido liberal verde. En cuanto a esto, la extrema derecha está de acuerdo con él.
Gyongyospata es un "ejemplo de situaciones futuras", dice Gabor Vona, líder del partido de extrema derecha Jobbik, que está detrás de la intervención uniformada, en una rueda de prensa en la sala consistorial del pueblo. Su partido espera utilizar la campaña vigilante para marcar el primer aniversario de su entrada en el parlamento, con diecisiete por ciento de los votos, este próximo mes.
Entre las áreas seleccionadas para ser ocupada por los vigilantes está Hajduhadhaz, una ciudad de trece mil habitantes al este.
"La policía no tiene suficiente poder para controlar la situación", dice Gabor Kovacs, un voluntario vigilante nacido en Gyongyospata, con un uniforme totalmente negro, jugando con su gorra de béisbol.
"Los gitanos han robado verduras y uvas", dice, aunque explica que la identidad de los culpables es rara vez conocida, debido a que los robos ocurren por la noche cuando las víctimas duermen.
"Tenemos una buena relación con la policía. También recibo críticas, pero no quiero hablar sobre ellas en público", dice Vona. La policía del condado sabe que se ha formado una rama local permanente del movimiento vigilante.
"Me siento mejor con las patrullas de Por un Destino mejor que con las de la policía", dice una vecina no gitana, negándose a dar su nombre por temor a ser descubierta por sus vecinos gitanos. Dice que los gitanos entraron por encima de la valla para robarle dos gallinas, una este año.
"No puedo descansar ni un solo segundo porque los gitanos podrían venir aquí a quemarme la casa". La mejor solución, dice, sería "llevárselos".
Su vecina de edad mediana, Sandor Torok, prefiere acciones mucho menos drásticas. A ella le robaron una sierra eléctrica de su patio a fines de enero y la recuperó después de tres horas cuando ofreció a un niño gitano pagarle cinco mil forint (veintiséis dólares) de recompensa por su recuperación.
Circulan entre los vecinos no gitanos acusaciones de delitos más graves cometidos por los gitanos, pero ninguna de ellas pudo ser confirmada. Se cuenta que un viejo no gitano se suicidó porque pensaba que unos gitanos iban a convertirse en sus vecinos. Según un oficinista del ayuntamiento, unos gitanos golpearon a una joven maestra, aunque una de sus colegas dijo que no se había enterado de ningún incidente.
"Los gitanos llevan más de quinientos años viviendo aquí y han respetado siempre la ley. Sólo uno o dos chicos han hecho algo mal", dice Farkas.
Tampoco hay evidencias de que hayan aumentado en Gyongyospata los delitos menos graves, pero la crisis económica han aumentado el valor de las posesiones de todos los días y la extrema derecha celebra la posibilidad de sacar provecho de la nueva sensibilidad.
6 de mayo de 2011
28 de marzo de 2011
©al jazeera
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bin laden, asesinato a sangre fría


