Blogia
mQh

$1.900 MILLONES DEL DINERO IRAQUÍ VA A MANOS DE CONTRATISTAS - ariana eunjung cha


Halliburton Co. y otros contratistas estadounidenses reciben al menos $1.9 billones de fondos iraquíes en un acuerdo establecido por la autoridad de la coalición encabezada por Estados Unidos, de acuerdo a una revisión de documentos y entrevistas con agencias de gobierno, compañías y auditores.

La mayor parte del dinero proviene de dos polémicos contratos que fueron financiados originalmente con dineros aprobados por el Congreso, pero más tarde con fondos iraquíes que eran manejados con menos restricciones y menos control.
Durante los primeros catorce meses de la ocupación, funcionarios de la Autoridad Provisional de la Coalición APC proporcionaron detalladas informaciones sobre el dinero iraquí, desde ventas de petróleo y otras fuentes, que se gastó en contratos de reconstrucción. Dijeron que fueron usados en beneficio del pueblo iraquí y que la mayoría de los contratos pagados con dinero iraquí iba a compañías iraquíes. Pero la APC no proporcionó nunca información sobre contratos específicos ni sobre la identidad de las compañías que los habían ganado, escudándose en razones de seguridad, de modo que ha sido imposible saber si se cumplían o no esas promesas.
La APC dijo que había adjudicado alrededor de dos mil contratos con dinero iraquí. Su inspector general reunió informaciones sobre los principales contratos, que definió como aquellos de $5 billones o más de valor. Un análisis de esos y otros archivos muestran que 19 de 37 contratos importantes financiados con dinero iraquí fueron adjudicados a compañías estadounidenses y al menos un 85 por ciento del total de $2.26 billones se adeudaba a compañías estadounidenses. Los contratos adjudicados a empresas estadounidenses costarán varios cientos de millones más una vez que se terminen las obras.
Ese análisis y varias revisiones de cuentas en las últimas semanas arrojó nuevas luces sobre cómo han manejado las autoridades de la ocupación el dinero iraquí que controlan. Muestran que la APC violó a veces sus propias reglas, autorizando dinero iraquí sin tener un quórum o una representación iraquí en las reuniones, y mantenía los archivos de manera tan descuidada que mucho de la documentación sobre varios de los contratos importantes no pudieron ser reencontrados. Durante la primera mitad de la ocupación, la APC dependió fuertemente de contratos fuera de concurso, que fueron puestos en cuestión por los auditores. Y los cambiantes proyectos de la coalición, de los que se declaró públicamente que serían financiados ahora no con dinero estadounidense sino con dinero iraquí, llevó al ministro iraquí de finanzas a quejarse de que el proceso "ad hoc" coloca a la APC en peligro de perder la confianza de la gente.
Kellogg Brown & Root Inc., una subsidiaria de Halliburton, recibió $.166 billones de dinero iraquí para cubrir los costes de importación de combustible desde Kuwait. El trabajo fue añadido un contrato directo que fue sujeto al escrutinio de varias investigaciones después de que surgieran acusaciones de que un subcontratista de KBR, con sede en Houston, sobrecargó casi $61 millones por el combustible.
Harris Corp., una compañía de Melbourne, Florida, recibió $48 millones de fondos del petróleo de Iraq para gestionar y actualizar la red de medios de comunicación -antiguamente propiedad del estado-, remplazando a la compañía Science Applications International Corp. Los nuevos servicios de radio y televisión y prensa escrita han sido ampliamente criticados como portavoces de la ocupación y simbolizan el fracaso del esfuerzo de reconstrucción. Cuando era financiado con fondos adecuados estadounidenses, el contrato llamó la atención a causa de unos gastos cuestionables, incluyendo el flete de un jet para transportar un Hummer H2 y una camioneta Ford para uso del gerente del programa.
Fareed Yaseen, uno de los 43 embajadores nombrados recientemente por el gobierno iraquí, dijo que le preocupaba que el dinero iraquí fuese gestionado casi exclusivamente por extranjeros y que los contratos terminaran predominantemente en manos de compañías extranjeras.
"No hubo prácticamente ninguna voz iraquí en el gasto de estos fondos", dijo Yaseen en una entrevista telefónica desde Bagdad, donde espera su misión diplomática.
Inclusive funcionarios iraquíes que han servido en el gobierno cuando la APC estaba a cargo, se quejaron de que tenían poco que decir sobre el uso del dinero de su propio país. Mohammed Aboush, que fue director general del ministerio del petróleo durante la ocupación que él y otros funcionarios iraquíes no fueron consultados sobre la extensión del contrato con KBR. Pero dijo que informó a sus "asesores" estadounidenses en la APC de que los iraquíes creían que el rendimiento de KBR no estaba a la altura y que preferían que otra compañía se encargara de su trabajo.
Aboush dijo que fue ignorado y cree que la decisión de seguir con KBR fue política. "Soy suficientemente viejo como para saber que los intereses norteamericanos y los iraquíes no son siempre los mismos", dijo.
