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méxico: más de 500 secuestros al año


[Hilda Escalona & Carlos Jiménez] "Llegaron como locos y me maltrataron psicológicamente. Fui violada. A mi madre le dijeron que ya me habían matado y que recogieran mi cadáver en un lote abandonado, si quería".
Cynthia Diosdado, una mujer que tiene una empresa textil en Azcapotzalco así lo recuerda. Fue aquel día que fracasó la entrega del dinero de su rescate.
Fue su secuestro. Que comenzó el 8 de mayo de 2003.
Cynthia había salido de su casa y en su auto, llegado a su negocio. Aquella mañana pensó que todo sería rutinario. Como siempre. Pero no fue así: "¡Tú eres a la que andamos buscando!", le dijo uno de sus captores.
Con lujo de violencia, amenazándola con una pistola los sujetos la obligaron a subir a un vehículo para trasladarla a una casa de seguridad.
La joven narra el incidente y aún temerosa por los recuerdos dice: "Detuvieron al guardia de seguridad, interceptaron a una de mis trabajadoras y la obligaron a llevarlos hacia donde yo estaba. Iba entrando a mi oficina y a partir de ahí perdí mi libertad durante once días".
Esa mañana Cynthia se convirtió en una estadística más de secuestro en el Distrito Federal.
Conoció el miedo y sufrió amenazas de muerte durante los días de su cautiverio.
"Me ponían toallas en la cara para que no pudiera observar sus rostros. Yo trataba de ser amable con ellos, para no cansarlos. Sabía que mi vida corría peligro. Además, no tenía noticias de mis familiares".
Mientras Cynthia conservaba la esperanza de vivir, su madre, María Luisa, angustiada por querer recuperarla, acudió a la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal y denunció el plagio.
Fue así como comenzaron las negociaciones vía telefónica para saber cuánto dinero pedían de rescate.
"Lo único que hacía a diario mientras estuve secuestrada fue rezar. En esas circunstancias no me quedaba otra. Siempre mantuve la calma y la esperanza de regresar con mi familia".
La joven de quien dependen 40 trabajadores comentó que sí llegó a sospechar de alguno de sus empleados. "Me tenían bien ubicada, sabían a partir de qué hora podían encontrarme en mi negocio". Pero no pudo comprobar nada.
Después de varios días de negociación, los secuestradores por fin acordaron verse en un sitio con la madre de la joven para recoger el dinero del rescate. Sin embargo, ante el temor de ser capturados no asistieron a la cita.
"Fue ahí cuando se pusieron como locos. Me maltrataron psicológicamente a cada momento. Y me violaron".
Días después, Cynthia recuperó su libertad y regresó a la casa de su madre pero con la vida cambiada.
Ya no llega tan temprano a su empresa ni sale a altas horas de la noche como acostumbraba. El temor sigue presente aunque se ha sometido a varias terapias.
Maneja su auto, pero observa en todas direcciones para verificar que nadie la sigue.
"Continúo trabajando porque no soy rica. De eso me mantengo. Además, 40 personas confían en el trabajo y sueldo que puedo ofrecerles con mi empresa".
Los secuestradores fueron capturados por personal de la PGJDF; sin embargo, presentaron una queja ante la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF) con el argumento de que fueron víctimas de tortura, a manos de los policías judiciales.
La joven explicó que esa queja ha retrasado el juicio que se les sigue a sus captores, aunque aseguró que ya platicó con el presidente de la CDHDF, Emilio Alvarez Icaza, y éste le prometió que de ninguna forma se violarán sus derechos como víctima".

El Distrito Federal, La Entidad Número Uno En Plagios
En México, el Distrito Federal es la entidad que ocupa el primer lugar en secuestros, denunció ayer el Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal AC, luego de recordar que en 2003 se cometieron aquí 531 plagios.
De acuerdo con el consejero de esa agrupación, Guillermo Velasco Arzac, este hecho incide para que México se ubique en el segundo lugar de la lista de los países en donde ocurren más secuestros, sólo por debajo de Colombia.
Y es que de 1997 a la fecha, dijo, se han cometido en todo el país alrededor de cuatro mil secuestros.
"México sigue ocupando el segundo lugar mundial en incidencia de secuestros mientras que en más del 90 por ciento de naciones del orbe este delito ni siquiera existe".
Ante la exigencia que lanzaron en días pasados las autoridades del Gobierno del Distrito Federal para que las víctimas de este delito presenten sus denuncias y aporten pruebas, Velasco explicó que en ocasiones eso no incide para salvar a las víctimas.
"Quince días antes de que mataran a los hijos de un empresario del ramo automotor, nosotros denunciamos ante las autoridades locales y ante la Agencia Federal de Investigaciones (AFI), el plagio de Rafael Ruiz y aunque comenzaron a realizar las negociaciones, lo asesinaron".
Por su parte, el secretario general del Consejo, José Antonio Ortega, indicó en entrevista que hay una cifra negra de secuestros (que no se denuncian) y es la que indica que cada día ocurren 1.5 secuestros, es decir tres cada dos días.
Esto a propósito de lo señalado oficialmente en el sentido de que en el Distrito Federal se cometen un promedio de 2.5 privaciones de la libertad a diario.
Los dos integrantes de la organización ciudadana calificaron como lamentable que de cien delitos que se cometen, sólo en ocho se dicta sentencia.
Al preguntarle si se han dado casos donde elementos de diversas corporaciones policiacas participen en algún secuestro, Velasco Arzac respondió afirmativamente y precisó que hay casos en los que los policías son quienes filtran documentos con datos de las personas secuestrables.
Por esto, solicitaron que se lleve a cabo una estricta depuración.
Para expresar su rechazo ante el secuestro anunciaron que diversas personas que han sido víctimas de plagios así como capitalinos que rechazan la violencia realizarán un mitin el próximo 27 de junio a las 9:00 horas en las inmediaciones del Ángel de la Independencia.
El único requisito que se les pide a los asistentes es que porten un listón negro en el hombro en señal de luto ante la ola de violencia que se registra en el Distrito Federal.