Osama, el hombre que resiste aun desarmado. La historia oficial tiene pocos detalles y deja abiertos muchos interrogantes sobre lo que pasó. El vocero presidencial Jay Carney justificó la escasez de datos publicados con la excusa de que oficiales del gobierno y de la CIA siguen chequeando la información disponible, pero admitió que Bin Laden no estaba armado cuando lo asesinaron.
Pakistán. La Casa Blanca ofreció ayer su versión de los hechos ocurridos el lunes a la madrugada en la ciudad pakistaní de Abbottabad que acabaron con la vida del líder de Al Qaida, Osama bin Laden. La intención de la narración, acotada y con pocos detalles, es fijar una historia oficial del ataque que cerró un capítulo de la lucha estadounidense contra el terrorismo internacional. "Bin Laden no estaba armado cuando la unidad especial entró en la habitación en la que se escondía y lo abatió. Pero la resistencia ante un ataque no requiere de un arma", reveló uno de los voceros de la Casa Blanca, Jay Carney, encargado de difundir la cronología elaborada por el gobierno de Estados Unidos.
El funcionario justificó la escasez de datos publicados con la excusa de que oficiales del gobierno y de la CIA siguen chequeando la información disponible y los documentos que secuestraron tras el asesinato. La falta de imágenes que certifiquen la veracidad de lo ocurrido, por su parte, se debería a que algunas de ellas son demasiado fuertes: "Hay sensibilidades en torno de lo apropiado de publicar las fotos tras el tiroteo (...), son truculentas", señaló Carney. De acuerdo con la descripción que ofreció Carney a los medios nacionales e internacionales, el fin de Bin Laden comenzó a última hora del domingo, cuando, a bordo de helicópteros, dos equipos de soldados de Estados Unidos, integrantes de las tropas Seal Team Six especializadas en antiterrorismo, llegaron a la residencia de Abbottabad en que vivía parte de la familia de Bin Laden junto con otras dos familias. Allí se separaron en los dos edificios principales del complejo habitacional.
El equipo que se encargó del edificio donde finalmente se localizó al líder de Al Qaida encontró en la primera planta del edificio a dos mensajeros y a una mujer. Los mató a los tres. "La mujer perdió la vida porque se interpuso en el cruce de fuego", apuntó Carney, que luego informó que los efectivos especiales encontraron a Bin Laden y a su familia en el segundo y tercer piso. El texto no ofreció precisiones sobre la ubicación exacta del hombre más peligroso del mundo ni la cantidad específica de personas que habitaban esos sitios.
El funcionario sólo aclaró que junto a él había una mujer, una de sus esposas, que no murió, tal como lo afirmaba la versión de los hechos que circuló hasta ayer, sino que resultó herida tras recibir un tiro en una pierna cuando se abalanzó sobre uno de los soldados estadounidenses.
"Estaba la preocupación de que Bin Laden se opusiera a su captura. De hecho se resistió", remarcó Carney, aunque no proporcionó detalles respecto de si el líder del grupo islámico más temido por Occidente utilizó elemento alguno para defenderse o la manera en que lo hizo.
No obstante, despejó dudas: Bin Laden no emitió disparo de arma de fuego porque no contaba con una. Hasta la conferencia del Ejecutivo estadounidense, la versión de los hechos en Pakistán aseguraba que Bin Laden había respondido con disparos al ataque de las fuerzas especiales que lo mataron. El consejero de la Casa Blanca para la lucha antiterrorista, John Brennan, lo había certificado al narrar ante los medios la asombrosa experiencia de ver a través de la televisión el asesinato del líder islámico. Error.
"Resistirse no requiere de un arma", se limitó a indicar el vocero de la Casa Blanca, antes de asegurar que conforme el gobierno para el que trabaja revise los documentos, llegarán más detalles sobre el ataque.
El asesinato del árabe más buscado llegó después del intento de resistencia de su esposa: "Se disparó contra Bin Laden y éste murió", señaló la narración.
El informe oficial insiste una vez más en que el cuerpo recibió sepultura en el mar: "Se siguieron los preceptos y prácticas islámicos. Una vez que el portaaviones USS Carl Vinson, que trasportaba el cuerpo, estuvo sobre el mar Arábigo, los efectivos lavaron el cadáver y lo colocaron en una sábana blanca. Luego fue introducido en una bolsa con lastre. Un oficial militar leyó unos pasajes religiosos preparados que fueron traducidos al árabe por un nativo. Tras ello, el cuerpo fue colocado sobre una plancha desde la que se deslizó al mar".
El vocero aseguró que la ceremonia fue documentada en video y que también existen fotografías del cuerpo de Bin Laden. Pero también explicó que Washington está evaluando si la publicación de las imágenes es conveniente para Estados Unidos o no. "Altos funcionarios están analizando el objetivo de la difusión de las fotos y si ese hecho dañaría en algún modo los intereses (estadounidenses) no sólo doméstica sino globalmente", apuntó Carney. "Hay sensibilidades en torno de lo apropiado de publicar las fotos tras el tiroteo (...), son truculentas y podrían provocar reacciones incendiarias", señaló.
En tanto, Estados Unidos aseguró que un grupo de analistas expertos se encuentra analizando elementos y documentación hallada en la mansión donde se escondía Osama bin Laden. "Vamos a analizarlo detenidamente para informar sobre probables amenazas, posibles planes que pueden estar en marcha, informaciones que puedan llevarnos a otros líderes de Al Qaida y sobre qué tipo de sistema de apoyo pudo haber tenido él en Pakistán", explicó Brennan, que reapareció en escena un día después de haber difundido información sobre el asesinato que ayer fue desmentida por la propia Casa Blanca. "Claramente, hay algún tipo de red de apoyo que le proporcionaba asistencia y ayudaba a facilitar el contacto entre Bin Laden y sus operativos", detalló Brennan.
4 de mayo de 2011
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la amenaza de al qaeda


Las distintas ramas vengaran a su líder, afirma el experto Guidère. Mathieu Guidère es uno de los grandes especialistas en la red terrorista. El autor de ‘Los Mártires de Al Qaida’ analiza las repercusiones de la muerte de Osama, así como el fracaso ideológico y la supervivencia de la organización.
[Eduardo Febbro] París, Francia. El casi fantasma que desde hace diez años tiene en vilo a los servicios de inteligencia del mundo entero ha muerto sin que ello signifique que la principal amenaza que encarnaba Bin Laden, es decir, el terrorismo de masas a escala global, haya desaparecido. Analistas y especialistas en Al Qaida ponen de relieve que, a pesar de los golpes recibidos, la organización de Osama bin Laden conserva un poder de destrucción considerable a través de las ramas que se le fueron asociando en los últimos años. Estados Unidos y los gobiernos de Europa han reforzado la seguridad o elevado los niveles de alerta. ¿Mito o realidad, especulación o, una vez más, negocio del miedo? La respuesta es compleja, a imagen y semejanza de un personaje como Bin Laden y de una organización tan atípica como Al Qaida. El universitario francés Mathieu Guidère sugiere que, a corto plazo, Al Qaida conserva su poder de amenaza. Mathieu Guidère es uno de los grandes especialistas mundiales en Al Qaida. Guidère es el autor de libros destacados sobre Al Qaida y el terrorismo: ‘Los Mártires de Al Qaida’, ‘Los Nuevos Terroristas’, ‘Al Qaida a la Conquista del Maghreb’, ‘Manual de Reclutamiento de Al Qaida’.
En esta entrevista con Página/12, Mathieu Guidère analiza las repercusiones de la muerte de Bin Laden, la amenaza que conlleva, el futuro incierto de Al Qaida, su fracaso ideológico y su supervivencia. Según el experto francés, una vez desaparecido Bin Laden, el futuro de Al Qaida se juega en el éxito o el fracaso de las revoluciones árabes que estallaron en Túnez, Egipto, Libia, Siria o Yemen.

