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la matarife de norfolk


Pese a la condena mundial, organización PETA continúa sacrificando animales sanos y adoptables.
[Nathan Winograd] Estados Unidos. Finalmente empiezan a llegar las cifras. En 2010, la organización People for the Ethical Treatment of Animals (PETA) recogió 1.553 gatos. Mataron a 1.507. Encontraron hogares adoptivos sólo para veintiocho de ellos. Otros nueve fueron transferidos a perreras que sacrifican a animales y se desconoce su destino. En 2010 recogieron 792 perros. Mataron a 693. Encontraron hogar sólo para dieciséis, 54 fueron enviados a perreras y se desconoce su destino. Esto es, [PETA] tiene una tasa de sacrificio del 88%.
Mientras el movimiento Sacrificio Cero (No Kill) está viviendo un periodo sin precedente salpicado de éxitos y las comunidades Sacrificio Cero adornan ahora el mapa estadounidense -en California, Nevada, Michigan, Kentucky, Nueva York, Texas, Virginia y otros lugares-, PETA continúa siendo poco más que un matadero. Esta es la quinta vez que repito este comentario actualizado en la misma cantidad de años. Es mi quinta súplica para que paremos a la Matarife de Norfolk.
Esta actualización gira sobre las reformas que debe sufrir el refugio animal en Estados Unidos. Se trata de terminar con el sacrificio sistemático de animales en esas perreras. Pero no trata el refugio. No se trata de la guerra entre la filosofía del Sacrificio Cero y su eventual victoria sobre aproximaciones regresivas, orientadas hacia la muerte. No se trata de un director de refugio holgazán, inepto o indolente que no puede imponerse sobre su personal. No se trata de refugios que matan animales porque matar es más fácil que ofrecer programas y servicios que no terminen en el sacrificio.
Se trata de algo más malvado, de algo realmente cruel. Se trata de una tipa que recoge animales para matarlos. Se trata de una organización de escuadrones de la muerte que operan activamente en las comunidades con el fin específico de detectar y recoger perros y gatos para sacrificarlos. Y se trata de un movimiento que ha sido completamente incapaz de impedir que los inocentes animales sean sacrificados. Esta actualización gira sobre Ingrid Newkirk, la presidenta de PETA. Gira sobre una persona mentalmente perturbada y arrogante que disfruta matando animales. Y es más que suficiente.
Hace cuatro años, escribí una nota opinando que la razón por la que PETA sacrifica prácticamente a todos los animales que sale a recoger para ingresarlos en sus refugios tiene más que ver con los tenebrosos impulsos de Ingrid Newkirk que con cualquier ideología, filosofía o creencia en la sobrepoblación. Esto ocurrió después de una asombrosa tasa de sacrificio del 97% en 2006, pese a sus millones de cariñosos miembros, un alcance mundial y un presupuesto de decenas de millones de dólares. Ocurrió después del sacrificio de 1.942 gatos, de un total de 1.960 gatos recogidos. Ocurrió después de la muerte de 988 perros, de un total de 1.030 perros recogidos. Ocurrió después del asesinato de cincuenta, de un total de 52 conejos, cuyes y otros animales ingresados. Ocurrió después del sacrificio del único pollo ingresado. Esa nota me valió una carta del abogado de PETA, amenazándome con una querella por difamación.
Luego llegaron las cifras de 2007, que mostraban una tasa de sacrificio del 91%: el sacrificio de 1.815 de los 1.997 animales ingresados. Así que volví a publicar la nota. En 2008, volví a subir mi nota (como lo he estado haciendo en los últimos tres años) porque el sacrificio -el inútil, absurdo y malvado sacrificio- continuó con una igualmente asombrosa tasa de sacrificio del 96%. Apenas siete perros y gatos fueron adoptados. Apenas 34 animales fueron transferidos a sociedades protectoras de animales y se desconoce su destino. Y de los 2.216 perros y gatos ingresados, los demás fueron sistemáticamente sacrificados por PETA.

Sacrificados: 555, de un total de 584 perros.

Sacrificados: 1.569, de un total de 1.589 gatos.

