líos en el manicomio
[Nancy Wride y Steve Hymon] En el Hospital de Salud Mental de Norwalk. En las últimas semanas se ha fugado cinco adolescentes, un paciente atacó a una enfermera y una mujer se colgó.
Un hospital psiquiátrico de Norwalk que está siendo investigado en una pesquisa federal que ha encontrado nuevos problemas en las últimas semanas tras la fuga de cinco adolescentes, el ataque sexual frustrado contra una enfermera y una mujer que murió el viernes en la mañana después de que se colgara en el hospital el 27 de mayo.
Los últimos problemas, confirmados con funcionarios del estado la semana pasada, se produce después de tres tumultuosos años en Hospital Metropolitano, donde inspectores del estado y federales han observado varios casos previos de violación, pacientes que se escapan y otras conductas peligrosas.
El año pasado murieron tres pacientes tras intentar dañarse a sí mismos u otros, aunque el estado determinó que el hospital no había violado ninguna regla en relación con dos de las muertes.
El Metropolitano alberga a algunos de los más graves enfermos mentales adultos de la región, y no es inusual que los pacientes traten de lastimarse a sí mismos o de atacar a otros en ese ambiente. Pero los inspectores han determinado repetidas veces que el hospital no está haciendo lo suficiente para evitarlo.
Funcionarios del ministerio de Salud Mental del estado dicen que están estudiando seriamente los incidentes y están determinados a reformar de manera sistemática los tratamientos y programas del hospital.
"No creo que los incidentes, cualquiera sea su número, sean aceptables, pero tenemos que seguir trabajando en ello", dijo Cindy Radavsky, directora suplente de los servicios de largo plazo del ministerio de Salud Mental, que gestiona los cuatro hospitales psiquiátricos de California.
William G. Silva, que ha sido el director del hospital durante 18 años, no pudo ser localizado para sus comentarios. Una portavoz refirió las llamadas al ministerio de Salud Mental del estado.
Los últimos incidentes, confirmados por Radavsky y empleados del hospital, empezaron el mes pasado cuando tres chicas, de 16 y 17 años, dominaron a una enfermera y la encerraron en un pabellón cerrado, cortaron los cables del teléfono y robaron las llaves del personal, que usaron para escapar del recinto hospitalario.
Una de las chicas volvió a la noche siguiente al hospital y, con otras dos chicas, dominaron a una enfermera y le robaron las llaves, con las que volvió a escapar.
Tres de las cinco niñas no han vuelto nunca al Metropolitano y han sido dadas de alta oficialmente del hospital porque desaparecieron por más de 10 días, dijeron funcionarios del ministerio de Salud Mental del estado, que agregaron que habían informado a las autoridades locales.
Hasta el domingo el paradero de las niñas seguía siendo desconocido.
El teniente Alma Espinoza, comandante de guardia en la comisaría del condado de Los Angeles en Norwalk, dijo el domingo que no sabía nada de las chicas fugadas pero que era posible que los empleados hubiesen contactado a otros en la comisaría.
Pocos días después de la fuga de las chicas, se encontró marihuana en ocho pacientes del hospital que dijeron que la habían comprado en el terreno del hospital, aunque sólo dos de los pacientes dieron positivo, dijo Radavsky.
El 27 de mayo, María García, 18, se ahorcó. La paciente fue vista en el chequeo de rutina a las 5:45 de esa tarde, pero cuando el personal volvió 10 minutos después, la encontraron inconsciente y trataron de resucitarla, de acuerdo a funcionarios de la salud mental del estado.
García fue llevada al Hospital de la Comunidad de Los Angeles en Norwalk. Después de sobrevivir por un tiempo con soporte avanzado, murió el viernes en la mañana.
El día después del suicidio, un paciente adulto trató de atacar sexualmente a una enfermera, que quedó consternada pero fue capaz de terminar su turno, dijeron funcionarios del estado.
Los recientes incidentes no son aislados, según informes de inspección y otros archivos conseguidos por Times.
Basándose en una visita al hospital en julio de 2002 y al estudio de cientos de páginas de historiales de pacientes, el ministerio de Justicia federal emitió dos órdenes de investigación del Hospital Metropolitano. La primera, en mayo de 2003, giraba sobre el tratamiento de menores de edad y la segunda, de febrero de 2004, sobre la atención a los adultos.
El Metropolitano tiene unos 650 pacientes, incluyendo a unos 50 que son menores de edad. Muchos de los pacientes han sido internados ahí por tribunales penales o civiles y son suicidas, esquizofrénicos o sufren de otras enfermedades que les hacen difícil controlar sus impulsos.