La muerte de Bin Laden dio paso a una suerte de miedo planetario, globalizado. Analistas y medios de prensa occidentales plantean con insistencia la posibilidad de represalias a gran escala por parte de los miembros de Al Qaida. Sin embargo, en los últimos años, la red dio muestras más bien de un agotamiento de sus capacidades operativas. ¿Usted considera que esa alerta mundial se justifica?
Si nos referimos al esquema histórico de la organización, constatamos que cada vez que un jefe importante de Al Qaida resultó muerto la organización creó brigadas de mártires, o sea de kamikazes, que perpetraron atentados suicidas a fin de vengar la muerte de los jefes. Y como Bin Laden murió en manos de fuerzas occidentales, está considerado como un mártir y, por consiguiente, será vengado en un período de tres a seis meses después de su muerte. A corto plazo se producirá sin dudas un refuerzo de Al Qaida con una serie de acciones protagonizadas por sus distintas ramas, que buscarán vengar la muerte de Bin Laden. Por ejemplo, se puede pensar en la rama yemenita de la red terrorista o en Al Qaida en el Maghreb Islámico. Esas ramas, esas brigadas, podrían perpetrar atentados contra los intereses norteamericanos a través del mundo para vengar el asesinato de Bin Laden por parte de los norteamericanos. Ello explica el miedo que hay actualmente. Ese miedo se fundamenta en la historia y en la manera de pensar y de actuar de los grupos jihadistas que están repartidos por el mundo.

Usted está convencido entonces de que la amenaza global que Al Qaida representa sigue vigente a pesar de todos los golpes que recibió.
Sí, a corto plazo sí. Pienso que en los meses que vienen oiremos hablar de Al Qaida. No ya de Al Qaida en Afganistán. En ese país, al igual que en Pakistán, la organización de Bin Laden es muy débil. En este sentido, la muerte de Bin Laden puede llegar a cambiar los motivos o la forma en que se justifican las guerras en otros países. Por ejemplo, hablar de la presencia de Al Qaida en Afganistán o Pakistán como justificativo de la presencia occidental en esos países ya no tendrá el mismo peso que antes. La muerte de un símbolo como Bin Laden puede trastornar la justificación que Estados Unidos expone para apoyar su intervención en la región. Si el principal motivo era la lucha contra el terrorismo y contra Al Qaida, la muerte de Bin Laden y la casi eliminación de la rama pakistaní de Al Qaida, la rama Afpak, tornará más ardua la justificación de la presencia norteamericana en Afganistán o sus intervenciones en Pakistán. En todo caso, hay otros países donde Al Qaida sigue activa. Desde 2003 la organización está estructurada en ramas regionales. Cada vez que en un país musulmán surgió un grupo armado sólido, Bin Laden y Al Zawahiri, el número dos de Al Qaida, le pusieron el sello de Al Qaida para que así se vuelva una rama más de la organización. En este sentido, las ramas de Al Qaida en Yemen, AGPA; Al Qaida en la Península Arábiga, o en el Maghreb, AQMI; Al Qaida en el Maghreb Islámico, van a tener un año con mucha actividad a raíz de la muerte de Bin Laden.

Sin embargo, si tomamos como marco los últimos años, y en particular lo que deja flotando el conjunto de las revoluciones árabes, el mensaje de Bin Laden parecía haberse diluido. Las revueltas democráticas en Túnez, Egipto, Libia, Yemen, Siria o Bahrein son como un certificado de defunción de la ideología de Al Qaida.
Sí, pero esto no tiene nada que ver con la muerte de Bin Laden. Hoy se trata de lealtad ante lo que representó. Sus adeptos sienten la obligación moral de vengar su muerte porque la responsabilidad de la muerte de Osama no recae en musulmanes. De hecho, en este contexto, no se trata de que Al Qaida sea fuerte o débil sino de una cuestión de lógica interna de la organización.

Con todo, no se puede obviar el hecho mayor de que las revueltas árabes y las aspiraciones que las desencadenaron le dieron un golpe mortal a la ideología de Bin Laden.
Yo no diría un golpe mortal porque esas revoluciones aún no triunfaron, están en curso. Es cierto que esas revoluciones suscitaron interrogantes y confusiones dentro del movimiento terrorista de Al Qaida. Bin Laden y sus seguidores siempre llamaron a derribar a los regímenes mediante la violencia, pero el proceso que se inició en varios países tuvo como resorte la acción popular. Los jihadistas de Bin Laden llamaban a la violencia y promovían el recurso al terrorismo contra esos regímenes. Ahora bien, lo que ocurrió en Túnez y Egipto demostró que pueblos pacíficos podían cambiar de régimen sin utilizar la violencia o el terrorismo. En cierta forma, Al Qaida perdió la batalla ideológica y también a su principal cabeza. Es como una suerte de principio del fin. Resulta claro que la organización no sabe qué posición adoptar frente a esos movimientos populares. Una de sus grandes derrotas está precisamente allí, en la derrota ideológica de una organización que fue incapaz de sacar del poder a ciertos regímenes a los que combatía mientras que la revuelta pacífica de la población sí consiguió ese cambio. Ahora bien, ello no significa que Al Qaida perdió la guerra, porque si en el futuro esas revoluciones no culminan con éxito, no conducen a un cambio de régimen o a la democratización, podemos temer, al contrario, que grupos como Al Qaida salgan reforzados.

Usted sugiere que el éxito de las revoluciones árabes condicionará la desaparición o el resurgimiento de Al Qaida.
Sí, efectivamente. A mediano y a largo plazo todo dependerá de las revoluciones árabes. Si éstas culminan con éxito será el fin de Al Qaida. Pero si esas revoluciones fracasan y no desembocan en algo interesante para los países, podemos temer que Al Qaida se torne más fuerte y se vuelva más poderosa que antes. Lo peor que puede pasar es que las reformas anheladas no se llevan a cabo y que, por consiguiente, los países se vean arrastrados a un ciclo de violencia. En todos esos países donde estallaron las revueltas persisten fuerzas conservadoras que intentarán frenar los cambios. En eso se juega la influencia de Al Qaida.