Luego vino 2009: sólo ocho adopciones, menos del medio por ciento de los animales recogidos. Sacrificados: 2.301, de un total de 2.366.
Y ahora 2010. Gatos sacrificados: 1.507, de un total de 1.553. Perros sacrificados: 693, de un total de 792.
En los últimos diez años, han sacrificado a más de veinticinco mil animales. Eso es gruesamente hablando dos mil quinientos animales por año durante la última década, algo más de cinco animales matados por PETA cada día. PETA ha dicho que los animales que sacrifican son "inadoptables". De hecho, lo dice el abogado de PETA en su carta en la que me amenaza con una querella por difamación si no me retracto. Pero esta querella es una mentira. Es una mentira porque históricamente las cifras provienen del Estado de Virginia que sólo pide datos de animales que han sido incautados "con el fin de darlos en adopción". Es una mentira porque PETA se niega a hacer públicos sus criterios para tomar esa decisión. Es una mentira porque individuos y grupos de rescate han denunciado que los animales que ellos dejaron en manos de PETA eran sanos y adoptables. Es una mentira porque una declaración hecha bajo juramento por un veterinario mostraba que PETA había ingresado a animales sanos y adoptables que fueron más tarde hallados muertos, sacrificados por PETA, y sus cuerpos arrojados poco ceremoniosamente en el contenedor de un supermercado. Y es una mentira porque Newkirk misma lo admitió.
En una entrevista del 2 de diciembre de 2008 con George Stroumboulopoulos, de la Canadian Broadcasting Company, Stroumboulopoulos le pregunta a Newkirk: "¿Usted aplica la eutanasia a esas mascotas, las adoptables, que recoge?" A lo que Newkirk respondió: "Si los cogemos, y no podemos encontrarles un hogar, absolutamente". En breve, Newkirk admite que PETA mata "absolutamente" a animales rescatables. Absolutamente, absolutamente, absolutamente.
¿Por qué tolera el movimiento de protección animal a esta mujer?
Ningún otro movimiento permitiría que alguien permaneciera en su posición sin la condena pública y la protesta masiva cuando sus actos son tan contraproducentes, tan anatema para los principales principios de su movimiento. El movimiento de protección del niño no permitiría que alguien que mata niños dirigiera una organización dedicada a defender los derechos de los niños. El movimiento por los derechos humanos no permitiría que alguien que mata gente dirigiera alguna de sus organizaciones. Pero movimiento por los derechos animales -un movimiento basado en el principio de que los animales tienen derecho a la vida- permite que una desvergonzada, confesa y muy visible asesina de animales dirija una organización dedicada a los derechos animales. Y con la excepción de Friends of Animals, el resto de las organizaciones animalistas del país siguen guardando un ensordecedor silencio sobre el asunto.
Como si no fuera suficientemente vergonzoso, otros van más lejos y en realidad la apoya. Los grupos que organizan la Conferencia por los Derechos Animales la incluyeron en su Salón de la Fama de los Derechos Animales. Wayne Pacelle y la Sociedad Protectora de Animales de Estados Unidos le han permitido, a ella y sus apólogos de la muerte, que dirijan talleres en su congreso nacional, HSUS Expo, para fomentar su espantosa idea de la muerte.
Así que esta nota es para todos los candidatos a convertirse en asesinos de animales. Un modo de evitar la condena de la comunidad animalista/proteccionista de vuestras viles acciones es que empieces ya mismo, tú mismo, una organización por los derechos animales y la uses para encubrir los asesinatos. Porque no se opondrán a ti. No habrá ninguna campaña contra ti. Te convertirás en uno de sus colegas. Otros harán la vista gorda. Y otros te incluirán en su propio Salón de la Fama. Todavía otros te pedirán que organices talleres en sus congresos nacionales.
Sin embargo, si la historia nos enseña algo, es que el único modo de parar a un matón es hacerle frente. Lo único que parará a Newkirk es desafiándola y llamando sus matanzas por lo que son: los actos malvados de una persona mentalmente perturbada. Debido a que es así como la recordará y condenará la historia, pese al aura de legitimidad que sus perversas acciones reciben ahora de su Directiva, la Sociedad Protectora de Animales de Estados Unidos, las organizaciones que promueven la Conferencia por los Derechos Animales [Animal Rights Conference] y los otros grupos que, con su silencio, toleran su posición de liderazgo.
Mientras que los que ahora se atreven a llamar las carnicerías de Newkirk por su nombre, pueden ser amenazados con querellas, o ser atacados de otros modos, la historia los reivindicará, como siempre lo hace con los que -pese a los costes personales- defienden lo correcto impugnando a los tiranos. Mientras que los que permanecieron en silencio frente a esas atrocidades -los hipócritas líderes de otras organizaciones que responden sus llamadas telefónicas, la saludan con la mano, la apoyan y se enorgullecen de su relación con ella, algún día tendrán que responder por su complicidad, y se avergonzarán cuando respondan "nada" cuando se les pregunte qué hicieron para detener el sangriento reinado de Newkirk en PETA.
Porque una cosa está clara: tan pronto como Newkirk y sus fanáticos seguidores de su culto de la muerte hayan desaparecido, PETA adoptará inmediata y completamente y sin reservas la filosofía del Sacrificio Cero y se convertirá en uno de sus principales defensores. Cuando eso ocurra, cuando sus acciones sean vistas entera y completamente por todo el mundo por lo que son en realidad, cuando sea condenada y finalmente, finalmente, felizmente finalmente no tengamos que contener la respiración, apretar los dientes, estremecernos de rabia, o llorar con el recuerdo de lo que PETA hizo a esos pobres animales, nos quedaremos todos preguntándonos por qué nos tomó tanto tiempo levantarnos y sacar a esta canalla de nuestro medio.
Así que aquí esta otra vez. Quinta ronda. Munchausen de PETA. Mi opinión.

