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retorno de los lobos


[Jim Robbins] Algunos los consideran una plaga.
Daniel, Wyoming, Estados Unidos. El ganado ha vuelto al valle ahora, pero a medida que la nieve se derrite y el invierno es expulsado de las montañas, se trasladarán hacia las tierras de pasto en los agrestes prados y bosques entre las montañas de Gros Ventre y Wind River.
Es allá donde los lobos matan a la mayoría de las terneras, dice Charles Price. Price y otros quince rancheros de la Asociación de Ganaderos de Upper Green River, así como otros en el estado, quieren tener la libertad de matar a los lobos sin ninguna restricción. "Así nos ocupábamos de ellos antes", dijo. "Así se ocuparon de ellos mis abuelos. Les ponían trampas, los mataban a balazos, cualquier cosa para deshacerse de ellos".
Sin embargo, el gobierno federal no lo permitirá. Los lobos aquí son descendientes de los animales re-introducidos en el Parque Nacional Yellowstone en 1994, que desde entonces han repoblado partes de los estados adyacentes de Montana, Wyoming y Idaho. Ha resultado todo tan bien, que el Servicio de Fauna y Fauna Marina [Fish and Wildlife Service] federal quiere sacarlos de la lista de especies en peligro.
El servicio ha traspasado responsabilidades de administración a Montana y Idaho, que tienen un plan para asegurar la supervivencia de los lobos.
Wyoming, sin embargo, tiene otras ideas. Fuera de las áreas rupestres de Yellowstone y federales, los lobos serían considerados depredadores.
"En lo esencial, serían tratados como plaga", dice Ed Bangs, coordinador de la recuperación de lobos del Servicio de Fauna y Fauna Marina en Helena, Montana. "Cualquiera los podría matar, en cualquier momento, en todas partes, y de cualquier modo".
Wyoming no puede volver a los días del Viejo Oeste, dice Bangs. "La razón por la que se extinguieron los lobos es que nosotros los matamos", dice. "La única razón por la que volvieron, es que regulamos la matanza". Funcionarios de pesca y caza federales se han negado a retirar a los lobos de la lista de especies en peligro hasta que el estado proponga otro plan.
Sin embargo, Wyoming ha recurrido a tribunales para obligar al gobierno federal a aprobar su plan. Perdió el caso en la primera ronda en el Tribunal de Distrito Federal y recurrió.
Terry Cleveland, director de Fauna y Fauna Marina de Wyoming, dijo que creía que el plan del estado asegura la protección de los lobos. Toda vez que el número de lobos descendiera demasiado, dijo Cleveland, el estado pondría fin a la caza no regulada. "Tenemos todas las garantías necesarias", dijo.
El director ejecutivo de la Asociación de Ganaderos de Wyoming, Jim Magagna, dijo que la designación de depredador era una categoría legal que mantenía a los lobos bajo el control del Departamento de Agricultura del estado, antes que de la agencia de fauna del estado, lo que es una diferencia crucial.
"La caza aéres es una herramienta crítica para controlar a los lobos", dijo Magagna. "Pero no podemos utilizarla sin la designación de depredador".
La población de lobos ha crecido en Wyoming. En 2004 el Servicio de Fauna y Fauna Marina contó 89 lobos en el estado, fuera del parque; el año pasado, eran 118. Price, el ranchero, cree que hay muchos más.
La asociación de ganaderos ha aumentado el número de vaqueros -vaqueros que cuidan a las manadas- a seis, de cuatro, donde los lobos son más abundantes. Pero eso no ha parado las matanzas. En 2004, dijo la asociación, los lobos mataron 18 terneras, junto a cinco erales y una vaca. El año pasado, fueron seis terneras y tres erales. El número se redujo porque los cazadores de la agencia federal mataron a nueve lobos en la cuenca, pero la tendencia general es al alza, dice Price.
Bangs dijo que los rancheros tenían la opción, incluso según reglas federales, de matar a lobos merodeadores. En lugares donde los problemas son crónicos, los rancheros tienen permiso para disparar indiscriminadamente. Y dijo que los agentes federales eran agresivos a la hora de matar lobos en zonas con problemas. El año pasado, el servicio de fauna mató a 41 lobos en Wyoming.
Asumiendo que los lobos sean sacados de la lista, los estados pueden controlar la población de lobos permitiendo la cacería y las trampas, si se regulan cuidadosamente y se mantiene en cada estado al menos a diez pares criando y cien lobos. Montana y Idaho han aceptado, y se han encargado de la administración del día a día. Pero se han visto obstaculizados en sus esfuerzos para permitir la caza. En los tres estados los lobos son considerados una sola población, y hasta que Wyoming proponga un plan aceptable, el lobo no será retirado de la lista.
"El carácter continuado de la lista nos causa problemas", dijo Carolyn Sime, coordinador del programa del lobo gris para el Departamento de Pesca, Caza y Parques de Montana. "Lo que falta es la cacería y las trampas para controlar la población y la distribución de los lobos. Mientras esté el lobo en la lista, esa opción es impensable".
Si se saca a los lobos de la lista, dijo Sime, hay métodos para controlarlos sin tener que clasificarlos como depredadores.
Aunque los lobos han vuelto al norte de las Rockies, y están listos para volver a Washington, Oregon y otros estado, su presencia está lejos de ser aceptada por los rancheros de la región.
Cuentan historias de lobos aullando en la noche en los alrededores de sus casas, de volver a casa para encontrar a las vacas asustadas y huellas de lobos en la nieve, de vacas con patas maltratadas que han aplastado a las terneras cuando huían de los lobos.
"Se te ponen los pelos de punta cuando oyes gritar a 75 u 80 vacas a todo pulmón", dice Randy Peprich, un ranchero cerca de Livingston, Montana, al norte de Yellowstone. "Las vacas empezaron a bramar sólo cuando volvieron los lobos. Nunca lo habían hecho antes".
Price dijo: "Los lobos no tienen nada que hacer aquí. Introducirlos de vuelta fue casi un delito en Yellowstone. Aquí no hay lugar para ellos".
Pero Bangs dijo: "La gente los quería de vuelta, así que los trajimos de vuelta". Hay más en la fauna que en el uso comercial de los ranchos, agregó. "Los lobos son muy apreciados".

7 de marzo de 2006
©new york times
©traducción mQh
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