El mundo entero ha celebrado la muerte de Bin Laden. No obstante, no puede dejarse de lado el hecho de que Bin Laden es una emanación de la política norteamericana. Washington, Arabia Saudita y las monarquías del Golfo le suministraron fondos para que Bin Laden articulara a los combatientes que peleaban en Afganistán contra la invasión soviética. Bin Laden y Al Qaida son, a su manera, hijos de Occidente.
Sí, pero hay que distinguir a Al Qaida de antes de la primera Guerra del Golfo y a Al Qaida después de esa guerra. Al Qaida de antes de la primera Guerra del Golfo es el resultado de una colaboración de todos los países occidentales, principalmente Estados Unidos, que utilizaron al movimiento contra los soviéticos. Pero esa Al Qaida no es la que conocemos hoy. La Al Qaida actual y su discurso islamista radical y antioccidental es una creación de Bin Laden después de la primera Guerra del Golfo. Osama estaba contra la intervención norteamericana a partir del suelo de Arabia Saudita. Sin dudas, los orígenes de Al Qaida se sitúan en la guerra contra los soviéticos durante su ocupación de Afganistán, mientras que la Al Qaida que conocemos hoy surge de los atentados del 11 de septiembre de 2001. Son dos fases distintas, casi dos movimientos dispares.
4 de mayo de 2011
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retrato de bin laden


El retrato de bin Laden desde sus años en Pakistán. Un soldado de la causa de EE.UU. y de su propia venganza. El jefe de la red terrorista fue un adversario de Washington, pero también se enroló bajo su bandera. Fue crítico de la monarquía saudita, pero la sirvió. En la ciudad de Peshawar, fronteriza con Afganistán, formó su militancia.
[Eduardo Febbro] París, Francia. En aquellos años de pesquisa inicial –septiembre/octubre 2001–, Bin Laden era un emblema en las calles de Peshawar. Esta ciudad paquistaní fronteriza con Afganistán había visto surgir de sus callejuelas mugrientas el mito y la realidad. Bin Laden se había instalado allí para tejer su imperio de terror con la inagotable ayuda que, en esos tiempos de Guerra Fría y con Afganistán invadido por las tropas de la ex Unión Soviética, le proporcionó Estados Unidos. En la casi totalidad de las escuelas coránicas de Peshawar y sus alrededores el retrato de Bin Laden era omnipresente. Desde lo alto de un muro su barba tupida presidía todos los encuentros con los líderes islamistas radicales de Pakistán. Las celebraciones por su muerte contrastan con los años en que Washington le entregaba armas, millones de dólares y apoyo logístico. Bin Laden supo ser un disciplinado soldado doble: el de la causa norteamericana primero, el de su propia venganza después.
El millonario saudita comenzó su verdadera carrera en Peshawar. Esta ciudad colorida, de casas bajas y habitada por una legión de enigmáticos emisarios, agentes secretos y traficantes de todo tipo fue el ojo virulento donde se gestó la versión más eficaz del islamismo radical como pieza de una estrategia que tenía un solo objetivo: decapitar a los ejércitos de la ex Unión Soviética que ocupaban la vecina Afganistán. En 2001, sus discípulos perpetuaban su leyenda y reivindicaban su legado. En la escuela coránica de Al-Haqqania la foto de Bin Laden ocupaba un lugar destacado en el escritorio del director, Sami Ul-Haq, el jefe del partido islamista Jamiat Ulema-e-Islam, con quien Laden aparece en la imagen. "Osama es un sabio, un hombre simple, lleno de bondad. Lo único que ha hecho es defender los intereses y los derechos de los musulmanes", decía Hamid Ul-Haq, el hijo del director. Los 2500 alumnos de esta madraza fundada a mediados de los años ’40 por el padre de Sami Ul-Haq para luchar contra el colonialismo británico profesaban la misma convicción. "Es el más grande entre todos, el más inteligente, el único", decía Nassim, un muchacho de apenas 11 años embrujado por el relato de Bin Laden. Cuando llegó a Peshawar en los años ’80, Bin Laden se mezcló con la gente, como uno más. Vivió y durmió en la calle junto a los demás pobres, fue devoto, solidario y atento a sus semejantes. Lo habían apodado "el constructor", porque dedicó parte de su fortuna y de los fondos provenientes de Estados Unidos, Arabia Saudita y de las monarquías del Golfo Pérsico a construir rutas, hospitales, túneles, campos de entrenamiento y madrazas.