¿Munchausen de PETA?
A la búsqueda de un diagnóstico de por qué Ingrid Newkirk y PETA buscan animales para matar. Y un llamado para que el movimiento los detenga, para que dejen de matar.
En 2006, un informe oficial de People for The Ethical Treatment of Animals (PETA) mostraba que habían recogido 3.043 animales, de los cuales 1.960 gatos, 1.030 perros, 52 eran otros animales de compañía, y un pollo. De estos animales, mataron al pollo, a 1.942 gatos, 988 perros y cincuenta de los clasificados como "otros animales de compañía". Encontraron nuevos hogares sólo para dos gatos, ocho perros y dos de los otros animales de compañía.

Las cifras:

    * PETA mató 1.942 gatos, de un total de 1.960, y encontró hogar sólo para dos
    * PETA mató a 988 perros, de un total de 1.030, y encontró hogar para sólo ocho.
    * PETA mató a 50 de los otros 52 animales de compañía (conejos, cuyes, etc.), y encontró hogar sólo para dos.
    * PETA mató al pollo que habían recogido.

Eso es una tasa de muerte del 97%. (Estas cifras se basan en el propio informe de PETA a la Commonwealth de Virginia, que sólo exige "archivar e informar solamente sobre los animales recogidos/ingresados... para propósitos de adopción"). Pese a sus treinta millones de dólares en beneficios, sólo encontraron hogar para doce animales. Otros veintiún gatos y veinticinco perros fueron transferidos a otra agencia (probablemente una perrera, ya que PETA tiene una "política contra los refugios Sacrificio Cero). Los demás fueron sacrificados. ¿Por qué?
He tratado de explicarlo con la simple observación de que la fundadora de PETA, Ingrid Newkirk, trabajó previamente matando a perros y gatos sin hogar en la Sociedad Protectora de Animales de Washington, un refugio con un historial terriblemente pobre a la hora de salvar vidas y objeto de la condena pública por su dependencia del sacrificio. Pero, en mi opinión, parece haber algo más perturbador que solo la historia de Newkirk.
No se puede explicar simplemente con frases cliché como "son hipócritas" o "en realidad no les importa". Esos son los términos que podrían usar los partidarios del Sacrificio Cero para describir a Newkirk y la posición de PETA sobre el sacrificio de perros y gatos, pero no lo explican. Tampoco se trata de un simple desacuerdo entre los partidarios del Sacrificio Cero y los partidarios del tradicional método de capturar y matar. Ese es el debate con la Sociedad Protectora de Animales de Estados Unidos (HSUS), donde están en juego su reputación y sus donaciones. Pero con PETA parece haber algo mucho más perverso.
Mientras que Newkirk trata de encubrir sus acciones presentándolas arropadas en el lenguaje de la oposición al Sacrificio Cero, PETA no tiene ningún contrato de control animal ni funciona como un grupo de rescate. Cualquier iniciativa al sacrificio que deje con vida a los animales es desechada como "acumulación de animales" y cualquier disidencia de parte de los empleados y voluntarios es castigada, según se dice, con el despido o la exclusión del grupo. En una entrevista con un ex empleado de PETA, dijo que durante una reunión de personal, proyectaron un video de PETA de este tipo [asociando el Sacrificio Cero con la acumulación compulsiva de perros, gatos y otros animales]. Tras haber vivido en San Francisco en los años noventa cuando el Sacrificio Cero vivía sus días de apogeo y el refugio de la Sociedad Protectora de Animales de San Francisco, el primero del país, cuestionó francamente la veracidad de la información que estaba siendo entregada y fue llamado a la oficina del supervisor y despedido.
