Blogia
mQh

BRANDO FORJÓ UNA GENERACIÓN DE ACTORES



Los Angeles, EU. El ícono de Hollywood Marlon Brando, quien falleció esta semana, redefinió la actuación para una generación de actores, pero pese a su deslumbrante comienzo, nunca alcanzó a desarrollar todo su enorme potencial actoral.
Brando, quien murió el jueves a los 80 años, cambió su vida en Tinseltown para desnudar su torturada alma en un torbellino de películas que en sus comienzos, dejaron ver una promisoria carrera actoral.
Su estilo melancólico, fuerte, salvaje y honesto inspiró a otros grandes actores como James Dean, Robert De Niro, Al Pacino, Paul Newman y más tarde, Sean Penn.
Pero mientras se lo definía como uno de los mejores actores de su generación, sólo un puñado de los roles que caracterizó en sus 40 películas serán recordados como una expresión de grandes actuaciones, dejando a sus seguidores con ganas de ver más de su magia en la pantalla.
"Pude haber sido un competidor. Pude haber sido alguien en vez de un vagabundo, que es lo que soy, Charley, afrontémoslo", dice Brando en su rol del herido boxeador Terry Malloy en ‘On The Waterfront'.
Su actuación de 1951 como Stanley Kowalski en ‘Un Tranvía Llamado Deseo', su rol de un bandido mexicano en ‘Viva Zapata' en 1952, el renegado en ‘The Wild One' en 1954 y su segunda versión de Malloy en 1954 por la que ganó un Oscar al Mejor actor, serán recordadas como sus mejores interpretaciones.
Ganó un segundo galardón de la Academia como Mejor actor por su recordado papel de Vito Corleone en ‘El Padrino' (1972) y otro premio por su actuación en ‘Don Juan DeMarco' (1955) junto a Johnny Depp.
Pero en la fulgurante carrera que comenzó con el filme ‘The Men' en 1950, Brando fue intimidado y horrorizado por la profesión de la que él se volvió un símbolo.
Al intentar abstraerse de la publicidad y las luminarias que él creía devoraban su espontaneidad artística, se recluyó y se volvió desdeñoso para con la superficialidad de Hollywood.
"El principal beneficio que me dejó la actuación es el dinero para pagar mi psicoanalista", dijo una vez. En otra ocasión afirmó que su trabajo de actor era "sólo como recortar estupideces".
"Un actor es un tipo que si no hablas sobre él, no es escuchado", decía el actor que se recluyó en su mansión en lo alto de una colina, lejos de las fiestas de Holywood que se celebraban a poca distancia de su casa.
"La única razón por la que estoy en Hollywood es porque no tengo el coraje moral de rechazar el dinero", confesó una vez.
A través de su carrera, Brando hizo más elecciones dudosas que buenas respecto a sus filmes, dejando que el dinero guiara su preferencia.
Se convirtió en la parodia de sí mismo aceptando el papel que interpretó en 1978 en ‘Superman', luego de aparecer en filmes de poca trascendencia como ‘The Ugly American' (1963), ‘The Chase' (1966) y ‘A Countess FroM Hong Kong' (1967).
Para cuando interpretó su rol en ‘The Island of Dr. Moreau', en 1996, Brando desistió de memorizar sus líneas y se las hizo dictar a través de un audífono.
"Fue uno de los grandes, grandes actores de todos los tiempos", opinó el historiador de Hollywood Robert Osborne.
"Pero creo que fue la mayor decepción de todos los tiempos porque daba tanto (...) era tan buen actor, pero realmente lo echó todo a perder", afirmó.
"No creo que haya tomado con responsabilidad su talento o hacer con él lo que pudo haber hecho", lamentó.
Brando se burlaba de quienes decían que desperdiciaba un "gran" talento al aducir que tales adjetivos debían ser proferidos a los grandes maestros de la música, la pintura o la historia y no dedicarse a los actores, de quienes sostenía se les pagaba para que hagan lo que la mayoría de la gente hacía todos los días.
Lejos de regodearse en la fama, Brando se recluía tras altos muros en Los Angeles y en los años 60 dejó Estados Unidos para vivir en su isla privada en Tahití.
Pero el dinero sonando frente a él en Hollywood era demasiado tentador, particularmente mientras gastaba enormes cantidades para defender a sus hermano Christian, acusado en 1990 de matar a la hija de su amante Cheyenne.
En su autobiografía en 1994, ‘Brando: Song My Mother Taught Me', Brando dijo: "No puedo sacar conclusiones sobre mi vida porque es un proceso que evoluciona continuamente... No he encontrado respuestas. Ha sido una penosa odisea montada en momentos de dicha y risas".

3 de julio de 2004
©mipunto

0 comentarios