Los dos informes federales sostienen que el hospital ha fallado sistemáticamente a la hora de proteger a los pacientes, muchos de los cuales fueron mal diagnosticados y sometidos a medicaciones incorrectas.
"En resumen, la planificación de los tratamientos de los pacientes adultos del Metropolitano se desvía substancialmente de las normas profesionales aceptadas generalmente", dice el informe de 2004.
La investigación de la atención a los adultos en el Metropolitano concluyó que del 1 de abril de 2001 al 31 de marzo de 2002, hubo 475 ataques de pacientes contra pacientes, 310 incidentes en los que los pacientes se lastimaron a sí mismos y 304 lesiones accidentales.
El ministerio de Justicia y el ministerio de Salud Mental del estado han estado negociando durante meses sobre un plan de corrección. Si el ministerio de Justicia no aprueba las reformas en el hospital, podrá demandar al estado para obligarlo a introducir cambios.
Eric Holland, portavoz de la sección de derechos civiles del ministerio de Justicia, dijo esta semana que no podía hacer comentarios sobre los último episodios en el Metropolitano, o sobre las medidas que están siendo implementadas.
Expertos en salud mental dijeron que las condiciones en el Metropolitano son parcialmente un reflejo de la descomposición nacional de los cuidados de los enfermos mentales.
El doctor E. Fuller Torrey, presidente del Centro de Defensa de los Tratamientos, de Arlington, Virginia, y autor de Surviving Schizophrenia', dijo que el financiamiento del estado es cada vez menor, hay poca continuidad en los cuidados y en instalaciones como el Metropolitano tratan a los "más enfermos de los enfermos".
"Pero las muertes no debieran ocurrir tan a menudo", dijo Torrey. "No puedo decir que ha sido una coincidencia de eventos terribles, pero lo que tenemos son una serie de muertes que sugieren que la calidad de los cuidados en los pabellones no es buena y que el personal es insuficiente o no están haciendo nada".
En más de dos docenas de visitas al hospital en 2004, funcionarios del ministerio de Servicios de Sanidad del estado concluyeron que el personal del Metropolitano no pudo impedir que pacientes atacaran o violaran a otros, se dañaran a sí mismos con objetos potencialmente peligrosos o huyeran, de acuerdo a documentos obtenidos por Times bajo la Ley de Archivos Públicos de California. (El ministerio de Servicios de Sanidad controla el hospital y el ministerio de Salud Mental lo gestiona).
Las inspecciones del ministerio de salud fueron desencadenadas por informes del hospital a la dependencia, o por quejas de empleados, pacientes o fuentes anónimas.
En casi todos los casos, los inspectores concluyeron que el hospital no había estado a la altura de las normas.
Por ejemplo, en enero de 2004, un paciente intentó violar a una paciente en la enfermería del hospital, en un cuarto con otros dos pacientes. "El hospital no protegió al Paciente 1, que estaba sin supervisión y durmiendo en la enfermería", escribió Dorothy Crawford, inspectora del estado.
También ese mes, en un cuarto cerca del centro de tratamientos del hospital, una paciente fue atacada sexualmente y obligada a satisfacer con sexo oral a un paciente que había sido trasferido al Metropolitano desde la cárcel del condado de Los Angeles.
El 4 de febrero, la policía del hospital sorprendió a un paciente fumando mariguana en un patio en el Metropolitano. El paciente le dijo a los guardias del hospital: "Un tipo llamado*** que conduce un camión blanco que vende cocaína y marihuana. Era un antiguo paciente y vende drogas aquí a un montón de gente".
El paciente atacó luego e hirió a dos agentes de policía del hospital y fue trasladado a la cárcel de las Torres Gemelas del condado de Los Angeles.
En abril, la inspectora del estado Naomi Russel informó que un empleado del hospital había dicho a un paciente: "Te voy a machacar si no vienes a buscar tus medicinas".
Russell también escribió que el empleado había sido acusado de abusar de una paciente en agosto de 2003, y fue trasladado a otra unidad.
El 18 de agosto un paciente diagnosticado como bipolar y antisocial con rasgos psicóticos, salió por la puerta de atrás del hospital, que se suponía que estaba custodiada por guardias.
No fue encontrado sino el 22 de agosto, cuando fue recogido por personal del Metropolitano en Centro Médico USC del condado, a unos 25 kilómetros de Norwalk.