Osama Siempre Actuó con un Doble
Fue un crítico de la monarquía saudita, pero la sirvió; fue un adversario de Estados Unidos, pero también se enroló bajo su bandera. Laden realizó varios viajes a Peshawar y se instaló en 1982. Venía con una misión estructurada. A finales de los años ’70, Bin Laden se puso al servicio del príncipe Turki Ibn Al Facyçal Ibn Abdelaziz, el jefe de los servicios secretos de Arabia Saudita. Abdelaziz le encargó la creación de una organización capaz de implantarse en Afganistán y expandir el Islam combatiente para desalojar a los rojos. Así nació la "Legión Islámica". Laden se encontró en Peshawar con Abdullah Azzam, su guía espiritual, su modelo, su mentor. Azzan era un palestino de Cisjordania, ex miembro de la OLP, Organización para la Liberación de Palestina de Yaser Arafat. Azzan defendía con posturas radicales su mirada sobre el Islam y era también un crítico acérrimo de la dirigencia palestina. Indignado por la corrupción en el seno del movimiento, Azzam había dejado la OLP. Abdullah Azzam dirigió en Londres la editorial Azzam Publication y había editado una biografía de Bin Laden y varios libros donde promovía la lucha armada. En Peshawar, Azzam se encargaba de unir a los combatientes árabes que iban a combatir a los soviéticos en Afganistán. El palestino estaba al frente de una estructura, la llamada "oficina afgana", la Makhtab al-Klidamet, MAK, que centralizaba a los combatientes árabes. Su principio motor siempre fue intratable: "La Guerra Santa y los fusiles exclusivamente. No a la negociación, no a las conferencias, no al diálogo". Azzan influenció profundamente a Osama bin Laden. El hombre era de una estatura fuera de lo común. "Un guerrero sin igual, un hombre profundamente impregnado en el Islam, convencido en lo más profundo de su corazón de que el credo de la guerra santa y el martirio eran los únicos caminos para liberar las tierras musulmanas", contaba Tahmin, un afgano fundamentalista que lo frecuentó con asiduidad en los años ’80. Para Azzam sólo había un opción: sacar a los soviéticos de Afganistán mediante la guerra santa. "La Jihad debe continuar hasta que todos los pueblos oprimidos sean liberados, la Jihad debe continuar para proteger nuestra dignidad y recuperar nuestras tierras ocupadas. La Jihad es la forma de obtener la gloria eterna", decía en sus sermones. Abdullah Azzan no era un mero predicador sino un hombre de acción que peleó en Afganistán y federó parte de la resistencia contra el ocupante soviético.
Bin Laden copió su modelo. Osama creó en Peshawar su propia organización, Bayt al Ansar, "La Casa de los Partidarios", y rápidamente se convirtió en el financista de las dos organizaciones gracias a los fondos suministrados por Arabia Saudita, las monarquías petroleras del Golfo Pérsico, Pakistán y la CIA. El apoyo de Occidente fue tan pleno que Bayt al Ansar y Makhtab Al Klidamet abrieron oficinas en Estados Unidos, Londres, en los países del Golfo y en Egipto. Con ese dinero Bin Laden puso en pie un edificio poderoso. Azzam y Bin Laden gestionaban desde Peshawar el primer circuito internacional de combatientes. Bayt al Ansar y Makhtab al Klidamet llegaron a contar con más de 50.000 voluntarios que fueron enviados a Afganistán. Azzam y Osama constituían una pareja perfecta. Tenían dinero, influencia, prestigio, eran auténticos jihadistas, habían sabido captar la humillación profunda del mundo musulmán. Ambos extrajeron de la palabra de Alá lo que les convenía para su guerra de liberación. Durante ese período Bin Laden conoció al Molá Omar, el dirigente afgano que algunos años más tarde se convertiría en el jefe de los talibán. El nombre de Al Qaida también lleva el sello de Peshawar. A fin de supervisar las idas y venidas de los voluntarios árabes que dependían de Bayt al Ansar, Bin Laden creó un registro. Ese documento era la espina dorsal de la estructura administrativa con la cual se hacía el repertorio de los combatientes. Bin Laden le puso el nombre: "Registro de la Base", es decir, Al Qaida, la Base.
El Corán, las tierras ocupadas, las invasiones, Bin Laden, la manipulación de la religión, los intereses geopolíticos de Estados, el conflicto entre Washington y Moscú, el petróleo y el clérigo saudita montaron una mecánica siniestra que arrastró a muchas vidas. Hamid UlHaq, el hijo del director de la escuela coránica de Al Haqqania, recordaba con ironía que si Bin Laden pasó a ser el enemigo número 1, hubo un tiempo en que no tuvo ese estatuto: "La CIA apoyó a Bin Laden porque era una pieza clave en la guerra contra los soviéticos. Después bombardearon un país para buscarlo, pero Osama fue tratado como un héroe por los norteamericanos".
La CIA también respaldó a la madraza. El abuelo de Hamid Ul Haq la fundó en 1947 para luchar contra el colonialismo británico y Estados Unidos la reactivó a principios de los años ’80 como centro de formación de combatientes contra los soviéticos. "Ustedes encarnan el bien supremo. ¡Combatan al Diablo!" Ese era el credo con el que Washington repartía sus millones en las madrazas de Pakistán.
Parte del mundo que conocemos Osama bin Laden lo diseñó en Peshawar. Bin Laden y sus redes islamistas contribuyeron a derrocar a los soviéticos que habían invadido Afganistán. La siguiente etapa consistió en preparar el terreno de la derrota del imperio que le había facilitado fondos y material para su primera empresa. Muy a pesar suyo, Hamid Mir había frecuentado a Bin Laden más de lo que deseó. Este periodista paquistaní, redactor en jefe del diario Daily Ausaf, especializado en informaciones sobre los movimientos islamistas, era uno de los periodistas que más veces había hablado con Bin Laden. La primera fue en 1997, cuando le hizo una entrevista en Afganistán. La segunda en 1998, cuando Osama lo acorraló para que Mir escribiera su biografía. La última remontaba a noviembre de 2001, en plena guerra de Afganistán. Bin Laden lo había vuelto a elegir como "interlocutor" para transmitir su mensaje al mundo. En esa ocasión, Hamid Mir lo entrevistó en un lugar inhóspito, sacudido por el eco de las bombas norteamericanas. Mir no pensaba como todo el mundo. Seguía convencido de que Occidente había "sobreestimado" a Bin Laden, que Osama era "apenas un guerrillero de las montañas, un luchador solitario, una suerte de primitivo que ni siquiera hablaba inglés o usaba teléfonos satelitales". Bin Laden, la sombra del Islam armado fomentada por Estados Unidos, era, según Hamid Mir, un pésimo conocedor de la religión: "Sólo conocía los principios generales del Islam". Mir resumía el pensamiento de Osama bin Laden cuando decía que si el líder de Al Qaida "pudo expulsar a los soviéticos de Afganistán, ¿por qué no sería capaz de echar a los norteamericanos de Arabia Saudita?". Para ello preparó la trampa afgana. Osama terminó edificando una estructura de terror respaldado por quienes, más tarde, lo perseguirían.
La historia retendrá otro hecho, tan doble como Bin Laden. Osama fue a Peshawar encomendado por el hoy ex jefe de los servicios secretos de Arabia Saudita, el príncipe Turki Ibn Al Facyçal Ibn Abdelaziz. Fue el mismo príncipe quien, el año pasado, propuso unir las fuerzas de Estados Unidos, Arabia Saudita, Pakistán, China, Rusia y Afganistán para asesinarlo. Tenía miedo de uno de los credos más repetidos por Bin Laden en los últimos años: "terminar con los gobiernos árabes corruptos". Muchos ya cayeron, pero sin Al Qaida como instrumento sino por la revuelta y la voluntad popular.
4 de mayo de 2011
3 de mayo de 2011
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no hay pruebas del asesinato