Funcionarios estadounidenses dijeron que la APC era fiel a los términos de una resolución de Naciones Unidas que otorgó autoridad a Estados Unidos para gestionar el dinero iraquí del petróleo durante la ocupación. "Creemos que los contratos adjudicados con fondos iraquíes serían para el único beneficio del pueblo iraquí, sin excepciones", escribió el general de brigada Stephen M. Seay, director de contrataciones para los sucesores en las oficinas de la APC, en respuesta a un crítico informe del inspector general de la APC dado a conocer la semana pasada.
La APC identificó a las mejores compañías para hacer el trabajo, dijo el teniente coronel Joseph M. Yosa, portavoz del departamento de defensa. Dijo que las fallas en el proceso de adjudicación de contratos deben ser vistas en el contexto de las volátiles condiciones de trabajo en Iraq, donde la necesidad de velocidad y seguridad eran cruciales.
Críticos de la APC acusaron a las autoridades de la ocupación de usar dinero iraquí para escabullir las reglas estadounidenses de contratación por concurso, supervisión y control de proyectos polémicos.
"Con firmas estadounidenses que cargan diez veces más que las firmas iraquíes para proyectos de construcción, con contratos que son adjudicados directamente, con acusaciones de despilfarro de dinero... ¿se puede creer que la APC esté haciendo lo mejor que puede para garantizar que el dinero iraquí se gaste en beneficio de intereses iraquíes? No lo parece", dijo Anthea Lawson, analista de Christian Aid, un grupo sin fines de lucro que investiga el gasto del dinero iraquí del petróleo.
Svetlana Tsalik, director del proyecto Iraq Revenue Watch del laboratorio ideológico Iniciativa Sociedad Abierta, dijo que había pocas distinciones entre que fondo de dinero -estadounidense o iraquí- usaba la APC para pagar la reconstrucción. "Cuando se enfrentaba a costes que eran indigestibles para el público norteamericano, utilizaban fondos iraquíes", dijo Tsalik.
Mientras gobernó Iraq, la APC tuvo a su disposición $45 billones -el fondo de reconstrucción más grande desde que el Plan Marshall reconstruyera Europa después de la Segunda Guerra Mundial. El dinero incluía $22 billones que el Congreso aprobó en dos leyes presupuestarias complementarias y $23 billones en dos cuentas iraquíes, una con los beneficios de las ventas de petróleo y otro con los activos embargados, incluyendo cuentas bancarias congeladas de la época de Hussein en el extranjero
En la mayoría de los casos, para gastar fondos aprobados por el Congreso, los funcionarios de la APC tenían que coordinarse con funcionarios en Washington, llevar detallados archivos, publicitar ampliamente las licitaciones y observar períodos de espera para recibir las ofertas. Parte del dinero fue retenido por una guerra de territorio entre el Pentágono y el departamento de Estado sobre quién controlaba la reconstrucción.
Era más simple usar dinero iraquí.
Casi todos los activos iraquíes eran mantenidos en lo que se conocía como el Fondo de Desarrollo para Iraq. Era usado principalmente para apoyar a ministerios iraquíes a pagar salarios y gastos, de acuerdo a documentos presupuestarios. Pero parte de los fondos fueron usados para pagar a contratistas privados para proyectos de reconstrucción. La mayor restricción al gasto de dinero era que tenía que ser usado en beneficio del pueblo iraquí.
Para acceder a los fondos, todo lo que requería normalmente era la recomendación de una entidad llamada Junta de Revisión de Programas, compuesta de diez miembros y un presidente, de acuerdo a antiguos funcionarios de la APC. La autorización final exigía una sola firma: la de L. Paul Bremer, el administrador civil de la ocupación.
Funcionarios de la APC reconocieron que las licitaciones a veces eran mostradas a pocos ofertantes y que los ganadores eran seleccionados en cuestión de días. Por ejemplo, varios de los contratos importantes que ganaron compañías estadounidenses fueron adjudicados sin concurso, incluyendo un contrato de $16.8 millones adjudicado a Custer Battles LLC de McLean, para proporcionar seguridad a la principal base norteamericana en Bagdad, y un contrato de $15.6 millones para radios de la policía adjudicado a Motorola Inc., de Schaumburg, Ilinois, muestra la compilación del inspector general.
Ejecutivos de compañías iraquíes se han quejado desde los primeros días de la ocupación de que el proceso favorecía a las firmas norteamericanas. Dijeron en entrevistas que no podían pasar por las puertas fuertemente custodiadas del cuartel general de la ocupación en la Zona Verde para reunirse con los funcionarios de contrataciones. También dijeron que el proceso era tan rodeado de secretos que tuvieron que sobornar a intérpretes de la APC para obtener información sobre los requisitos de las nuevas licitaciones.
En abril la APC anunció que los contratos de menos de $500.000 de fondos del petróleo iraquí serían adjudicados solamente a compañías iraquíes.
