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bus 174 infierno sobre ruedas


[Jumana Farouky] 'Bus 174', un documental sobre una toma de rehenes verídica, que muestra el mundo oculto y desesperanzado de los niños de la calle de Brasil.
Era el 12 de junio de 2000, el día de San Valentín en Brasil, pero nadie andada de ánimos para el amor. Los regalos siguieron sin abrir y las cenas románticas se enfriaron a medida que la gente miraba cómo se desarrollaba un drama verídico de odio y terror en la salita de sus casas. Sandro do Nascimento, un ladronzuelo de las calles de Río de Janeiro, había tomado 10 rehenes, a punta de pistola y en un autobús público -y el secuestro se estaba transmitiendo por un canal nacional de televisión. Mientras caía la noche, los equipos de televisión se arrastraron para situarse más cerca del bus 174, hasta que pudieron captar sonidos e imágenes de lo que ocurría en su interior. Durante cuatro horas se transmitieron por cadena nacional los gritos, los llantos, las súplicas de los rehenes. Cuando un francotirador de una unidad de élite le disparó a Nascimento y le dio en cambio a una de las rehenes, 35 millones de espectadores la vieron morir.
El documentalista José Padilha estaba corriendo en la rueda de andar del gimnasio de su barrio cuando se enteró de la noticia. Miró la tragedia que se representaba ante él con ojos de cineasta, percibiendo una perturbadora poesía en las borrosas y granuladas imágenes y el delicado juego de poder entre Nascimento y los pasajeros. También vio las lagunas de la historia. "Podías ver cómo se desarrollaban las relaciones entre Sandro y sus pasajeros", recuerda. "Pero no podía saber quién era él ni qué quería".
Así, Padilha, 36, decidió descubrirlo: apenas un mes más tarde comenzó a trabajar en ‘Bus 174', su sexta película. Mitad película de suspense y mitad comentario social, la película de Padilha entremezcla el metraje de la toma de rehenes con entrevistas con muchos de los protagonistas -rehenes, agentes de policía, negociadores- y gente que conoció a Nascimento. Su objetivo: mostrar cómo el sistema dejó a Nascimento, 21, en la estacada, y mostrar cómo sigue dejando en la estacada a miles de los otros jóvenes que viven en las calles de Río. "Entendiendo la historia de vida de Sandro, podemos entender su conducta", dice Padilha. "Qué pasó con él antes de que llegara a ser un niño de la calle... Nadie se hace responsable de eso, pero cuando ya es un niño de la calle y cae en manos del estado, entonces se nos echa la culpa".
Padilha se vio obligado a escarbar en su propio bolsillo para comprar las más de 24 horas de video de noticias después de que TV Globo, la más importante estación comercial del país, se negara a canjearlas por los derechos de exhibición de la película terminada. Nunca presintieron que ‘Bus 174' llegaría a ser la película más taquillera del país el año pasado y ganaría premios en algunos de los festivales de cine más importantes del mundo, incluyendo los de Río, Chicago y Rótterdam. ¿Por qué parecen los brasileños tan dispuestos a revivir esa historia? Quizás porque la película le pone cara humana a las estadísticas (un estudio reciente de la UNESCO muestra que en Río murieron más adultos de muertes violentas (128 por cada 100 mil personas de 15 a 24 años de edad) que en cualquiera otro de los 27 estados de Brasil, y se explaya en buscar una explicación.
Nadie sabe con certeza por qué se subió Nascimento al autobús. Algunos dicen que venía huyendo de la policía; otros, que planeaba robar a los pasajeros. Pero una vez atrapado dentro, con las cámaras filmándolo todo, el joven que había sido invisible toda su vida, se dio cuenta de repente de que todas las miradas se concentraban sobre él. "¿Por qué mataron a mis amigos de Candelaria?", gritó por una ventanilla, refiriéndose a la masacre de 1993, cuando hombres armados, supuestamente agentes de policía en su tiempo libre, dispararon contra un grupo de niños, entre los que se encontraba Nascimento, mientras dormían en las escalinatas de una iglesia en el centro de Río. Murieron siete de ellos. "La tendencia es que la gente que ha sido ignorada por la sociedad está recurriendo a la violencia para llamar la atención", dice Padilha, nacido y criado en Río él mismo. "Hay gente que tiene tantas ganas de hablar que están incluso dispuestos a perder la vida por hacerlo". Ése sería el destino de Nascimento. Después de que la mujer muriera, fue agarrado y subido a un furgón por un grupo de agentes enfurecidos, y estrangulado hasta que murió en camino al hospital.
Para realzar el drama de la toma de rehenes, Padilha utiliza técnicas para llamar la atención que huelen más a John Woo que a Michael Moore: flash-backs, cámara lenta, colores en negativo y, en la banda sonora, un evocador coro. Estas florituras cinematográficas ayudan a introducir a ‘Bus 174', de pronta exhibición en Europa, a la liga del reciente estallido del cine brasileño, como el drama de los barrios bajos en esa película empapada de adrenalina que es ‘Ciudad de Dios' y la infernal historia de la prisión de ‘Carandirú'.
En algún momento de la película, Nascimento grita: "¡Esta no es una película de acción!" No lo es, pero sí una absorbente imagen del mundo visto a través de los ojos de los desamparados y olvidados de Brasil.

Contribuyó Andrew Downie

©time
10 mayo 2004

2 comentarios

Nalleli -

Lo que la sociedad intenta hacer al deslindarse de los hechos que se gestan por su propia mano, es un cobarde hecho que me averguenza hasta de mi misma.
Me parece bien que existan documentos y voces que manifisten su repudio por las injusticias, ojala que eso sirviera de algo.

Luz Alejandra -

Me intereso mucho por esta historia la vi por nacional geografic y no sabia que habia una pelucula de ella... opido lo mismo del director y me parece injusto lo que hicieron con sandro y los policias son unos cobardes una shit de personas inhumanas y porquerias...