¿Por qué? La analogía más cercana o explicación que he encontrado que parece corresponder es el mismo fenómeno que hace que las enfermeras asesinen a sus pacientes, un retoño del Síndrome Munchausen por Poder (consulte ‘Attack of the Killer Nurses: A look at a curious phenomenon – nurses who kill their patients; Ataque de las enfermeras asesinas. Una reflexión sobre un curioso fenómeno: las enfermeras que matan a sus pacientes). Típicamente, la enfermera o enfermero asesina al paciente con una inyección letal. A menudo dicen que actúa movidos por la "compasión por sus achacosas víctimas", porque quieren "poner fin a su sufrimiento", y porque ellos y sus colegas están "agudamente sobrecargados de trabajo". En su imaginación, son héroes y los que tratan de detenerlos dan la espalda a sus pacientes.
El corolario de la ideología de PETA sobre ‘Eutanasia: la opción compasiva’ [Euthanasia: The Compassionate Option], sobre funcionarios de refugios "sobrecargados de trabajo" y sobre brindar a los animales lo que Newkirk llama "el don de la eutanasia" y cómo "fue el mejor regalo que tuvieron nunca" es espeluznantemente similar. En su caso, también cree que es una heroína y aquellos que tratan de pararla le dan la espalda a los animales. (Hace poco atacó a un partidario del Sacrificio Cero, diciendo: "¿Cómo te atreves a pretender que ayudas a los animales y les das la espalda a los que quieren salir de este mundo cruel?") En realidad, Newkirk, a través de PETA, dice que culpar a los refugios por matar animales es como responsabilizar a los hospitales por la muerte de los pacientes. ¿Qué quiere decirnos Newkirk?"
Desgraciadamente, no tengo ninguna evaluación psicológica que sostenga este diagnóstico, excepto por la similitud en la elección de palabras y en los actos mismos: el hecho de matar, los escuadrones de la muerte, el adoctrinamiento contra el movimiento Sacrificio Cero, las odiosas denuncias contra el Sacrificio Cero, y los fanáticos esfuerzos por tratar de impedir que las comunidades acojan los principios de la filosofía Sacrificio Cero.
¿De qué se trata? (Los apólogos de PETA han sugerido que Newkirk ha presenciado terribles sufrimientos y se preocupa por los animales, pero no es más que el doble discurso orwelliano. Yo era fiscal. He visto y tratado casos sobre torturas, violación de niños, secuestro por rescate de animales y otros actos de indescriptible crueldad. También he sido director de control animal en un refugio que investigaba y perseguía horrendos crímenes cometidos contra animales. He visto terribles sufrimientos, que es la razón por la que quiero que termine, independientemente si los causan un solo abusador o si se trata de asesinatos sistemáticos.)
No lo sabremos nunca. Pero lo que sabemos y lo que yo puedo decir es que las organizaciones dedicadas a la defensa de los derechos animales y las bienestaristas deberían rechazar este punto de vista y hacer activamente campaña contra este, no sólo por los perros y gatos que PETA matará en el futuro y cuyos intereses se comprometieron, en teoría, a proteger, sino porque socava la credibilidad de nuestro movimiento cuando ignoramos las atrocidades que PETA comete con los animales, o cuando las excusamos simplemente porque los que las cometen dicen que forman parte de nuestro movimiento. Además, la posición de PETA es que los animales en los refugios no tienen derecho a vivir subvierte todos los principios sobre los que se basan inherentemente todos los movimientos en pro de la justicia social.
El derecho a la vida es reconocida universalmente como un derecho básico o fundamental. Es básico o fundamental porque el disfrute de la vida es una condición necesaria del disfrute de otros derechos. Un movimiento no puede orientarse hacia los derechos, como PETA reclama que hace, e ignorar el derecho fundamental a la vida. Si se mata a un animal, los derechos del animal devienen irrelevantes. PETA no solamente no reconoce el derecho a la vida, sino también lo ha rechazado diciendo que ellos "no creen en el derecho a la vida" de perros y gatos.