Separadamente, Times ha confirmado que tres pacientes del hospital murieron el año pasado después de lastimarse a sí mismo u otros:
En febrero de 2004, ocho días después de que el ministerio de Justicia sacara su segundo informe, Clifton Washington, 42, ató un pañuelo a su cuello y se colgó de un barrote de la ventana de su cuarto, de acuerdo al informe de la autopsia del médico forense del condado de Los Angeles.
En julio de 2004, Julia Rodríguez, 52, murió de una perforación intestinal en el Hospital de la Comunidad de Los Angeles después de tragar medio litro en el Metropolitano.
Rodríguez tenía un historial de esas conductas. Estuvo en el hospital de la comunidad durante 14 horas sin que fuera operada, que probablemente habría salvado su vida, dijo el doctor forense Denis Clement Astarita en el informe de la autopsia.
En octubre de 2004, Richard Allen Callender, 39, fue maniatado por el personal del Metropolitano después de que atacara a otro paciente y a enfermeras con una silla.
Dejó de respirar y murió 65 minutos después. El médico forense concluyó que murió probablemente por sofocación "como resultado de las restricciones [impuestas por el personal] y otros factores no determinados".
El ministerio de salud del estado determinó que el hospital no tenía responsabilidad en las primeras dos muertes. Está investigando la tercera.
En 2004 hubo 1.416 incidentes de lesiones auto-infligidas -incluyendo amenazas de suicidio- en los cuatro hospitales del estado. En todo el estado hubo 72 intentos de suicidio, tres de los cuales logrados.
Radavsky dijo que el estado está trabajando para aclarar las preocupaciones del ministerio de Justicia, pero también que el ministerio de Salud Mental no acepta todas las conclusiones federales.
También dijo que el Metropolitano ha cumplido con las normas de permiso y que los incidentes en los que los pacientes se lesionan a sí mismos son bastante comunes.
Además, tras los hallazgos del ministerio de Justicia, el ministerio de Salud Mental contrató a dos contratistas de salud mental a un coste anual de 1 millón de dólares para supervisar las reformas en el Metropolitano.
"Huele muy mal", dijo Pamila Lew, abogado de Protection & Advocacy, un grupo sin fines de lucro que proporciona ayuda jurídica a gente incapacitada.
Lew citó el nivel de violencia en el hospital como un problema permanente y dijo que a menudo parece como si los pacientes necesitaran sus propios defensores para asegurarse de recibir un tratamiento adecuado en el Metropolitano.
"Por lo que he visto, allá se están implementando reformas", dijo Lew.
"Se pueden mejorar los trámites y el papeleo, pero si eso no mejora la calidad de vida de los pacientes, es como nada".
9 de julio de 2005
6 de junio de 2005
©los angeles times
©traducción mQh
Los últimos problemas, confirmados con funcionarios del estado la semana pasada, se produce después de tres tumultuosos años en Hospital Metropolitano, donde inspectores del estado y federales han observado varios casos previos de violación, pacientes que se escapan y otras conductas peligrosas.
El año pasado murieron tres pacientes tras intentar dañarse a sí mismos u otros, aunque el estado determinó que el hospital no había violado ninguna regla en relación con dos de las muertes.
El Metropolitano alberga a algunos de los más graves enfermos mentales adultos de la región, y no es inusual que los pacientes traten de lastimarse a sí mismos o de atacar a otros en ese ambiente. Pero los inspectores han determinado repetidas veces que el hospital no está haciendo lo suficiente para evitarlo.
Funcionarios del ministerio de Salud Mental del estado dicen que están estudiando seriamente los incidentes y están determinados a reformar de manera sistemática los tratamientos y programas del hospital.
"No creo que los incidentes, cualquiera sea su número, sean aceptables, pero tenemos que seguir trabajando en ello", dijo Cindy Radavsky, directora suplente de los servicios de largo plazo del ministerio de Salud Mental, que gestiona los cuatro hospitales psiquiátricos de California.
William G. Silva, que ha sido el director del hospital durante 18 años, no pudo ser localizado para sus comentarios. Una portavoz refirió las llamadas al ministerio de Salud Mental del estado.
Los últimos incidentes, confirmados por Radavsky y empleados del hospital, empezaron el mes pasado cuando tres chicas, de 16 y 17 años, dominaron a una enfermera y la encerraron en un pabellón cerrado, cortaron los cables del teléfono y robaron las llaves del personal, que usaron para escapar del recinto hospitalario.
Una de las chicas volvió a la noche siguiente al hospital y, con otras dos chicas, dominaron a una enfermera y le robaron las llaves, con las que volvió a escapar.
Tres de las cinco niñas no han vuelto nunca al Metropolitano y han sido dadas de alta oficialmente del hospital porque desaparecieron por más de 10 días, dijeron funcionarios del ministerio de Salud Mental del estado, que agregaron que habían informado a las autoridades locales.