Aunque nadie duda, Washington todavía no mostró pruebas. La Casa Blanca difundió detalles sobre la operación que culminó con la muerte de Bin Laden, pero todavía no mostró las pruebas que certifiquen sus afirmaciones. De todos modos, la muerte de Bin Laden fue aceptada en todo el mundo.
[Raúl Kollmann] Pakistán. Al menos por ahora, son poco contundentes las evidencias de que en la operación de Abbottabad los comandos norteamericanos mataron a Osama bin Laden. Los especialistas consultados por este diario sostienen que Washington tendrá que mostrar pruebas más convincentes que las exhibidas hasta el momento. Las desconfianzas parten de una serie de preguntas que todavía siguen sin respuesta, y ayer se hablaba de la divulgación de un video de la operación. El asesor en seguridad y contraterrorismo de Barack Obama, John Brennan, dijo que no quieren dar demasiados datos ni mostrar demasiada evidencia para no frustrar futuras operaciones. También se hizo saber que la prueba de ADN dio positiva, aunque nada fue exhibido.

1 ¿Por qué Estados Unidos mató a Bin Laden en lugar de detenerlo?
Surgen varias explicaciones, pero ninguna se termina de dar. Por ejemplo, que se resistió y no hubo otro camino que matarlo. Sin embargo, los voceros del propio gobierno norteamericano son contradictorios. Durante la tarde se dijo que la operación fue para matarlo, no para detenerlo. El criterio llama la atención, en primer lugar desde el punto de vista humano: hubiera sido una señal al mundo si se lo apresaba y se realizaba un juicio con todas las garantías. Pero, además, marca una notoria diferencia con el caso de Saddam Hussein, encontrado en Irak, juzgado y ejecutado en la horca el 30 de diciembre de 2006. Brennan, en cambio, dijo a la noche que si se presentaba la chance de detenerlo se lo hubiera apresado. Esto entró en contradicción con otro dato difundido por la CNN: Bin Laden no disparó. Para redondear el cuadro, la cadena ABC sostuvo que el líder de Al Qaida usó a una mujer como escudo "y no se sabe si ella lo hizo en forma voluntaria". Todo sorprende: el mayor prófugo del mundo no tenía preparada vía de escape.

2 ¿Cuál fue la razón por la que tiraron su cuerpo al mar?
De entrada, se dijo que se intentó entregar el cadáver a Arabia Saudita, país en el que Bin Laden nació. El régimen saudí no aceptó esa posibilidad –siempre según la versión norteamericana– y entonces "se lo sepultó en el mar, de acuerdo al rito islámico". Toda la versión requiere de evidencias. El cuerpo de Bin Laden era la mejor prueba de que la Operación Jerónimo cumplió su objetivo. Anoche, los funcionarios de Estados Unidos afirmaron que tienen tres pruebas: un reconocimiento oral del cuerpo, un ADN y análisis facial, esta última es la técnica que se está imponiendo en el mundo después de las huellas digitales. Por ahora, no se vio nada de esto.

3 No quedó nadie vivo.
Por lo que se sabe al cierre de esta edición, en el complejo de Abbottabad estaba un hijo de Bin Laden, una mujer que sería una de sus esposas y dos hombres que funcionaban como correos, es decir que eran su comunicación con el mundo exterior. Todos fueron eliminados en la operación y ningún efectivo del comando de la marina sufrió ninguna herida. O sea que murieron todos los testigos posibles de lo ocurrido, del lado de Bin Laden, y sólo quedan testigos del lado norteamericano.
Desde hace varios años existe una razonable duda sobre si Osama está con vida o no. En los últimos siete años hubo sólo dos videos en los que se vio hablando al líder terrorista. Los demás mensajes fueron sólo audios, muy poco confiables. El video de octubre de 2004 nunca fue cuestionado en su autenticidad, de manera que se toma como la última prueba de vida. En septiembre de 2007 hubo un largo video, pero todas las partes en las que supuestamente hablaba de la actualidad aparecieron con la imagen congelada. Se trata de un video de dudosa validez.
4 de mayo de 2011
3 de mayo de 2011
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gadafi colaboraba con la cia


El régimen de Gadafi entregaba nombres de yihadistas a la CIA y al Reino Unido. Sarkozy financió su campaña electoral con dinero libio, pero luego lo traicionó.