Una preocupación más inmediata es la relación entre los estadounidenses y sus animales de compañía que puede abrir la puerta a problemas más graves relacionados con los derechos animales. En sus relaciones diarias con sus perros y gatos la gente conoce la personalidad y emociones de un animal, tanto para disfrutar como para sentir dolor. De este modo aprenden a sentir empatía por los animales. No es rebuscado pensar que las personas que sienten compasión por sus mascotas, con el tiempo y la información correcta sientan simpatía por los animales que sufren en las granjas, en los circos, en los laboratorios, y en otros lugares.
Sin embargo, ahora mismo la organización que se autoproclama defensora de los derechos animales y es la más grande del país, está trabajando activamente para asegurarse de que esa puerta no se abra nunca alegando activa y preventivamente que perros y gatos no tienen derecho a la vida, y que matarlos es una acto de piedad. En mi opinión, esta postura está más allá de la ironía, más allá de la hipocresía. Está más allá de la traición. Es más que obscena. Independientemente de si crees o no en los ‘derechos animales’, independientemente  de lo que pienses sobre temas no relacionados con el refugio animal, creo que la posición de PETA es desquiciada.
Y pese al hecho de que los asesinatos anuales de miles de perros y gatos que comete PETA han sido de conocimiento general entre los líderes de las organizaciones de bienestar animal y de derechos animales del país durante años, la mayoría de estos llamados ‘líderes’ han preferido hacer la vista gorda. De hecho, la Sociedad Protectora de Animales de Estados Unidos invita a Newkirk y sus compinches a dar presentaciones en su congreso nacional sobre refugios animales. Hace dos años Newkirk hizo una presentación con video sobre por qué se debería eliminar a los pit bulls y este año, uno de sus devotos compartirá la estrategia de PETA de "control de daños" y "relaciones públicas" cuando un canil o comunidad que sacrifica sea desafiada por partidarios del Sacrificio Cero. ¿Por qué hay organizaciones como la Sociedad Protectora de Animales de Estados Unidos (HSUS) que la apoyan? ¿Detestan tanto al movimiento que busca poner fin al sacrificio sistemático de animales en los refugios que representa el movimiento Sacrificio Cero que están dispuestos a apoyar a una persona y organización que apoya el sacrificio de perros y gatos? ¿Piensan que el "enemigo de mi enemigo es mi amigo"? ¿La HSUS se siente tan amenazada por el movimiento Sacrificio Cero que están dispuestos a apoyar a una organización que parece socavar sus plataformas? Con amigos como estos, los animales no necesitan enemigos.
En mi opinión, la posición de PETA sobre el sacrificio de perros y gatos es irresponsable? Pero en cuanto a la pregunta de por qué lo hacen, no puedo responder como psiquiatra y dudo mucho que Newkirk y sus seguidores se sometan a una evaluación psicológica. Como resultado, temo no tener una respuesta clara, aunque mi opinión personal es que Newkirk sufre de la enfermedad mental de Munchausen por Poder. Y si es así, nunca dejará de matar, a menos que sea obligada a no hacerlo.
La directiva de PETA, los empleados de PETA, otras organizaciones de protección animal y activistas por los derechos animales deben dejar de beber la Kool-Aid de Ingrid Newkirk. Y si lo que quieren es proteger a esos miles de animales cuyas vidas se ven amenazadas por PETA, lo que deben hacer es retirar el apoyo político que implica su asociación con PETA , lo que permite que Ingrid Newkirk siga actuando en lo que yo creo que son impulsos profundamente perturbados que tienen por resultado el sacrificio de animales.
[Los datos sobre las tasas de sacrificio de PETA provienen del Departamento de Agricultura de Virginia. Todas las agencias en Virginia, donde reside PETA, deben entregar anualmente estas cifras. Puedes bajar una copia de las estadísticas de 2010 pinchando aquí.]

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23 de abril de 2011
16 de marzo de 2011
©nathan winograd
cc traducción mQh

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