Hasta el domingo el paradero de las niñas seguía siendo desconocido.
El teniente Alma Espinoza, comandante de guardia en la comisaría del condado de Los Angeles en Norwalk, dijo el domingo que no sabía nada de las chicas fugadas pero que era posible que los empleados hubiesen contactado a otros en la comisaría.
Pocos días después de la fuga de las chicas, se encontró marihuana en ocho pacientes del hospital que dijeron que la habían comprado en el terreno del hospital, aunque sólo dos de los pacientes dieron positivo, dijo Radavsky.
El 27 de mayo, María García, 18, se ahorcó. La paciente fue vista en el chequeo de rutina a las 5:45 de esa tarde, pero cuando el personal volvió 10 minutos después, la encontraron inconsciente y trataron de resucitarla, de acuerdo a funcionarios de la salud mental del estado.
García fue llevada al Hospital de la Comunidad de Los Angeles en Norwalk. Después de sobrevivir por un tiempo con soporte avanzado, murió el viernes en la mañana.
El día después del suicidio, un paciente adulto trató de atacar sexualmente a una enfermera, que quedó consternada pero fue capaz de terminar su turno, dijeron funcionarios del estado.
Los recientes incidentes no son aislados, según informes de inspección y otros archivos conseguidos por Times.
Basándose en una visita al hospital en julio de 2002 y al estudio de cientos de páginas de historiales de pacientes, el ministerio de Justicia federal emitió dos órdenes de investigación del Hospital Metropolitano. La primera, en mayo de 2003, giraba sobre el tratamiento de menores de edad y la segunda, de febrero de 2004, sobre la atención a los adultos.
El Metropolitano tiene unos 650 pacientes, incluyendo a unos 50 que son menores de edad. Muchos de los pacientes han sido internados ahí por tribunales penales o civiles y son suicidas, esquizofrénicos o sufren de otras enfermedades que les hacen difícil controlar sus impulsos.
Los dos informes federales sostienen que el hospital ha fallado sistemáticamente a la hora de proteger a los pacientes, muchos de los cuales fueron mal diagnosticados y sometidos a medicaciones incorrectas.
"En resumen, la planificación de los tratamientos de los pacientes adultos del Metropolitano se desvía substancialmente de las normas profesionales aceptadas generalmente", dice el informe de 2004.
La investigación de la atención a los adultos en el Metropolitano concluyó que del 1 de abril de 2001 al 31 de marzo de 2002, hubo 475 ataques de pacientes contra pacientes, 310 incidentes en los que los pacientes se lastimaron a sí mismos y 304 lesiones accidentales.
El ministerio de Justicia y el ministerio de Salud Mental del estado han estado negociando durante meses sobre un plan de corrección. Si el ministerio de Justicia no aprueba las reformas en el hospital, podrá demandar al estado para obligarlo a introducir cambios.
Eric Holland, portavoz de la sección de derechos civiles del ministerio de Justicia, dijo esta semana que no podía hacer comentarios sobre los último episodios en el Metropolitano, o sobre las medidas que están siendo implementadas.
Expertos en salud mental dijeron que las condiciones en el Metropolitano son parcialmente un reflejo de la descomposición nacional de los cuidados de los enfermos mentales.
El doctor E. Fuller Torrey, presidente del Centro de Defensa de los Tratamientos, de Arlington, Virginia, y autor de Surviving Schizophrenia', dijo que el financiamiento del estado es cada vez menor, hay poca continuidad en los cuidados y en instalaciones como el Metropolitano tratan a los "más enfermos de los enfermos".
"Pero las muertes no debieran ocurrir tan a menudo", dijo Torrey. "No puedo decir que ha sido una coincidencia de eventos terribles, pero lo que tenemos son una serie de muertes que sugieren que la calidad de los cuidados en los pabellones no es buena y que el personal es insuficiente o no están haciendo nada".
En más de dos docenas de visitas al hospital en 2004, funcionarios del ministerio de Servicios de Sanidad del estado concluyeron que el personal del Metropolitano no pudo impedir que pacientes atacaran o violaran a otros, se dañaran a sí mismos con objetos potencialmente peligrosos o huyeran, de acuerdo a documentos obtenidos por Times bajo la Ley de Archivos Públicos de California. (El ministerio de Servicios de Sanidad controla el hospital y el ministerio de Salud Mental lo gestiona).
Las inspecciones del ministerio de salud fueron desencadenadas por informes del hospital a la dependencia, o por quejas de empleados, pacientes o fuentes anónimas.