El contrato más alto pagado con dinero iraquí lo obtuvo KBR. El trabajo de la compañía en servicios de la industria petrolífera comenzó en 2003, antes de que comenzara la guerra de Iraq, cuando el Cuerpo de Ingenieros del Ejército le adjudicó un contrato directo de unos $7 billones para reparar la infraestructura petrolífica iraquí. Había temores de que Hussein incendiara los campos de petróleo y el gobierno estadounidense creía que necesitaba un contratista que entrase de inmediato detrás de las tropas invasoras.
Las primeras tareas que llevó a cabo KBR en este contrato -formación y asesoramiento para un cierre seguro de las instalaciones petrolíferas, el reposicionamiento de equipos de fugas y preparación de planes de reparación- fueron pagadas con fondos estadounidenses.
Pero en el otoño de 2003, la ocupación se vio enfrentada a un tipo diferente de problema. Quedó en claro que el sabotaje de los oleoductos estaba causando escasez y la autoridad de la ocupación decidió que tenía que importar combustible para impedir una crisis abierta.
Entretanto algunos miembros del Congreso expresaron su desaprobación de usar más dinero estadounidenses para el contrato directo de KBR. En reuniones del 11 y 29 de noviembre en Bagdad, la APC autorizó usar fondos iraquíes para importar combustible y reparar el sistema de distribución, de acuerdo a las actas de las reuniones de la APC. La tarea se agregó al contrato de KBR y no se licitó, incluso aunque la fuente de financiamiento cambiara.
En total, KBR recibió $2.53 billones, de los cuales $1.64 provinieron de fondos iraquíes, de acuerdo a un análisis del Washington Post de André Verloy, investigador del Centro de Integridad Pública.
Verloy dijo que mezclar dineros estadounidenses e iraquíes para pagar por tareas de un solo contrato plantea serios problemas de control. "Es bastante difícil saber de dónde viene el dinero, pero si el dinero de los contribuyentes estadounidenses es usado junto con dinero iraquí, ¿quién se encarga de la supervisión?", dijo. "¿Puede el Congreso supervisar el trabajo financiado con activos iraquíes? ¿Deberían las agencias de gobierno estadounidenses pagar a compañías estadounidenses con dinero iraquí?"
La APC también modificó la fuente financiera de varios otros contratos.
A medida que el dinero para la Setevedoring Services of America Inc. para gestionar el puerto de Umm Qasr comenzó a menguar, funcionarios de la APC autorizaron el 6 de marzo una infusión de dinero iraquí para mantener a la compañía ahí hasta la transferencia de soberanía. Esta primavera, pocos meses después del contrato de medios con Harris Corp. la APC dejó de usar el dinero del departamento de defensa para pagar a Harris y empezó a hacer uso de fondos iraquíes.
El 24 de abril, algo más de un mes después, las quejas de un licitante perdedor de que había favoritismo político y un proceso de contratación defectuoso llevaron al ejército norteamericano a anular un contrato de $327 millones financiado con dinero norteamericano con Nour USA Ltd., de Viena; la APC adjudicó a la compañía otro contrato con dinero iraquí. En el nuevo contrato de $9.9 millones la firma debía abastecer de vehículos a las fuerzas de seguridad iraquíes.
Dos auditorías dadas a conocer recientemente indican numerosas problemas con los trámites usados por la APC para justificar, autorizar y pagar dinero iraquí.
Las Naciones Unidas, en un informe del 15 de julio, observó que la contabilidad del petróleo extraído en Iraq no estaba funcionando, de modo que era imposible saber si había sido gastado. El informe de Naciones Unidas también criticó a la junta de revisión de programas de la APC por autorizar fondos en al menos diez casos sin poseer un quórum. La auditoría también observa que sólo uno de los miembros de la junta de revisión era iraquí, y que había asistido a sólo dos de las 43 sesiones que se han sostenido desde diciembre de 2003. "Había insuficientes controles para proporcionar una seguridad razonable... de si todos los desembolsos [financiados con petróleo iraquí] correspondían a los objetivos estipulados", concluyó la auditoría.
El inspector general de la APC opina en auditorías dadas a conocer la semana pasada que la ocupación había fracasado en establecer "controles y justificación efectivas de los fondos" de cientos de millones de dólares que eran conservados en contante. De hecho, la unidad de investigaciones dijo que las llaves de una de las cajas de seguridad donde estaba el dinero era "guardada en la mochila del funcionario encargado de los pagos".
También analizaron 60 pagos de activos embargados al antiguo régimen y descubrió que no existía ninguna documentación para cinco de ellos, por un total de $99.1 millones en pagos. Los formularios no han sido rellenados adecuadamente para ítemes tales como muebles, alfombras y floreros, lo que quiere decir, dijo el inspector general, que la APC no había sido capaz de asegurar que los activos "estuvieran disponibles para uso y beneficio del pueblo iraquí".

6 de agosto de 2004
©traducción mQh©washingtonpost

0 comentarios