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san nicolás vs. santa claus


[Karl Vick] Ciudad turca cambia a san Nicolás por Santa Claus. Estatua de héroe local retirada de plaza mayor.
Demre, Turquía. En el siglo 4, un obispo llamado Nicolás era un héroe local en esta ciudad costera, y llevaba el tipo de vida que finalmente le conduciría a la santidad. Durante gran parte de los 16 siglos tras la muerte, san Nicolás fue principalmente conocido como el patrono de los marinos, barrileros, niños y rusos.
Y aunque no está enteramente claro cuándo el san Nicolás histórico se empezó a fundir con la imagen del jovial hombre con traje rojo, los historiadores podrán decir ahora que la transformación fue completa. El 3 de febrero, el Ayuntamiento de la Ciudad de Demre votó unánimemente erigir una estatua de Santa Claus en la plaza de la ciudad, remplazando una estatua de bronce del san Nicolás que sólo vivió allí.
"A este le conocemos todos", dijo el alcalde Suleyman Topcu sobre la imagen en yeso mate colocada en lugar del elegante bronce. "No nos enterábamos de quién era el otro".
Ahora lo están descubriendo. La degradación del verdadero san Nicolás no pasó desapercibida. Las partes ofendidas incluyen a turistas rusos ortodoxos que veneraban al santo que el zar Alejandro II proclamó patrono de su país; al escultor, también ruso, que donó la estatua hace cinco años; los guías turísticos, que pregonan a Demre como parte de un tour por la historia religiosa de Turquía; y una variedad de mirones que ven el encumbramiento de Santa por encima de Nicolás como la última comercialización si no de la Navidad, de algo que era digno y sagrado.
"El que está ahí es un chiste", dijo Ozay Eryner, un guía turístico turco dirigiendo a todo un bus de alemanes a través de las ruinas de la antigua iglesia de donde en 1087 fueron robados los huesos de Nicolás para ser llevados a Italia a toda prisa. La estatua de bronce, con su halo y sus brazos extendidos bondadosamente, está ahora a la entrada de las ruinas, metido discretamente entre un pilar de piedra y un pedazo de muralla.
Su degradación fue recibida sin comentarios por los alemanes que acompañaban A Eryener. "Preferimos no decirles nada", dijo.
Demre no es un lugar donde un san Nico más vaya necesariamente a atraer la atención. Imágenes del laico Santa lucen en el arco de piedra a orillas de la ciudad. Sus espesas barbas, hechas de lana de oveja, brotan de la muralla de tapices tejidos a mano a la venta en los puestos de los vendedores. El sello oficial de la ciudad muestra a un elegantemente estilizado Santa, enmarcado por un elegante capuchón rojo. Una palma de oropel brilla en las calles bordeadas de árboles de verdad.
"Realmente, no sabemos qué pensar", dijo Guray Yilmaz, un vendedor local. Estaba parado a la sombra del insolado Santa, junto a su expositor de especias locales: nuez moscada, pimiento rojo, ‘té sexual' y comino negro. "El guía turístico se acerca y se enfadan. Luego otra gente dice que este es más popular.
"La gente de aquí dice que este es mejor", dijo Yilmaz, señalando con la cabeza hacia Santa. "El otro era un sacerdote, un cristiano".
Turquí es, después de todo, abrumadoramente musulmán. Nicolás vivió en Demre antes de que el profeta Mahoma empezara a recitar las palabras de Dios en una montaña en la Península Ibérica. En el siglo 4, Demre era conocida como Myra y era parte del Imperio Romano. San Pablo cambió de barco en su puerto cuando recorría el Asia Menor predicando el Evangelio. Un enorme anfiteatro de piedra todavía se encuentra al borde de la ciudad, atrayendo a turistas al sotavento de rocosos acantilados adornados con impresionantes tumbas labradas en la roca.
Nicolás, cuyo cumpleaños se observa el 6 de diciembre, ganó renombre por su generosidad y por su apasionada, incluso violenta defensa de la joven iglesia cristiana. Se dice que le dio una bofetada a un egipcio que puso en duda que Jesús fuera igual a Dios. También dijo que había salvado a Myra de la hambruna, a tres niños de ser puestos en salmuera en un barril y a varias mujeres pobres de la localidad de la prostitución -esto último dejando bolsas de dinero en sus casas en la noche para que pudieran casarse.
Esa nocturna largueza puede ser el hilo que conecta al Nicolás histórico con su encarnación moderna, tan famoso en todo el mundo que incluso la musulmana Turquía reivindica una versión.
"Noel Baba es nuestro ciudadano", dijo Faruk Akbudak, un importante burócrata en Demre, utilizando el nombre turco de Papá Noel. "Los respetamos. Lo acogemos".
"Sí, la gente prefiere a este", dijo Topcu, el alcalde. "Pero los extranjeros también".
Eso puede ser verdad de algunos extranjeros. Numerosos alemanes, cuyo cariño por Navidad es legendario y que tienden a visitar la costa sur de Turquía en los meses de invierno, se han mostrado receptivos.
"¡Es como ‘la tierra de Navidad' en Estados Unidos!", dijo Karen Loreol, una suiza en un bus turístico alemán la semana pasada. "¡Hay una réplica de la iglesia de ‘Silent Night' en Salzburg!"
"Me gusta", dijo. "La Navidad es maravillosa".
Los rusos piensan de otra manera. Fue un escultor ruso, Gregory Potosky, que hizo la estatua de bronce como un regalo para la ciudad de Demre en 2000. Y eran los rusos los que llegaban en buses turísticos -hasta 80 buses al día en el verano- y se arrodillaban a orar ante ella.
"Y sin decirnos nada, ni al artista, cambiaron su ubicación, lo que consternó a todo el mundo, aquí y en Rusia", dijo un portavoz de la embajada rusa en Ankara, la capital turca. "Es un santo muy importante, una figura muy importante en Rusia".
Topcu dijo que el ayuntamiento tomaría medidas para apaciguar a los rusos. El bronce, dijo, sería colocado en una posición más prominente en la Iglesia de San Nicolás, que el zar Alejandro II pagó para restaurar a fines del siglo 19. El traslado se habrá efectuado para cuando los rusos lleguen en verano.
Pero no hay ningún plan, dijo, para sacar a Santa de su pedestal.
"El viejo era más bonito", dijo Mehmet Cavus, otro vendedor en una hilera de puestos que exhiben el letrero ‘Iconos de San Nicolás' escrito en cirílico, el alfabeto ruso.
"Y los turistas trataban al viejo como algo sagrado", agregó Hayriya Koc, acercándose desde su puesto. "Lo respetaban. Rezaban ante él".
Miró hacia arriba al hombre de traje rojo. "Este", dijo, "no tiene eso".

24 de marzo de 2005
1 de abril de 2005
©washington post
©traducción mQh

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