En casi todos los casos, los inspectores concluyeron que el hospital no había estado a la altura de las normas.
Por ejemplo, en enero de 2004, un paciente intentó violar a una paciente en la enfermería del hospital, en un cuarto con otros dos pacientes. "El hospital no protegió al Paciente 1, que estaba sin supervisión y durmiendo en la enfermería", escribió Dorothy Crawford, inspectora del estado.
También ese mes, en un cuarto cerca del centro de tratamientos del hospital, una paciente fue atacada sexualmente y obligada a satisfacer con sexo oral a un paciente que había sido trasferido al Metropolitano desde la cárcel del condado de Los Angeles.
El 4 de febrero, la policía del hospital sorprendió a un paciente fumando mariguana en un patio en el Metropolitano. El paciente le dijo a los guardias del hospital: "Un tipo llamado*** que conduce un camión blanco que vende cocaína y marihuana. Era un antiguo paciente y vende drogas aquí a un montón de gente".
El paciente atacó luego e hirió a dos agentes de policía del hospital y fue trasladado a la cárcel de las Torres Gemelas del condado de Los Angeles.
En abril, la inspectora del estado Naomi Russel informó que un empleado del hospital había dicho a un paciente: "Te voy a machacar si no vienes a buscar tus medicinas".
Russell también escribió que el empleado había sido acusado de abusar de una paciente en agosto de 2003, y fue trasladado a otra unidad.
El 18 de agosto un paciente diagnosticado como bipolar y antisocial con rasgos psicóticos, salió por la puerta de atrás del hospital, que se suponía que estaba custodiada por guardias.
No fue encontrado sino el 22 de agosto, cuando fue recogido por personal del Metropolitano en Centro Médico USC del condado, a unos 25 kilómetros de Norwalk.
Separadamente, Times ha confirmado que tres pacientes del hospital murieron el año pasado después de lastimarse a sí mismo u otros:
En febrero de 2004, ocho días después de que el ministerio de Justicia sacara su segundo informe, Clifton Washington, 42, ató un pañuelo a su cuello y se colgó de un barrote de la ventana de su cuarto, de acuerdo al informe de la autopsia del médico forense del condado de Los Angeles.
En julio de 2004, Julia Rodríguez, 52, murió de una perforación intestinal en el Hospital de la Comunidad de Los Angeles después de tragar medio litro en el Metropolitano.
Rodríguez tenía un historial de esas conductas. Estuvo en el hospital de la comunidad durante 14 horas sin que fuera operada, que probablemente habría salvado su vida, dijo el doctor forense Denis Clement Astarita en el informe de la autopsia.
En octubre de 2004, Richard Allen Callender, 39, fue maniatado por el personal del Metropolitano después de que atacara a otro paciente y a enfermeras con una silla.
Dejó de respirar y murió 65 minutos después. El médico forense concluyó que murió probablemente por sofocación "como resultado de las restricciones [impuestas por el personal] y otros factores no determinados".
El ministerio de salud del estado determinó que el hospital no tenía responsabilidad en las primeras dos muertes. Está investigando la tercera.
En 2004 hubo 1.416 incidentes de lesiones auto-infligidas -incluyendo amenazas de suicidio- en los cuatro hospitales del estado. En todo el estado hubo 72 intentos de suicidio, tres de los cuales logrados.
Radavsky dijo que el estado está trabajando para aclarar las preocupaciones del ministerio de Justicia, pero también que el ministerio de Salud Mental no acepta todas las conclusiones federales.
También dijo que el Metropolitano ha cumplido con las normas de permiso y que los incidentes en los que los pacientes se lesionan a sí mismos son bastante comunes.
Además, tras los hallazgos del ministerio de Justicia, el ministerio de Salud Mental contrató a dos contratistas de salud mental a un coste anual de 1 millón de dólares para supervisar las reformas en el Metropolitano.
"Huele muy mal", dijo Pamila Lew, abogado de Protection & Advocacy, un grupo sin fines de lucro que proporciona ayuda jurídica a gente incapacitada.
Lew citó el nivel de violencia en el hospital como un problema permanente y dijo que a menudo parece como si los pacientes necesitaran sus propios defensores para asegurarse de recibir un tratamiento adecuado en el Metropolitano.
"Por lo que he visto, allá se están implementando reformas", dijo Lew.
"Se pueden mejorar los trámites y el papeleo, pero si eso no mejora la calidad de vida de los pacientes, es como nada".
9 de julio de 2005
6 de junio de 2005
©los angeles times
©traducción mQh
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