"Tenemos Gente En Todos Lados, No Vayan De Chivas"
Para festejar su cumpleaños 17, David salió junto con su amigo Armando la noche del 21 de mayo. Ambos pidieron permiso para regresar a casa sobre las tres de la mañana. Sin embargo, a esa hora sus padres recibieron una llamada de extraños: habían secuestrado a sus hijos mientras circulaban por Acueducto de Guadalupe y exigían cuatro millones de pesos de rescate.
Pasaron dos días sin que las familias supieran de ellos, hasta que empezaron a recibir llamadas telefónicas por la tarde y noche que intimidaban y amenazaban con matar a los jóvenes si no se juntaba la "lana que quería la banda".
—Se los va a cargar la chingada a los dos. Mejor júnten la lana— son las palabras que recuerda David, dichas por un hombre cuando llamaba a sus padres.
Al tercer día, en la casa de uno de los secuestrados, en la delegación Gustavo A. Madero, sus familias volvieron a escuchar las voces de los muchachos, pero en una grabación que les dejaron en la puerta de la casa. Parte del diálogo, el siguiente:
—Ya no nos pegue señor, por favor ya no nos pegue— era la voz de David, que se escuchaba entre llantos.
—No sea chillón, cabrón, mejor pídale a sus papás que nos den la lana que quiere la banda—decía un sujeto de voz gruesa.
—Por favor papá, dales a los señores lo que quieren, por favor. Nos van a matar si no se los das. Por favor, papᗠsuplicaba David.
Pero, aunque no escuchaban la voz de Armando, los padres de éste tenían aún más temor que los de David porque no oían ni siquiera una frase suya. Además, les preocupaba que cayera en una crisis de asma, enfermedad que padece de nacimiento.
—Nosotros no le vamos a dar ninguna medicina a tu morro. Si se muere va a ser por tu culpa. Se va a quebrar por que tú no nos das la lana. Ya te dije, si se muere es tú bronca— era el único mensaje que tenían para sus padres de Armando.
Las presiones aumentaban conforme el tiempo y las llamadas. Los secuestradores, parecía, habían estudiado a las familias.
—¿Quieren un dedo verdad?— amenazaba una voz.
—Señor no juntamos tanto dinero— decía el papá de David.
—No te hagas pendejo, sabemos de tus negocios. Ya te dije, si no nos das la lana te vamos a mandar a los morros en pedacitos.
La familia de los dos jóvenes llamó a algunos amigos. Pidieron dinero prestado, "remataron" sus autos y algunas joyas. Aún así no juntaban lo necesario para ver con vida a sus dos hijos.
Una vez más el teléfono sonó.
—¿Ya juntaron mi lana?—
—Ya vendimos varias cosas, ya vendimos el carro ya tenemos algo señor.
—¿Cuánto?
—Señor ya juntamos un millón de pesos.
—No, a mí eso no me sirve. Eso es una porquería. O nos juntas lo que te dije o te los mando en pedazos.
El sexto día, los plagiarios cedieron. Un millón 650 mil pesos fue la cantidad que acordaron recibir a cambio de regresar con vida a David y Armando. Fue la madrugada del 27 de mayo cuando se hizo la entrega del rescate.
Esa misma noche. Con moretones en el cuerpo, llagas en la cara y los ojos infectados por la cinta canela que les pusieron para no ver. Los dos jóvenes regresaron a casa.
Hasta el momento la familia no se ha presentado ante las autoridades de la procuraduría capitalina a denunciar el secuestro puesto que los palgiarios los amenazaron.
—Tenemos gente en todos lados. Tenemos gente en la policía y si ustedes van de chivas nos vamos a enterar y ahora sí se los va a llevar la chingada. Así es que mejor calladitos. Yo me olvido de ustedes y ustedes se olvidan de mí.
Éstas fueron las últimas palabras que escucharon de uno de los sujetos; sin embargo, aseguran, los dos jóvenes, jamás las van a olvidar.

©crónica
3 junio 2004"

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