Libia. El régimen del coronel Gadadi entregaba en secreto información a Gran Bretaña y a Estados Unidos sobre extremistas islámicos al este de Libia, de acuerdo a cables diplomáticos filtrados y fuentes de inteligencia.
Nombres de cientos de sospechosos fueron entregados a la CIA y a la inteligencia británica.
"Había una fuerte y compartida preocupación de Gadafi y los gobiernos de Estados Unidos y el Reino Unido sobre los terroristas yihadistas sunníes, incluyendo al Grupo de Combate Islámico Libio (LIFG)", dijo al Times Paul Pillar, veterano de la CIA que negoció con Libia sobre su programa nuclear.
Cables diplomáticos obtenidos por WikiLeaks ofrecen un retrato del este de Libia como un terreno fértil para el radicalismo. Una fuente contó a oficiales estadounidenses en 2008 que para los jóvenes de Derna, una ciudad al este de Bengasi, "la resistencia contra las fuerzas de la coalición en Iraq era un importante acto de ‘yihad’ y un último acto de desafío al régimen de Gadafi".
Sin embargo, Vincent Cannistraro, ex director de la sección libia de la CIA, dijo que el coronel Gadafi había inundado a Occidente con acusaciones de terrorismo en el este de Libia.
"Gadafi refundió al LIFG con al Qaeda y eso obviamente llamó la atención de los estadounidenses y británicos que, después de los atentados del 11 de septiembre de 2001, buscaban ansiosos informaciones sobre terrorismo", dijo. "No había muchas fuentes y Gadafi estaba proporcionando datos de inteligencia, aunque su motivo era solamente protegerse a sí mismo".
Cannistraro reconoció que "a veces tienes que hacer negocios con gente mala". Pero agregó: "Gadafi es un criminal. No debe haber habido demasiada colaboración".
En contraste, Pillar sostuvo que la información había sido esencial. "Algunos regímenes retratan a sus opositores locales como parte de una trama terrorista más importante, pero este no era el caso. Han habido montones de libios en al Qaeda y entre la resistencia violenta en Iraq y en Afganistán".
Incluso entre los rebeldes que esperan derrocar ahora al régimen hay "fundamentalistas que causan preocupación", advirtió. "Creo que hay una gran posibilidad de que, si cae Gadafi, su influencia será mayor".
La CIA contactó por primera vez al coronel Gadafi a fines de los años noventa, sólo diez años después de que operativos de la inteligencia libia hiciera explotar el vuelo Pan Am 103 sobre Escocia. Se supone que la inteligencia británica se implicó más tarde, después de que el coronel Gadafi renunciara a las armas de destrucción masiva en 2003.
Seis años después, otro cable filtrado decía que "Libia se ha comportado como un importante aliado de las campañas antiterroristas de Estados Unidos y el país es considerado como nuestro principal aliado para combatir el flujo de combatientes extranjeros". El cable, enviado por la embajada estadounidense en Trípoli el 10 de agosto de 2009, enfatizaba que la "relación estratégica [entre Estados Unidos y Libia] ha sido altamente conveniente para ambas naciones".
Una fuente de la inteligencia británica confirmó que el M16 tenía estrechos contactos con el coronel Gadafi. "Supongo que nos daba solamente lo que quería", dijo la fuente. "Pero ahí también había información valiosa".
La estrecha cooperación política y de inteligencia continuó hasta el año pasado, pese a que, en 2009, el Departamento de Estado condenó a Libia por sus violaciones a los derechos humanos.
27 de marzo de 2011
22 de marzo de 2011
©the australian
cc traducción mQh

una americana en perú


De la cárcel hacia el limbo. Lori Berenson, 41, la estadounidense que estuvo encarcelada en Perú durante más de catorce años por su asociación con el Movimiento Revolucionario Tupac Amaru en los años noventa.
[Simon Romero] Lima, Perú. En palabras de Juan Luis Cipriani Thorne, arzobispo de Lima, dejar a Lori Berenson en libertad condicional es "burlarse" del país. Julio Galindo, el fiscal antiterrorista de Perú, dice que Berenson, una neoyorquina condenada por colaborar con una organización revolucionaria marxista, sigue siendo una "irascible" amenaza para la sociedad.
Cuando se enteró de su liberación este años [2010], el vicepresidente Luis Giampietri exclamó: "¡Qué indignación!"
En libertad después de más de catorce años en cárceles peruanas, Berenson, ahora de 41 años, absorbe esos comentarios en el quinto piso del edificio sin ascensor donde vive ahora. Gracias a la avalancha de la cobertura en televisión, el país sabe que el departamento de alquiler está en la esquina de la calle Grau con Italia. En una larga entrevista en su casa en Lima, dijo que pasaba sus días cocinando y tatareando canciones infantiles para su hijo de dieciocho meses, Salvador. Le teme a cosas simples, como caminar por la calle, consciente de las reacciones que provoca su presencia entre los transeúntes.
"La gente en la calle me gritaba que yo era una asesina de niños y cosas como esas", contó una mañana de este mes, describiendo cómo fue saludada por sus vecinos cuando fue dejada en libertad en mayo.
Desde entonces, su existencia se ha definido por una mezcla de esperanza y revuelo. Empezó a usar la red por primera vez, y estudió online con la intención de hacerse de un oficio como traductora. Sigue estando en el limbo y no sabe cuando podrá volver a Estados Unidos, como le gustaría. En agosto, un tribunal peruano ordenó que volviese a la cárcel, sobre la base de un tecnicismo (la policía no había revisado su departamento).
Otro juez reinstauró su libertad condicional este mes, restableciendo una apariencia de libertad, o lo que va por ella. Salió de la cárcel por una puerta lateral y volvió a la ira de sus vecinos. Se encoge con el recuerdo de un incidente reciente cuando caminaba por la calle con su hijo, de la mano.
"El otro día alguien se acercó a mí y me dijo: ‘Estás condenada, y él está condenado. Vas a sufrir toda tu vida, y él te hará sufrir más’", dijo. "Entiendo totalmente a la gente que rechaza a alguien que representa el terrorismo. El problema es que no soy la persona que ellos creen, y nunca lo sabrán".

La historia de cómo la señorita Berenson, hija de profesores universitarios de Nueva York, se convirtió en una de las personas más despreciadas en Perú, sigue siendo extraordinaria en todas sus ideas y venidas. Fue una brillante alumna en la prestigiosa Escuela Secundaria La Guardia en Nueva York y más tarde en el Massachusetts Institute of Technology, y luego volvió a aparecer aquí en 1994.
Una carta de una revista llamada Third World Viewpoint le dio credenciales de prensa y acceso al Congreso de Perú. Pero la policía la arrestó a bordo de un autobús en Lima en 1995, horas antes de que allanaran la casa de cuatro plantas que había arrendado, donde encontraron ocho mil piezas de munición, tres mil cartuchos de dinamita y más de una docena de miembros del Movimiento Revolucionario Túpac Amaru, M.R.T.A.
Todavía insiste en que no sabía nada sobre los planes violentos del M.R.T.A. Pero un tribunal militar la sentenció a prisión perpetua por traición. Las autoridades la enviaron a una húmeda celda en Yanamayo, una cárcel en lo alto de los Andes. Su sentencia fue reducida a veinte años en un nuevo juicio en 2001, en el que fue declarada culpable de alquilar la casa que fue utilizada en un complot fallido para secuestrar al Congreso peruano.
La vida continuó tras las rejas. En 2003 se casó con Aníbal Apari, militante del M.R.T.A. al que conoció en la cárcel. Se le permitieron visitas conyugales con Apari, ahora en libertad y que la representa como su abogado, aunque ahora se están divorciando. En 2009 dio a luz a su hijo Salvador, que tiene la doble nacionalidad estadounidense y peruana y ha pasado la mayor parte de su vida en la cárcel con su madre.
Varias cosas hacen que Berenson destaque entre otros estadounidenses que uno puede encontrar en el barrio Miraflores de esta ciudad. Una es su dominio del español, que habla con un distintivo acento peruano. Otra son sus manos, curtidas y resquebrajadas por la exposición a los elementos en las cárceles donde estuvo.
Pero muchos peruanos dicen que se preguntan si de verdad lamenta sus acciones, o si simplemente hace lo que puede para eludir la prisión.
"Obviamente estoy triste, y lamento que haya formado parte de algo que era considerado tan malo", dice, meciendo a su hijo sobre sus rodillas mientras reconoce sus vínculos con el M.R.T.A., ahora un grupo marginal. "Mi participación era como colaboradora. Sabes, yo arrendé una casa. Yo compartía la ideología", agrega, diciendo que nunca tuvo planes de participar en actos violentos.

Sin embargo, gran parte de Perú la ve como símbolo de la agitación que afligió al país en los años ochenta y noventa, cuando casi setenta mil personas perdieron la vida en ese periodo de guerra y rebelión. Una organización maoísta, Sendero Luminoso, fue responsable de más de la mitad de las muertes. Los canales de televisión no dejan de transmitir de vez en vez un video de Berenson de 1996 que ha quedado grabado en la memoria del país. Con los puños apretados, grita en el video: "No hay terroristas criminales en el M.R.T.A. ¡Es un movimiento revolucionario!"
"Mi lógica no era correcta, y el modo en que lo dije lo hizo peor", dice ahora sobre ese estallido de juventud. "Cometí un gran error".
Algunos aquí instan a Perú a avanzar y aceptar estas palabras de una mujer cuando reflexiona sobre los errores que cometió en su pasado. Estas opiniones son a menudo silenciadas, aunque las comparte el presidente del país, que ha expresado su opinión mientras permite que los jueces lleven su caso.
"Todo este miedo por una mujer pequeña que ha pasado quince años en la cárcel..", dijo el presidente Alan García en una entrevista hace poco. "Uno tiene derecho a cometer un error en la vida, y es un derecho ser castigado y dejado libre cuando termine el castigo".
Todavía no está claro cuándo terminará el castigo de Berenson. Galindo, el fiscal antiterrorista, está nuevamente recurriendo su libertad condicional. Se espera que el tribunal resuelva pronto, lo que la podría enviar nuevamente a la cárcel por el resto de su sentencia, hasta 2015. Pensando en las dificultades que le esperan, dijo que a menudo recuerda un libro que leyó en la cárcel, ‘La gesta del marrano’ [The Pig’s Deed], una novela del escritor argentino Marcos Aguinis. Gira sobre la Inquisición española tal como se desarrolló en el Perú colonial, concentrándose en la persecución de un doctor que había reconocido sus orígenes judíos.
"Es muy vívido en el modo en que las cosas continúan en la sociedad’, dijo Berenson, reflexionando sobre el destino de los marginales entonces y ahora. "Creo que la diferencia es que la gente que fue acusada de terrorismo no fue quemada en la hoguera. Pienso que si lo hubiésemos sido, quizás seríamos menos interesantes. Creo que por alguna razón es útil que la gente todavía sea considerada peligrosa".
[Andrea Zárate contribuyó al reportaje].
21 de enero de 2011
26 de noviembre de 2010
©new york times
cc traducción mQh
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